lunes, 26 de diciembre de 2016

Perspectivas en el mercado global del crudo

Por Decio Machado
Boletín Informativo de la Consultora Sistemas Integrados de Análisis Socioeconómico

En la primera quincena del año entrante tendrá lugar el encuentro de un comité integrado por países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de fuera del cártel destinado a supervisar la evolución del acuerdo destinado a reducir la producción global de crudo.

La confianza entre los países productores firmantes es la clave de éxito de este acuerdo alcanzado el pasado 30 de noviembre por los países de la OPEP y ampliado el 10 de diciembre por otros catorce países productores de petróleo que fuera del cártel fueron liderados por Rusia.  Esta claro que el precio del crudo para los próximos meses dependerá de que se respete el llamado Acuerdo de Viena, el cual busca reducir la producción de crudo en 1,2 millones de barriles por día (bpd) durante los próximos seis meses hasta alcanzar la base de una producción mundial de 32,5 millones de barriles diarios, buscándose incentivar los precios de crudo y apuntalar el mercado.

El peso del acuerdo recae esencialmente sobre Arabia Saudita, que se ha comprometido a retirar –en relación a su producción de octubre de 2015- 486.000 bpd, mientras que Irak recortaría 486.000, la Unión de Emiratos Árabes 139.000 y Kuwait 131.000. Otros países con menos peso en la OPEP también deben rebajar su producción: Venezuela en 95.000 bpd, Angola en 78.000, Argelia en 50.000, Qatar en 30.000, Ecuador en 26.000 y Gabón en 9.000. Destaca el hecho de que Libia y Nigeria queden exentos del compromiso de reducción de petróleo debido a los conflictos internos que atraviesan ambos países y que Irán incluso pueda aumentar su producción hasta en unos 90.000 bpd ahora que se ve libre de las sanciones internacionales que durante años le impuso EEUU.

Los otros 558.000 bpd de recorte acordados a nivel global provienen de países que están fuera de la OPEP, y entre ellos destaca Rusia, quien debe rebajar su producción en 30.000 bpd, seguida de México en 100.000, y a mucha distancia Omán con 45.000, Azerbaiyán con 35.000, Bahréin con 10.000, Sudán del Sur con 8.000, Brunei y Sudán con 4.000 respectivamente.

Había sido el exceso de producción que se produjo a finales de 2013, lo que actuó de detonante de una corrección severa en el precio del petróleo, lo cual se extendió hasta finales del 2015. Esto es explicable por dos motivos: por un lado, el aumento espectacular de la producción de petróleo no convencional en los EEUU; y por otro, la decisión tomada por la OPEP el 27 de noviembre de 2014 de no recortar su producción para impulsar los precios del alza. Es a partir del 2016 cuando el crudo registra una apreciación del 100% desde sus mínimos, lo que encaja con un proceso de ajuste entre la oferta y la demanda global.


Para las principales petroleras del mundo este acuerdo también es fundamental, pues volverían a recuperar el “cash flow”,  mediante un flujo de caja positivo que se daría por primera vez en los últimos tres años. Así, el recorte de gastos experimentado por estas corporaciones durante la recesión que habría reducido a la mitad el punto de equilibrio del flujo de caja para sostenerse durante estos últimos dos años, junto al actual repunte del precio del “oro negro”, reposicionará a las grandes petroleras globales haciéndolas salir del “modo crisis”. Es un hecho que con un precio superior a los 55 dólares es ya suficiente para que las 60 principales petroleras del planeta generen flujos de caja positivos.

Desde la firma de este acuerdo hasta hoy, el precio del petróleo ha subido más de un 17%, y aunque este precio parece haberse detenido en torno a los 55 dólares –hay elementos que influyen en esta paralización tales como el hecho de que los inventarios de crudo continúen en máximos históricos-, los inversores más optimistas apuestan por que este pueda alcanzar durante el 2017 hasta los 70 dólares.

Sin embargo, los riesgos existentes para que no se cumplan los objetivos de los países firmantes están encima de la mesa:
  •  Que algún país no cumpla con los acuerdos alcanzados y dinamite el proceso, cosa que no sería ninguna novedad al interior y fuera de la OPEP.
  •  Que con los precios del petróleo más altos algunos países que no han firmado el acuerdo incremento su producción aprovechando el momento y distorsionen el punto de equilibrio del mercado.
  • Que se reduzca o normalice el nivel de conflicto interno existente en Libia y Nigeria, permitiendo a estos países recuperar el nivel de producción alcanzado en 2011-2012.
  • Que se potencie la extracción vía “shale oil” por parte de Estados Unidos, teniendo en cuenta que en el petróleo encuentra ya incentivos con un precio de barril superior a 55 dólares.


En todo caso, a largo plazo y más allá del juego de probabilidades, el precio del petróleo necesariamente va a permanecer atado a los costes marginales de producción. Los condiciones estructurales del mercado no han cambiado por el pacto alcanzado entre países productores y fruto de la crisis el mercado extractivo se ha vuelto más competitivo que hace dos años atrás debido a la reestructuración de costos en la industria petrolera y su avance tecnológico.



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