lunes, 22 de diciembre de 2014

UNASUR: esfuerzos por responder coordinadamente a la economía global

Por Decio Machado
Publicado en Ediciones Legales

Constituida oficialmente en 2008, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), es un bloque regional de países que tiene como objetivo la integración regional en ámbitos tan diversos como la energía, educación, salud, ambiente, infraestructura, seguridad y defensa de la democracia.

Conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela; UNASUR dirige sus esfuerzos a la construcción de una identidad regional, bajo los principios del multilateralismo, la vigencia del derecho en las relaciones internacionales y el respeto por los derechos humanos.

Al igual que otros bloques político-económicos constituidos en diversas zonas del planeta, la propuesta suramericana es una respuesta a la economía globalizada, buscando a través del asociacionismo promover el desarrollo interno de los países implicados e insertarse como bloque en el sistema mundo.

Los objetivos de la integración regional se enmarcan básicamente en las siguientes cuestiones: estrechar relaciones entre países vecinos, reducir riesgos de conflictos armados, reducir las asimetrías entre grandes y pequeños, promover una convergencia en el desarrollo hacia arriba, y promover la industrialización y los servicios por medio de complementaciones económicas.

Cabe señalar al respecto que nuestras poblaciones viven con ilusión el proceso de integración regional en marcha, aunque existe un notable desconocimiento entre la ciudadanía regional sobre cuál es su origen y objetivos, en los cuales se habla de “patria grande” auspiciado por consignas bolivarianas de hace más de doscientos años. La región en la actualidad aparece como un nuevo horizonte de acción a tener en cuenta en cualquier ámbito a tratar dentro de las políticas nacionales: salud, educación, tecnología, infraestructuras, comercio, gobernabilidad, etc.

A través del proceso de integración regional, los países implicados buscan su estabilidad sistémica como resultante de la puesta en común de mercados y recursos. Bajo el objeto de favorecer el desarrollo nacional, dicha integración aparece como una de las fuerzas motrices que explican el interés de los países suramericanas por participar en el proceso de integración regional más allá de las sensibilidades ideológicas de cada uno de sus gobiernos. Un buen ejemplo de esta visión, la posicionó el ex presidente brasileño Lula da Silva, cuando en junio del año 2008 –fecha de su fundación- indicando: “Más de 300 millones de hombres y mujeres se benefician hoy de una fase excepcional de crecimiento económico y de exitosos programas de inclusión social. Ellos son la base de producción enorme y gran mercado de bienes de consumo. No es coincidencia que ahora somos uno de los principales puntos de atracción de inversiones en el mundo”.

El crecimiento de las economías de América del Sur se basa, en gran medida, en el impulso del consumo privado, el cual obedece a una sustancial mejora de los indicadores laborales y al aumento del crédito. Fruto de ello, se produce el agotamiento de la capacidad productiva ociosa, provocado por un incremento sostenido de la demanda interna. Esta situación se enmarca en la mayor disponibilidad de crédito, lo que genera aumento de la inversión y el consiguiente crecimiento económico.

Este crecimiento sostenido está repercutiendo de manera positiva en la capacidad de creación de empleo en las economías de la región, lo que permite avanzar en la reducción de la tasa de desempleo. La continuidad del crecimiento y la mejora de los indicadores laborales permite obtener un descenso escalonado de los indicadores de pobreza.  Sin embargo, el cambio de ciclo económico con su correspondiente baja en los precios de commodities pone en cuestión el proceso integracionista y de crecimiento económico regional, pudiéndose convertir UNASUR en una estructura burocrática con escasos avances.

Del buen saber hacer de cada uno de nuestros gobiernos depende el futuro integracionista de nuestra región. Para ello el subcontinente tiene la obligación de afrontar nuevos retos entre los que destaca la superación de su rol dependiente como suministrador del mercado internacional de recursos naturales y la capacidad de generar un sistema productivo con valor agregado.


jueves, 18 de diciembre de 2014

"Estamos asistiendo a como EEUU empieza a resituar su política diplomática en América Latina"

El periodista Andrés Carrión entrevista al analista político Decio Machado en Radio Platinum sobre el inicio de la normalización de las relaciones diplomáticas en EEUU y Cuba 

(transcripción: Matilde Guamán)

(DC) Decio Machado, analista político especializado en temas de geopolítica latinoamericana, gracias por venir a nuestra radio en el día de hoy. ¿Qué opinión te merece el acuerdo hoy anunciado por los mandatarios de EEUU y Cuba respectivamente donde se indica la voluntad de ambos países por normalizar sus relaciones diplomáticas?

(DM) Creo que hoy nos hemos encontrado con una noticia sorprendente pero muy positiva que deviene de unas negociaciones iniciadas hace ya 18 meses de manera muy sigilosa, con intermediación del Papa, y que no conocíamos, pero que de alguna forma esta visualizando la desaparición de algo que era como un regazo proveniente de la Guerra Fría: el embargo a Cuba. 

Hay que recordar históricamente, que este embargo lo impuso los EEUU en octubre de 1960, que ha tenido diferentes episodios y etapas. Empezó siendo un embargo que no incluía productos alimenticios ni medicinas, dos años después se le dio una vuelta de tuerca y se recrudeció el embargo por parte de los EEUU, en 1992 adquirió carácter de ley, luego, en 1996 llegó la Ley Helmes-Burton que eliminó a la empresas estadounidenses la posibilidad de hacer negocios dentro de la isla o con el gobierno cubano, y por último incluso en la época de Bill Clinton, quien se supone que era uno de los presidentes más aperturistas en política exterior de los EEUU en la última época, incluso ese embargo se aplicó a las compañías filiales de las estadounidenses con la finalidad de que no pudiesen comerciar con Cuba.

Bueno hoy, parece que vemos que esto se va a acabar, de alguna forma se está haciendo historia y justicia. Creo que no tenía mucho sentido un embargo históricamente absolutamente injusto, pues si se hubiese embargado a Cuba por cuestiones de déficit democrático pues debería haberse embargado también a la Nicaragua de Somoza, al Chile de Pinochet, a la Argentina de Videla, a la Guatemala de Rios Montt, etc, y estos, sin embargo, eran aliados de los norteamericanos. Esta doble moral, frasecita que tanto se utiliza ahora en el país, es decir, este cinismo de la diplomacia internacional, de alguna forma parece que va camino de terminarse, en función de lo que estamos asistiendo es este momento.

Hay una proclama o llamado mundial para que se levante este embargo, como tu dices, no tenía sentido, finalmente ya no era peligrosa Cuba de exportar su revolución  o de “contaminar” a otras naciones. ¿Pero en esto quien gana o quien pierde? Al fin y al cabo, para los cubanos se abre la posibilidad de intercambiar con los EEUU pero es intercambiar con el capitalismo…

De alguna forma estamos viviendo una fase prolongada de cambio mundial, es decir, asistimos a la caída del muro de Berlin, luego al intento de imponer un pensamiento único por parte de los EEUU, ahora asistimos al auge de nuevos países emergentes o como los llamados BRICs ocupan protagonismo internacional, etc. En resumen, estamos viendo como el mundo se está transformando en otra cosa. Este episodio entre Cuba y EEUU forma parte de eso.

Yo creo que este hecho beneficia a todos. Beneficia fundamentalmente a la población cubana, y también a la población cubana que está del otro lado. Digo esto haciendo referencia también a la gente que salió de Cuba y que posteriormente han tenido problemas de comunicación con la isla, dificultades para viajar, etc, por lo tanto esto es bueno para la gente en general. Pero por otro lado, también es el fruto de un cambio de ciclo en el régimen cubano. El gobierno de Raúl Castro no ha sido el mismo estilo de gobierno que el de Fidel, pues estamos asistiendo a unas lógicas de aperturismo comercial y económico antes no existentes. Asistimos a un proceso de reformulación del proceso revolucionario cubano a la "china", y ya vemos que China como que muy comunista no es… Creo que estamos viviendo una transformación política y económica del régimen con ciertas similitudes con el modelo chino, pero en este caso a la caribeña. Por otro lado, EEUU se re-sitúa políticamente ante América Latina.

Al respecto Decio, Barack Obama hizo liberar algunos presos en Guantánamo, también los avances en materia de ley de inmigración que anunció hace algunos días..., parece como que Obama está haciendo lo que debió hacer hace algún tiempo.

Digamos que EEUU se equivocó radicalmente en su política respecto a los países de nuestro hemisferio. Estos hechos se agudizan durante la época de George W. Bush, donde la política exterior estadounidense fue desastrosa respecto a América Latina y al mundo. Fíjese usted que es la época en la que asistimos al cambio de ciclo político en el subcontinente: la llegada de Chávez, los gobiernos progresistas, la conformación del ALBA, las alianzas político-regionales como el UNASUR, etc. Es cuando se da el mayor cuestionamiento a la lógica hegemónica de los EEUU y a su consideración de América Latina bajo aquel concepto de Monroe de América Latina como el "patio trasero" de los EEUU.

En este momento estamos asistiendo a como por fin, EEUU comienza a resituar de forma inteligente su política diplomática con respeto a América Latina. Están intentando, con todas sus contradicciones, dar pasos en este sentido. Yo creo que este episodio con Cuba es un elemento más en esta línea. No pienso que el mercado cubano sea estratégicamente importante para los EEUU, este tipo de decisiones se enmarcan en otro ámbito más político.

Pero esto es también una capitulación de los Castro…

Muchos de nuestra generación hemos nacido y crecido en el marco político de las solidaridades con el proceso revolucionario cubano y su hostigamiento por  parte de los EEUU. Creo que igual que crecimos durante la evolución de la revolución cubana, posiblemente asistamos también al ocaso de esta misma revolución cubana. Posiblemente estemos ante un cambio de ciclo, y evidentemente esto suponga que lo que posiblemente veamos en los próximos años en Cuba poco o nada tenga que ver con lo que hemos conocido de Cuba en nuestra generación en el transcurso de las pasadas décadas. Evidentemente esto es un pasito más en este sentido.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Decio Machado: ‘El Gobierno ecuatoriano ha envejecido rápidamente’

 Arturo Torres entrevista a Decio Machado, Sociólogo y ex asesor de la Presidencia de la República del Ecuador
 Diario El Comercio www.elcomercio.com









Usted fue parte del Gobierno como asesor del presidente Rafael Correa en sus dos primeros años en la Presidencia. ¿En qué momento el discurso oficial y la propaganda empezaron a ser más o tan importantes como las acciones, o siempre fue así?

Creo que este Gobierno se ha caracterizado desde el comienzo por tener un gran aparato de propaganda e ideas innovadoras en materia de comunicación política. Eso se vio desde la campaña electoral del 2006. El problema radica en que al Gobierno le cuesta reinventarse. Ya no veo esa capacidad que mostró en sus primeros años, cuando se realizó la Asamblea Constituyente.

¿Cuál es la fuente de inspiración de esta estrategia en la que el mensaje y la propaganda son fundamentales?

Es de larga data, la comunicación política y el control sobre la comunicación están ligados a la historia del periodismo. El discurso del presidente Correa sobre la comunicación no es nada nuevo: llamar a los periodistas sicarios de tinta es muy parecido a lo que se hacía en EE.UU. cuando se crearon los primeros periódicos, se los llamaba ‘balas de papel’.

¿Cuando usted fue asesor del Gobierno ya se vislumbraba la importancia de la información estratégica que, con los años, derivó en ataques sistemáticos a los medios y a los periodistas?

Hay un momento clave cuando se empieza a discutir sobre la comunicación de forma seria, a partir de incautación de los medios de los hermanos Isaías. Entonces nosotros entendíamos que esos medios podían convertirse en un modelo de comunicación alternativa, que fuesen medios independientes, gestionados de manera comunitaria. En lugar de hacer eso, el Gobierno nombró a funcionarios como representantes de esos medios. Allí no se está haciendo periodismo sino propaganda.

¿Cuál fue el aporte de la Unidad de Análisis que usted dirigía en los primeros años de la administración?

Era el análisis de situaciones políticas de coyuntura y la definición de escenarios y recomendaciones, era un espacio de asesoramiento técnico a la Presidencia de la República.

¿A quién se le debe atribuir la autoría del discurso  que explota el régimen, según el cual todo lo pasado es malo, incluyendo la partidocracia, la larga noche neoliberal...?

Es también parte de una estrategia sistemática: el pasado de la política ecuatoriana no es presentable. Correa se mostró como una alternativa a ese pasado. Lastimosamente, el ­Gobierno ecuatoriano ha envejecido rápidamente. Por lo tanto, lo que se suponía que era una nueva forma de hacer política se ha convertido en la vieja forma de hacer política.

¿Ha envejecido pero sigue apelando al mismo libreto de configurar enemigos que vencer y aporrear?

Hay un famoso libro de Umberto Eco que habla sobre la necesidad de construir el enemigo, que en muchos casos ha sido utilizado como herramienta política para mantener el poder. El enemigo significa inestabilidad, retroceso, venta de la soberanía, traición...

¿En el campo de la estrategia de comunicación y propaganda, qué papel cumplieron y cumplen otros asesores, concretamente los expertos publicitarios Roberto Trad y José Adolfo Ibinarriaga, del Instituto Mexicano de Artes y Oficios de la Comunicación?

Algunos asesores que el Gobierno mantiene estuvieron trabajando desde la campaña electoral del 2006. Otros son nuevos. El Gobierno dispone de los mejores asesores en marketing político y comunicación estratégica que existen en el mercado. Tiene plata y paga bien, lo cual es legítimo. Lo que hay que entender es que se trata de publicidad, que es un mecanismo para condicionar el pensamiento de la gente.

Dentro de esa estrategia, el Gobierno lanza permanentemente anuncios y temas que marcan la agenda, amplificada por los llamados medios públicos y quienes hacen opinión se enfrascan en debates infinitos.

Esa es la mediocridad de la política ecuatoriana en este momento, que realmente el Gobierno marca la agenda. Eso lo ha hecho siempre el presidente Rafael Correa y al mismo tiempo no solo los medios públicos entran en esa inercia, también los medios privados muerden el anzuelo. Hay temas importantes que pasan desa­percibidos y no se abordan.

Según Napoleón, la libertad de prensa debe estar en manos del Gobierno, la prensa debe ser un auxiliar del régimen. ¿Esta concepción va en la línea que ha trazado el Gobierno de convertir al derecho a la comunicación como un servicio y no como un derecho?

Los gobiernos que han posicionado al derecho a la comunicación como un servicio público son los de perfil autoritario. Vengo de España, donde durante el franquismo se consideraba la comunicación como un servicio público. No había nadie crítico en el servicio público franquista. Es un método de cercenamiento de la libertad de expresión.

¿Estamos entonces frente a un modelo sofisticado muy exitoso de marketing?

Estamos con un modelo de propaganda y publicidad política exitosa hasta el momento, pero en declive. Y en una concepción de la política que se basa en criterios de mercadeo y venta de un producto. Eso no significa que el Gobierno no tenga logros importantes; tiene la capacidad de implementar esta estrategia con base en logros concretos como la reducción de la pobreza, mejoramiento de tasas de empleo una obra vial impresionante.

Al parecer el gobierno no está procesando adecuadamente el momento que vivimos en función de las crecientes demandas ciudadanas, hay un quiebre evidente pues los movimientos sociales se están reconfigurando, hay más disidencias, la oposición se esta uniendo.

La política del siglo XXI se está reinventando a nivel mundial. Fenómenos como el de los Indignados, Wall Street, la Primavera Árabe, Hong Kong, son procesos de movilización social globales que cuestionan activamente la política tradicional. Quienes estábamos en el gobierno en esos primeros años creíamos firmemente que era posible entrar en esa misma lógica, conectarnos con las exigencias de la sociedad. Nos parecía que era un régimen innovador, con sus conflictos internos, como cualquier otro. El problema es que fue pan de aquel día para el hambre de hoy.

¿El presidente Rafael Correa se ha convertido en un candidato vencedor de largo aliento que basa su estrategia política en la comunicación negativa sobre sus opositores?

Hay un medición gubernamental que entiende que es necesario polarizar el conflicto político con Guillermo Lasso y con CREO. En ese campo siempre ganará el presidente Correa porque seguirá apelando a la mala imagen que proyectan los banqueros y que aún tiene fuerte calado en el electorado. Además, el Mandatario tiene indicadores importantes y logros muchos mejores de lo que tuvieron otros presidentes, hay una fuerte inversión social, infraestructuras...

¿Entonces, la polarización le beneficia al Gobierno?

Claro, el gobierno tiene la medición de que la polarización estratégica con Lasso lo beneficia. El problema de la lectura política de eso es que ni Lasso ni la nueva derecha que se configura con alianzas con otros movimientos tienen capacidad para leer adecuadamente la realidad. Hay una lógica en estas plataformas de oposición que es legítima pero no entienden que el juego de Correa es polarizar. Y ahí es donde siempre sale ganando. Por su parte, la izquierda política sigue penetrada por actores oportunistas, incapaces de demostrar en su práctica coherencia, ni en su discurso ni en su estrategia. Es este mar de desaciertos Correa es un candidato que seguirá ganando elecciones mientras se presente. Aunque también hay que tomar en cuenta que estamos viviendo un cambio de ciclo económico, el gobierno ya no tiene toda la plata con que contaba, el dispendio en base a subsidios y proyectos sociales se va limitando, eso hace que se limite también la capacidad de clientelismo político, lo que también va generando desgaste.

Pero si Correa se presenta y gana las próximas elecciones del 2017, la legislatura será muy conflictiva, asambleístas de PAIS y de otros movimientos y partidos tienen muy escasa legitimidad social. La gente percibe que lo que manda en la Asamblea es la mediocridad y eso se expresa en medio y en debates. Al mismo tiempo, seguramente, Alianza PAIS no contará con la mayoría legislativa con que hoy cuenta, ni el presidente tendrá la actual legitimación social.

El régimen aprovechó de todas las consignas de los movimientos sociales, vigentes en los 90s e inicios del 2000 para sumar apoyos en la Constituyente. ¿No es una ironía que ahora estén licuadas las ongs y a un paso de la extinción por el decreto 16?

Claro, pero ha sido una estrategia política constante. Este gobierno es progresista en algunos sentidos, por ejemplo el papel del Estado como regulador, la lógica protectora a la ciudadanía por encima del capital; pero es ultraconservador en otras; es decir que en materia de derecho a la libre orientación sexual, el debate del aborto, de la planificación familiar, la intervención de los militares en la seguridad y en materia de control social. Todo eso demuestra otras facetas de este gobierno en que es más conservador que otros que pudieron haber sido de los socialcristianos. En esa lógica hay decisiones de políticas públicas donde el gobierno ha utilizado el discurso de movimientos de izquierda para mostrarse como progresista sobre un nuevo modelo de gestión.

Acá la derecha no se está movilizando contra el gobierno en las calles, en los últimos cinco años el régimen ha mantenido las disputas en las calles con la izquierda. Sin embargo, con ese mismo sector con el que disputa en las calles es el mismo al cual le ha extraído su discurso de reivindicaciones sociales, estableciéndose como líder que pretende ser emblemático. A Correa esto le valió como plataforma electoral nacional y para posicionarse como líder alternativo a nivel internacional.

¿Entonces, el gobierno se volvió absolutamente pragmático?

Así es. La gente ya no vota por un gobierno alternativo de izquierda, sino solo porque se visualiza las obras que se han hecho. Al mismo tiempo, la imagen de Correa como referente político en América Latina cada vez está mas deteriorada, porque las nuevas tecnologías de la información permiten en redes sociales ver en segundos lo que está pasando acá. Así se ha visto la persecución y detención de líderes comunitarios, esperpentos como lo de la ley del aborto, como silenciaron a sus propias asambleístas; como el presidente arma discursos absolutamente retrógrados planteando un nuevo modelo de reforma laboral.

¿En qué medida esa estrategia es contraprducente en el mediano y largo plazo para el gobierno que no debate ni procesa las exigencias y reclamos de la oposición y otros grupos sociales, como el indígena, defensores de los DDHH, que están reconfigurándose y ganando más protagonismo en la agenda pública?

El Gobierno juega a posicionar la idea de que cualquier cosa sin este gobierno es un retroceso al pasado. También hace alarde permanente de su capacidad de intervenir en todos los sectores de forma ilimitada. Eso ocurrió en el referéndum popular que planteaban los Yasunidos, donde la decisión del CNE fue harto cuestionable. En el conjunto de la sociedad ecuatoriana dejó una mueca de rechazo a un institución que se supone es autónoma y rectora de procesos electorales, o lo que estamos viendo ahora respecto a las demandas de sectores políticos y sociales en la petición de consulta popular para la reelección indefinida. Esas lógicas, esa capacidad de control sobre todas las cosas es un hecho negativo que a la larga le va a traer problemas. Decía Séneca que todo poder excesivo dura poco, yo diré que habitualmente dura poco. Algunos dictadores en América Latina y Europa se han mantenido mucho tiempo en el poder, pero la realidad política es que ningún poder es estable si es ilimitado, es le está pasando factura al gobierno.

Al mismo tiempo hay un descrédito. Correa está perdiendo gran parte de ese discurso que era capaz de hacerle frente, incluso a los medios de comunicación. El Presidente decía que se conrtaría una mano antes de firma un TLC, y parecen documentos que muestran que este país lo firmó. Decía que ponía las manos en el fuego y montó un acto de solidaridad con su primo Pedro Delgado, quien se fue del país y hoy vive cómodamente en Miami. Eso está poniendo en quiebra toda la credibilidad que el Presidente había adquirido en los primeros años de gobierno. Esto, al fin y al cabo, es el deterioro: la gente no está apostando por un programa político en Ecuador, los partidos no tienen ideología, empezando por AP. La gente vota por el Presidente Rafael Correa, no por AP. La demostración es palpable, el nivel de credibilidad de asambleístas frente a la ciudadanía es bajísimo; el nivel de credibilidad de los ministros también. La gente a quien aún le cree es al Presidente. Es una relación líder-masa, y para una relación de ese tipo solo se requiere un aparato de propaganda adecuado, que es altavoz y elemento de alzamiento de la figura del presidente.

Es lo que en mercadeo político se denomina un "lovemark", es el personaje convertido como una marca en el centro de todo el proyecto. 

Claro, porque las estrategias de marketing político de este gobierno no son diferentes a aquellas de marketing publicitario de cualquier producto de una multinacional en el mercado. Quienes articulan esa estrategia de marketing político son publicistas que han trabajado antes para campañas de mercado.

¿De hecho las campañas empleadas por asesores del gobierno en este campo han ganado premios internacionales?

Así es, reconocidos internacional, lo cual tampoco forma parte de la realidad media de los ecuatorianos, están en otro estatus.


Hoja de vida

Su formación 
Es sociólogo, periodista y consultor Internacional. Miembro del equipo fundador del periódico Diagonal y colaborador en diversos medios de análisis político y económico en América Latina y Europa. Actualmente es director de la Fundación Alternativas Latinoamericanas de Desarrollo Humano y Estudios Antropológicos (Aldhea)

Su trayectoria 
Fue parte de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) y como tal fue asesor del presidente Rafael Correa, durante los primeros años de su Gobierno. 

jueves, 4 de diciembre de 2014

Podemos y la experiencia latinoamericana

Por Decio Machado
Periódico Diagonal
www.diagonalperiodico.net

La consolidación de Podemos como opción de gobierno en el Estado español es motivo de esperanza. Sin embargo su raudo camino de ascenso al poder esta develando de manera igualmente rápida los límites transformadores que dicha alternativa supone. En este sentido, son cada vez más notorios los paralelismos entre los llamados gobiernos ‘progresistas’ latinoamericanos y el posible devenir de esta experiencia política española.

Tan esperanzador resultó el agitado inicio político del presente siglo en América Latina, donde una amplia gama de movimientos sociales alternativos cuestionaron el sistema político-económico entonces imperante, como ver una década después en el Estado español a miles de ciudadanos conformar asambleas y acampadas, cuestionando –mediante un proceso de repolitización y una
explosión de participación ciudadana– la corrupta y socialmente ineficaz política de la casta. En ambos casos, los modelos asamblearios y la toma de decisiones de manera horizontal supusieron en la práctica una nueva forma de entender y hacer la política. Una acción colectiva contra la ausencia de reflexión de las mayorías, algo que es indispensable para cualquier proceso de cambio real hoy.

Resultan incuestionables los avances alcanzados en la última década en América Latina. Países con gobiernos de perfil progresista han reducido sustancialmente sus indicadores de pobreza y desigualdad, modernizando sus infraestructuras y el aparato del Estado. Han articulado constituciones de carácter posneoliberal que abrieron paraguas normativos por los cuales se reconfiguró un modelo de Estado protector con notables semejanzas para con el viejo Welfare fordista. El mismo modelo que se caracterizó enEuropa por institucionalizar los conflictos de clase bajo el control del Estado, convirtiendo a las organizaciones de trabajadores en herramientas de cogestión empresarial y anulando así su rol como sujetos de cambio.

El modelo posneoliberal ha permitido a estos Estados recuperar su rol como reguladores y organizadores de la sociedad, reeditando viejos programas de cobertura social, mayor acceso al sistema educativo y sanitario, así como el fomento del consumo interno a través del incremento de la capacidad adquisitiva de sus ciudadanos. Para alcanzar tales logros estos países se han visto coyunturalmente beneficiados –por su lugar en la distribución internacional del trabajo– de los precios internacionales de los commodities, lo que permitió mayores ingresos y crecimiento económico nacional. En este sentido, el neodesarrollismo ha emergido como una opción cada vez más atractiva para ciudadanos y élites, combinando un énfasis en la dimensión económica de la gestión estatal con una orientación estatalista, nacionalista y proclive a cierta redistribución, aunque su visión a largo plazo y sobre la sostenibilidad ambiental carezca de claridad. El desconocimiento del segundo principio de la termodinámica hace que ingenuamente los economistas neokeynesianos obvien que el crecimiento económico en el mundo actual no podrá continuar por tiempo indefinido.

La incapacidad de las masas

Por otro lado, la visión de la democracia radical y la retórica del poder popular en estos gobiernos se articula en torno a la tesis de la incapacidad autónoma de las masas, razón por la cual éstas necesitan de un liderazgo fuerte que articule la construcción de identidades populares. Dicha tesis es el punto de partida del proceso de defunción de cualquier posibilidad de interpretar la política moderna de un modo diferente, convirtiéndose en el eje ‘enterrador’ de los procesos de cuestionamiento a las estructuras jerárquicas que se establecen desde el Estado weberiano y desde el poder en sí mismo. Procesos de cuestionamiento que por cierto se habían articulado a través de las lucha y resistencias populares que generaron las condiciones políticas para que los actuales gobiernos ‘progresistas’ llegasen al poder.

Es desde este conjunto de perspectivas que, al igual que la vieja socialdemocracia europea, el neopopulismo latinoamericano entiende la necesidad de conciliar el movimiento popular con el mantenimiento del capitalismo, generando una supuesta participación social en aras de la legitimación del sistema. Se trata entonces de equilibrar “dos políticas” en principio antagónicas en la búsqueda de un sujeto popular disociado de las contradicciones de clase, pretendiendo superar a su vez la cada vez mayor desconfianza de las multitudes hacia el modelo de democracia representativa. Esta perspectiva lleva a los gobiernos al cuestionamiento de la emancipación como práctica efectiva de resistencia y creación cooperativa, reconduciendo su identidad política al posibilismo pragmático y la concertación nacional.

En resumen, el Estado vuelve a adquirir su tendencia más conservadora, pues aun cambiando de banderas, se muestra incapaz de transformar el modelo porque es incapaz de imaginarse como Estado al margen de dicho modelo.

El articular Podemos en una forma cada vez más convencional de partido, donde sus círculos van perdiendo cada vez más competencias tanto práctica como normativamente. El apostar por una estrategia donde la empatía entre líder y masa se establece como mecanismo articulador de la confianza política. La elaboración de programas basados en la sapiencia técnica y la desvinculación de la ciudadanía como sujetos activos en su proyecto de construcción. El creer que a través de estrategias inmediatas de “asalto a los cielos” se hace posible la transformación política del modelo socioeconómico imperante..., son otros tantos jalones que posiblemente signifiquen un distanciamiento a la postre entre los movimientos sociales más alternativos e innovadores y la organización política que pretende plasmar electoralmente las esperanzas de un cambio de ciclo político.

Difícilmente se puede asociar el keynesianismo o la socialdemocracia con la justicia social, dado que la aplicación de dichas políticas no transforma los modelos de acumulación capitalista basados en la obtención de plusvalía. Ni cuestiona el concepto de desarrollo basado en el crecimiento económico, habiendo sido dicho modelo apenas un punto de reencuentro entre las estrategias aplicadas por el capital –fordismo– y el Estado para superar puntualmente alguna de sus cíclicas crisis sistémicas.

Cabría recordar al viejo Albert Einstein cuando dijo aquello de que “la locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.