lunes, 20 de abril de 2015

Carlos Gaviria o la dignidad política

Si algún dirigente de la izquierda latinoamericana ha sido referente en estos últimos años a la hora de combinar ilustración académica, coherencia intelectual y honestidad política, este ha sido sin duda Carlos Gaviria, recientemente fallecido en Colombia.

Por Decio Machado
www.planv.com.ec

A lo largo de su vida, Gaviria se movió en tres ejes de intervención: la Academia, la Justicia y la Política. En todas estas etapas fue dejando huella, no llegando a la última de ellas hasta avanzada edad. Este intelectual comprometido con ideas y posiciones políticas a las que nunca traicionó, se presentó como candidato presidencial por el Polo Democrático Alternativo ya en 2006, elecciones en las que compitió con el ahora senador y expresidente Álvaro Uribe.

En un país con una realidad política tan compleja como Colombia, el "viejo profesor" se caracterizó por apelar de forma permanente a la razón y medidos argumentos cada vez que tuvo que confrontar políticamente con sus contradictores.

Dotado de una gran oratoria, sus argumentaciones siempre ejercieron como sistemáticos mazazos sobre las cabezas de sus contrincantes, si bien todos sabemos que en el país vecino las cosas de la "política" se resuelven de otra manera...

Carlos Gaviria se caracterizó por tener siempre un trato digno respecto a sus contrincantes políticos. Siempre jugó con las cartas sobre la mesa, siendo un férreo defensor de la democracia y utilizando la fuerza del argumento ante el argumento de la fuerza para posicionar sus puntos de vista. Su erudición le permitió no cometer errores dialécticos ni declaraciones descontextualizadas, no decía bobadas ni se vio obligado a contradecirse de afirmaciones anteriormente realizadas.

Hijo de una maestra de escuela, ejerció como profesor universitario por más de 30 años, lo que hizo de la educación su obsesión. Fue muy reconocido como académico y admirado como profesor de Derecho en la Universidad de Antioquia -el mismo lugar donde obtuvo su título como abogado antes de realizar sus estudios de posgrado en Harvard-, institución en la cual ejerció también como vicerrector.

El "viejo profesor" era además de un prestigio jurisconsulto, una eminencia en cultura general. Se destacó a su vez por sus conocimientos en historia, filosofía y ciencias políticas, los cuales se plasmaron en múltiples escritos, conferencias magistrales y charlas políticas. Su filósofo preferido era el austríaco Ludwig Wittgenstein, aquel que dijera "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". Sin duda los mundos de Gaviria eran amplios, muy amplios...

Magistrado constitucional

Gaviria era un intelectual, pero en un momento donde los intelectuales de izquierda viven al cobijo del poder y su chequera, el "viejo profesor" formaba parte de la vieja y digna escuela de intelectuales librepensadores que metidos en el fango de la política movimentista se comprometen y se la juegan. Es por ello que tuvo también su período de exilio en tiempos de esplendor narcoterrorista.

En 1993 accedió a la recién creada Corte Constitucional, donde se desempeñó como Magistrado hasta el 2001. La Corte Constitucional que lideró desde 1996, cuando fue nombrado su presidente, había nacido del proceso constituyente de 1991, fruto de las negociaciones que habían significado la desmovilización de los grupos guerrilleros M-19 (1990), Ejército Popular de Liberación y Quintín Lame (1991). Se trató de un proceso transformador, y donde Carlos Gaviria desde la Corte Constitucional hizo sus aportaciones dejando profunda huella y obligada jurisprudencia a través de sus sentencias. El "viejo profesor" dotó, junto a otros que le siguieron, de contenido a una Constitución avanzada, convirtiendo en realidad muchos de los derechos y libertades allí contempladas y que como hemos podido comprobar por estos lares, suelen en muchos casos convertir en papel mojado.

Como juez siempre se manifestó como un notable defensor de la equidad social y de posiciones garantistas del Derecho. Sus sentencias más famosas tienen una argumentación de profundo calado intelectual y demostrada defensa de los Derechos Humanos. De igual manera, se caracterizó en sus sentencias por el respeto al multiculturalismo, la libertad de culto, la igualdad entre géneros, la libre orientación sexual y el respecto a los homosexuales, así como por su oposición a las normas de castigo moderado a menores.

Si bien Gaviria pensaba, como José Ortega y Gasset, que ser demócrata es una definición en segundo plano, dado que antes de demócrata se es en primer lugar otras cosas, siempre se definió como un demócrata liberal, considerando bajo esta definición el respeto hacia otras ideas. Al igual que Jean Paul Sartre, el "viejo profesor" era consciente de que las personas han de ser seres condenados a ser libres, y que en esa medida de cosas, nada es tan difícil en la vida como estar abocado a tomar decisiones. Quizás por eso, a pesar de que su opción política era la apuesta por un Estado regulador del libre mercado, nunca pensó que por ello el Estado tenía derecho a interferir en la autonomía, vida o pensamiento de las gentes. Esto se expresó en su posición en defensa de la eutanasia, por la despenalización del consumo de drogas y el aborto, y fundamentalmente su radical postura por la libertad de expresión.

El "viejo profesor" siempre defendió la tesis de que para que exista real democracia el pueblo tiene que tener acceso a la ilustración, es decir a la educación, pues de lo contrario la democracia es manipulada por los demagogos que tienen capacidad de manipular a las masas. Pensaba que el pueblo debe ser una comunidad pensante, consciente y conviviente con el fin de que los procesos democráticos y las consultas o referéndums populares sean una expresión real de la democracia, y no la manipulación de una masa amorfa que no sabe a donde va y que queda atrapada por el discurso de algún líder carismático.

En definitiva, era realmente un hombre de izquierda. Es por ese motivo que decidió involucrarse en la política cuando ya retirado de la Corte Constitucional percibió que el pésimo gobierno de Álvaro Uribe había posicionado al país en el extremo de la derecha, cercionando libertades y en muchos casos implementando un régimen de terror.

En el Senado

Como senador, Gaviria fue una eminencia intelectual allí donde cabalgaba a sus anchas la chabacanería, la mediocridad, la corrupción y la narcopolítica. Los que en algún momento estuvimos cerca de él sabemos que siempre prefirió los espacios académicos e incluso las salas de justicia a los malsanos pasillos del legislativo colombiano. Él allí era apenas un topo que pretendía reformar una institución corrupta, y donde sobrevivía con formas de hacer política que no compartía. Esa misma situación la tuvo que enfrentar puertas a dentro en su misma organización política, lo que propició que poco a poco fuera retirándose al tiempo que la izquierda volvía por sus sendas históricas de fraccionamiento, débiles liderazgos y resultados electorales decepcionantes.

Fue un hombre siempre coherente, sin dobleces y censurador del transfuguismo ideológico. Lo demostró en uno de los últimos episodios de su vida, cuando a finales del pasado año renunció a la Comisión de Auditoría de Tratados de Inversión conformada en Ecuador y la cual había presidido, tras que el presidente Rafael Correa decidiera suscribir un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, eufemísticamente llamado acuerdo de asociación. En su carta de renuncia el "viejo profesor" volvería a dar una cátedra de coherencia, indicándole al mandatario ecuatoriano: "puedo seguir actuando según la ética de la convicción, que es la que ha guiado mi comportamiento durante tantos años, y ella me dice que no debo contemporizar con situaciones fácticas que no por irresistibles son menos dignas de censura".

En resumen, la vida de Carlos Gaviria fue ejemplar y ejemplarizante, y convencido de la filosofía de Wittgenstein entendía que "la ética no se predica, la ética se muestra".

Lamentablemente, el pasado 31 de marzo desapareció uno de los pocos rayos de luz que se filtraba entre el actual y ya demasiado prolongado oscurantismo político colombiano.

Que la tierra te sea leve maestro...



domingo, 19 de abril de 2015

Construyendo alternativas contrahegemónicas al sistema educativo

Por Decio Machado // Sociólogo y periodista
Publicado en Revista Contexto (Uruguay)

Las burocracias del bienestar social pretenden un monopolio profesional, político y financiero sobre la imaginación social, fijando normas sobre qué es valedero y qué es factible. Este monopolio está en las raíces de la modernización de la pobreza. Cada necesidad simple para la cual se halla una respuesta institucional permite la invención de una nueva clase de pobres y una nueva definición de la pobreza.

Iván Illich (La sociedad desescolarizada,1985)

Maquiavelo definió en su “teoría de las élites”[1], en su obra “Discursos”[2], que todas las ciudades, independientemente de su modelo organizativo, disponen en los niveles de mando de tan solo unas cuantas personas. Casi doscientos años más tarde, Henri de Saint-Simon estableció que la dirección política debe estar confinada a quienes tienen la capacidad de hacer progresar la ciencia y conducir la producción económica[3]. Su discípulo Augusto Comte, considerado el creador del positivismo y de la sociología, afirmaría que el mando de la sociedad le corresponde a una aristocracia científica; mientras Hipolytelito Taine, uno de los principales teóricos del naturalismo, escribiría en su obra “Origines de la France contemporaine” que la Revolución Francesa de 1789 fue fruto de la necesidad de que una nueva clase dirigente sustituyera a la antigua, dado que en su decadencia la aristocrática había perdido sus aptitudes para el mando social.

Posteriormente Marx y Engels concluirían en que el Estado es el representante de la clase dueña de los medios de producción, percibiendo a las revoluciones como el reemplazo de una élite por otra[4].

Muchos estudiantes de América Latina, especialmente los más pobres, perciben que el sistema educativo los instruye para confundir sustancia con proceso; lo cual implica a su vez equivocar saber con enseñanza, instrucción con rutina, educación con evaluación/promoción al siguiente curso, competencia con diploma y capacidad con fluidez. Citando nuevamente a Iván Illich, “a la imaginación se la escolariza para que acepte servicio en lugar de valor”.

Como bien indicaba Paulo Freire, “es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta”, pues los profesores con esquemas preestablecidos por las correspondientes instituciones rectoras de la Educación siempre contestan a preguntas que sus alumnos no han hecho. Y es así como el sistema educativo conforma en la sociedad nuevas necesidades y redefine la pobreza al ámbito de aquellos que van quedado fuera del ideal de consumo. El alumno se convierte de esta manera en un súbdito que encierra en lo más profundo de su ser metafísico el mandato de la obligación.

La escuela se convierte entonces en la fabrica de sujetos con capacidad de adaptación al sistema, aleccionados en base a criterios generados desde el poder y su orden.

Modelo educativo impuesto por las élites

Las burocracias del bienestar social buscan su legitimación implementando un monopolio político-económico que se articula mediante normas que se convierten en institucionalmente indiscutibles.

Superada la tesis de Michel Foucault sobre la cual se definía a la institución educativa como un lugar en que los sujetos entraban por la fuerza y del que no tenían salida posible –sociedad disciplinaria-, el alumno asiste hoy a este modelo de escuela porque es lo que se debe hacer. Es así como la obligación de la disciplina pasa a formar parte de cada uno de nosotras y nosotros, siendo el alumno controlado por el profesor y el profesor a su vez controlado por el poder.

Incluso a través de centros educativos más avanzados y socialmente inclusivos, donde puedan confluir sectores populares y élites sociales, lo generalizado es exista una notable diferencia entre estudiantes pobres y los provenientes de las élites económica y políticamente dominantes. Las oportunidades educativas también devienen de una condición de clase.

Estas ventajas, estructuralmente constituidas, van desde el tipo de conversaciones, vivencias y libros de los que dispone en su hogar hasta el mero hecho de tener un sentido diferente de sí mismo. Para el niño pobre, la escuela no puede ser el único medio para progresar o aprender.

Que todos los niños y niñas tengan igualdad de oportunidades para educarse es algo que no merece discusión, pero identificar el modelo formativo en base preparatoria para una posterior educación superior enfocada a lógicas desarrollistas –o bien implementadas desde el sector privado (modelo neoliberal) o bien por la planificación de Estado (modelo en implementación por varios países de la región)- no produce más que promesas vacías a los sectores más humildes existentes en la actual era tecnológica.

Los roles sociales se asignan fijando un currículum de condiciones que el candidato debe satisfacer desde una lógica “meritocrática”. La escuela vincula la instrucción –pero no el aprendizaje- con estas funciones, no liberando ni educando, pero sí ajustando su instrucción a medidas concebidas desde el control social. El currículum académico se transformó en una suerte de métrica meritocrática donde se ignora que la mayoría de las personas adquieren la mayor parte de su conocimiento fuera de los espacios educativos.

La Universidad de la Tierra

En este contexto, se hace necesario crear un nuevo estilo de aprendizaje dentro de las relaciones educadoras que se enmarquen en las relaciones de las personas con su ambiente. Dicha condición genera la necesidad de significativos cambios respecto a la actitud frente al proceso de enseñanza y ante la concepción de desarrollo social y humano en general.

La Universidad de la Tierra es una iniciativa que nace en Chiapas (México) en el año 2002, basado en la tesis de que la escuela había sido el principal instrumento utilizado por el Estado mexicano para destruir a los pueblos indios. Desde esta nueva perspectiva, se considera que el estudio debe ser el ejercicio ocioso de la gente libre, no concibiéndose como el medio que permite escalar en la pirámide meritocrática de los ciclos formativos. La lógica disciplinaria aplicada en la formación educativa oficial está rota. Cualquier interés en controlar el trabajo de quien está interesado en aprender carece de sentido, dado que los procesos de aprendizaje han de partir en todo momento del interés del sujeto implicado.

Su docencia se basa en una metodología que pone en relación unas personas con otras, aprendiendo a vivir en el propio contexto y no en otro. No se trata entonces de construir simplemente una alternativa a la lógica educativa oficial, sino de brindarle a las comunidades rurales y sectores marginales otras posibilidades de formación técnica y humana, que queden fuera de la lógica competitiva y aplicada al mercado.

Esta propuesta no busca el reconocimiento estatal. Se la plantea desde el margen como un ejercicio de subversión al sistema dominante. Y en esencia propone una suerte de descolarización de las practicas educativas tradicionales, sostenidas en estructuras verticales y casi siempre autoritarias, al tiempo que abre la puerta a otras prácticas educativas surgidas desde las propias comunidades y sectores históricamente marginados. Pasa por entender el aprendizaje como un aspecto de la vida cotidiana y el estudio como un ejercicio autónomo de gente libre. Es decir, entender la educación como un proceso de liberación, inclusive de quienes pretenden liberarnos y que a la postre reconstruyen esquemas de dominación, muchas veces autoritarios. Las investigaciones ha realizar, tanto las teóricas y abstractas como las aplicadas a algún aspecto de nuestra realidad, se desarrollan como ejercicios de reflexión y acción participativa.

Siguiendo a Gustavo Esteva, un tema central que reúne y compromete a sus implicados es el modo convivial de vida. Se aprende juntos su significado en la cotidianeidad, al afirmar con él la dignidad de cada uno y la de las relaciones con otros y la Naturaleza, desafiando todos los sistemas existentes.

El modelo implementado en la Universidad de la Tierra carece de jerarquías formales y entiendo que hacer-saber (práctica-teoría) están ligadas y no son separables si se entiende también a la teoría como un momento de la práctica. No es una simple apuesta por una construcción de futuros posibles, sino que propicia autorealización continuada en hechos concretos. Algo que tiene sentido si se lo asume desde cotidianidad contrahegemónica, más allá de sus resultados. Es decir, desde la dignidad. Fomentando construcciones sociales alternativas, democracia radical, participación contrahegemónica, el fomento de lo comunitario y el procomún, la inclusión y cohesión social fortaleciendo identidades diversas.

Es un reto. Nació de los entornos zapatistas rescatando las tesis de Illich, y teniendo dos experiencias referenciales: Chiapas y Oaxaca. Hoy, la necesidad de extender esa experiencia más allá del mundo modelo neoliberal se hace induscutible…



Notas


[1] Las teorías de las élites afirma que en todas las sociedades la dirección política, administrativa, militar, religiosa, económica y moral es ejercida por una minoría organizada.
[2] Discursos es un trabajo de historia política y filosófica terminada de escribir en 1519 y publicada en 1531 por el teórico político italiano Nicolás Maquiavelo, donde se intenta explicar la estructura y los beneficios de una república, una forma de gobierno basada en algún nivel de consenso popular y control.
[3] Saint-Simon se planteó la necesidad de acabar con la “anarquía” capitalista sustituyéndola por un Estado dirigido por los científicos y por los “industriales” que sustituirían a los “incapaces” -curas, nobles y explotadores- a fin de conformar una especie de “socialismo aristocrático-, antecedente de lo que en el siglo XX se llamaría tecnocracia. Para Saint-Simon el conflicto de clases fundamental en la sociedad de su tiempo no era el que enfrentaba a la burguesía con el proletariado, sino el que oponía a los productores o “tercera clase” con los “ociosos” improductivos que no contribuían en nada a la riqueza y al bienestar económico de la nación, y entre los que se encontraban en primer lugar los miembros del clero y la nobleza.
[4] En su introducción a la obra “Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850” de Karl Marx, Friedrich Engels escribiría: “…todas las revoluciones se habían reducido a la sustitución de una determinada dominación de clase por otra; pero todas las clases dominantes anteriores sólo eran pequeñas minorías, comparadas con la masa del pueblo dominada. Una minoría dominante era derribada, y otra minoría empuñaba en su lugar el timón del Estado y amoldaba a sus intereses las instituciones estatales. Este papel correspondía siempre al grupo minoritario capacitado para la dominación y llamado a ella por el estado del desarrollo económico y, precisamente por esto y sólo por esto, la mayoría dominada, o bien intervenía a favor de aquella en la revolución o aceptaba la revolución tranquilamente.

jueves, 16 de abril de 2015

Carlos Gaviria: ejemplo de rectitud y coherencia política

Por Decio Machado

Si algún dirigente de la izquierda latinoamericana ha sido referente en estos últimos años a la hora de combinar ilustración académica, coherencia intelectual y honestidad política, este ha sido sin duda Carlos Gaviria.

A lo largo de su vida, Gaviria se movió entre tres ejes de intervención: la Academia, la Justicia y la Política. En todas estas etapas fue dejando huella, no llegando a la última de ellas hasta avanzada edad. Este intelectual comprometido con ideas y posiciones políticas a las que nunca traicionó, se presentó como candidato presidencial por el Polo Democrático Alternativo ya en 2006, elecciones en las que compitió con el ahora expresidente y senador Álvaro Uribe.

En un país con una realidad política tan compleja como Colombia, el “viejo profesor” se caracterizó por apelar de forma permanente a la razón y medidos argumentos cada vez que tuvo que confrontar políticamente con sus contradictores. Dotado de una gran oratoria, sus argumentaciones siempre ejercieron como sistemáticos mazazos sobre las cabezas de sus contrincantes, si bien todos sabemos que en el país vecino las cosas de la “política” se resuelven de otra manera...

Carlos Gaviria se caracterizó por tener siempre un trato digno respecto a sus contrincantes políticos. Siempre jugó con las cartas sobre la mesa, siendo un férreo defensor de la democracia y utilizando la fuerza del argumento ante el argumento de la fuerza para posicionar sus puntos de vista. Su erudición le permitió no cometer errores dialécticos ni declaraciones descontextualizadas, no decía bobadas ni se vio obligado a contradecirse de afirmaciones anteriormente realizadas.

Hijo de una maestra de escuela, ejerció como profesor universitario por más de 30 años, lo que hizo de la educación su obsesión.  Fue muy reconocido como académico y admirado como profesor de Derecho en la Universidad de Antioquia –el mismo lugar donde obtuvo su título como abogado antes de realizar sus estudios de posgrado en Harvard-, institución en la cual ejerció también como vicerrector.

El “viejo profesor” era además de un prestigioso jurisconsulto, una eminencia en cultura general. Se destacó a su vez por sus conocimientos en historia, filosofía y ciencias políticas, los cuales se plasmaron en múltiples escritos, conferencias magistrales y charlas políticas. Su filósofo preferido era el austríaco Ludwig Wittgenstein, aquel que dijera “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Sin duda los mundos de Gaviria eran amplios, muy amplios…

Gaviria era un intelectual, pero en un momento donde los intelectuales de izquierda viven al cobijo del poder y su chequera, el “viejo profesor” formaba parte de la vieja y digna escuela de intelectuales librepensadores que metidos en el fango de la política movimentista se comprometen y se la juegan. Es por ello que tuvo también su período de exilio en tiempos de esplendor narcoterrorista.

En 1993 accedió a la recién creada Corte Constitucional, donde se desempeño como Magistrado hasta el 2001. La Corte Constitucional que lideró desde 1996, cuando fue nombrado su presidente, había nacido del proceso constituyente de 1991, fruto de las negociaciones que habían significado la desmovilización de los grupos guerrilleros M-19 (1990), Ejército Popular de Liberación y Quintín Lame (1991). Se trató de un proceso transformador, y donde Carlos Gaviria desde la Corte Constitucional hizo sus aportaciones dejando profunda huella y obligada jurisprudencia a través de sus sentencias. El “viejo profesor” dotó, junto a otros que le siguieron, de contenido a una Constitución avanzada, convirtiendo en realidades muchos de los derechos y libertades allí contempladas y que como hemos podido comprobar por estos lares, suelen en muchos casos convertirse en papel mojado.

Como juez siempre se manifestó como un notable defensor de la equidad social y de posiciones garantistas del Derecho. Sus sentencias más famosas gozan de argumentaciones de profundo calado intelectual y demostrada defensa de los Derechos Humanos. De igual manera, se caracterizó en sus sentencias por el respeto al multiculturalismo, la libertad de culto, la igualdad entre géneros, la libre orientación sexual y el respeto a los homosexuales, así como su oposición a las normas de castigo moderado a menores.

Si bien Gaviria pensaba, como José Ortega y Gasset, que ser demócrata es una definición en segundo plano, dado que antes de demócrata se es en primer lugar otras cosas, siempre se definió como un demócrata liberal, considerando bajo esta definición el respeto hacia otras ideas. Al igual que Jean Paul Sartre, el “viejo profesor” era consciente de que las personas han de ser seres condenados a ser libres, y que en esa medida de cosas nada es tan difícil en la vida como estar abocado a tomar decisiones. Quizás por eso, a pesar de que su opción política era la apuesta por un Estado regulador del libre mercado, nunca pensó que por ello el Estado tenía derecho a interferir en la autonomía, vida o pensamiento de las gentes. Esto se expresó en su posición en defensa de la eutanasia, por despenalización del consumo de drogas y el aborto, y fundamentalmente su radical postura por la libertad de expresión.

El “viejo profesor” siempre defendió la tesis de que para que exista real democracia el pueblo tiene que tener acceso a la ilustración, es decir a la educación, pues de lo contrario la democracia es manipulada por los demagogos que tienen capacidad de manipular a las masas. Pensaba que el pueblo debe ser una comunidad pensante, consciente y conviviente con el fin de que los procesos democráticos y las consultas o referéndums populares sean una expresión real de la democracia, y no la manipulación de una masa amorfa que no sabe a donde va y que queda atrapada por el discurso de algún líder populista.

En definitiva, era realmente un hombre de izquierdas. Es por ese motivo que decidió involucrarse en la política cuando ya retirado de la Corte Constitucional percibió que el pésimo gobierno de Álvaro Uribe había posicionado al país en el extremo de la derecha, cercionando libertades y en muchos casos implementando un régimen de terror.

Como senador, Gaviria fue una eminencia intelectual allí donde cabalgaba a sus anchas la chabacanería, la mediocridad, la corrupción y la narcopolítica. Los que en algún momento estuvimos cercanos a él sabemos que siempre prefirió los espacios académicos e incluso las salas de justicia a los malsanos pasillos del legislativo colombiano. Él allí era apenas un topo que pretendía reformar una institución corrupta, y donde sobrevivía entre formas de hacer política que no compartía. Esa misma situación la tuvo que enfrentar puertas a dentro en su misma organización política, lo que propició que poco a poco fuera retirándose al tiempo que la izquierda volvía por sus sendas históricas de fraccionamiento, débiles liderazgos y resultados electorales decepcionantes.

Fue un hombre siempre coherente, sin dobleces y censurador del transfuguismo ideológico. Lo demostró en uno de los últimos episodios de su vida, cuando a finales del pasado año renunció a la Comisión de Auditoría de Tratados de Inversión conformada en Ecuador y la cual había presidido, tras que el presidente Rafael Correa decidiera suscribir un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, eufemísticamente llamado acuerdo de asociación. En su carta de renuncia el “viejo profesor” volvería a dar una cátedra de coherencia, indicándole al mandatario ecuatoriano: “puedo seguir actuando según la ética de la convicción, que es la que ha guiado mi comportamiento durante tantos años, y ella me dice que no debo contemporizar con situaciones fácticas que no por irresistibles son menos dignas de censura”.

En resumen, la vida de Carlos Gaviria fue ejemplar y ejemplarizante, y convencido de la filosofía de Wittgenstein entendía que “la ética no se predica, la ética se muestra”. 

Lamentablemente, el pasado 31 de marzo desapareció uno de los pocos rayos de luz que se filtraba entre el actual y ya demasiado prolongado oscurantismo político colombiano.


Que la tierra te sea leve maestro…

jueves, 2 de abril de 2015

La corrupción hunde a Dilma Rousseff en las encuestas

Brasil // Operación Lava Jato

Por Decio Machado // Redacción (Ecuador)
www.diagonalperiodico.net 

Los casos de corrupción y sobornos implican a numerosos dirigentes del PT y a la empresa Petrobras.

Las encuestas más recientes no pueden ser más desfavorables para Dilma Rousseff. El 69% de la población brasileña considera a la presidente de Brasil corresponsable de la trama de corrupción de Petrobras. Unos datos que se trasladan a su índice de aceptación: su popularidad se desplomó al 10,8%, mientras que el 77,7% de la población desaprueba su liderazgo.

Esos mismos estudios indican que el 92,8% de la ciudadanía está preocupada por el estado de la economía nacional. Según una proyección realizada a primeros de marzo por el Banco Central de Brasil, el país sufrirá una contracción del 0,58% este año, su peor desempeño económico en las últimas dos décadas.

Corrupción en el PT

El 16 de marzo, el Ministerio Público Federal imputó al tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), Joao Vaccari Neto, por corrupción y lavado de dinero. Junto a Vaccari, la tercera fase de la Operación Lava Jato (lavado exprés) conllevó denuncias a otras 26 personas, entre las que están varios exdirectivos de Petrobras acusados de recibir sobornos de empresas a cambio de la asignación de contratos de la petrolera. Existen "pruebas más que suficientes" de que Vaccari solicitó donaciones a exdirectores de compras y servicios de la petrolera estatal, así como a ejecutivos de empresas de ingeniería y constructoras involucradas en el desvío de dinero hacia políticos y partidos, según ha manifestado recientemente el fiscal Deltan Dallagnol. El conjunto de los imputados está siendo acusado de crímenes por lavado de dinero, corrupción y asociación ilícita.

Según sostiene la Fiscalía, Vaccari tenía contactos con directores de Petrobras, con quienes negociaba comisiones provenientes de los contratos, cuyos precios se inflaban. El tesorero del PT recibía el dinero "disfrazado" en forma de donaciones legales para campañas del PT.

Fruto de estas indagaciones, el Gobierno se ha visto obligado a autorizar una investigación sobre representantes de seis partidos políticos, entre ellos el presidente del Senado, Ranan Callheiros, y el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, ambos del Partido Movimiento Demócrata Brasileño (PMDB).

La Operación Lava Jato motivó también que el procurador general de la República, Rodrigo Janot, entregase -a primeros del mes de marzo- al Supremo Tribunal Federal una lista con 28 preguntas dirigidas a los políticos involucrados en este esquema de financiación irregular.

Operación Lava Jato

Con inicio en un surtidor de gasolina -de donde surge su nombre-, la Operación Lava Jato nació hace algo más de un año. A través de un operativo que involucra al Ministerio Público, la Policía Federal y el Tribunal de Cuentas de la Unión, se investiga una gran trama de lavado y desvío de dinero vinculado a contratos públicos con la petrolera estatal.

Una de las primeras detenciones realizadas fue la del contrabandista Alberto Youssef -con anterioridad nueve veces preso-, quien pasó de vender empanadas en la calle a manejar a través de diversos negocios de dudosa reputación miles de millones de reales. Una de sus más sonadas detenciones fue por su participación en el caso Banestado, una trama a través de la cual 19.000 millones de dólares fueron enviados ilegalmente en remesas desde Brasil a EEUU durante la segunda mitad de los 90.

Convertido en hombre de confianza del poderoso exdiputado del Partido Progresista José Janene, imputado en el Caso Mensalao (sobornos a varios diputados para que votaran a favor de los proyectos impulsados por el Gobierno de Lula), la muerte de éste en 2010 lo convirtió en el eje por el que se canalizó gran parte de la corrupción en Petrobras. Youssef se convirtió en el lobbista número uno de la petrolera estatal, en la "pieza" mediante la cual se lavaron no menos de 7.600 millones de dólares. La Policía Judicial descubrió en su despacho 750 contratos tramitados bajo su supervisión.

Tres días después fue detenido Paulo Roberto Costa, exdirector de compras de Petrobras entre 2004 y 2012. Costa era investigado por supuestas irregularidades en la compra por Petrobras de la refinería Pasadena (Texas) en 2006. Reconoció haber aceptado 1,5 millones de dólares por facilitar dicha operación, delatándose ingenuamente ante la Policía Federal tras haber recibido en marzo de 2013 un lujoso vehículo como "regalo" de Alberto Youssef.

Ambos firmaron un acuerdo de colaboración para reducir sus eventuales condenas a cambio de detallar ante la Justicia el funcionamiento de la trama corrupta en Petrobras. Por sus declaraciones han sido involucrados legisladores, empresas y distintos directivos de la compañía. Según los colaboracionistas el sistema de sobornos abastecía las cajas del Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el Partido Progresista (PP), Solidaridade (SD) y el Partido Laborista Brasileño (PTB).

Tras las declaraciones de los delatores, el primero en ser afectado fue el diputado federal André Vargas, quien a su vez ejerció como secretario nacional de comunicación del PT. Vargas, quien por la información que maneja es considerado por el petismo como una "bomba ambulante", está siendo investigado por intermediar en las relaciones de Youssef con Petrobras, otras instituciones y el Ministerio de Salud en la adjudicación de contratos fraudulentos y comisiones canalizadas a través de empresas fantasmas.

En noviembre de 2014 arrancaría la segunda fase de la Operación Lava Jato, en la que fueron implicadas importantes transnacionales brasileñas. Las denuncias realizadas motivaron la orden de detención de otras 39 personas, entre las cuales no se encuentra ningún político, dado que éstos poseen un foro privilegiado que implica al Supremo Tribunal Federal como único órgano competente para poder investigarlos y proceder con su detención.

Entre las informaciones reveladas por la Fiscalía aparecen datos que involucrarían también al exministro José Dirceu, actualmente preso por el escándalo Mensalao; así como un documento en el que se detalla el pago de 1.200 millones de reales en sobornos al PT, a los exdirectores de Petrobras Paulo Roberto Costa, Renato Duque y Nestor Cerveró, y al exgerente de la estatal Pedro Barusco.

Cártel de empresas

Dos de las empresas investigadas por estos millonarios desvíos de dinero, Setal Engenharia y SOG Óleo e Gás, se acogieron recientemente a un acuerdo con las autoridades antimonopolio de Brasil a través del cual admitieron haber formado parte de un cártel para repartirse los contratos de Petrobras. Dicho acuerdo de confesión consiste en el suministro de información a cambio de la reducción de las sanciones que les serán impuestas por violación de las leyes de libre competencia.

Estas firmas admitieron formar parte de un cártel constituido desde finales de los años 90 e integrado por 23 compañías que se distribuían los contratos públicos a cambio del pago millonario de sobornos. Este "club de empresas" actuaba coordinadamente en las licitaciones de Petrobras desde la época del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, prolongando su modus operandi hasta inicios del 2012.

"Esas conductas fueron desarrolladas, principalmente, por medio de reuniones presenciales, contactos telefónicos y SMS entre los representantes de las empresas, centrados en la supresión y reducción de competitividad en las licitaciones de contrataciones realizadas por Petrobras en obras de montaje industrial onshore (producción en tierra), con previo acuerdo con el ganador del contrato respecto a precios presentados, condiciones, división de lotes, abstenciones y propuestas de cobertura, entre otros", según se lee en la declaración.

Las empresas participantes del cártel, además de las declarantes son: Camargo Correa, Andrade Gutierrez, Odebrecht, Mendes Junior, MPE Montagens y Projetos Especiais, Promon, Technint, UTC Engenheria, OAS, Engevix, Galvao Engenharia, GDL, Iesa Óleo e Gás, Quiroz Galvao y Skanska Brasil. Aunque el acta recoge también otras que "participaban esporádicamente en estas combinaciones": Alusa Engenharia, Construcap, Fidens, Jaraguá Engenheria, Schahin y Tomé Engenharia.

En la declaración de Augusto Mendoca, exrepresentante de Setal, se indica que "el cártel pasó a ser más efectivo a partir de 2004", tras la llegada del PT al poder.

Más allá de los escándalos

Swissleaks

El Senado de Brasil analiza las denuncias de cuentas de ciudadanos brasileños no declaradas en la filial suiza del banco HSBC en el caso Swissleaks. Con 8.667 nombres en la lista, Brasil es uno de los países más personas vinculadas al escándalo.

Pesimismo

El pesimismo sobre la recuperación económica se extiende a las perspectivas sobre la erradicación de la corrupción: el 65,7% de los consultados dice que no cree que los responsables de los sobornos vayan a ser castigados.

"Ladrones"

Tras haber posicionado la educación como un objetivo central de sus tareas en este segundo mandato. Dilma Rousseff tuvo que aceptar el pasado 18 de marzo la dimisión del titular de esta cartera, Cid Gomes, quien definió a la bancada oficial en el Congreso como "oportunistas" y "ladrones".

Inflación

Tras aumentar con fuerza en los últimos meses, la inflación se ha aproximado al 8%, el nivel más alto de los últimos diez años. Éste es uno de los factores fundamentales que han movilizado a cientos de miles de ciudadanos en todo Brasil reclamando el impeachment de Dilma Rousseff.