miércoles, 20 de octubre de 2010

Los años previos y la llegada de la globalización

Por Decio Machado

Introducción

Tras la Segunda Guerra Mundial asistimos de forma generalizada a una expansión de la economía capitalista a nivel planetario, consecuencia fundamentalmente de cuatro cuestiones:

- Por un lado, el proceso de reconstrucción europea y nipona tras haber sido ambos escenarios devastados violentamente durante la segunda gran guerra. En esta fase de reconstrucción, los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) fueron el principal exportador de mercancías y capitales a los territorios devastados, con excepción de las áreas de influencia soviética. En Europa por ejemplo, a través del Plan Marshall (1) los EEUU canalizaron alrededor de 13 billones de dólares hacía Europa, pero a su vez, la economía estadounidense se vio ampliamente beneficiada por este flujo de ayuda, pues gracias a la apertura de los mercados y la demanda europea, la economía estadounidense obtuvo un superávit en la balanza comercial por valor de aproximadamente 12,5 billones de dólares. De forma paralela, se propagó a escala mundial los procesos de producción en cadena (fordismo (2)), propagándose a su vez las corporaciones transnacionales por todo el planeta (3). Todo ello se logró gracias a la contención de las luchas obreras desde mediados de los años 30 y posteriormente, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la bajada de salarios reales que sufrió la clase trabajadora, lo que permitió a los fabricantes obtener grandes superávits en relación a sus stocks de capital. La economía estadounidense fue el primer y principal beneficiario de esta realidad.

- Por otro lado, la fase expansiva del ciclo de larga duración del capitalismo llegó a su punto máximo en la segunda mitad de la década de los sesenta del pasado siglo. “Durante el largo boom de posguerra (…) la mayoría de las economías capitalistas avanzadas experimentó índices históricamente inéditos de crecimiento de la inversión, producción, productividad y salarios, junto con un bajo índice de desempleo y apenas breves y moderadas recesiones” (4). Esta onda larga de crecimiento que se inicia a finales de los años cuarenta se caracterizó, en primer término, por una permanente revolución tecnológica, asociada a un desarrollo cada vez mayor de avance científico, lo que permite hablar de revolución científico-técnica o tercera revolución industrial.

- También es importante reseñar, que uno de los elementos definitorios del período fue el incremento del intervencionismo estatal, nacionalizaciones, planificación indicativa y políticas de generación de servicios sociales. El incremento del gasto público fue uno de los pilares del crecimiento económico sostenido, y a través de inversiones se generó empleo y se estimuló la demanda. Las políticas keynesianas fue la tónica dominante en Europa Occidental hasta la llegada de los 80, dando origen al denominado «Estado del bienestar». La lógica del sistema era clara, citando al economista John Kenneth Galbraith, “a ninguna persona hambrienta que esté también sobria se la podrá convencer de que se gaste su último dólar en algo que no sea comida. Pero un individuo bien alimentado, bien vestido, con una buena vivienda y en general bien cuidado se le puede convencer de que escoja entre una maquinilla de afeitar eléctrica y un cepillo dental eléctrico. Junto con los precios y los costes, la demanda pasa a estar sujeta a la planificación” (5).

- Por último, significar que este ciclo expansivo se basó en el nuevo sistema monetario diseñado por EEUU (los ganadores del conflicto bélico) en la Conferencia de Bretton Woods (1944). Básicamente, el sistema se basó en la convertibilidad del dólar en oro y en el mantenimiento de unas paridades fijas de las monedas nacionales respecto al dólar. El sistema se completó con la creación del Fondo Monetario Internacional, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y el Acuerdo General sobre Aranceles de Aduanas y Comercio (GATT). El bajo costo de la energía durante esta época, también fue decisivo en la dinamización de la producción y para la generación de altas tasas de actividad económica durante el período (6).

El capitalismo de postguerra fue, en expresión tomada de la cita de Crosland (7), un sistema “reformado hasta quedar irreconocible” o, en palabras del primer ministro británico Harold Macmillan, una versión “nueva” del viejo sistema. En lo esencial, asistimos a una especie de matrimonio entre liberalismo económico y la socialdemocracia (o, en su versión estadounidense, la política rooseveltiana del New Deal).

Con respecto a la izquierda europea, y citando al historiador Eric J. Hobsbawm, “en cuanto a los partidos socialistas y a los movimientos obreros que tan importantes habían sido en Europa después de la guerra, encajaban perfectamente con el nuevo capitalismo reformado, porque a efectos prácticos no disponían de una política económica propia, a excepción de los comunistas, cuya política consistía en alcanzar el poder y luego seguir el modelo de la URSS (…). En la práctica, la izquierda dirigió su atención hacia la mejora de las condiciones de vida de su electorado de clase obrera y hacia la introducción de reformas a tal efecto (…). A la hora de la verdad, un capitalismo reformado que reconociera la importancia de la mano de obra y de las aspiraciones socialdemócratas ya les parecía bien” (8).

Hasta 1968 no aparecerían posiciones alternativas con visibilidad en la izquierda de los países desarrollados. El proceso denominado “mayo del 68” significó la aparición de sensibilidades políticas de naturaleza revolucionaria, que cuestionaban también la naturaleza del sistema soviético, y por lo tanto planteaban modelos alternativos y democráticos de desarrollo socialista.

La crisis se comienza a manifestar

Sin embargo, la economía de estadounidense comenzó a perder fuelle a principio de la década de 1950, coincidente con el boom alemán y posteriormente el japonés. Las corporaciones transnacionales norteamericanas procedieron con incrementar sus inversiones en el exterior, especialmente en Europa (donde comenzaron a tener los mayores beneficios), mientras las reducían en los EEUU.


El bajón del ritmo de crecimiento de la economía norteamericana fue compensaba por un importante ascenso en los niveles de producción de Alemania (9), otros países de Europa y Japón, economías de desarrollo más tardío, por lo cual no hubo parón en la economía mundial y las transnacionales de los EEUU que como indicamos anteriormente, habían extendido sus inversiones por el extranjero se vieron muy beneficiadas.


Estas economías emergentes de Europa y Asía, se encontraron con cierto nivel de ventaja frente a la economía del gigante norteamericano. Esto se fundamentó sobre un importante ejército de reserva (sectores desempleados), salarios notablemente más bajos que los norteamericanos, fusiones bancarias, mayor cooperación y coordinación entre empresas (en muchos casos auspiciadas por el Estado), y líneas políticas gubernamentales que promovían el crecimiento del mercado.

La crisis que se avecinaba se anunció al manifestarse el descenso de la producción en Francia, en 1963-1964; poco después y hasta 1967 en Alemania, donde la producción cayó un -0.2%, produciéndose la devaluación de la libra esterlina. De igual manera, decreció la producción en el Reino Unido (2,6%) y EEUU (3,6%).

Sin embargo, la economía capitalista mundial tuvo un auge económico que se plasmó en 1967, lo que produjo la creación de numerosos excedentes que inmediatamente se destinaron hacia las actividades especulativas, las cuales comenzaron a cobrar impulso desde 1968.

Las economías emergentes de Europa y Japón "comenzaron a suplir fracciones cada vez mayores del mercado mundial. Anteriormente habían estado produciendo para sus mercados internos bienes bastante similares a los que ya eran producidos por Estados Unidos. Así, esos bienes que ahora ellos acababan exportando, tendían a duplicar en vez de complementar los productos de los fabricantes norteamericanos en los mercados existentes, estimulando la redundancia, el exceso de capacidad y de producción"(10).

Entre 1950 y 1969 la tasa de crecimiento anual del PIB para Alemania fue del 6,2%, para Italia del 5,4%, para Francia del 5%, y mirando hacia el otro lado del planeta, para Japón del 9,7%.

Análisis posteriores de este momento histórico indican que “resulta ahora evidente que la edad de oro correspondió básicamente a los países capitalistas desarrollados, que, a lo largo de esas décadas, representaban alrededor de tres cuartas partes de la producción mundial y más del 80 % de las exportaciones de productos elaborados (OECD Impact, pp. 18-19). Otra razón por la que se tardó tanto en reconocer lo limitado de su alcance fue que en los años cincuenta el crecimiento económico parecía ser de ámbito mundial con independencia de los regímenes económicos. De hecho, en un principio pareció como si la parte socialista recién expandida del mundo llevara la delantera. El índice de crecimiento de la URSS en los años cincuenta era más alto que el de cualquier país occidental, y las economías de la Europa oriental crecieron casi con la misma rapidez, más deprisa en países hasta entonces atrasados, más despacio en los ya total o parcialmente industrializados. La Alemania Oriental comunista, sin embargo, quedó muy por detrás de la Alemania Federal no comunista. Aunque el bloque de la Europa del Este perdió velocidad en los años sesenta, su PIB per cápita en el conjunto de la edad de oro creció un poco más deprisa (o, en el caso de la URSS, justo por debajo) que el de los principales países capitalistas industrializados (FMI, 1990, p. 65). De todos modos, en los años sesenta se hizo evidente que era el capitalismo, más que el socialismo, el que estaba abriendo camino” (11).

El J. K. Galbraith escribía en 1968: “Con el ascenso de la sociedad anónima moderna, la aparición de la organización requerida por la tecnología moderna y la planificación y el divorcio entre el poseedor del capital y el control de la empresa, el empresario ya no existe como una persona individual en la empresa moderna industrial madura”. Se fraguó en aquellos momentos la expansión de la gran empresa, donde el elemento romántico del capitalismo, el ideal del empresario heroico y emprendedor, era sustituido por burócratas de perfil tecnocrático.

Múltiples empresas comienzan a desplazar su producción a México o al este asiático, aprovechando los bajos salarios que se pagaba en los países en vías de desarrollo, una ventaja suficiente para introducirse competitivamente en los mercados mundiales.

Según el Premio Nobel de Economía (2008) Paul Krugman, “los beneficios del crecimiento económico promovido por las exportaciones para el grueso de la población de las economías de reciente industrialización no era algo coyuntural. Un país como Indonesia sigue siendo en la actualidad tan pobre que el progreso se mide a partir de cuánto como de media una persona: entre 1968 y 1990, la ingesta per cápita pasó de 2.000 a 2.700 calorías por día , y la esperanza de vida, de cuarenta y seis a sesenta y tres años. Mejoras como estas se dieron en toda la costa del Pacífico, e incluso en lugares como Bangladesh. (…) Estas mejoras fueron el resultado indirecto y fortuito de la actuación de unas multinacionales desalmadas y de unos empresarios locales rapaces, sin más interés que aprovechar las oportunidades de beneficio que ofrecía el trabajo barato” (12).

Siendo cuantitativamente real lo que plantea Krugman, también es cierto que hace referencia a países que hasta unos años antes, habían sido principalmente exportadores de materias primas e importadores de productos manufacturados. Estos sectores manufactureros pequeños e ineficientes, que vendían su producción en los mercados internos, protegidos hasta entonces por cuotas de importación, pero generaban muy poca demanda de trabajo. De forma paralela, las presiones por el crecimiento de población generaba una presión importante sobre los campesinos pobres que conllevó el cultivo de tierras todavía más marginales o a la búsqueda de la sobrevivencia, en las periferias marginales –villas miseria (13)- de las grandes urbes asiáticas entre ratas y montañas de basura.

Dada esta falta de oportunidades, fue posible contratar trabajadores en Yakarta, Manila, Taiwán, Singapur o Seúl, por salarios de miseria y condiciones laborales infrahumanas. Cuestionando en parte la afirmación de Krugman y recordando a Karl Marx, “acelerar la acumulación mediante un desarrollo superior de la capacidad productiva del trabajo y acelerarla a través de una mayor explotación del trabajador, son dos procedimientos totalmente distintos” (14).

En el tramo final de la década de 1960, ya es manifiesto el “exceso de capacidad instalada” (15) y su consiguiente crisis de rentabilidad en el sector industrial.

El resultado fue la caída de la tasa de ganancia del sector manufacturero, primero en los EEUU, y con qué con posterioridad se expandió internacionalmente, evidenciando el exceso de capacidad y de producción de todo el sistema. En 1970 la economía estadounidense sufrió una contracción cayendo a índices de -0.05%. Para ese momento la tasa de ganancia ya había comenzado a desplomarse en las principales economías occidentales.

Abandono de la paridad dólar

Si bien, desde 1960 ya era patente la desconfianza en el sistema internacional Patrón-Oro por el crecimiento del peso del dólar dentro del Patrón de cambios-oro (16), es en 1967 cuando los franceses abandonan el Pool del Oro (17), certificando su acta de defunción la cual se dio un año después. En 1969 entraba en vigor los Derechos Especiales de Giro (DEG) (18), los cuales también se mostraron como una herramienta incapaz para afrontar las necesidades de liquidez monetaria mundial.

La situación empeoró por el aumento del déficit de la balanza de pagos de los Estados Unidos (19), que con cerca de 40 mil millones de dólares circulando fuera del país –capital ampliado desde 1973 con el reciclado de petrodólares acumulados por los países de la OPEP- daría origen al mercado de eurodólares (20).

Esta situación acaba con una ficción existente desde comienzos de los 60, dado que la presión especulativa sobre el dólar era ya una realidad insostenible. Los abusos de EEUU con respecto a los pactos de Bretton Woods eran evidentes y no solucionables con simples ajustes (21). En 1973, el precio del oro llegó a 134 dólares, lo que significó una amenaza para el mercado del oro, ello implicó que el 14 de noviembre de 1973 se decidiese suprimirlo, permitiendo a los bancos centrales liquidar sus reservas metálicas a precio libre, lo que se tradujo en un notable avance en la desmonetarización del oro, en su abandono como patrón monetario.

Desde noviembre del 73, del patrón fiduciario Dólar se pasó al Patrón Dirigido Dólar, lo que significó la expansión del dólar por todo el mundo sin limitaciones, pasando a ser esta moneda de curso forzoso para las transacciones internacionales.

La crisis de los setenta y la derrota de EEUU en Vietnam

Los setenta fueron años en los que se produjo un aparente desequilibrio entre las superpotencias mundiales. EEUU se vio derrotado militarmente por el Frente Nacional de Liberación del Vietnam (22) en la guerra que tuvo lugar en este país del sureste asiático (1956-1975). Vietnam desmoralizó y dividió a la nación, entre escenas televisadas de disturbios y de manifestaciones antibélicas; destruyó a un presidente norteamericano (23); condujo a un derrota y una retirada anunciadas por todo el mundo al cabo de diez años (1965-1975); y, lo que es más importante en este contexto, demostró el aislamiento de los Estados Unidos. Y es que ni un solo aliado europeo de los norteamericanos envió siquiera un contingente de tropas simbólico a luchar junto a las fuerzas estadounidenses” (24). Los EEUU vivieron una fase de shock durante la posguerra vietnamita, y a la sociedad estadounidense le fue muy complejo digerir esta derrota militar sin precedentes en la historia moderna norteamericana.

Volviendo al plano económico, el abandono de la paridad del dólar generó un período de revaluación de algunas monedas europeas y del yen japonés, las cuales entran a un régimen cambiario de flotación.

El sistema monetario había entrado en crisis con la caída del dólar entre 1970 y 1971, registrando la economía estadounidense un déficit aproximado de 10 mil millones de dólares. Vietnam no fue el elemento causante de esta realidad, a pesar de que muchos autores contextualizan la crisis estadounidense en el marco de la guerra y un gasto militar creciente.

A pesar de un ligero repunte de la producción mundial en 1973, durante 1974 y 1975 se produce una caída mayor y un estancamiento más pronunciado, que lleva a la tasa de ganancia mundial al mayor de sus colapsos desde la crisis del 1929 (25).

Este período llamado la “crisis del Petróleo” (1973-1975), se desarrolla en los peores momentos de la invasión a Vietnam por parte de los EEUU y se caracterizó por que los precios del petróleo se cuadruplicaron en ese período, combinándose con un importante gasto en recursos en materia de seguridad nacional por parte de los EEUU.

1973 febrero se produce la denominada crisis del dólar. El dólar se devalúa otra vez y se precipita una Crisis Monetaria Internacional. Se muestra la iliquidez de la economía mundial, se debilita el sistema financiero internacional, se producen sorpresivas bajas en las cotizaciones de los valores bursátiles. Para 1973 agosto, se produjo el embargo petrolero de los países Árabes a las economías industrializadas, se desencadenó la Guerra del Petróleo que quiebra empresas de la Petroquímica Europea, pero favorece a los oligopolios petroleros estadounidenses” (26).

Por vez primera en la historia del capitalismo las crisis productivas de las economías imperialistas fueron coincidentes en el tiempo, transformándose en una crisis de carácter general de la reproducción del capital. Paralelamente se producen también una fuerte crisis de materias primas, derivada de los altos precios del petróleo (27) y la caída de la producción agrícola y minera.

Aunque el incremento del gasto militar (Guerra Fría y Vietnam) afectó a la economía estadounidense, así como el desorden monetario que se genera a raíz de que Nixon decidiera unilateralmente la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro, a lo que hay que sumar, la subida del petróleo decretada por parte de los países de la OPEP tras la cuarta guerra árabe-israelí (el incremento del precio del crudo aceleró el descenso de la tasa de ganancia al incrementar el capital constante en los procesos de producción), el origen de la “crisis del Petróleo” debe buscarse como es habitual, en las contradicciones internas del modo de producción capitalista.

Según la teoría marxista, “una de las leyes fundamentales del desarrollo del capitalismo es la que definió Marx como baja tendencial de la cuota de ganancia. Esta cuota (g´) representa la relación existente entre la masa de plusvalía (P) y el conjunto del capital: capital constante (C) más capital variable (V), expresada en la fórmula g´ = P / C + V” (28).

En el desarrollo del capitalismo la relación entre capital constante (maquinaria y materias primas) y capital variable (fuerza de trabajo) es permanente. Si el capital constante aumenta, permaneciendo constante las otras dos magnitudes, la tasa de ganancia tiende a disminuir (29), y cuando esta desciende hasta un nivel determinado, ya no es posible seguir manteniendo el proceso de acumulación de capital.

A pesar de la gravedad de esta crisis, en la década de los setenta muy pocos analistas económicos eran conscientes de la importancia de la recesión. Una de estas excepciones fue Milton Friedman quien en su discurso a finales de 1967 ante la Asociación de Economistas de los Estados Unidos, y desde una óptica neoliberal, predijo que la continuidad de la política monetaria como herramienta para promover el pleno empleo devengaría consecuencias en un incremento de la inflación, a la par de incrementar aún más las tasas de desempleo.

La paralización de la producción mundial, significó un fuerte proceso inflacionario, lo que empobreció los niveles de vida de la clase trabajadora, mermando de forma significativa la capacidad adquisitiva (estagflación (30)) de la población mundial. A todo esto hay que sumar el impacto en las tasas de desempleo, cuya progresión fue de 3,5% en 1969, al 6% en 1971, lo que significó entorno a 15 millones de trabajadores en situación de desempleo a partir de 1974.

La estagflación en EEUU se mantuvo fuertemente arraigada durante el periodo 1970-81, con independencia de que los gobiernos fueran demócratas o republicanos. La producción promedio anual en ese periodo fue de 2,9%, inferior al 4,4% de 1960-69; la tasa de desempleo anual pasó del 4,8% a 6,4%, mientras la tasa de inflación se elevó al 8% siendo muy superior al 2,5% de la década de 1970.

Según el filósofo y pensador marxista italiano, Antonio Negri, “en las economías centrales, desde los años 70, la crisis del fordismo presentó como primeros síntomas la crisis fiscal del Estado y la presión inflacionaria (siempre controlada a través de las modificaciones de la forma-Estado (31)). En América Latina, por el contrario, la super y la hiperinflación anuncian la crisis del proyecto de construcción del Estado (siempre en la imposibilidad de control y de reestructuración de la forma-Estado)” (32).

Y llegó la globalización

En 1979, consecuencia del alza de las tasas de inflación, la Reserva Federal estadounidense utilizó políticas monetaristas de mano dura para detenerla, y aunque en ese sentido tuvo éxito, en 1982 dio comienzo otro período de estanflación, a la par que se incrementan también las tasas de interés, pasando del 6% nominal al 16% para el año 1982.

Según la crisis se profundizaba, se fue redefiniendo un modelo económico que paso a ser conocido como neoliberalismo. Diseñado por el anteriormente citado economista Milton Friedman y su “Escuela de Chicago” (33), y puesto en marcha durante el mandato del presidente Ronald Reagan en los Estados Unidos y de Margaret Teacher en el Reino Unido. Esta teoría que azotó brutalmente todo el planeta, propugnó como su máxima teorización para la superación de la crisis de hegemonía del mercado, la supresión del intervencionismo del Estado en la vida económica, la absoluta desregulación del mercado laboral, la privatización de los servicios públicos y la libertad completa para la circulación de capitales, lo que en resumen significa la supremacía del mercado por encima de todos los órdenes de la vida. Estamos ante la construcción del nuevo dios: el “dios-mercado”.

Citando al actual Presidente de la República del Ecuador, el economista Rafael Correa: “En su parte ideológica, el proyecto neoliberal se fundamenta en que el individuo busca su propio interés y satisfacción personal, y que tal su comportamiento, en un sistema institucionalizado llamado ´mercado libre´, da como resultado el mayor bienestar social. La realización del ser humano no pasa entonces por la relación con otro individuo, razón por la cual dicha realización se puede conseguir ´solitariamente´. La supuesta ´mano invisible´ del mercado haría el resto. Como por arte de magia, entonces, un execrable defecto humano, el egoísmo, fue elevado de la noche a la mañana a máxima virtud individual y social. El evangelio del neoliberalismo sencillamente nos decía: ´buscad el fin de lucro y el resto se os dará por añadidura´” (34).

En el plano de la política exterior estadounidense, “la política de Ronald Reagan, elegido presidente en 1980, sólo puede entenderse como el afán de lavar la afrenta (derrota en Vietnam) de lo que se vivía como una humillación, demostrando la supremacía y la invulnerabilidad incontestables de los Estados Unidos con gestos de fuerza militar contra blancos fáciles, como la invasión de la islita caribeña de Granada (1986) y la todavía más contundente ataque naval y aéreo a Libia (1986) y la todavía más contundente y absurda invasión de Panamá (1989)” (35).

En el marco de esta crisis económica estructural se consolidan las corporaciones transnacionales como la nueva forma de reproducción del sistema capitalista a nivel mundial (36), se consolida la tesis de la integración planetaria en los principales sectores de la economía internacional, ante el agotamiento de las fórmulas tayloristas y fordistas se produce una nueva revolución del proceso de trabajo, y se instala una creciente automatización del trabajo mental (white collar workers) y de manera particular, en las áreas de control de la producción (basada sobre el desarrollo de nuevas tecnologías).

La afectación de estas tesis fueron globales y significaron cambios estructurales con realidades difíciles de pensar años antes. En 1977, “Respect Knowledge, Respect Trained Personnel” recogía la siguiente declaración de Deng Xiaoping (37): “La clave para alcanzar la modernidad es el desarrollo de la ciencia y la tecnología… Las discusiones vacías no llevarán nuestro programa de modernización a ninguna parte; debemos tener los conocimientos y el personal especializado necesarios… Ahora parece que China lleva veinte años de retraso con respecto a los países desarrollados en ciencia, tecnología y educación… Ya desde la restauración Meiji los japoneses realizaron grandes inversiones en ciencia, tecnología y educación. La restauración Meiji fue una especie de impulso modernizador llevado a cabo por la burguesía japonesa. Como proletarios debemos, y podemos, hacerlo mejor”.

Veinte años después Krugman haría la siguiente reflexión: “(…) Es increíble constatar que Deng Xiaoping lanzó a su nación a lo que resultó ser la vía al capitalismo en 1978, sólo tres años después de la victoria comunista en Vietnam y sólo dos años después de la derrota interna de los maoístas radicales que querían reanudar la revolución cultural” (38). Aunque en aquel momento ni Deng Xiaoping ni el conjunto del planeta era consciente a donde iba a desembocar todo esto, lo cierto es que fue el punto de partida por el cual mil millones de personas del planeta han abandonado el socialismo real de corte asiático.

Por otro lado, “en los años ochenta la producción de alimentos per cápita en los países subdesarrollados no aumentó en absoluto fuera del Asia meridional y oriental, y aun ahí algunos países produjeron menos alimentos por habitante que en los años setenta: Bangladesh, Sri Lanka, las Filipinas. Ciertas regiones se quedaron muy por debajo de sus niveles de los setenta e incluso siguieron cayendo, sobre todo en África, Centroamérica y Oriente Medio (Van der Wee, 1987, p. 106; FAO, The State of Food, 1989, Apéndice, cuadro 2, pp. 113-115)” (39), según señala Hobsbawm, y continúa indicando que, “mientras tanto, el problema de los países desarrollados era que producían unos excedentes de productos alimentarios tales, que ya no sabían qué hacer con ellos, y, en los ochenta, decidieron producir bastante menos, o bien (como la Comunidad Europea) inundar el mercado con sus ´montañas de mantequilla´ y sus ´lagos de leche´ por debajo del precio de coste, compitiendo así con el precio de los productores de países pobres” (40). Por poner un ejemplo de la estrategia de dumping desarrollada por la Comunidad Europea, acabó siendo más barato comprar queso holandés en las Antillas que en Amsterdam, al mismo tiempo que se sucedían grandes hambrunas en diversos puntos del planeta.

En lo referente al sistema monetario, la crisis conlleva la reconstrucción de un nuevo sistema basado en la libre flotación de las monedas, que se convertirá a la postre en una poderosa herramienta para la extracción de plusvalía de regiones periféricas hacia los países del Norte, en especial hacia EEUU. A partir de entonces, las variaciones del tipo de cambio, pasaran a ser instrumentos habitualmente utilizados para beneficio de las grandes potencias económicas mundiales.

En 1982, México declara que no puede pagar su deuda externa, y aunque la crisis no afecta masivamente al resto del planeta, afecta a otros países importantes, especialmente en América Latina, donde destacan Brasil y Argentina.

El 19 de octubre de 1987, cae el índice guía, el Dow Jones, que bajó 22,6% en un solo día. Este crack financiero si afectó a las finanzas globales y cundió el pánico en todas las bolsas del planeta, aunque no se llegó a una fase de depresión posiblemente por su corta duración.

Las recesiones en el núcleo del sistema económico mundial, se replican con características a veces más fuerte en los países de la periferia, un ejemplo de esto fue la crisis de la década de 1980 en el Ecuador (41).

A raíz de esta crisis económica de los años 70, el capital financiero crece de tal manera que rebasa ampliamente al capital productivo.

Notas:

(1) El Plan Marshall es el nombre por el que se conoce el Programa de Reconstrucción Europeo anunciado por el entonces secretario de estado norteamericano George Marshall en un discurso en la universidad de Harvard el 5 de junio de 1947. Ante la penuria europea y la imposibilidad financiera de comprar productos norteamericanos los EEUU diseñaron este plan de ayuda demandaba con coordinación previa de los países europeos para su aplicación. Para ello se reunió en junio-julio de 1947 una conferencia en París a la que, tras muchas dudas, acudió la URSS. Moscú pronto declinó el ofrecimiento, haciendo que sus países satélites hiciesen lo mismo bajo el criterio de que el plan era un instrumento para la hegemonía americana.

(2) El término fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford; fabricante de automóviles de EEUU. Este sistema comenzó con la producción del Ford Modelo T (1908) con una combinación y organización general del trabajo altamente especializada y articulada en base a cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la década de los 70 del siglo XX (cuando fue reemplazada por el Toyotismo). El fordismo como modelo de producción resulta rentable cuando los productos fabricados se venden a un precio relativamente bajo en relación a los salarios promedio de las y los trabajadores.

(3) Robert Brenner, O Boom e a Bolha, Editora Record, Río de Janeiro, 2003."[...] Las corporaciones de EEUU al final de la década del 30 y las japonesas, alemanas y otras corporaciones de Europa occidental al final de los años 40 conquistaron altas tasas de ganancia, que constituyeron la precondición fundamental para sus duraderas expansiones de posguerra".

(4) Robert Brenner, O Boom e a Bolha, Editora Record, Río de Janeiro, 2003. pag. 45.

(5) Galbraith, John Kenneth. The New Industrial State. Hamish Hamilton, NY, 1967.

(6) Para más información, ver E. Palazuelos, E.: Las economías capitalistas durante el período de expansión, 1945-1970 (estructura y funcionamiento del modelo de acumulación de posguerra). Madrid, Akal, 1986.

(7) Charles Anthony Raven Crosland (29 de agosto 1918 - 19 de febrero 1977) era un miembro del Partido laborista y un importante socialista teórico. Él sirvió como Miembro del parlamento para Gloucestershire del sur y más adelante para Gran Grimsby. A través de su carrera larga él ocupó las posiciones del gabinete de Secretaria del estado para la educación y la ciencia, Presidente del tablero del comercio, Secretaria del estado para el gobierno local y el planeamiento regional y Ministro de Asuntos Exteriores.

(8) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 275. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(9) Las alusiones a Alemania, hacen referencia en este período a la antigua República Federal Alemana (RFA), parte occidental del país que formó parte de la influencia estadounidense tras la Conferencia de Yalta.

(10) Brenner, The Economy After the Boom: a diagnosis, International Viewpoint, Julio de 2002.

(11) Hosbsbawm, Eric J. Biblioteca E. J. Hosbsbawm de Historia Contemporánea. Tomo IV Historia del Siglo XX. Pag. 262. Crítica. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998.

(12) Krugman, Paul. The Return of Depression Economics. W.W. Norton & Co., Nueva York - London. 1999.

(13) Entendemos por villas miseria, el inserto clandestino de las grandes ciudades, síntoma brutal de la marginación y la pobreza. Formalmente ilegal porque se asienta en terrenos ajenos, pero siempre tolerado ante la incapacidad de dar soluciones básicas.

(14) Marx, Karl. El Capital, Tomo I, El Proceso de Acumulación Capitalista. Editorial Siglo XXI. Argentina, 1995.

(15) Término que se usa para hacer referencia al volumen de producción que puede obtenerse en un período determinado en una cierta rama de actividad.

(16) Ese año las reservas de Fort Knox se hicieron menores y en la Bolsa de Londres el oro rebasó la paridad de 35 dólares la onza. Se creó el Pool del Oro con los bancos centrales más importantes de Europa para mantener el precio vendiendo oro en el mercado libre a más de 35 dólares.

(17) El Pool del Oro fue poco efectivo y se suprimió en 1968.

(18) El DEG fue creado en 1969 por el FMI para apoyar el sistema de paridades fijas de Bretton Woods.

(19) Entre 1949 y 1968 los dólares-billete en el exterior de EE.UU. pasaron de 6.400 a 35.700 millones mientras que las reservas de oro en poder de EEUU pasaron de 24.600 a 10.400 millones de dólares.

(20) Créditos concedidos por la banca comercial de ámbito internacional.

(21) La inconvertibilidad del dólar (Nixon suspendió la convertibilidad en 1971) por sí sola no resolvió nada, más bien al contrario, dado que generó mayores dificultades en la cooperación de los bancos centrales europeos y de Japón, que ahora en ningún caso podrían convertir sus ingentes stocks de dólares.

(22) El Frente Nacional de Liberación de Vietnam o FNL, también conocido como Front National de Liberté (FNL), fue una organización guerrillera formada en 1960 consecuencia de la unión de la oposición (mayoritariamente comunista) a la dictadura de Ngô Đình Diệm. El gobierno de Vietnam del Sur se refería a este movimiento como el "Viet Cong". Las fuerzas estadounidenses se referían a él como "Victor Charlie", que es como se pronuncian las siglas "VC" en el Alfabeto fonético de la OTAN o, de forma más abreviada, simplemente "Charlie".

(23) Los historiadores del siglo XXI tendrán que valorar la hondura de los traumas subjetivos de derrota, impotencia y pública ignominia que afligieron a la clase política estadounidense en los años setenta, doblemente penosos por el desprestigio en que cayó la presidencia de los EEUU en los años en que Richard Nixon (1968-1974) tuvo que dimitir por un sórdido escándalo denominado “Watergate”.

(24) Hosbsbawm, Eric J. Biblioteca E. J. Hosbsbawm de Historia Contemporánea. Tomo IV Historia del Siglo XX. Pag. 248. Crítica. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998.

(25) A continuación del crack del “jueves negro” del 24 de octubre de 1929 en Wall Street, en 1930 se inicia la Gran Depresión. Aunque muchos historiadores y economistas mantienen la tesis de que la crisis duró hasta 1933, con la elección de Roosevelt como presidente de los EEUU, la Depresión realmente duró diez años, dado que existió una segunda recesión dentro de la depresión, ocurrida entre 1937 y 1939.

(26) Estevez Estrella, Justo Raúl. Crisis de la economía ecuatoriana, década de 1980, pag. 1.

(27) La "crisis del Petróleo de 1973" tuvo su antecedente en el desorden del sistema monetario internacional, precipitado por la caída del dólar. Las dificultades que la guerra de Vietnam estaba provocando en la economía norteamericana llevaron al presidente Nixon a, de manera unilateral, desligar el dólar del patrón-oro. El sistema acuñado en Bretton Woods en 1944 que había garantizado la estabilidad monetaria vino a su fin. Las principales monedas del mundo occidental flotaron en un contexto de gran inestabilidad. En ese contexto, la reacción de la OPEP al apoyo occidental a Israel en la guerra de Yom Kippur precipitó un brusco ascenso del precio del petróleo que agudizó la desestabilización de la economía internacional. El precio del crudo se cuadruplicó de octubre a diciembre de 1973, los países árabes establecieron un embargo de petróleo contra los países que más claramente habían apoyado a Israel, como EEUU y Holanda, entre otros.

(28) Carlos Hermida Revillas, Crisis y estructuración del Capitalismo: 1973-2000. Historia y Comunicación Social, UCM, 2000, pág. 2.

(29) Mandel, Ernest: Tratado de economía marxista. México, Era, 1977. 6.a edición en español, tomo I, p. 229.Si, por ejemplo, de un decenio a otro el valor de la producción anual pasa de 300 mil millones C+100 millones V+100 mil millones P=500 mil millones a 400 mil millones C+100 mil millones V+100 mil millones P=600 mil millones, el aumento de la composición orgánica del capital de 3 a 4 lleva consigo una disminución de la tasa de ganancia de 100/400 = 25% a 100/500 =20%.

(30) Estagflación o estanflación = estancamiento + inflación.

(31) Negri define forma-Estado, como “la forma en la cual el capital ha dominado las relaciones de clase sufriendo, en el interior de esta relación, las resistencias y las presiones que las clases subalternas determinaban…

(32) Negri, Antonio y Cocco, Guiseppe. Global. Paidós, Buenos Aires, 2006.

(33) Chicago Boys es un término aparecido en la década de 1970 para denominar a los economistas educados en la Universidad de Chicago, bajo la dirección de los estadounidenses Milton Friedman y de Arnold Harberger.

(34) Correa, Rafael. Ecuador: de Banana Republic a la No República. Editorial Debate. Quito, 2009. Pag. 155

(35) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 251. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(36) Jonathan Schell de la transnacional NCR declara al NY Newsday en 1993: “El otro día me preguntaron acerca de la competitividad de los Estados Unidos, y yo respondí que no pienso en absoluto en ella. En la NCR nos consideramos una empresa competitiva mundial, que prevé tener su sede central en los Estados Unidos”.

(37) Bajo su liderazgo, presidió el país entre 1978 y 1997 (año de su muerte), la República Popular China emprendió las reformas económicas de liberalización de la economía comunista[] que le permitieron alcanzar impresionantes cotas de crecimiento económico. Frente a estos éxitos en la economía, Deng ejerció un poder de perfil autoritario, y su papel fue decisivo en la represión violenta de las protestas de la Plaza de Tian'anmen en 1989.

(38) Krugman, Paul. The Return of Depressión Economics and the Crisis of 2008. W.W. Norton & Co., NY-Londres. 1999.

(39) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 263. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(40) Ibid, pag. 263

(41) Para 1982 casi todos los países latinoamericanos y caribeños habían sido afectados por la más profunda y prolongada recesión económica de los últimos 50 años. Aunque fuerzas externas fueron determinantes en el agravamiento de la crisis, otros factores no menos importantes actuaron, como por ejemplo la inconsistencia en el manejo de políticas económicas, especialmente en cuanto a la adopción de medidas que favorecieron, sin previsión, altos niveles de endeudamiento externo; la desorbitada expansión del gasto doméstico en varios casos, y las políticas de estabilización de precios basadas en el manejo casi único de las tasas de cambio. A esos aspectos deben agregarse los correspondientes a los métodos de liberalización financiera, los cuales mantuvieron las tasas de interés muy altas durante prolongados períodos de tiempo, afectando de esta manera la formación de capital de inversión directa en los países.

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