El ex presidente José María Aznar se incorpora de la mano de George H. W. Bush, su hijo George W. Bush y Gustavo Cisneros como director del área internacional de Barrick Gold., la empresa más cuestionada del sector minero.
“En el actual mundo globalizado hablar de oro es hablar de Barrick Gold Corporation”. Con esta contundencia se expresaba Jamie Sokalsky, vicepresidente ejecutivo de la transnacional canadiense, en una conferencia realizada el año pasado ante círculos empresariales londinenses.
En dicho evento, Sokalsky posicionaba los objetivos a corto plazo de la compañía minera más poderosa del planeta: “esperamos alcanzar mediante el desarrollo de proyectos y la ampliación de las minas que ya poseemos, una producción anual de 9 millones de onzas de oro antes de cinco años”.
Es con esta finalidad, que Barrick Gold procede pocos meses después a “fichar” como directivo estrella en su área internacional al ex presidente español José María Aznar, quien llega a la compañía a través de George Bush, quien figura en el directorio de la transnacional como "asesor honorario de la junta internacional de la empresa” y es miembro destacado en su junta de accionistas.
Otro “notable” de la Junta Directiva de Barrick Gold es el venezolano Gustavo Cisneros, uno de los hombres más ricos del continente, propietario de más de treinta compañías que operan en el conjunto del planeta. Cisneros fue vinculado a la trama del fallido golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela por la revista Newsweek, quienes afirman que el golpista Pedro Carmona “fue visto salir de la oficina de Cisneros” antes de ir al Palacio de Gobierno para jurar como presidente provisional, cargo que ostentó tan solo por un día.
En febrero de este año, George H. W. Bush, junto a su hijo George W. Bush, José María Aznar y Álvaro Uribe, compartían vacaciones con el ex primer ministro de Canadá Brian Mulroney, en la mansión residencial de Gustavo Cisneros, ubicada a 96 kilómetros de Santo Domingo (República Dominicana).
Para Marcelo Caumán, dirigente local comunitario de Santo Domingo, “es más que posible que en la reunión de ex presidentes organizada en la casa de campo de Cisneros se decidiera la incorporación de Aznar como lobista de Barrick Gold, sin embargo, lo más grave para nosotros, es que decidieron, tras reunión de todos ellos con nuestro presidente Leonel Fernández, la explotación de yacimientos mineros en la provincia de Monseñor Nouel, lo que tendrá un impacto irreversible sobre nuestra agua, vegetación, producción agrícola y ganadera”.
Esta provincia dominicana ya tiene experiencia de los daños que ocasiona la explotación minera, motivo por el cual en la actualidad se conforma un frente de organizaciones sociales para resistir la actividad extractiva que pretende iniciar Barrick Gold antes de final año.
“No vamos a permitir que estos criminales que usan elementos tóxicos en su actividad productiva nos generen más tragedias como el desplazamiento forzoso, la deforestación, de destrucción de nuestras producción agrícola y la contaminación del medio ambiente”, advierte Caumán. |
En Argentina, la compañía canadiense opera sobre dos proyectos de gran envergadura: el yacimiento Veladero, que comenzó su producción en octubre de 2005, y cuyas reservas de oro alcanzan los 18.200 millones; y Pascua-Lama, primer proyecto minero binacional que se realiza en el mundo y consiste en desarrollar una mina de oro en la frontera entre Chile y Argentina.
Constantes denuncias de sobre violación de derechos sindicales e impacto ambiental han acompañado ambas explotaciones. Según los voceros de Greenpeace en Argentina, “un informe técnico del año 2005 indica que la superficie de los glaciares afectados por las actividades de la Barrick disminuyó entre un 56% y un 70%” y prosiguen “en febrero de este año se sancionó a la empresa por continuar afectándolos”. Tanto Pascua Lama como Veladero se encuentran dentro de la Reserva de Biósfera San Guillermo de la UNESCO y “se encuentran emplazados en ambiente periglacial, algo prohibido por la Ley de Glaciares”. En ese contexto, José María Aznar se entrevistaba el pasado mes de julio con la presidenta Cristina Fernández Kirchner. Los resultados fueron inmediatos: un mes después, el Juez Federal de San Juan procedía con la suspensión de la aplicación de la Ley de Preservación de Glaciares que había sido sancionada tras un intenso debate en el Congreso argentino. La Ley había llegado al Legislativo auspiciada por un centenar de organizaciones de la sociedad civil y hubiese supuesto la paralización de las actividades extractivas de Barrick Gold en la cordillera andina.
Un pasado oscuroBarrick Gold es la transnacional minera dedicada a la extracción de oro a cielo abierto más grande del mundo. Con sede en Toronto (Canadá), esta transnacional fundada y dirigida por el polémico magnate de origen judío Peter Munk, opera sobre 27 minas en una quincena de países.
Desde su constitución en 1983, las actividades de la Barrick Gold han venido acompañadas por constantes denuncias de irregularidades y violación de derechos humanos. Según el director cinematográfico y actual diputado argentino, Fernando “Pino” Solanas, la “historia negra” de la Barrick se remonta a sus orígenes, dado que “Munk fundó la empresa con dinero del principal traficante de armas de la tierra Adnan Kashogui, socio de personajes como Monzer al Kassar”.
Entre las múltiples denuncias en diferentes partes del planeta contra Barrick Gold, destacan los sucesos de 1996 en Tanzania. Allí, la compañía estuvo involucrada en la masacre de más de medio centenar de mineros artesanales (“pirquineros”) de la mina Bulyanhulu, los cuales fueron enterrados vivos por el apuro del gobierno en desalojar el lugar y rellenar los pozos con tierra. La empresa primero intentó censurar un libro que denunciaba los hechos (Canadá Negro: Saqueo, corrupción y criminalidad en África de Alain Deneault, Delphine Abadie y William Sacher) e impedir su distribución, y luego en un acto de desesperación demandó a la editorial y a los autores.
Publicado en en periódico DIAGONAL
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