lunes, 23 de abril de 2012

¿Una nueva etapa de los movimientos sociales del Ecuador?

Por Decio Machado // Sociólogo y periodista
Revista La Tendencia

Por definición los movimientos sociales no son simples medios del cambio social ni la expresión pasiva de tendencias sociales de cambio, sino actores que se involucran activamente en el curso de los acontecimientos con el fin de influir sobre el desarrollo de los mismos.
Estos movimientos surgen  como una respuesta desde la sociedad civil ante la vulneración de derechos y fracturas estructurales  y son consecuencia de tensiones sociopolíticas, que no han sido  asumidas como áreas de intervención por parte de las organizaciones políticas de perfil clásico. En este sentido, las organizaciones sociales representan una alternativa de acción política frente a   las carencias existentes en las organizaciones de corte convencional.

La Marcha por la Vida, el Agua y la Dignidad de los Pueblos que arrancó desde el cantón El Pangui (Zamora Chinchipe) el pasado 8 de marzo y terminó en una multitudinaria movilización el 22 del mismo mes en Quito, muestra que más allá del apoyo recibido por las organizaciones políticas a la izquierda del oficialismo, los movimientos sociales se encuentran en una fase de recomposición tras varios años de crisis.

El 22 de marzo marca un punto de inflexión en la política ecuatoriana. El llamado gobierno de la revolución ciudadana ha dejado de tener el dominio total de la iniciativa en el escenario político nacional, reposicionándose  la movilización social como un factor insoslayable, a pesar de su relativa  ausencia desde la llegada de Rafael Correa al Palacio de Carondelet. Dicha movilización  vuelve a emerger reeditando fórmulas de conducción colectiva en las que están fuertemente implicados los movimientos sociales progresistas y combativos existentes.

Esta nueva realidad actúa en contraposición a las lógicas desarrolladas por el frente político del gobierno, el cual se han caracterizado desde el inicio de su gestión por intentar captar ideológica y clientelarmente a todo tipo de tejido social existente en el país.

La movilización del pasado 22 de marzo es el resultado de un proceso que tiene su inicio en la campaña  por el No en el Referéndum/Consulta del 7 de mayo de 2011, donde el gobierno nacional ya recibió una advertencia que ignoró o no supo entender.

Antecedentes inmediatos
Los movimientos sociales han marcado la historia del Ecuador durante la segunda mitad del pasado siglo, disputando su espacio de influencia política en las transformaciones socioeconómicas e institucionales que se han ido dando en el país. Son identificables diferentes momentos o etapas en función del protagonismo de los actores sociales: movimientos campesinos en la década de los 50 y 60; movimientos estudiantiles en los años 70; movimiento obrero en las décadas de los 70 y 80; y el surgimiento de los nuevos movimientos sociales a partir de los 90, con el protagonismo indiscutible del movimiento indígena.

El protagonismo político y social del movimiento indígena como paradigma de los nuevos movimientos sociales que se reproducían por otras áreas del planeta, les llevó incluso al acceso al poder en el año 2003 y a su correspondiente contradicción consecuencia de la crisis de legitimidad del sistema político ecuatoriano. Lo indicado con anterioridad generó la pérdida de centralidad política del movimiento indígena e impacto a lo interno de la organización,  provocando una crisis en el movimiento de la cual aun se está en fase de superación.

La aparición en febrero del 2006 de Alianza PAIS y el posterior desarrollo del fenómeno correísta, generó aun más contradicciones al interior de las organizaciones sociales. Gran parte de las reivindicaciones históricas de los movimientos sociales se veían plasmadas en el Plan de Gobierno del Movimiento PAIS 2007-2011, condición que inhabilitó en parte el quehacer cotidiano de este espectro político no institucional.

La convocatoria de la Asamblea Constituyente en 2007 y la gestación de la actual Carta Magna ecuatoriana a través de un importante proceso de participación social, conllevó que los movimientos sociales posicionaran estratégicamente su eje de acción en torno a dicho proceso.

La metodología aplicada para la elaboración de la Constitución permitió que las organizaciones sociales introdujeran gran parte de sus postulados en los debates constituyentes, satisfaciendo las pretensiones de la mayoría de estas .Así, se plasmaron en la Constitución de 2008 gran parte de las agendas de lucha de las organizaciones sociales en el ámbito ambiental, económico, sociopolítico, laboral, ciudadano, cuestiones de género, participación social o la reivindicación de plurinacionalidad.

Esto significó que en la campaña por la aprobación de la Constitución, referéndum que tuvo lugar el 28 de septiembre de 2008, coincidieran la mayoría de movimientos sociales junto a organizaciones políticas como Izquierda Democrática, Partido Socialista - Frente Amplio, Pachakutik, Movimiento Popular Democrático, Partido Comunista y el oficialista Alianza PAIS.

La subsidiaridad de los movimientos sociales a la lógica política que se desarrollaba en ese entonces no ayudó a la reconstrucción y empoderamiento de estos, dejándolos en una posición subalterna respecto a la política institucional.

El operativo represivo en Dayuma y todo lo referente al tema ambiental y la gestión de recursos naturales, incluyendo el debate sobre la consulta previa, fueron los temas más conflictivos en la relación entre los movimientos sociales y la nueva institucionalidad correísta durante ese período.

Las fracturas comenzaron a volverse más evidentes, a medida que el gobierno avanzaba en el tratamiento de varios proyectos de ley.  A poco más de año y medio en funciones, en noviembre de 2008 el gobierno presentaba  la Ley de Minería en la comisión legislativa,  desatándose a partir de entonces una serie consecutiva de movilizaciones que  conducirían  al distanciamiento sin retorno de diversos movimientos sociales, en particular el movimiento indígena, respecto al oficialismo.

Revitalización de los movimientos sociales en la coyuntura actual

La recomposición y reempoderamiento de los movimientos sociales toma fuerza a partir de que deja de ser creíble para la izquierda organizada, tanto política como social, el proceso de transformación; visibilizándose que el posneoliberalismo ecuatoriano es en la práctica el proceso de modernización más serio que ha tenido el Capital y el Estado en toda la historia del país. En ese proceso tiene un rol fundamental lo Público, de igual manera que lo tuvo en el periodo de postguerra en Europa, cosa que desconcierta a cierta intelectualidad autodefinida como progresista que aun mantiene postulados afines al régimen.

Sin embargo y citando a Touraine, “para que se originen esos movimientos no basta con que se opongan a determinada forma de dominación; es necesario, por el contrario, que reivindiquen también determinados atributos positivos[1]. Es en ese sentido en el que retoma toda su actualidad el concepto del Buen Vivir -formulado en las constituciones de Bolivia y Ecuador-, el cual más allá de sus debates teóricos, articula su fuerza en las prácticas de los pueblos indígenas y movimientos sociales, así como en la construcción política de alternativas al desarrollo entendido como progreso o el reclamo de otra relación con la Naturaleza (Acosta y Gudynas, 2012).

Movimiento social de mujeres

A partir de 1995, de manera particular desde las mujeres indígenas y campesinas empobrecidas, toma fuerza la idea de la Defensa de la Tierra, el cuidado de la semilla, la defensa de los mercados locales y la exigencia de no firmar el TLC con EEUU.

A finales de los 90 se incorporan a la lucha feminista  mujeres provenientes del movimiento indígena y los sectores populares. Esta situación hace que se conjuguen tres factores diferentes que tendrán afectación en este ámbito: movimiento de mujeres, movimiento indígena y defensa de la Naturaleza (encuentro entre clase, género, étnia y ecología).

Esta situación es fruto de la confrontación entre dos perspectivas encontradas en la cuestión de género: por un lado el feminismo institucional de entonces y por otro, un nuevo feminismo radical anti-neoliberal. Con la llegada al gobierno del correísmo, se vuelve a reconfigurar el escenario político feminista, saliendo del Estado el feminismo liberal y entrando sectores populares de mujeres al gobierno. La nueva institucionalidad conformada en torno al correísmo busca desarrollar entonces su crítica al neoliberalismo desde la afirmación de la necesidad de que las mujeres   accedan a mayores condiciones de equidad  en la esfera del desarrollo económico y se empoderen en el sistema político económico dominante.

De esta manera el Estado incorpora en su dialéctica institucional discursos importantes desde la perspectiva de género: economía del cuidado, reconocimiento de las mujeres en sus esferas de opresión, división del trabajo, equilibrio de cuotas, etc. Las instituciones públicas hacen suya una parte importante de la retórica feminista, las cuales se plasman en leyes y documentos institucionales, dándose cabida a la visión de género desde el ámbito institucional. Esta nueva práctica institucional, permite que las mujeres se vean favorecidas en ciertos espacios, aunque es visible también que el trasfondo de dichas políticas se limita a la búsqueda de una mayor capacidad de consumo -empoderamiento económico- dentro del sistema.

El discurso del nuevo oficialismo en materia de genero, se articula sobre la lógica del desarrollismo y los derechos de la mujer, legitimándose contradictoriamente sobre la reafirmación del Estado patriarcal y capitalista, en este caso, con pretensión de que tenga un rostro más humano. Así, asistimos a un modelo que impulsa la reactivación intensiva de la fuerza de trabajo femenina hacia áreas de la economía que van ganando preponderancia de acuerdo al modelo de desarrollo, cuyos incentivos  serían el trabajo y ciertas medidas de protección del Estado, las cuales no van a poder detener las derivas estructurales propias del capitalismo patriarcal, ni eliminar el empobrecimiento y la sobre-explotación de las mujeres y de la Pachamama.

Esta situación sigue generando una fuerte tensión entre mujeres y hombres, mujeres y Estado, mujeres y Pachamama; dando pie a la conformación de organizaciones de mujeres y feministas que posicionan su lucha por el Sumak Kawsay y una Economía para la Vida, en confrontación con el neo-extractivismo y por la defensa de la Naturaleza; contexto en el cual se denuncia el empobrecimiento de la población, la contaminación y la destrucción de los recursos naturales de los territorios (Aguiñaga y Flores, 2011).

Es en ese contexto donde se empoderan organizaciones de mujeres que podríamos definir como feminismo radical fuera del Estado, en confrontación con el feminismo social  redistributivo con amplias vinculaciones con el Estado o formando parte de este. Destacan en la línea radical organizaciones como Luna Creciente, CONFEMEC, Asamblea de Mujeres Populares y Diversas o las secciones de mujeres organizadas dentro de las estructuras indígenas.

Movimiento obrero

En la actualidad el Ministerio de Relaciones Laborales desarrolla roles que históricamente fueron destinados al sindicalismo. A través de los funcionarios públicos se resuelven conflictos laborales en los cuales la función del Estado no es la defensa de los puestos de empleo, sino que los trabajadores cobren adecuadamente sus indemnizaciones en caso de despido. Esta situación es perniciosa para las y los trabajadores dado que ha dejado sin defensa adecuada los puestos de empleo.

Reconociendo que el Mandato 8 sobre Tercerización, desarrollado por la Asamblea Constituyente, ha permitido el establecimiento de aproximadamente 500.000 puestos de trabajo que anteriormente estaban tercerizados; y que los incrementos salariales en la era Correa han sido sustancialmente superiores a los de otras épocas, el menosprecio institucional hacia las organizaciones de trabajadores ha derivado en que el respeto al derecho a la Negociación Colectiva brille por su ausencia.

Por su parte, los sindicatos se ven incapaces de afrontar la nueva forma de intervención institucional, mostrándose inútiles a la hora de aplicar estrategias de intervención que les permita recuperar lo que debería ser su rol protagónico en el mundo laboral.

La nueva institucionalidad vigente desprecia el rol organizativo de los sindicatos, considerándolos innecesarios así como herramientas de un mundo que consideran ya superado, el cual se articulaba en el ámbito del conflicto de clases.

Si bien el movimiento obrero ecuatoriano ya había perdido su protagonismo político en el transcurso de los años 80, la ruptura de determinadas centrales sindicales con el régimen ha hecho que en varios sectores haya organizaciones de trabajadores que han retomado cierto dinamismo y protagonismo social.

En la actualidad, fruto de las agresiones gubernamentales sobre los funcionarios públicos, hay acciones dirigidas a construir en el ámbito del sindicalismo crítico una Unión Sindical del Sector Público. Esta nueva estructura sindical pretende agrupar a los sindicados de la administración pública sin discriminación y hacerle frente a la ofensiva de los despidos masivos y la conformación de un nuevo sindicalismo oficialista y no combativo. Por otro lado se desarrollan acciones también dirigidas a unificar sindicatos con el fin de construir una Central Unitaria de Trabajadores. Los sindicatos que mayor incidencia están teniendo en esta propuesta son CEDOCUT y UGTE.

Movimiento ambientalista

Históricamente el modelo de desarrollo dirigido a la explotación de los recursos naturales se ha convirtió en generador de conflictos socio-ambientales. Esta realidad tiene como característica común la degeneración de dinámicas y tejidos sociales locales dado el tipo relación impuesta entre empresa y comunidad, con marcada ausencia del Estado en los territorios afectados, así como los problemas ambientales derivados de la actividad extractiva en dichos territorios, los cuales son sufridos por las poblaciones locales.

Los conflictos socio-ambientales involucran a compañías extractivas, Estado y actores sociales. Entre estos últimos cabe distinguir tres grupos: indígenas, campesinos colonos y organizaciones ambientalistas. A medida que se fortalece la capacidad de organización y movilización de estos actores, se conforma un complejo sistema de alianzas que desde la ética política cumple con la función de legitimación social de la lucha.

De esta manera, mientras el Estado valoriza el derecho público nacional a través de interpretaciones forzadas de los contenidos normativos de la Constitución y las leyes de protección del ambiente; la acción de las empresas valoriza el derecho privado y el libre mercado;y las organizaciones sociales –comunitarias, ambientalistas e indígenas- valorizan el derecho internacional, los derechos colectivos y el Buen Vivir.

En este tablero de juego encontramos dos tipos de alianzas entre los actores implicados. Por un lado, el Estado y las empresas extractivas, buscando el primero sacar provecho de sus recursos, mientras los segundos buscan la obtención de ganancias y ampliación de su área de influencia. Por otro, las organizaciones campesinas, indígenas y ambientalistas, articulan lógicas de protección ambiental, respeto a las comunidades y autodeterminación.

Citando a Marx y haciendo alusión a la histórica extractiva del Ecuador, cabe recordar que “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”.[2]

En todo caso, no podemos definir la existencia de un movimiento social organizado en torno a la temática ambiental en el Ecuador. Sin embargo, la conflictividad socio-ambiental cada vez es más relevante a nivel nacional consecuencia de las políticas neo-desarrollistas del régimen correísta.

Las luchas sociales entorno a la problemática ambiental en los diferentes territorios del país son cada vez mayores. Sin embargo, es necesario señalar, que hasta ahora no existe más conexión entre ellas que la presencia generalizada de la CONAIE en estos conflictos y de alguna que otra organización ambientalista, careciéndose de una coordinadora que agrupe a las organizaciones sociales y políticas de carácter nacional y local que pelean por la defensa de los derechos de la Naturaleza.

El hecho de que hasta ahora la mayor parte de los conflictos socio-ambientales se dan en territorio amazónico, responde a que es en la Amazonía donde se encuentran la mayoría de los recursos naturales que están siendo extraídos por transnacionales y compañías estatales, y que en este territorio se da la existencia de alto índice de población indígena, biodiversidad y ecosistemas altamente sensibles y actores políticos no favorables a las posiciones gubernamentales.

El gobierno nacional ha ido desarrollando en los últimos cinco años estrategias con el fin de doblegar a las poblaciones locales a sus intereses, generando clientelismo en territorios y comunidades donde esta práctica política ha formado parte de su historia. De igual manera el Estado ha impulsado políticas rupturistas al interior de las resistencias al proyecto neo-desarrollista, bajo la promesa de brindar apoyos para el desarrollo territorial y repartir los excedentes. Los excedentes petroleros se calculan en este momento sobre los 318 millones de dólares y en el caso del Proyecto Mirador –explotación minera recientemente concesionada a la transnacional ECSA bajo control chino- se ha negociado el anticipo de regalías por un valor de 100 millones de dólares, las cuales serán utilizados con idéntico fin.

Movimiento estudiantil

Aunque su protagonismo social se da en la década de los 70, en la actualidad se mantienen dos estructuras de notable potencialidad: la FESE como representante de los estudiantes de secundaria y la FEUE en el ámbito universitario.

Ambas estructuras estudiantiles han sido fuertemente golpeadas por el oficialismo en los últimos años, aunque mantienen una importante capacidad de movilización, estando sus organizaciones más importantes en la órbita política del MPD.

En términos generales, los movimientos juveniles, ya sean de estudiantes o no, se mantienen como la base para el reclutamiento de militantes activos, con capacidad de articulación común y manejo de Tecnologías Información y Comunicación, y relaciones con movimientos antiglobalización de otras partes del planeta.

El actual proceso de reformas en el sistema educativo y la enseñanza superior hace que esté por verse como se reformulará la capacidad de acción de estas organizaciones. Sin embargo, aun es constatable su capacidad de acción y visibilización, tanto en las temáticas que abarcan estrictamente a su sector como en otro tipo de reivindicaciones de carácter más general.

Movimiento indígena

Partimos de la premisa que a pesar de la crisis que atraviesan las organizaciones indígenas, este sigue siendo el movimiento social más importante del país, y su centralidad es claramente identificable como eje sobre el cual orbitan otras múltiples organizaciones sociales de índole diversa.

El desencuentro entre el régimen correísta y la CONAIE (principal organización del movimiento indígena) se agudizó a partir de la aprobación de la Ley de Minería, lo cual sumado al conflicto en torno a la Ley del Agua, supuso el desenlace de múltiples movilizaciones sociales en los últimos tres años.

En la Sierra Central se visualiza con claridad la existencia de movimientos impulsados desde el gobierno que buscan la división en la ECUARUNARI, columna vertebral de la CONAIE, a través de la captación de líderes históricos y políticas clientelares aplicadas sobre determinadas comunidades.

De forma paralela, la firma de conflictivos convenios de pax social entre el Ministerio Coordinador de la Política y determinadas organizaciones amazónicas muestran la capacidad de incidencia gubernamental sobre algunos dirigentes locales. La gravedad del asunto gira en torno al distanciamiento entre determinadas dirigencias y sus bases, lo cual genera un problema serio para la debida articulación del movimiento indígena en la Amazonía.

Por su parte, la CONAICE (organización indígena de la Costa) posicionada a favor del diálogo con el Gobierno, plantea los Planes de Vida de sus comunidades como la base para el diálogo institucional. Sin embargo hasta la fecha las cuatro nacionalidades (Awas, Eperas,Tsachilas y Chachis) al igual que los tres pueblos (Manta, Huancavilcas y Pucros) que componen la organización no tienen desarrollados dichos planes de vida, limitándose estos hasta el momento al esbozos de líneas teóricas.

A pesar de lo anteriormente descrito, algunos elementos han de considerarse como fortalecedores del momento actual que atraviesa la CONAIE.

Por un lado, la CONAIE se ha involucrado de forma activa en la reconstrucción de una coordinación a nivel nacional de las diferentes luchas emprendidas desde los sectores sociales, condición que dio origen a la exitosa movilización desarrollada entre el 8 y el 22 del pasado mes de marzo. También es destacable la involucración de esta organización en elementos de naturaleza diversa vinculados a aspectos que van más allá de lo que estrictamente podríamos considerar problemáticas del mundo indígena. Un posicionamiento fuerte ante la Onceava Ronda de Negociación Petrolera, la cual tendrá afectación sobre el 100% del territorio de los Andoas, 100% del territorio de los Záparas, 100% del territorio de los Shivias, 93% del territorio de los Achuar, 73% del territorio de los kichwas amazónicos y el 38% del territorio de los Shuar.

La elaboración de una propuesta coherente de Ley de Tierras, contemplando en ella no solo el acceso a esta, sino también el derecho territorial. La reconstitución de los territorios de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, lo que colateralmente significa también recuperar la iniciativa en materia de Circunscripciones Territoriales Indígenas, iniciativa actualmente en manos del ECORAE con escasos avances hasta el momento -a esta iniciativa se incorpora también la CONAICE, posicionando el tema de los CTI también en la Costa-. Reposicionamiento desde los territorios de las reivindicaciones en materia de lengua, cultura y demás derechos asociados. Planteamiento de la nacionalización de las tierras, hay mucho capital extranjero en las tierras ecuatorianas, debate que hasta el momento brillaba por su ausencia. Y recuperación de la iniciativa en torno a Ley de Aguas, situación quedó paralizada tras las movilizaciones del 2009.

La incorporación de organizaciones como la FEINE a la movilización del pasado 22 de marzo en Quito y generación de una agenda común con la CONAIE, así como el descontento generalizado en la FENOCIN consecuencia de la inacción gubernamental en materia de reforma agraria, permiten un panorama alentador para la rearticulación ya en marcha del principal movimiento social ecuatoriano.

Conclusiones

La movilización social es un proceso de organización social que se realiza a través de formas múltiples y mecanismos varios, que busca objetivos plurales, resignificando socialmente las instituciones, los sujetos y la democracia participativa. La movilización en la práctica es la única forma efectiva de participación para diversos sectores sociales, ciudadanía y sus representaciones sociales. Sin movilización estos sectores carecen de mecanismos efectivos para intervenir en aquellos asuntos de los cuales venían siendo excluidos.

Desde esa perspectiva, para un gobierno revolucionario, propiciar condiciones para la movilización social y política de los sectores organizados de la sociedad, debería ser un objetivo institucional en la búsqueda de conformar mayores niveles de autonomía, organización y participación de la población.

Lejos de esta visión, el correísmo se ha caracterizado por domesticar organizaciones sociales, anulando su capacidad de movilización, entendiendo esta como un elemento de desestabilización política.

El resurgimiento de la movilización social aparece como un elemento de presión política a la izquierda del gobierno, lo cual es una novedad en la actual etapa política ecuatoriana. Los movimientos sociales, en especial la CONAIE, han hecho una relectura del contexto político nacional, reformulando sus estrategias de intervención. Se pasa del corte de carreteras y de las acciones locales ha protagonizar movilizaciones en la capital del país, desarrollando estrategias que tienen como objetivo posicionar en el debate nacional los ejes de lucha.

La construcción de una agenda conjunta por parte de los movimientos sociales, tal como es el mandato plurinacional nacido de la Marcha por la Vida, 19 puntos que abarcan desde la oposición a la megamineria hasta el respeto al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, hace que estos actores recuperen la esencia de su rol social.

Que el polo político de izquierdas que se está construyendo en torno a la Coordinadora Plurinacional entienda adecuadamente cual es el rol de los movimientos sociales, con la finalidad de no repetir errores del pasado y superar los recelos que puedan existir en estos espacios a ser nuevamente instrumentalizados por poder político, es también fundamental. Esta condición toma especial importancia en un momento político que es coincidente con un período pre-electoral.

La construcción de contrapoder es fundamental para impedir las consecuencias históricas que para el Ecuador ha constituido el uso y abuso del poder. El objetivo central del proyecto político correísta es el monopolio de la vida política, lo cual le ha llevado a pasar de la utilización instrumental de lo popular al desprecio y control sobre todo tipo de articulación social. Para Gramsci, hegemonía es una composición de dominación y dirección, lo cual significa presencia ideológica en la sociedad y el Estado, así como el control sobre la dirección económica (control de los medios de producción). Sin embargo, el correísmo confundió hegemonía con el monopolio de la vida política, si en algún momento se logró lo segundo, está lejos de construir una nueva hegemonía.

En la medida en que Alianza PAIS se ha constituido en máquina electoral y agencia de colocación para sus afiliados en las estructuras del Estado, la organización dejó de ser un espacio de elaboración de un proyecto político en el seno de la sociedad, careciendo de espacios de debate y generación de participación política. En la actualidad el correísmo más que generar debates importantes en la sociedad, los intenta obstruir, tal y como es el caso de la minería a gran escala o el Buen Vivir como elemento de superación del concepto convencional de desarrollo.

El actual momento político que se vive en el planeta ha abierto un debate acerca de la necesidad de transformar las estructuras políticas en organizaciones programáticas, realmente democráticas y no meramente en instituciones cuyo objetivo fundamental es la perpetuación en el poder como un fin en sí mismo. En ese sentido retoma actualidad, si es que alguna vez la perdió, las estructuras sociales como elementos superadores de los partidos políticos estrictamente electorales.

Bajo este criterio, se puede afirmar que sin movilización social no habrá profundización y radicalización en los procesos de cambio, esto se demuestra claramente en la falta de transformaciones estructurales en el modelo de acumulación: en la actualidad, los grupos económicos poderosos nunca estuvieron mejor, y en todo caso los sectores más excluidos nunca estuvieron menos mal.

El rol de los movimientos sociales en la actualidad es constituir contrapesos ideológicos a un modelo socioeconómico que a pesar de sus logros sociales, reproduce y expande un modelo ideológico lesivo respecto al principio del Buen Vivir, los derechos de la Naturaleza y la democracia radical.



[1]Touraine, Alain. ¿Cómo salir del liberalismo? Editorial Paidos Mexicana. México, 1999. Pag. 55.
[2]Marx, Karl. El 18 Brumario de Luís Bonaparte. 1852. Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA). Panamá, 2006.

martes, 17 de abril de 2012

Geopolítica, geoeconomía y prospectiva en torno al conflicto de las Islas Malvinas

Decio Machado

Antecedentes históricos

El Imperio británico[1] se extendió por dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX.

Durante las primeras décadas del siglo XX, los británicos llegaron a tener bajo su control una población cercana a 458 millones de personas y unos 31.700.000 km2, lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial de entonces, así como una quinta parte del territorio terrestre del planeta[2].

En el Cono Sur[3] los antecedentes de intentos de dominación por parte del Imperio británico datan de principios del siglo XIX, cuantos los ingleses pretendieron dominar la zona del Río de la Plata (Buenos Aires y Montevideo), a través de dos malogradas invasiones: la primera, se realizó en el año 1806 con la ocupación de Buenos Aires, siendo los británicos expulsados posteriormente con tropas llegadas desde Montevideo, lo que le valió a esta última ciudad el recibir el título de “Muy fiel y Reconquistadora” por parte de la corona española; la segunda, se inició en la Banda Oriental (actual territorio de la República Oriental del Uruguay) al ocupar los británicos Maldonado y luego Montevideo en enero de 1807, siendo finalmente rechazados a mediados del mismo año en Buenos Aires, lo que propició la retirada inglesa del Río de la Plata.

En el caso de las Islas Malvinas, la primera presencia británica esta fechada en 1765, cuando una expedición inglesa izó su bandera tomando posesión de este territorio en nombre del Rey de Inglaterra.

En 1825, nueve años después de su independencia[4] [5], el Reino Unido reconocía el estatus soberano de Argentina, firmando un tratado de amistad, navegación y comercio. Sin embargo, el 2 de enero de 1833 una fragata inglesa llegaba al Puerto Soledad, izando, un día después, la bandera británica en desmedro de la argentina, y extendiendo su dominio sobre las islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur y Aurora (ubicadas al sudeste de las Malvinas). Hasta entonces las islas habían sido administradas por una autoridad de Inglaterra y otra de Argentina.

A partir de entonces comenzaron las reclamaciones argentinas, las cuales obtuvieron como respuesta británica que estos nunca habían renunciado a su soberanía sobre las Islas Malvinas. Todos los gobiernos argentinos, independientemente de sus tendencias políticas, han reclamado desde aquel momento su soberanía sobre Malvinas.

Malvinas y su interés geopolítico y geoeconómico

En la actualidad, las Islas Malvinas tienen una población estimada de apenas tres mil habitantes, estando situadas en el océano Atlántico, a 550 km de la entrada del estrecho de Magallanes.

Dentro del Archipiélago, se distinguen dos grandes Islas: la de la Soledad, o Malvinas Oriental; y la Gran Malvinas, o Malvinas Occidental, separadas por el estrecho de San Carlos (ver mapa 1).

Los principales recursos económicos del archipiélago han provenido históricamente de la exportación de lana[6] y de aceite de ballena. Sin embargo, en 1993, estudios de prospección sugieren que las islas son ricas en petróleo. La economía actual se basa principalmente en el ganado ovino, el cual abunda, aunque también existe el bovino y el equino. La tierra resulta apta para la producción en pequeña escala de legumbres y existe abundante turba[7] que ha sido utilizada durante años como combustible principal.

Mapa 1


También destacan en su aspecto económico la caza de focas y ballenas, pero su punto más importante ha pasado a ser la presencia de cuencas sedimentarias aptas para la obtención de hidrocarburos en los entornos de las Islas.
En este sentido, desde finales del mes de marzo de 2010 y pese a los reclamos argentinos, la empresa Desire Petroleum realiza tareas de prospección de crudo en la plataforma Ocean Guardian, que fue trasladada a la zona con este fin. Esta petrolera fue la primera en comenzar con este tipo de trabajos en la cuenca norte de las Malvinas.
La empresa pretende fijar ocho pozos, situados a unos 150 kilómetros al norte de las costas malvinenses. A ella se sumaron otras cuatro empresas, todas ellas también de capital británico y de una u otra forma involucradas fuertemente en la economía argentina. Estas son: Argos, Falkland Oil & Gas Limited (FOGL)[8], Rockhopper Exploration[9], y Borders & Southern Petroleum (ver mapa 2).
Desire Petroleum y Borders & Southern Petroleum tienen como accionista a la financiera británica Barclays Bank, que a su vez forma parte de una de las principales empresas que operan en Argentina: Minera Alumbrera, cuyo principal yacimiento se encuentra en la provincia de Catamarca.
La Falkland Oil & Gas Limited está controlada por la mayor minera del mundo, la australiana BHP Billiton, que desde 2008 busca cobre y oro en 40 mil hectáreas ubicadas en la provincia de Salta. Por su parte, Rockhopper Exploration, de capital alemán, es asesorada por el banco HSBC[10].
Para muchos analistas petroleros, la Desire Petroleum no es más que una pantalla de Shell[11], y de hecho su fundación en 1996 estuvo capitaneada por un ex geólogo de la Royal Dutch Shell. Su principal accionista es el banco inglés Barclays Bank PLC, el cual tiene un porcentaje de BlackRock, el segundo capital de Xstrata (extractiva que explota Minera Alumbrera en Catamarca) y una de las compañías que controla la Borders & Southerns Petroleum.
Las compañías llegaron a las islas con la intención de descubrir si en su lecho submarino se albergan unos 60.000 millones de barriles de petróleo[12], tal como lo promocionan las autoridades isleñas. De ser así, el nivel de recursos existentes en las Malvinas superaría con creces las reservas estimadas en Argentina y Gran Bretaña[13].
La empresa Minera Alumbrera es considerada por las comunidades víctimas de su explotación como responsable de graves daños ambientales en Catamarca y está acusada judicialmente por envenenar con metales pesados las aguas de la cuenca Salí-Dulce (zona compartida entre las provincias de Tucumán y Santiago del Estero). Dicha minera está gerenciada por Xstrata PlC (controlada por el Barclays Bank a través de la propiedad del 50% de su accionario)[14].
Por otro lado, uno de los fondos de inversión más importantes del mundo, el Blackrock Group (propiedad del Bank of América[15]), además de ser accionista de la Barrick Gold – megayacimientos Veladero y Pascua Lama-, tiene participación en las petroleras Rockhopper, Desire Petroleum y en Falkland Oil and Gas Limited, siendo propietaria del 49% del capital accionarial de esta última. De igual manera, TD Asset Management, fondo de inversión americano accionista de la Barrick Gold y de Goldcorp (concesionaria minera del Cerro Negro, en Santa Cruz) tiene el 7,4% de las acciones de Rockhopper y el 7.5 % de Desire Petroleum.

Mapa 2
Fuente: ttp://diariopregon.blogspot.com

Las expectativas de estas transnacionales petroleras son reales, el petróleo existe en el subsuelo marítimo de las Malvinas. En esta tercera ronda de exploración petrolera sobre el Atlántico Sur -que se inició en 1997-, las cinco compañías petroleras adquirieron sus licencias al ridículo costo de 30 mil dólares anuales. Hasta ahora, sólo una de ellas, Rockhopper[16], ha descubierto reservas de crudo a 300 metros de profundidad, aunque para el resto de estas transnacionales el rendimiento de sus inversiones es apenas una cuestión de tiempo[17].
Dado que las Islas Malvinas no cuentan con refinerías, el crudo será exportado directamente sin utilizar la infraestructura del continente. La exploración se realiza en un radio de 250 millas sobre el mar, extensión que definió el Reino Unido, de manera unilateral, en 1986.
En marzo del presente año, Argentina amenazó con llevar a tribunales internacionales a las empresas que prestaran, directa o indirectamente, algún tipo de colaboración con las petroleras[18], a fin de obligar a Londres a iniciar el diálogo que ordenó la Naciones Unidas.
La distancia entre Londres y las Islas Malvinas es de aproximadamente 12.700 kilómetros (ver mapa 3). La explotación de crudo en las Malvinas generará posiblemente una nueva ruta marítima petróleo con sus consiguientes riesgos. Se estima que entre el 0,1 y 0,2% de la producción mundial de petróleo acaba vertido al mar. Aunque el porcentaje puede parecer bajo, su cuantificación es de casi 3 millones de toneladas anuales, las cuales además de contaminar las aguas provocan graves daños en el ecosistema marino.
Mapa 3





Con referencia a los campos científicos y técnicos, las Islas Malvinas poseen una magnifica ubicación para el rastreo de satélites, o establecimiento de estaciones de investigación espaciales, ionosféricas, meteorológicas, y oceanográficas. Su desarrollo económico vía explotación de crudo reforzará este territorio como plataforma de investigación británica en estos campos.
En lo que respecta al factor político, las Malvinas posibilitan la injerencia de Gran Bretaña en el Atlántico Sur, la cual se materializa a través de su presencia en las Islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur, Aurora, Santa Elena o Tristan da Cunha. En consecuencia las Malvinas constituyen un punto de recalada obligado de las expediciones antárticas británicas[19], que tienen a su vez un punto de apoyo en Grytviken en las Georgias del Sur.
En el ámbito militar, las islas cuentan con más de una decena de polígonos de tiro, una pista de aterrizaje para aviones de guerra y dieciocho estaciones repetidoras de señal de radio. Esta situación la convierte en una plataforma de operaciones de la OTAN en el caso improbable pero no por ello descartable de conflicto militar.
El apoyo político a la reivindicación argentina
El conjunto de factores referenciados con anterioridad hace que se reproduzca un foco de inestabilidad en la zona, dado que el reclamo de soberanía argentino hacia la administración británica de las islas ahora se multiplica.
Por un lado, la disputa por la soberanía de las Malvinas, tuvo su desenlace fatal el 2 de abril de 1982, día del desembarco militar argentino en las islas, desarrollándose una guerra que culminó el 14 de junio del mismo año, y que conllevó la derrota militar de Argentina y la consiguiente reconquista de los tres archipiélagos (Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur) por parte del Reino Unido[20], generando un trauma no superado en el subconciente colectivo argentino. Por otro, el interés en el área petrolera que rodea las islas despierta con nuevos ánimos el reclamo de soberanía por parte del gobierno kirchnerista.
Sin embargo, y más allá de las retóricas altisonantes, el nacionalismo territorial y una simplista pero efectiva estrategia que busca la seducción de la ciudadanía bajo criterios políticos de corte patriótico-republicano, queda por ver cual es el posicionamiento real en lo político de los diferentes países latinoamericanos al respecto.
El realismo de los negocios, la realpolitik[21] y la llamada diplomacia petrolera hace que no esté tan claro cual es la posición de determinados países del continente hacia las soflamas argentinas respecto a las Malvinas.
El caso de Brasil
Según los correos electrónicos de StratFor[22], revelados por la agencia Wikileaks[23] (más de 10.000 emails referidos a Argentina), se refleja que el pulso político argentino con Reino Unido por Malvinas, goza de cierto grado de apoyo brasileño. Según estos email, Brasil habría mencionado varias veces que el Atlántico Sur es el “Amazonas azul” y que ningún país del norte debería estar ocupando dicho territorio marítimo.
Desde que el ex presidente Lula da Silva llegó al poder, Brasil ha dado señales de apoyo a Argentina en el tema de las Malvinas, referenciándose en dichos emails que los brasileños no quieren a Gran Bretaña cerca de sus reservas de crudo (ver mapa 4).
Mapa 4



Fuente: Info Energía (http://estudiosdelaener.blogspot.com)


Para Brasil, Argentina dejó de ser una amenaza hace años, temiéndole más a que el Reino Unido esté de una u otra forma implicado en la zona, dada su asociación con la OTAN y su cercanía en política internacional con los EEUU. De hecho, el último Plan Nacional de Defensa de Brasil dice que el Atlántico Sur debería ser una de las prioridades brasileñas en el área de seguridad.
Es constatable que el apoyo de Brasil a Argentina tras la Guerra de las Malvinas (1982) no solo trajo dividendos gracias al intercambio comercial[24], sino que además transformó una rivalidad histórica en una sólida alianza que permitió reconducir significativamente sus gastos en defensa. Cuando los brasileros dejaron de temer una “invasión argentina”, tuvieron la posibilidad de redireccionar esos recursos hacia la región amazónica y otras áreas de interés nacional.
Una vez conformado el Mercosur, esta unión argentino-brasileña también incluyó la venta de equipos militares por parte de Brasil, en especial de aviones producidos por la firma Embraer[25] (que comenzó recientemente a incluir partes elaboradas en la Argentina)[26].
La alianza entre Brasil y Argentina ha complicado la estrategia del gobierno de David Cameron a la hora de incrementar su presencia en territorio brasileño, aunque según los británicos, “Brasil tendría que realizar sus propios análisis de costo-beneficio en torno a la Argentina, al Mercosur y al Reino Unido. Pero, aun existiendo una política coordinada, dudo que resulte exitosa y, además, tanto a nivel comercial como económico, todos saldrían perdiendo. Lo que el Mercosur ha logrado hasta ahora es la parte más sencilla, porque en realidad, el acuerdo que impide el paso de navíos con bandera de las Falklands[27] solo afecta a un número reducido de embarcaciones, que también están habilitadas para navegar con bandera inglesa, de modo que esa decisión fue más simbólica que significativa[28].
Desde la visión de Brasil, su apoyo a la causa argentina se visualiza a priori como ventajoso, aunque no está exento de riesgos. El gobierno brasileño, por un lado, desea alejar a sus competidores británicos de la exploración petrolera en las costas sudamericanas; pero por otro lado, es consciente de que puede perder una posición privilegiada entre los inversores del Reino Unido[29].
También es de destacar que Brasil anunció en 2009 sus planes para construir una flota de cinco submarinos nucleares[30], situación que en 2016 (fecha en la que entrarán en servicio) reducirá de forma notable el desequilibrio actual de poder militar en el Atlántico Sur.
En este contexto, los estrategas militares británicos declaran estar preocupados por la aptitud brasileña, referenciando entre veladamente que Brasil pretende imponer en un futuro próximo su propia versión de la Doctrina Monroe[31] sobre las aguas de la región –exigiendo que las potencias extranjeras se alejen de su “patio trasero”[32] tal y como lo hizo EEUU en los siglos XIX y XX-.
Sin embargo y a pesar de todo lo anterior, no podemos olvidar que el mayor reclamo brasileño en política internacional es obtener un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas[33]. Gran Bretaña apoya ese reclamo, Argentina no. Ante esta situación, y consciente de las tácticas de negociación brasileñas, Argentina se verá en la obligación de cambiar de posición, asumiendo su subalternidad permanente frente a Brasil, a cambio de su apoyo irrestricto a la causa de las Malvinas. En caso contrario, cabría esperar que el acompañamiento brasileño quede como una posición meramente diplomática o de utilización táctica coyuntural.
El caso de MERCOSUR
La cumbre de presidentes de Mercado Común del Sur celebrada en diciembre del 2011 en Montevideo, permitió llegar al acuerdo de que a los barcos con bandera de las Malvinas les sean bloqueados el acceso a los puertos de MERCOSUR (ver mapa 5).
La declaración firmada por los países del MERCOSUR establece que éstos adoptarán “todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las islas Malvinas“. Además, aquellas embarcaciones que hayan sido rechazadas por ese motivo en algún puerto de la región “evitarán solicitar el ingreso a otros puertos de los demás Estados parte del MERCOSUR y Estados asociados mientras sean portadoras de dicha bandera“.
Mapa 5





Fuente: American Diplomacy (Foreign Service Despatches and Periodic Reports on U.S. Foreign Policy)


Además de Argentina, Brasil y Uruguay, el MERCOSUR incluye a Paraguay (país interior), mientras que sus asociados con costas son Ecuador, Perú, Colombia y Chile, en tanto Venezuela, también costero, está en proceso de adhesión.
La presidenta argentina, durante ese evento indicó: “Quiero agradecerles a todos su inmensa solidaridad con Malvinas, pero sepan que cuando están firmando algo sobre Malvinas a favor de la Argentina lo están haciendo también en defensa propia (…). Malvinas no es una causa argentina, es una causa global, porque en Malvinas se nos están llevando recursos petroleros y pesqueros.”[34]
El propio secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, afirmaba días después que no entendía la posición británica de enviar barcos con bandera de las Islas Malvinas: “Nunca entendí la porfía de Reino Unido de mandar barcos que perfectamente puede mandar con bandera británica“.[35]
En efecto, como indica Insulza, el bloqueo de MERCOSUR no pasa de ser una posición meramente simbólica, que tiene su importancia diplomática, pero que afecta muy levemente a los intereses británicos, teniendo su mayor impacto en el ámbito de la arrogancia y el ego anglosajón.
Durante su visita a Brasil, en la segunda quincena del pasado mes de enero, el canciller británico William Hague, aseguraba que los barcos de las Islas Malvinas pueden cambiar su bandera por la británica para evitar la restricción. “No hay ninguna barrera legal para que los buques registrados en Stanley, Islas Malvinas, naveguen con la bandera británica en lugar de la bandera de las Islas Malvinas”, indicaba Hague, ofreciendo una sencilla solución al problema, “está claro que los buques que enarbolen la bandera británica deben tener acceso a los puertos de América del Sur como sucede en cualquier otra parte del mundo.”[36]
Más allá de lo coyuntural, algunos elementos más deben ser analizados en la relación Reino Unido y por extensión Unión Europea, con Argentina y por extensión MERCOSUR.
La Unión Europea está planteando al MERCOSUR, desde el cuarto trimestre el año pasado, que quiere cerrar en diciembre de 2012 los 13 años de negociaciones[37] para el acuerdo de libre comercio, definido eufemísticamente como Acuerdo de Asociación con la UE.
En noviembre de 2011, la UE en una reunión de negociadores técnicos de ambos bloques en Montevideo, proponía que en junio próximo, tras las elecciones presidenciales en Francia[38], las partes presenten sus ofertas de apertura comercial y que seis meses después se cierre la discusión. Los representantes de los cuatro países de Mercosur enfriaron el entusiasmo de la Comisión Europea y les respondieron que tendrían que esperar a la próxima reunión birregional para aceptar o no ese calendario. Desde entonces hasta aquí los resultados han sido magros.
En la octava ronda de negociaciones que se dio en el pasado mes de marzo en Bruselas, no hubo grandes avances, aduciendo los europeos que Argentina se ha convertido en una “traba” y encomendándose ha mejor suerte para la próxima ronda de negociaciones que tendrá lugar en Brasilia el próximo mes de julio.
De hecho Argentina anunció que comenzará a exigir, desde el presente mes de abril, una declaración jurada a las empresas que importen servicios por montos superiores a 100.000 dólares anuales o realicen pagos mensuales de 10.000 dólares.
La medida se suma a otras de control a las importaciones adoptadas en los últimos meses por el gobierno de Cristina Fernández Kirchner y cuestionadas por sus socios del bloque sudamericano. La intención del gobierno argentino es acumular divisas, en un marco de crisis financiera internacional.
A esto hay que sumar la reciente nacionalización de la petrolera YPF, lo cual ha conllevado reacciones de carácter chovinista por parte del Estado español, quien a través de su secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, consideró que Argentina se podría convertir “en un apestado internacional” por romper “las reglas de juego”; llegando incluso a amenazar con que “no habrá avances” en las negociaciones para la firma de un acuerdo de asociación entre la UE y el MERCOSUR.
Algunas reflexiones al respecto:
La creación del MERCOSUR[39] permitió expandir fuertemente los intercambios entre los países miembros al punto de que, desde el ámbito comercial, ha de ser considerado como un gran éxito. La existencia del MERCOSUR ha incrementado los flujos comerciales de forma notable, los cuales pasaron de US$4.5 mil millones en 1991 a US$45 mil millones en 2010. También se ha avanzado en el establecimiento de un Fondo de Convergencia Estructural (FOCEM) para enfrentar las asimetrías con Uruguay y Paraguay. Se ha conseguido una tarifa externa, un código de aduanas y disciplinas comerciales comunes.
Desde la perspectiva brasileña, se triplicó las ganancias en las exportaciones a Argentina, y modificó desde el 2003, la balanza comercial hacia un saldo notablemente superavitario. En el caso de Paraguay y Uruguay, aunque la balanza comercial también es favorable, el enfoque brasileño es diferente, dado que las inversiones de sus empresas son consideradas desde una perspectiva estratégica en ambos países.
Para los brasileños, su mayor preocupación se basa en la competencia con los exportadores chinos, pues el mayor grado de competitividad para los brasileños esta dado por la reducción de tarifas para entrar al mercado argentino. En febrero de 2011, el gobierno argentino elevó el número de productos con licencias no-automáticas lo que según estimaciones brasileñas ha tenido una afectación de más del 20% en sus exportaciones hacia el país vecino, sobre todo en materia de textiles y productos industriales. A esto se sumó la reciente restricción a la importación de alimentos, por atrasos en la emisión de certificados sanitarios y la preocupación por las posiciones Argentinas en el ámbito europeo: el caso YPF y que no se comentan errores de medición en la estrategia desarrollada por la Kirchner en la cuestión de las Malvinas.
Desde Itamaraty, bajo el prisma de una visión panorámica de América del Sur con horizonte en el 2022, se reitera la importancia de situar a Brasil y su política exterior en la Región, comparando la situación sudamericana con la experiencia europea post Segunda Guerra Mundial: poblaciones excluidas y grandes asimetrías. Sin embargo Argentina ha dejado de ser considerado como un socio fundamental, ocupando su lugar las destacadas relaciones con China. Samuel Pinheiro Guimarães[40] escribiría en 2010: “Para muchos países de América del Sur, la China se convirtió en el primero o segundo socio comercial (…). La presencia de las grandes empresas chinas como inversoras se expande rápidamente…[41]
Efectivamente, los socios del MERCOSUR comienzan a perder la paciencia y muestran su malestar con las medidas proteccionistas de Argentina[42] (ver gráfico 1). Los empresarios de los países respectivos presionan a sus gobiernos para que protesten a la presidenta Cristina Fernández Kirchner.
Gráfico 1


Fuente: Global Trade Alert (GTA)

El conjunto de estas condiciones fuerza la situación al interior de MERCOSUR, posicionando a Argentina como el principal generador de conflictos en el ámbito del Mercado Común del Sur. Este hecho complejiza la adopción de medidas que impacten realmente a Gran Bretaña en el contexto del litigio por las Malvinas.
Desde otra perspectiva, es difícil esperar que organizaciones internacionales tan dispares ideológicamente y con interés tan diversos entre sus miembros asociados como UNASUR, OEA o el Grupo de Río, puedan llegar a algo más que el respaldo diplomático a la iniciativa argentina y la correspondiente adopción de medidas simbólicas como la expresada por MERCOSUR a través del bloqueo de sus puertos.
El caso de Chile
En los años posteriores a la Guerra de las Malvinas, la versión de que Chile había colaborado con los británicos siempre estuvo presente, hasta que se convirtió en historia oficial en 1999.
En dicho año, el ex Comandante de la Fuerza Aérea de Chile, Fernando Matthei reconoció haber ayudado[43] a Gran Bretaña y contó detalles de las operaciones, luego de que Margaret Tatcher agradeciera públicamente la ayuda chilena, develando un secreto a voces.
El gobierno chileno de entonces, justificó su actuación bajo criterios defensivos, dado que en el caso de que Argentina hubiera vencido a los británicos, el próximo objetivo militar habría sido un Chile indefenso militarmente y con quien se mantenían problemas limítrofes que estuvieron a punto de convertirse en conflicto armado en 1978[44].
Además, Chile ha sido históricamente un país tradicionalmente cercano a Gran Bretaña.
La influencia británica sobre la Armada chilena se remonta a 1818, cuando Manuel Blanco Encalada era Comandante General de la Armada y la mayoría de sus principales oficiales eran ingleses. Ese mismo año llegó a Valparaíso Lord Cochrane, proveniente de una estirpe de ilustres marinos ingleses. Un año después ya al mando de la Escuadra Chilena, todos los comandantes de buques chilenos eran ingleses, con excepción de un norteamericano. Esta condición explica los apellidos de todo un linaje de hombres de mar en la Armada chilena.
Por su parte, la inmigración británica en Chile se remonta también al siglo XIX, cuando población de origen británico se asentaba en territorio chileno entre los años 1840 y 1914. En la actualidad el número de chilenos con esta ascendencia es cercano a los 700.000, siendo el país latinoamericano con mayor número de descendientes británicos.
A pesar de esa cercanía histórica a los británicos y su participación en el conflicto de 1982, los chilenos han ido alterando su posición respecto al litigio isleño en base fundamentalmente a una clave geopolítica: un triunfo definitivo de Londres podría abrir flancos para en la política exterior de Chile, dado el reclamó del Reino Unido sobre el territorio antártico[45], tema hasta ahora congelado por tratados internacionales.
Por otro lado, la tradición política chilena ha hecho que el país haya buscado históricamente más su acercamiento a los países del norte que su convivencia e integración regional con los países de la región. Chile es el país de los TLCs y de otros tipos de acuerdos comerciales, habiendo firmado 23 de estos entre 1993 y 2009, estrategia que continúa teniendo los ojos puestos en las grandes potencias económicas mundiales. De igual manera, los chilenos se convirtieron en enero de 2010 en el primer país sudamericano miembro de la OCDE, pretendiendo junto con México desmarcarse de la realidad latinoamericana a la que pertenecen. Sin embargo, la realidad es terca y Chile sigue siendo el país de la OCDE con mayor desigualdad social[46] a pesar del impacto de la crisis mundial en los países del norte.
El posicionamiento geopolítico de Chile lo convierte en un pieza clave en el conflicto de las Malvinas. El archipiélago no puede ser aislado por Argentina si no es a través de la República de Chile. De igual manera, para el Reino Unido, Chile es un país vital para el aprovisionamiento de la isla, dado que esta se suministra a través de la zona austral chilena (ver mapa 6).
Mapa 6



Fuente: Mapa USGS


Desde una posición táctica, los chilenos consideran adecuado apoyar las pretensiones argentinas, reforzando la conciliación vecinal en marcha y solidificando los “nuevos” vínculos entre ejércitos, dándole así un importante empuje a la coordinación en materia de seguridad y defensa.
Sin embargo, estas “nuevas” relaciones de conciliación chileno-argentinas tienen debilidades notables, entre las que destaca una enorme distancia en el marco de las relaciones políticas a nivel de gobiernos, explicables en parte por las abismales diferencias ideológicas entre ambos. Esta situación implica en la práctica, que esta alianza regional es un acto meramente “instrumental” –por lo tanto débil- tanto para argentinos como para los chilenos.
Por otro lado, desde una visión “estratégica”, los intereses chilenos consideran indispensable el mantenimiento de estrechas relaciones Gran Bretaña, situación que les refuerza internacionalmente dada su debilidad militar, económica y política con respecto a su vecino -el segundo país más grande a América Latina y octavo del mundo-.
Para el gobierno chileno, el “factor antártico”, referenciado con anterioridad, asume un rol preponderante en la situación actual y es un factor determinante respecto al alcance final de este nuevo marco de conciliación entre los dos gobiernos. Es en ese sentido, que los chilenos ya reclaman al Estado argentino, una política que no ponga en cuestión los intereses de Chile en el extremo austral, facilitando así su proyección hegemónica en la Antártida. Si Argentina compite con Chile en tal cuestión, es fácil prever el deterioro de las relaciones entre ambos países, lo que tendrá implicaciones en la posición chilena respecto a las Malvinas.
Es entonces en ese juego, donde el gobierno de Chile habla de la pretensión argentina de soberanía sobre las Islas Malvinas, no utilizando el término “derechos de soberanía”, desarrollando las “artes del funambulista” respecto a los equilibrios y desequilibrios del poder, así como a la filosofía de las concesiones mutuas.
En resumen, la lógica chilena podría describirse a grandes rasgos con un pensamiento pragmático: “Chile y Argentina para los dos, pero no necesariamente contra los otros.”[47] Lo que en definitiva vendría a significar que a pesar del apoyo actual, Chile no está disponible para “cruzadas” contrarias a su interés nacional y que en esta vida, todo tiene un precio..
Algunas conclusiones finales
La política argentina está “malvinizada” desde los años 80, y de hecho se considera que esta causa es la que más une a los argentinos en torno a una tesis común. Esta realidad se ha visto agudizada intencionadamente por diferentes de sus mandatarios en los últimos decenios.
De igual manera, el altamente cuestionado gobierno conservador de David Cameron, ha intentado hacer -aunque con poco éxito-, de la administración sobre las Malvinas una estrategia de distracción de los problemas internos en Reino Unido y una plataforma nacional sobre la cual aglutinar apoyos políticos hacia su gestión.
Consciente de la legitimidad del reclamo argentino y sin olvidar las bacanales propagandísticas instrumentadas a nivel internacional por el imperialismo, las cuales “combinan la impudicia, el engaño y la especulación de la ignorancia con la certeza de su propia impunidad[48]; conviene reconvertir esta cuestión, transformada en seña de identidad, en lo que realmente es: un conflicto jurídico político entre dos países, articulado sobre intereses geopolíticos y geoeconómicos de gran envergadura bajo lógicas comunes, fruto de una acción de conquista realizada hace casi doscientos años.
Estas lógicas comunes son: estrategia para aglutinar o solidificar apoyos políticos al interior de los respectivos países, intereses económicos respecto a la extracción de recursos naturales y posicionamientos estratégicos ante el futuro reparto de la Antártida.
Ante esto, un antecedente que también hemos de tener claro: la guerra de 1982 fue un crimen cometido tanto por el ejército británico –con un poderío militar notablemente superior al de su adversario- como por la Junta Militar argentina, la cual según el desclasificado “Informe Rattenbach”[49], ejecutó una pésima planificación estratégica y por un infame interés político, hizo creer a sus ciudadanos que Naciones Unidas condenarían al gobierno de Margaret Thatcher, que Ronald Reagan apoyaría a Argentina y que la Junta Militar chilena asumiría el rol de mero observador en el conflicto militar.
Otro elemento a tener en cuenta es que las Islas Malvinas no son un territorio sin pueblo, lo que hace necesario tener en cuenta que los isleños también tienen opinión y sus propias formas de vida, y que ante esta situación sus deseos deben ser considerados en una solución global del conflicto. Esta cuestión no debe ser desconsiderada, dado que todavía pita en nuestros oídos la frase de Rafael Bielsa, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores durante el primer gobierno de Néstor Kirchner, cuando indicaba: “Las tres mil personas que viven en Malvinas son súbditos británicos desde el 83. De modo tal que su opinión me importa tanto como la de los tres mil británicos que viven en Eaton”.
De igual manera opinan determinados intelectuales defensores del “nuevo populismo”, quienes consideran que la inexistencia de una étnia propia anula este factor en la temática isleña; o los que consideran que la población existente en la isla, descendiente de la ubicada por los británicos hace casi dos siglos, no es merecedora de voz y voto consecuencia del acto de piratería realizado por el gobierno ocupante hace 179 años (argumento al que se le podrían encontrar algunas similitudes con el utilizado por el sionismo para justificar la ocupación de Palestina).
Sin embargo, el concepto filosófico de la autodeterminación se deriva de la necesidad humana de hacer realidad sus aspiraciones y de la afirmación de la igualdad intrínseca de todo ser humano con independencia de su condición étnica y factores históricos como el referido con anterioridad. En caso contrario, deberíamos localizar a los tataranietos de la población que fue expulsada de las Islas Malvinas en 1833, para que sean estos los que decidan cuales deben ser las formas de gobierno apropiadas para las islas; cual su desarrollo económico, social y cultural; así como para que tomen las decisiones oportunas que les permitan estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad.
La libre determinación ha sido una reivindicación histórica de la izquierda desde la época de las colonias[50] hasta nuestros días y este factor no debe ser olvidado. Ahí están con sus diferentes connotaciones históricas, reclamos actuales como los de Palestina, Armenia, Kurdistán o Euskal Herría, entre otros. Estos reclamos son los mismos que no atendió el Reino Unido respecto a Irlanda del Norte, por poner tan solo un ejemplo.
Más allá de todo esto y dejando de lado los interés económicos del caso, es evidente que la razón ampara la posición argentina y que las Islas Malvinas, así como el resto de archipiélagos demandados en la actualidad por el gobierno de Cristina Fernández Kirchner, son territorios que deben pertenecer a la soberanía argentina bajo un criterio de integración nacional.
En este sentido, la reformulación estratégica articulada desde el gobierno argentino, se muestra coherente y prudente, a pesar de las problemáticas anteriormente descritas y sobre las que se deberá interactuar inteligentemente desde una visión de Estado tanto por parte de la administración Kirchner como de las administraciones que la sucedan.
La cuestión Malvinas es un cuestión que abarca de forma amplia al conjunto de la política de integración regional, afecta al sistema de defensa sudamericano, y los intereses propios existentes en los diferentes países de la Región deben ser abordados sin desmedro de la integración nacional argentina.
Con respecto a los habitantes de las islas, la República de Argentina esta obligada moral y éticamente a plantar lógicas de respeto político con determinados sistemas administrativos y su autonomía respecto al gobierno central, así como con su cultura, idioma y formas de vida tradicionales.
Todos los indicadores vienen a determinar que el desenlace de este conflicto no se dará a corto plazo, aunque si entendemos la política como el “arte de lo posible”[51], Deng Xiaoping demostró que es “posible” crear fórmulas originales –incluso con los británicos- que hagan posibles la descolonización de pequeños territorios como fue el caso de Hong Kong y Macao a través de la fórmula “un país, dos sistemas”[52].


[1] El primero en utilizar la expresión «Imperio británico» fue el doctor John Dee, astrólogo, alquimista y matemático de la reina Isabel I de Inglaterra, 1558-1603.
[2] El punto de máximo del auge imperial británico se sitúa entre 1890 y 1920. Dicha hegemonía imperial contribuyó al crecimiento económico del Reino Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad países que son de una gran importancia política mundial provienen del antiguo imperio británico. Entre estos: Estados Unidos, India, Canadá, Australia, Sudáfrica o Nueva Zelanda.
[3] Este territorio sudamericano con forma de triángulo escaleno, tiene como vértice el Cabo de Hornos mientras que sus dos lados más largos corren a lo largo de las costas de los océanos Atlántico y Pacífico hasta los puntos de inflexión de las líneas costeras en los que se verificaría el final del área peninsular que tiene el sur de América: Arica, en el Pacífico, y aproximadamente el límite septentrional del estado de Paraná, en el Atlántico.
[4] La declaración de independencia de Argentina fue una decisión tomada por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de las entonces Provincias Unidas en Sudamérica. Fue proclamada el martes 9 de julio de 1816, y con dicha declaración se rompían los vínculos de dependencia política que los gobiernos locales tenían con la monarquía española.
[5] Extracto del Acta de Independencia: “Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”
[6] La economía de la isla estaba constituida principalmente por ganado vacuno, comenzando a declinar al final del primer período de ocupación (1866) para dar paso al ganado lanar.
[7] La turba es un material orgánico, de color pardo oscuro y rico en carbono. Su formación es el resultado de la putrefacción y carbonificación parcial de la vegetación en el agua ácida de pantanos, marismas y humedales. Se emplea como combustible y en la obtención de abonos orgánicos.
[8] Las Falkland Oil and Gas Limited anunciaban a primeros del 2012 que habían captado 48,5 millones de libras (74,4 millones de dólares, 58,2 millones de euros) en una emisión ampliada de acciones, suma que les permitirá perforar dos pozos de alta complejidad en la Cuenca de Malvinas, uno de ellos en aguas profundas.
[9] La empresa petrolera británica Rockhopper Exploration pretende extraer petróleo en las islas Malvinas a partir de 2016. Rockhopper Exploration realizó ya con éxito las primeras pruebas de prospección, que dieron muestra de importantes existencias de crudo. La empresa cifró los costes de preparación para la extracción en 2.000 millones de dólares y estimó que las existencias de crudo en su área concesionada ascienden a 350 millones de barriles (159 litros/barril).
[10] HSBC Holdings plc (por sus siglas en inglés de The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation) es una de las más grandes organizaciones de servicios bancarios y financieros del mundo. (Rank # 1 en lista Forbes 2008.) Tiene su sede central en Londres.
[11] La Royal Dutch Shell es una de las mayores multinacionales del mundo, y una de las cuatro más grandes del sector petrolífero junto con BP, ExxonMobil y Total. En 2009 la revista Fortune la clasificó como la empresa con mayor caudal monetario del mundo. Y en la edición del 2011, quedó en segundo lugar justo después de Walmart. La empresa se ha visto involucrada en diversos escándalos a lo largo y ancho del planeta: desde su implicación en la Guerra del Chaco a violaciones de derechos humanos en Nigeria, pasando por diversos incidentes en Argentina, Brasil, Perú, Costa Rica o la misma Europa.
[12] Según un estudio realizado en 1998 por la Geological Society of London, el mar que rodea a las islas Falklands podría contener el equivalente a unos 60.000 millones de barriles de petróleo.
[13] Los británicos disponen hoy en día unos 3.800 millones de barriles de petróleo mientras que Argentina cuenta con unos 2.600 millones.
[14] A su vez, las empresas canadienses Goldcorp Inc. y Yamana Gold cuentan con el 37,5% y el 12,5% respectivamente.
[15] El Bank of America (en castellano: Banco de América) es la banca comercial más grande de los Estados Unidos de América en cuanto a depósitos, y la compañía más grande del mundo en su categoría.
[16] El gobierno local de las Falklands obtendrá el 9% de las ventas, más el 26% de las ganancias de Rockhopper, además de los 375.000 mil dólares anuales que deberá pagar la compañía al fisco cuando ingrese en la etapa de explotación. En esta fase, la licencia -ahora concedida entre 3 y 8 años- puede llegar a extenderse hasta 35 años.
[17] Las otras cuatro compañías continúan explorando en el norte, este y sur del Atlántico Sur. Aunque se han reportado indicios, aun no se ha informado de nuevos hallazgos de hidrocarburos. Las compañías cuentan con seguir asociando más capitales con el fin de continuar su exploración.
[18] El gobierno de Cristina Kirchner adoptó una nueva estrategia frente a Gran Bretaña, en el conflicto de Malvinas. En lugar de concentrarse en la pronta recuperación de la soberanía de las islas, estrategia que quedó postergada a foros internacionales y espacios de integración regional, ahora trata de impedir que las empresas británicas y los habitantes del archipiélago exploten los recursos naturales de esa región. Para tal efecto, el ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman, anunció el lanzamiento de un plan de acción contra la exploración de hidrocarburos en las plataformas marítimas de Malvinas. Según el Estado argentino esas operaciones contravienen la resolución 625 de las Naciones Unidas, que llaman a las partes a buscar una solución pacífica al conflicto. La ley 26.659/2010 “prohíbe a los estados nacionales, provinciales y municipales contratar empresas que tienen interés, filiales o conexiones con empresas que se encuentren explorando por hidrocarburos en Malvinas”.
[19] Argentina, junto con Chile, Australia, Nueva Zelanda, y aunque resulte grotesco, Gran Bretaña, Noruega y Francia, comparten reclamos territoriales, bajo el criterio de la investigación y explotación del territorio Antártico.
[20] Tras el desembarco argentino en las Malvinas, también estaba previsto invadir militarmente las islas Picton, Lennox y Nueva y otras hasta atacar al cabo de Hornos, que formaban parte de discusiones territoriales por parte de Argentina y Chile (los planes fueron confirmados por Basilio Lami Dozo, jefe de la Fuerza Aérea Argentina durante la guerra de las Malvinas, en una entrevista a la revista Perfil – http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0420/articulo.php?art=18309&ed=0420-). También Oscar Camilión, último ministro de Relaciones Exteriores de Argentina antes de la guerra (29 marzo 1981 al 11 diciembre 1981), en sus Memorias Políticas, (Editorial Planeta, Buenos Aires, 1999, pag. 281) confirmó los planes de ataque: «Los planes militares eran, en la hipótesis de resolver el caso Malvinas, invadir las islas en disputa en el Beagle. Esa era la decisión de la Armada…». El coste final de la guerra de las Malvinas en vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Políticamente, la derrota en el conflicto precipitó en Argentina la caída de la Junta Militar que gobernaba el país; en el Reino Unido, la victoria en el enfrentamiento ayudó a que el gobierno conservador de Margaret Thatcher lograra la reelección en las elecciones del año 1983.
[21] Se define como realpolitik («política de la realidad» en alemán) a la política exterior basada en intereses prácticos y necesidades inmediatas y concretas, sin atender a la teoría o la ética como elementos “formadores de políticas”. La realpolitik aboga por el avance en los intereses nacionales de un país de acuerdo a las circunstancias de su entorno, en lugar de seguir principios éticos o teóricos.
[22] Strategic Forecasting, Inc. (StratFor) es una empresa privada estadounidense especializada en servicios de inteligencia y espionaje. Fue fundada en 1996 en Austin (Texas) por el actual director ejecutivo (CEO) George Friedman, quien además ha ocupado los cargos de director general y jefe de inteligencia de la empresa.
[23] WikiLeaks es una organización mediática internacional que publica a través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público. Su creador fue Julian Assange y está gestionado por The Sunshine Press.
[24] Brasil tiene en la actualidad un superávit comercial de cerca de 6 mil millones de dólares con Argentina, aunque en enero del presente año, Argentina implementó una serie de nuevas medidas que otorgarán mayor control sobre las importaciones y se teme por parte brasileña que los nuevos requisitos sean utilizados como herramientas para frenar el ingreso de sus mercaderías en el país vecino.
[25] Empresa Brasileira de Aeronáutica S.A. (Embraer) es una fábrica aeronáutica brasileña que fabrica aviones comerciales, militares y ejecutivos. Ha sido el mayor exportador del país entre 1999 y 2001, ocupando siempre alguno de los tres primeros puestos en Brasil. Entre las fábricas aeronáuticas ocupa el tercer puesto a nivel mundial, en cuanto al número de personas que integran su fuerza laboral y la cantidad de entregas anuales de aviones (por detrás de Boeing y Airbus).
[26] Embraer Defense and Security firmó, en abril de 2011, un contrato comercial con la empresa argentina FAdeA, por el cual la empresa argentina pasa a ser responsable de la fabricación de spoilers –placas móviles que complementan el control de las alas– y las puertas del tren de aterrizaje, entre otras partes del KC-390.
[27] Se hace referencia a la decisión de Brasil, Uruguay y Chile, de bloquear el paso de barcos con bandera de las Islas Malvinas a sus puertos. Decisión tomada en diciembre de 2011.
[28] Entrevista con Peter Lee, experto en defensa del King’s College London http://ronaldolivreiro.blogspot.com/2012/01/agora-e-o-governo-ingles-que-usa-as.html
[29] A finales de marzo del presente año, durante el Congreso Portugués de Ciencia Política realizado en Lisboa, el ministro consejero brasileño Paulo Dias Feres dijo en respuesta al embajador paraguayo, quien había enfatizado el apoyo irrestricto de su país a la posición argentina: “Si Argentina decide ir a la guerra, Brasil no va a acompañar. Pero antes haríamos todos los esfuerzos para que tal cosa no ocurra (…). Brasil es un país grande porque no vocifera. Las declaraciones de la presidenta Kirchner, y esto no es una crítica, no ayudan a resolver el conflicto. Brasil tiene excelentes relaciones comerciales con Gran Bretaña y no las va a arriesgar por caprichos ajenos”. Algunos embajadores asistentes consideraron que el pronunciamiento del diplomático se debió a la desubicación de un mal profesional, mientras otros, conocedores de las reglas emanadas desde Itamaraty, sugieren que esta proclama esconde un recado oficial.
[30] A finales del año 2007, Brasil firmó un acuerdo con un contratista de defensa francés para la colaboración en la construcción del primero de los cinco submarinos. Esto vino seguido por un acuerdo (2008) con Argentina para desarrollar conjuntamente los reactores nucleares que darán potencia a los buques. Las autoridades brasileñas han tenido mucho cuidado de que dichos submarinos no sean percibidos como una respuesta hacia posibles amenazas exteriores. Sin embargo, para muchos analistas brasileños, los submarinos son una forma de asegurar los enormes campos de petróleo descubiertos en el país en los últimos años. El ex presidente Lula da Silva, quien encabezó la ofensiva del programa nuclear, dijo antes de dejar su cargo que los submarinos eran “una necesidad para un país que no sólo tiene la costa marítima que tenemos, sino que también tiene la riqueza del petróleo que se descubrió recientemente en las profundidades del mar”.
[31] La doctrina Monroe, se sintetiza en la frase “América para los Americanos”. Fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en el año 1823. Dicha política fue principalmente dirigida hacia las potencias europeas con la advertencia de que los EEUU no tolerarían ninguna interferencia o intromisión en América.
[32]La presencia de una fuerza militar extranjera en la región es un factor de desequilibrio que nunca es una solución para las controversias“, advirtió Enio Cordeiro, embajador brasileño en Argentina el pasado mes de marzo, en alusión a las tropas británicas acantonadas en las Islas Malvinas.
[33] Brasil tiene dos fundamentos sólidos para ello: el primero, posiblemente el de menos peso, es su envergadura poblacional y económica; el segundo, de peso mayor en el mundo de la realpolik, es su capital político internacional, el cual ha ido incrementándose con el tiempo, mediante una política exterior continuada y adecuadamente estructurada, que podría considerarse como sensata desde un punto de vista convencional (cuyos objetivos son en general congruentes con los recursos de que dispone el país, y bastante legítimos en términos de la difusa normativa universalista a la que, al menos en la retórica, se adhieren la inmensa mayoría de los países). Esta apreciación se sustenta, entre otras cuestiones, en las votaciones favorables que Brasil siempre ha obtenido para ocupar las plazas rotativas en el Consejo y en los bloques que ha generado sistemáticamente en los distintos organismos internacionales con los apoyos de muy diversos países.
[34] http://america.infobae.com/notas/40521-Mercosur-impediran-que-barcos-con-bandera-de-Malvinas-recalen-en-puertos
[35] http://www.sinmordaza.com/noticia/123076-la-oea-avala-decision-del-mercosur-por-malvinas.html
[36] http://www.lagaceta.com.ar/nota/474085/economia/Sugieren-barcos-Malvinas-usen-bandera-britanica-para-entrar-puertos-Mercosur.html
[37] La UE y el Mercosur decidieron en 2010 reanudar las negociaciones -suspendidas durante seis años- para cerrar un acuerdo de asociación, que prevé la liberalización del comercio.
[38] Ninguna de las partes implicadas quiere que las negociaciones se vean afectadas por las elecciones presidenciales francesas, uno de los países donde hay más resistencia a un acuerdo, principalmente a una apertura en el sector agrícola, el que más interesa a los países del MERCOSUR.
[39] El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un bloque subregional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay. Venezuela se encuentra en proceso de ser miembro pleno, únicamente pendiente por la ratificación del congreso paraguayo. Además dispone del estatus de países asociados, donde están Bolivia, Chile, Colombia, Perú, y Ecuador, además de México en calidad de observador. El MERCOSUR fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma del Tratado de Asunción, estableciendo: “La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados partes y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.”
[40] El 19 de enero del presente año, Samuel Pinheiro Guimarães (prestigioso escritor y diplomático brasileño) fue designado Alto Representante General de Mercosur.
[41] Pinheiro Guimarães, Samuel. “A América do Sul em 2022”. Carta Maior. 26-07-2010. http://www.cartamaior.com.br/templates/materiaMostrar.cfm?materia_id=16822&boletim_id=736&componente_id=12288
[42] La organización Global Trade Alert indicaba en agosto del pasado año que Argentina es la nación que lidera el ranking de países con proteccionismo, sumando 140 medidas proteccionista (superando a Rusia, India o los EEUU).
[43] La ayuda o colaboración chilena con Gran Bretaña consistió en suministro de información. Dicha información consistía en los movimientos de tropas y despegues de aviones desde el continente hacia las islas y la llegada nuevamente de los mismos, lo cual era recogido por algunos aviones chilenos y por puestos desplegados en la frontera delimitada por la cordillera. Esos datos eran enviados a Santiago de Chile y luego determinados comandantes de la Fuerza Aérea lo hacía a sus superiores con dispositivos de alta tecnología para la época. Esta ayuda fue recompensada por los británicos con aviones Hawker Hunters, un radar de larga distancia, misiles antiaéreos, aviones Camberra de reconocimiento fotogramétrico a gran altura y también bombarderos.
[44] El propio general argentino Leopoldo Galtieri al comenzar la guerra de las Malvinas dijo: “este es sólo el primer paso, luego se recuperarán los demás lugares que le pertenecen al país.”
[45] La futura escasez de recursos hídricos mundiales hacen de las Islas Falklands una importante plataforma de proyección hacia el ámbito geopolítico mundial. Las islas no deben ser vistas desde una óptica “asilada”, dado que constituyen un espacio territorial sobre el que se sostienen las recientes reclamaciones británicas sobre ciertos límites en la plataforma continental antártica.
[46] El 10% de la población más rica del conjunto de la OCDE recibía unas nueve veces más ingresos que el 10% más pobre al terminar la pasada década, mientras que a mediados de los ochenta la diferencia era de unas siete veces. En ese periodo, la crisis económica ha tenido impactos generalizados en los países de la OCDE. En concreto en 24 de los 33 miembros del conocido como el “Club de los países desarrollados”, sucediendo esto en Estados que tenían mayor tradición igualitaria como era el caso de Alemania, Dinamarca o Suecia. En Chile, los grupos acomodados ganan 27 veces más que los pobres.
[47] Cita de José Rodríguez Elizondo, director del Programa de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y columnista del diario chileno La Segunda.
[48] Trotsky, León. México y el imperialismo británico (1938). Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones “León Trotsky” de Argentina. Marxists Internet Archive, 2000. http://www.marxists.org/espanol/trotsky/1930s/latin2.htm
[49] Se denomina “Informe Rattenbach” al documento resultante del trabajo de la comisión creada bajo el gobierno de Reynaldo Bignone, cuyo objetivo fue la evaluación y análisis del desempeño de las fuerzas armadas durante la Guerra de las Malvinas. El informe fue hecho público en 1983 por el Presidente Raúl Alfonsín. El 25 de enero de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la creación de una “comisión que proceda a la apertura y conocimiento público del Informe Rattenbach“. El 7 de febrero de ese mismo año, se anunció el levantamiento del secreto sobre dicho informe mediante un decreto que creó una comisión para su análisis, cual está integrada, entre otros, por el hijo del Teniente General (R) Benjamín Rattenbach.
[50] Cabe recordar que ya Lenin defendió el derecho de autodeterminación de las naciones, aunque subordinándolo a la lucha de clases. Cuando los bolcheviques alcanzaron el poder tras la Revolución de octubre, el principio de autodeterminación se proclamó oficialmente en la Declaración de Derechos de los Pueblos de Rusia –el 15 de noviembre de 1917-, condición por la cual se reconoció la independencia de Finlandia. Poco después, la Constitución de 1924 de la Unión Soviética fue vanguardista en este sentido, siendo la primera en el mundo que reconoció este derecho para sus repúblicas, aunque no para las regiones autónomas. Su escasa evolución posterior en la URSS tiene que ver con las derivas del proceso revolucionario hacia el estalinismo.
[51] Definición de la política realizada por el filósofo, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 – 1716).
[52] Según esta doctrina, si bien se reconoce que China constituye un sólo país, bajo el régimen de la República Popular China, se acepta que dentro de ese Estado chino unificado coexistan sistemas económicos y políticos diferentes en determinadas zonas, inclusive manteniendo el capitalismo en ciertas regiones del país en paralelo a un el sistema comunista en transición a finales de los años noventa.