domingo, 23 de mayo de 2010

Antanas Mockus, una farsa electoral vestida de verde


Decio Machado

Para el Periódico Diagonal (Colombia)


Sin la posibilidad de reelección de Alvaro Uribe y el cansancio de gran parte de la población por las malas relaciones con sus vecinos, Mockus se consolida como una alternativa al uribismo.


Hace unos tres meses, las estadísticas realizadas a la ciudadanía colombiana vaticinaban la continuación del Gobierno de Álvaro Uribe. Debido a su alta popularidad y a la intención de sus partidarios de cambiar la norma constitucional para permitir que pudiera repetir un nuevo mandato. La sorprendente resolución de la Corte Constitucional de Colombia, basada en el principio democrático de la alternancia, significó un destello de independencia y sensatez nada común en la política colombiana.


La aparición en el escenario político del excéntrico filósofo y matemático Antanas Mockus –quien tuvo éxitos notables en su gestión como alcalde de Bogotá entre los años 1995 y 1998 y 2001 y 2004– acompañado como número dos por el también exitoso ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo (2004-2007), hizo que el escenario electoral colombiano diese un vuelco inesperado. Esta candidatura tomó fuerza tras el primer debate presidencial a finales del mes de abril, en el que el académico de origen lituano arrolló a sus dos principales oponentes, Juan Manuel Santos, quien representa la continuidad del uribismo, y Naomí Sanín, representante del Partido Conservador.


Parece evidente que gran parte de la sociedad colombiana, aunque mantiene una posición de lucha frontal contra la insurgencia y en especial contra las FARC, quiere más prudencia con respecto a sus vecinos. Para ello es necesario mejorar las relaciones de Colombia en el contexto regional y ahuyentar los vientos de guerra que soplan desde los palacios de Miraflores en Caracas y de Carondelet en Quito, ante las continuas provocaciones emitidas por Santos. El candidato oficialista Santos se enfrenta a un proceso judicial en Ecuador, por ser el autor intelectual del bombardeo de Angostura. Sin previo aviso el ejército colombiano en marzo de 2008, además de bombardear territorio ecuatoriano, asesinó mientras dormían a 22 guerrilleros de las FARC, entre ellos al comandante Raúl Reyes y al ecuatoriano Franklin Aisalla.


¿Quién es Antanas Mockus?


Mockus es un académico neoliberal, que en la alcaldía de Bogotá privatizó bienes públicos en detrimento del erario bajo la controvertida figura de la capitalización. Así lo hizo con una parte de la Empresa de Energía de Bogotá.


El fenómeno electoral que encabeza es la consecuencia del cansancio de una parte del electorado colombiano por un Gobierno corrupto que se ha articulado en torno a la parapolítica, los “falsos positivos”, la cesión de la soberanía nacional a los Estados Unidos, la violación de derechos humanos por parte del DAS –servicio de inteligencia–, los business en el Agro Ingreso Seguro, los privilegios para los hijos del actual presidente Uribe y otros tantos escándalos más.


Mockus no cuestiona la estrategia de confrontación prolongada con la insurgencia desarrollada durante las dos últimas legislaturas con la política de seguridad democrática. Tampoco el fortalecimiento de la llamada “confianza inversionista”, basada en seguir la senda de las privatizaciones y la continuidad económica de la política uribista.

De hecho, ha cerrado cualquier posibilidad de pacto antiuribista con el partido de la izquierda, Polo Democrático Alternativo. Según Mockus, en el Polo aún hay fuerzas que no han roto lazos con la lucha armada. Gustavo Petro –candidato por el Polo a la presidencia– “sigue teniendo teorías que, de algún modo, directo o indirecto, justifican la violencia”. Desde el planteamiento de Mockus, plantear la equidad social, luchar contra la desigualdad o reivindicar la necesidad de una reforma agraria sería apoyar la violencia.


La irrupción de Rendón


La caída electoral de Santos, frente al crecimiento de popularidad de Antanas Mockus, ha hecho que el oficialismo haya contratado de forma desesperada al equipo del venezolano Juan José Rendón, un ‘gurú’ de las campañas electorales basadas en la “guerra sucia”. Rendón cuenta con un largo currículum en el cual destaca haber sido uno de los estrategas de la CIA en el trabajo de desprestigio contra Saddam Hussein desde 1998.

viernes, 7 de mayo de 2010

El fin del uribismo marca los comicios colombianos

ELECCIONES | EL CANDIDATO OFICIAL SE TOPA CON LA DIVISIÓN DE LA DERECHA


Hacemos un recorrido por la campaña presidencial colombiana –salpicada por los “falsos positivos”, la parapolítica, el narco y la guerra–, así como por sus principales candidatos.

Decio Machado / Redacción (Bogotá, Colombia)
Periódico Diagonal. Número 125

A pesar de todos sus intentos, el presidente Álvaro Uribe no consiguió obtener la habilitación de la Corte para volver a presentarse a las elecciones del 30 de mayo y ser reelegido para su tercer mandato. Impedido para celebrar un triunfo que tenía asegurado (las últimas encuestas le daban un 70% de apoyo), Uribe nombró a su controvertido ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, para sucederlo en la presidencia. Junto a Santos, compiten en esta campaña la “partidocracia” clásica colombiana (Partido Conservador y Partido Liberal), aunque en esta ocasión, una organización de nuevo cuño, el Partido Verde, la llamada popularmente “marea verde”, tiene posibilidades de ocupar el sillón presidencial en la Casa de Nariño.

El ala dura del uribismo

El candidato uribista, Juan Manuel Santos, ha sido fundamental para implementar la política de “seguridad democrática” diseñada por Uribe y los logros en el campo militar que se han tenido en los últimos años frente a las FARC. Santos, envalentonado por un triunfo que preveía fácil, abandonó en mayo de 2009 el Ministerio de Defensa con la finalidad de ser el candidato uribista en estas elecciones. Las elecciones legislativas del 14 de marzo, le dieron la razón, la coalición uribista, surgida de la alianza Partido de la U, de Uribe, y el Partido Conservador, barrió tanto en el Senado como en el Congreso. Muchos analistas y medios consideraban que Juan Manuel Santos sería el presidente de Colombia sin necesidad de segunda vuelta. Para sorpresa del uribismo, el pasado 14 de abril, surgió un inesperado acuerdo político entre dos ex alcaldes, Antanas Mockus, que fue alcalde de Bogotá, y Sergio Fajardo, quien lo fue de Medellín. Su alianza ha dado pie a que una campaña electoral que se preveía aburrida se anime con una “fiesta verde” del Partido Verde que nadie esperaba. Aun así, Santos es el aspirante oficialista, goza del apoyo de Uribe y corre solo en esta primera vuelta, dado que el otro gran partido de la coalición de gobierno, el Partido Conservador, presenta candidata propia, Naomí Sanín. A pesar de que Santos sea el candidato del Partido de la U, ha tenido fricciones importantes con Uribe, consecuencia de las declaraciones públicas del candidato recomendándole que proceda de inmediato con la disolución del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, servicio secreto colombiano) por su corrupción interna y su aplicación de la “seguridad preventiva”. De este modo, Santos se justifica por el conflicto diplomático y la amenaza de guerra con Venezuela y el bombardeo de marzo del 2008 de un campamento clandestino de las FARC en territorio ecuatoriano, que conllevó la ruptura de relaciones diplomáticas. En plena campaña, Santos declaró que “se sentía muy orgulloso” de haber protagonizado el bombardeo en territorio ecuatoriano que acabó con la vida de, entre otros, Raúl Reyes, olvidando que Uribe había pedido perdón a la comunidad internacional por este hecho.


En 2007, el líder paramilitar Salvatore Mancuso declaró en una audiencia que, en 1997, Santos había planeado derrocar al entonces presidente Ernesto Samper. Mancuso también dio datos sobre las vinculaciones del vicepresidente y Juan Manuel Santos con los grupos paramilitares. Uribe tuvo que aparecer públicamente a apoyar a sus ministros y amigos. Ya iniciada la campaña, Mancuso ha vuelto a denunciar esto a través de un teleconferencia desde la cárcel de Washington, donde está desde 2008, cuando el gobierno colombiano lo extraditó a EE UU. Según Mancuso, Santos fue a los campamentos de los paramilitares para pedir respaldo al golpe contra Samper, y reunirse con el que en aquel momento era el líder máximo de los “paras”, Carlos Castaño. Paralelamente, el fiscal general ha puesto en marcha una investigación y órdenes de captura sobre media docena de agentes del DAS, como consecuencia de intercepciones telefónicas y de correos electrónicos de opositores, periodistas, jueces, militares y funcionarios. El actual director del DAS es uno de los activos políticos de Juan Manuel Santos. El ex presidente César Gaviria, preguntado por este tema, se limitó a decir: “Estamos viendo lo que sucede cuando la inteligencia de un Estado está en manos de criminales y la convierten en una policía política”. El candidato “verde”, Antanas Mockus, ha subido diariamente en los sondeos y ya está igualado con Santos, lo que deja a la líder conservadora Naomí Sanín en el tercer puesto. Para el analista Juan Felipe Cardona, “Mockus y Fajardo representan la nueva política”. Por eso suben, pero a su vez, el Partido Verde “no cuenta con el aparato necesario y tienen poca presencia en los ámbitos rurales”. Ante el riesgo de que Santos por sí mismo no gane las elecciones, Álvaro Uribe solicitó públicamente a los 90 congresistas de la coalición de gobierno que busquen una fórmula para ir unidos a la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de mayo próximo. De igual manera, sectores pro uribistas del Partido Conservador acusan a su candidata de estar distanciándose de Juan Manuel Santos, y haciendo aproximaciones a Antanas Mockus. El uribismo está movimiento los resortes de cara a la recomposición de su coalición con el Partido Conservador y otros partidos más pequeños, siendo conscientes que la alianza Mockus y Fajardo y los apoyos que reciban de antiuribistas en la segunda vuelta, pueden sorprendentemente dejarles fuera de la Casa de Nariño. Lo cierto es que la preocupación es tan grande por parte de Santos y Uribe, que el mismo presidente se ha enfrentado con Mockus. “Aquellos que nunca combatieron al terrorismo, a la guerrilla, al paramilitarismo, ni en sus ciudades ni en el país, ahora se presentan como las candidaturas de los independientes y de los honestos”, dijo Uribe sobre Mockus, en una emisora local. Marcela Prieto, directora del Instituto de Ciencias Políticas Hernán Echavarría Olózaga, indica que Uribe “está incurriendo en un delito al pronunciarse a favor y en contra de una campaña”. Esta profesora se pregunta por qué las autoridades electorales no se hayn pronunciado aún a este respecto.

¿Y la izquierda colombiana?

Para el ex magistrado Carlos Gaviria, miembro del Polo Democrático Alternativo, la opción Mockus no constituye una alternativa al uribismo: “Cuando se crea un mito en torno a una persona, es a la leyenda y no a la persona a la que se remiten todos sus hechos. Como la leyenda que se inventó es impecable, la persona no puede equivocarse. Entonces, no se confrontan sus opiniones, sino que se aceptan sin crítica”, y prosigue “existe una gran distancia entre el Polo Democrático Alternativo y Mockus. Nosotros consideramos que es necesario un cambio de modelo económico en Colombia, dado que el actual ha permitido un crecimiento de la riqueza muy significativo, pero no ha generado empleos ni reducido la brecha entre ricos y pobres”, concluye. Gustavo Petro registra en torno al 5% de intención de voto. Así, se hace improbable que el Polo Democrático Alternativo consiga los 2,7 millones de votos que obtuvo en 2006 cuando el candidato era el ex magistrado Carlos Gaviria. Según éste, “el partido perdió en estos cuatro años lo que ganó en la pasada contienda presidencial. Ahora, muchos de esos votos van a ir a parar al Partido Verde y por tanto a Mockus”. Otros miembros del Polo nos indican: “Mockus es una farsa mediática, no denunció el Acuerdo militar con los EEUU, no denunció la violación de soberanía de Ecuador, y no ha abierto sobre el conflicto con Venezuela, pero qué tipo de cambio puede encarnar…”.


LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA DE COLOMBIA

J. M. SANTOS, PARTIDO DE LA U

Pertenece a una de las familias más poderosas e influyentes de Colombia, que además es dueña de El Tiempo, el principal diario de la nación. Desde hace años, Santos ha estado siempre en espacios de poder: ocupó la cartera de Defensa con Álvaro Uribe, Hacienda con Andrés Pastrana y Comercio Exterior con César Gaviria. Su hermano Francisco, en la actualidad es como vicepresidente de la República. Políticamente ha evolucionado desde posiciones socialdemócratas liberales de “la tercera vía” hasta posiciones mucho más conservadoras y reaccionarias. Bajo su gestión, Uribe ha obtenidos logros importantes en su política de guerra, dejando detrás 7.000 desaparecidos, y el bombardeo de territorio ecuatoriano que acabó con Raúl Reyes y los “falsos positivos”.

Antanas Mockus Hijo de lituanos, fue alcalde de Bogotá en dos ocasiones (1995-1997 y 2001-2003). En su gestión, redujo en un 40% la tasa de homicidios, saneó en parte las finanzas, introdujo el presupuesto participativo y mejoró la calidad de la educación, salud e infraestructura. Es el candidato del Partido Verde.

Noemí Sanín Candidata del Partido Conservador, fue ministra de Comunicaciones en el Gobierno de Belisario Betancourt. Cuando en 1985 el M-19 ocupó el Palacio de Justicia, ordenó televisar un partido de fútbol en lugar de la crisis política. Ha sido embajadora en España y Reino Unido, y canciller con César Gaviria.

Rafael Pardo Ocupó cargos públicos durante los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria, y ejerció como ministro de Defensa de este último. Fue nombrado Consejero Presidencial para la Paz, lo que hizo que guiase los procesos de paz con el M-19, EPL, PRT y Movimiento Quintín Lame. Representa al Partido Liberal.

Gustavo Petro Del Polo Democrático Alternativo, fue senador de 1991 a 1994 y de 1998 a 2006, y se destacó por su valentía al denunciar la complicidad entre paramilitares, militares y gobierno, así como las violaciones de Derechos Humanos y la corrupción. Estuvo dos años en la cárcel, donde fue torturado, por ser miembro del grupo guerrillero M-19.

G. Vargas Lleras Desde 1994, Germán Vargas, de Cambio Radical, ha sido cuatro veces elegido para el Senado. Preside uno de los partidos con más nexos e implicaciones con los paramilitares, que tiene varios miembros expulsados o privados de libertad por los procesos de la parapolítica. Ha sido director del semanario Nueva Frontera.