martes, 22 de mayo de 2012

Bolivia, la nacionalización de REE y las que quedan

Tras la nacionalización de YPF, Evo Morales ha hecho lo propio con Red Eléctrica Española, compañía de la cual el Estado español es el segundo inversor.


DECIO MACHADO / QUITO (ECUADOR)
Periódico Diagonal.  NÚMERO 174


El 1 de mayo, el presidente Evo Morales anunciaba la expropiación a Red Eléctrica Española (REE) de las acciones de Transportadora de Electricidad (TDE), empresa análoga a REE que realiza las labores de distribución de electricidad en Bolivia. Esta expropiación ha tenido un impacto mediático importante, dado el antecedente inmediato de la expropiación argentina de YPF a Repsol y lo que supone respecto a la exposición de las transnacionales españolas en Sudamérica. Sin embargo, el caso de REE es muy diferente al de Repsol. Por un lado, tan sólo el 20%de esta empresa está en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), empresa pública española que aglutina las participaciones estatales en empresas, siendo el otro 80% del capital social de libre cotización en bolsa (free float –no controlado por accionistas de forma estable–).

Por otro, y quizá sea lo más importante del caso boliviano, el impacto económico sobre las cuentas de REE es notablemente inferior, por no decir casi despreciable, al impacto que tiene YPF sobre las cuentas de Repsol. Así lo reconocía REE en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 2 de mayo, en el que indicaba que la nacionalización de su filial TDE “no tiene un efecto relevante en los negocios y cuenta de resultados del grupo”, ya que es sólo el 1,5% del total de su negocio. A pesar de ello, fuentes vinculadas al Ministerio de Energía boliviano indican a DIAGONAL que la voluntad gubernamental es auditar con una empresa externa todos los activos de la exfilial española y valorar sus inversiones con la finalidad de llegar a un adecuado “justiprecio” sobre la compañía. Al cierre de esta edición, una delegación encabezada por el presidente de REE, José Folgado, llegaba a La Paz para negociar con los representantes bolivianos la correspondiente indemnización.

Una trayectoria de mayos

El primero de mayo de 2006, pocos meses después de su llegada a la presidencia, Evo Morales decretaba la nacionalización de los hidrocarburos en su país, situación que afectó a transnacionales como Repsol, Petrobras (Brasil), British Gas y British Petroleum (Reino Unido), Total (Francia), DongWong (Corea del Sur) y Canadian Energy (Canadá). Seis años después, el Gobierno boliviano ya ha pactado con todas estas transnacionales para evitar su salida, y ha logrado que la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) haya mejorado notablemente su relación en la cadena productiva de los recursos naturales, ingresando 1.293 millones de dólares en 2011 contra los apenas 273 millones de 2006.

Sin embargo, y según indica Carlos Arze, del Centro de Estudios para el Desarrollo (CEDLA), el Gobierno genera mucha publicidad al respecto, pero la realidad es que las petroleras extranjeras han ido mejorando su participación en los últimos años y en la actualidad controlan un 82,2% de la producción de gas natural y líquidos, así como un 68% de las áreas de explotación que tienen reservas certificadas de hidrocarburos.

La mina Huanuni

En 2007 le tocó el turno a la nacionalización de la mina Huanuni y la empresa de fundición Vinto, entre otras. En mayo de 2008, el Estado boliviano adquirió el 100% del capital de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), filial de la transnacional italiana Telecom. Y en 2010 tomó el control de buena parte de la capacidad de generación de electricidad del país con la estatalización de Guaracachi –la generadora de electricidad más grande del país, en la que la británica Rurelec PLC poseía la mitad del paquete accionarial–; Corani, controlada en un 50% por la francesa GDF Suez; y las locales Valle Hermoso, del holding empresarial boliviano Panamerican Investments, y la distribuidora Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica de Cochabamba, propiedad de un grupo de trabajadores y ejecutivos bolivianos.

Según el mandatario boliviano, el objetivo es claro: “Tarde o temprano el Estado boliviano tiene que controlar y administrar el 100% de la energía”. Tras la nacionalización de la filial de REE, queda por controlarse en este sector a la compañía ISA Bolivia –filial de ISA Colombia–, la mayor transportadora de electricidad integrada de América Latina; la también española Iberdrola; y la Compañía Boliviana de Energía Eléctrica, adquirida en 2007 por Energy Ltd, una compañía de Bermudas con base en Perú, cuyo accionista principal es Israel Corp., el holding más grande de ese país con inversiones en energía, semiconductores, químicos y navíos.

El sector eléctrico en Bolivia fue privatizado a mediados de 1990 y dividido en generación, transmisión y distribución. El 60% del suministro proviene de la generación térmica y la hidroeléctrica representa el restante 40%. Este país posee una de las coberturas de electricidad más bajas en áreas rurales de la región. En 2005 el acceso urbano a la electricidad fue del 87%, mientras que en las zonas rurales fue tan sólo del 30%.

El segundo inversor

España es el segundo país inversor en Bolivia con 112,9 millones de euros, superado tan sólo por Estados Unidos, con 127,7 millones, según datos del Instituto de Estadística Boliviano. Las principales empresas españolas que invierten hoy en Bolivia son, eliminando REE, Repsol, Iberdrola, Grentidem, Abertis y Aena, Unión Española de Explosivos, Santillana, el grupo BBVA y Técnicas Reunidas. La balanza comercial hispano-boliviana en 2011 arrojó un saldo positivo para el España de 9,88 millones de euros, al exportar por valor de 59,88 millones e importar por 50 millones. Habrá más nacionalizaciones en Bolivia y afectarán a más empresas españolas, sin embargo según el experto en temas económicos Andrés Serbin del Centro de Estudios Globales y Regionales (CEGRE), “no significa que habrá un problema. Si se ofrece una compensación sustanciosa no debería haber problemas”.

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