domingo, 24 de enero de 2021

Decio Machado: "Ecuador no aguanta cuatro años más así"

 


Por Dimitris Givisis / Periódico Epohi (Syriza)

Con encuestas que muestran como todavía Rafael Correa mantiene el liderazgo político en el país, Andrés Arauz -ex ministro de Talento Humano- de apenas 35 años encabeza las opciones de voto en Ecuador. Para hablar de esto entrevistamos a Decio Machado, uno de los más renombrados analistas políticos de izquierdas del país y miembro del equipo fundador de la revista digital Ecuador Today.

¿Qué crees que significaran las elecciones del 7 de febrero para el futuro del Ecuador? ¿Cuáles son los dilemas que surgen durante estas elecciones?

La involución en materia de indicadores económicos y sociales que ha sufrido Ecuador durante estos últimos tres años y medio en los que ha gobernado Lenín Moreno es impresionante. La economía nacional está semi-estancada, el desempleo crece aceleradamente, los indicadores de pobreza están disparados, el endeudamiento externo aumenta, la delincuencia en las calles está descontrolada y la pérdida de derechos adquiridos por parte de las y los trabajadores es permanente. Todo esto sucede mientras el conjunto de políticas socio-económicas diseñadas desde el Gobierno Nacional durante esté período han tenido como objetivo favorecer a las élites. Esta realidad se venía dando desde antes de la pandemia, si bien a partir del impacto del Covid-19 en el país la situación se volvió dramática. Ecuador es el segundo país en el ranking global de naciones con mayor tasa de fallecidos en relación al número de habitantes consecuencia de la pandemia pese a que la cifras oficiales intenten disimularlo. Esto es el fruto de las políticas neoliberales aplicadas durante este período de gestión de gobierno, mediante las cuales se ha desmantelado cobertura pública y se ha deteriorado enormemente la calidad de servicios esenciales, a la par que los grandes grupos económicos siguen manejando cifras de rentabilidad y beneficios económicos vergonzosos en esta coyuntura.


Ante esta situación, el próximo 7 de febrero el pueblo ecuatoriano tiene que decidir sobre continuidad o cambio. Personalmente considero que el país no aguanta cuatro años más de un gobierno como este…


¿Cómo es el escenario político tres demandas antes de las elecciones? ¿Qué ambiente se vive en estos momentos en Ecuador?


Existen dieciséis candidaturas diferentes que se disputan las elecciones presidenciales en el país. Esto, que parecería ser un signo de vitalidad democrática, representa en realidad todo lo contrario. No hay debate de ideas, los medios de comunicación privados y el propio Gobierno Nacional están en su mayoría alineados políticamente con la principal candidatura conservadora -la que encarna el banquero Guillermo Lasso- e incluso el Consejo Nacional Electoral, quien se supone que es la institución rectora de la democracia en el país, carece la imparcialidad. 


En ese contexto, la mayoría de los ciudadanos sienten un pesimismo generalizado respecto al futuro del país. El divorcio entre el establishment político y la sociedad es enorme, y la credibilidad de las instituciones públicas e incluso de los organismos rectores de la democracia es bajísima. Mucha gente siente que estas elecciones no son transparentes y que existe el riesgo real de un fraude electoral si la opción ganadora en las urnas termina siendo la de Andrés Arauz o de forma menos probable la candidatura asociada al mundo indígena.


Las encuestas muestran una ventaja de Andrés Arauz, ¿cómo interpretas esto? ¿cuáles son las alianzas sociales que aseguran este avance?


Más allá de los sectores conservadores, desde muchos sectores de la izquierda y de los movimientos sociales se desarrollaron críticas al gobierno de Rafael Correa. Eso es bueno dado que demuestra la amplia diversidad existente en la izquierda latinoamericana, la cual no se vio ideológicamente identificada con las estructuras de poder construidas durante la década progresista. 


Hoy estamos ante una realidad diferente. Amplios sectores sociales van a votar por la candidatura de Andrés Arauz, apadrinada por Rafael Correa, porque son conscientes de la necesidad de parar la ofensiva neoliberal que sufrimos en el país. En paralelo, la otra candidatura que podría disputar el voto de izquierda en Ecuador, hago referencia a Yaku Pérez de Pachakutik, inspira poca confianza dado que en estos momentos transita ideológicamente hacia una posición más centrista entendiendo erróneamente que con ello ganará más votos.


¿Hasta qué punto las elecciones en Ecuador pueden verse afectadas por acontecimientos generales como la elección de Biden en Estados Unidos, el debilitamiento de los gobiernos de derecha en América Latina y la recuperación de fuerzas progresistas en el subcontinente?


Las relaciones de dependencia establecidas por el gobierno de Lenín Moreno respecto a Washington ha sido uno de los episodios políticos más vergonzosos de estos últimos tres años y medio. Moreno ha tomado gran parte de las decisiones que afectan el ámbito de la política nacional tras consultarlas con la embajada estadounidense, y en materia de política exterior la falta de soberanía ha sido más que evidente. Se cuestionó la victoria electoral de Fernández en Argentina, Ecuador fue de los primeros países en reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, los conflictos diplomáticos con Maduro han sido permanentes, se apoyo al gobierno ilegítimo de Bolivia, etc…


El retorno de gobiernos progresistas en la región no tiene una afectación directa sobre la política nacional, aunque en caso de que gane Arauz permitirá poner nuevamente en marcha un proyecto de integración regional que fue destruido desde el Departamento de Estado norteamericano con la complicidad de los gobiernos conservadores.


¿Qué perspectivas hay para superar esta crisis multifacética que enfrenta Ecuador? ¿Cuáles son los desafíos para el futuro inmediato para la sociedad civil y los movimientos sociales del país?


La relación durante el periodo de gobierno correísta con los principales movimientos sociales ecuatorianos, especialmente con el movimiento indígena y el movimiento de mujeres, fue muy conflictiva. Andrés Arauz es un hombre joven y pese a que su trayectoria ha sido más tecno-burocrática que movimentista, todos esperamos de que en caso de ganar las elecciones tenga la capacidad de dialogar con estos sectores e incorporar sus principales demandas a las lógicas de gobierno durante el próximo periodo. De hecho, Arauz ha planteado públicamente la necesidad de impulsar transformaciones más radicales que las realizadas durante el gobierno de Rafael Correa. Eso genera expectativa entre sectores que ideológicamente se sienten más alineados a la transformación que a la reforma.


Superar la crisis económica, ambiental, institucional, política y social que vive hoy el Ecuador no será cosa fácil ni factible en el corto plazo. El país necesita transformaciones radicales y duraderas en el tiempo. Debates sobre el cambio de la matriz productiva, la protección del medio ambiente, el paso a una sociedad moderna y tecnológica, la atención a los sectores históricamente olvidados, el combate a la pobreza y la exclusión social, la generación y protección de empleo digno, la equidad de género y el derecho al aborto, las política inclusivas o una política tributaria que haga que las élites sean las que más aporten para sacar al país de la crisis en un momento como el que actualmente vivimos forman parte de varias de las reivindicaciones que se hace desde el frente popular y que un gobierno progresista debe comenzar a atender desde el primer día después de su investidura.




 









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