jueves, 28 de octubre de 2010

Barak Obama contra las cuerdas ante los comicios electorales del 2 de noviembre

Barak Obama accedió al poder posicionando mensajes de una nueva esperanza y cambios en la política estadounidense. Casi dos años después, la sociedad norteamericana expresa cada vez mayores síntomas de decepción y desencanto.

La pérdida de las mayorías en las dos cámaras, situación similar a la que vivió Bill Clinton en 1994, a la par que ver reducido el número de gobernadores demócratas, podría significar el fin de la carrera política de Obama, al cual le quedarían todavía dos años de “via crucis” en la Casa Blanca.

Por Decio Machado

Desde que el 3 de junio de 2008 concluyeran las elecciones primarias del Partido Demócrata con la proclamación del legislador afroamericano Barack Obama como candidato para las presidenciales de noviembre de ese mismo año, el hasta entonces senador por Illinois, no ha dejado de estar presente en los medios de comunicación del planeta, como una referencia de esperanza tras la senda de terror, guerras y muertes dejadas por George Bush durante las dos legislaturas de su mandato.

Durante el primer semestre del 2008, Obama había tenido como rival a Hillary Clinton, la cual dispuso de ocho años para prepararse cara a esta contienda electoral. La Clinton había creado bases de apoyo financiero, redes de voluntarios, apoyo en los estados y a pesar de ello, Obama terminó las primarias con una mejor organización, recaudó más dinero, más gente trabajando por él en las calles, y realizó un trabajo de creación y organización semi perfecta en los cincuenta estados.

Posteriormente, en las elecciones generales del 4 de noviembre de 2008, derrotó a su rival republicano, John McCain, el cual no era mal candidato teniendo en cuenta los valores del pueblo norteamericano. McClain gozaba de ciertas ventajas: era considerado héroe de guerra, pasó cinco años preso en Vietnam, tenía reputación de hombre honesto e independiente, se había caracterizado por un trabajo democrático y no era demasiado partidario, aunque claramente posicionado con las políticas xenófobas al interior de los EEUU.

La victoria de Obama y su investidura como el 44 presidente de los EEUU el 20 de enero de 2009 significó un halo de esperanza que se proyectaba en dos sentidos al interior de los EEUU: por un lado, como la posibilidad de reunificar un país que había quedado dividido políticamente entre partidarios y no partidarios de una lógica militarista que tenía rasgos de “demencia” (guerra global permanente, Guantánamo convertido en el mayor campo de concentración del mundo occidental con permanentes violaciones de los derechos humanos, Abu Ghraib, las detenciones y vuelos secretos con secuestrados por los servicios secretos norteamericanos, las cárceles clandestinas para la detención e interrogatorio de sospechosos de pertenecer a la Yihad…), y que por otro lado, como la posibilidad de cambiar estructuras básicas en una economía interna que recibía el azote de una crisis sin precedentes desde la época de la Gran Depresión en 1929.

El gobierno de dos legislaturas, encabezado por George W. Bush había sido un fracaso absoluto para los EEUU como país, para los estándares de vida de la sociedad estadounidense y sus valores éticos y morales, y también para el propio Partido Republicano (McCain se cuidó y mucho de no aparecer junto a Bush durante la campaña electoral).

Con la llegada de Barak Obama a la Casa Blanca se encarnaba un casi imposible, para muchos era la posibilidad de cambiar tanto interna como externamente las políticas desde dentro del “corazón de la bestia”.

Este artículo pretende recoger un análisis de la situación política interna estadounidense y valorar, a falta de tres meses para que Obama cumpla su segundo año de mandato, la situación real en la que se encuentra su gobierno y su imagen pública.

La coyuntura actual de Obama

La popularidad del presidente Obama, caracterizada por una fluctuación con permanentes descensos abruptos combinados con austeras recuperaciones parciales, es el fruto de una situación compleja: aún persiste una estructura de la cual el mismo Barak Obama es parte, que ha restringido notablemente la capacidad de generar rupturas en las formas de hacer política desde la Casa Blanca, lo cual hace que a pesar del discurso de “cambio” que el actual presidente estadounidense mantiene, en realidad se desarrolle en la práctica una “continuidad” sostenida con el período anterior.

El análisis de la realidad política interna actual de los EEUU, permite afirmar que la popularidad de Obama en estos momentos, tiene importantes implicaciones respecto a tres temas de carácter interno y que son los que de alguna manera han definido estos 21 meses de gobierno: las consecuencias del manejo de la crisis financiera, las políticas migratorias, y la reforma del sistema de Salud.

Consecuencias del manejo de la crisis financiera y el tema del desempleo


La crisis financiera de 2008 se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en EEUU en el año 2006, lo que provocó en octubre de 2007 la llamada crisis de las hipotecas subprime. Las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzaron a manifestarse de forma grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, generando como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes bursátiles (crisis bursátil de enero de 2008 y la crisis bursátil mundial de octubre de 2008) y, en conjunto, una crisis económica a escala internacional.

Esta crisis financiera se ha manifestado fuertemente sobre de la economía estadounidense, la cual se ha evidenciado a través de varios indicadores, entre los que cabe mencionar que:

a.) El Producto Interno Bruto de Estados Unidos se contrajo un 6,2% en el cuarto trimestre de 2008 (momentos en que la crisis se agudizó) con respecto al trimestre anterior; en 2009 la economía estadounidense registró una contracción del 2,4%, su peor lectura desde 1946.

b.) La producción industrial en EEUU en términos anuales resultó 10% menor a la observada en enero de 2008; la tasa de crecimiento de la producción industrial da el porcentaje de incremento anual en la producción industrial (incluye manufactura, minería y construcción), en 2007 fue del 4,2%, en 2008 fue de –1,7% y en 2009 fue de –2%.

c.) La tasa de desempleo llegó en septiembre de 2010 a alcanzar un 9,6%, lo que implica que en los últimos doce meses el número de desempleados aumentara en torno a los 5,3 millones de personas, de ellas, aproximadamente 4,4 millones de personas reciben ayuda estatal de algún tipo.

d.) Las ventas de autos y camionetas se contrajeron un 37% en el primer mes del 2009 (Chrysler vendió 55% menos con respecto a enero de 2008, mientras en General Motors la caída fue de 49% y para la Ford de 40%); de igual manera, para las empresas japonesas tampoco fue un buen mes (las ventas de Toyota, Nissan y Honda se redujeron 35%, 29% y 28%, respectivamente); con la caída de enero, las ventas de la industria acumulan 15 meses a la baja; y actualmente la tendencia ha aumentado pero sigue demorando su recuperación;

e.) El mercado de la vivienda aún no ha recuperado su fuerza original, la actividad crediticia aún no ha aumentado y la disponibilidad de crédito sigue siendo escasa.

- La gestión de la crisis por parte del gobierno de Obama:

Sectores cada vez mayores de la población estadounidense cuestiona la polarización existente entre los beneficiarios directos de las políticas emanadas en materia económica desde la Casa Blanca y los afectados por la crisis económica desde la recesión de 2008. Según las diversas encuestas que se realizan en los Estados Unidos, la mayoría de los estadounidenses piensa que estas políticas han ayudado a grandes bancos, grandes corporaciones y a los ciudadanos más ricos, al tiempo que se proporciona poca o ninguna ayuda para los pobres, las clases media o pequeñas empresas.

En este sentido una de las condiciones que determinan en gran medida la caída de popularidad del presidente Obama son los elevados índices de desempleo.

Después de cuatro trimestres consecutivos de contracción la economía de EEUU, retornó al crecimiento a mediados de 2009, pero a pesar de ello, más de un año después persisten las altas tasas de desempleo. Según el gobierno, aunque la reactivación sigue se ha aminorado el ritmo de crecimiento, de una tasa del 3,7% entre enero y marzo a una del 1,6% entre abril y junio. Desde el comienzo de esta crisis, considerada la peor recesión en siete décadas, EEUU ha tenido una pérdida neta de 8,4 millones de empleos, y los analistas economicos calculan que la economía debería crear por lo menos 150.000 empleos mensuales para absorber el crecimiento natural de la fuerza laboral, cosa que está muy lejos de suceder en estos momentos.

Al respecto el presidente Obama dijo: “Hay una gran preocupación por los ocho millones de empleos que se perdieron en el transcurso de estos últimos dos años, y tenemos que fomentar continuamente el ritmo del crecimiento económico para que las personas puedan volver a trabajar. En definitiva, para la mayoría de los estadounidenses, esa es la medida para saber qué tan bien está la economía”.

La sociedad estadounidense percibe según estudios sociales desarrollados que la administración Obama ha beneficiado a través de sus políticas económicas, en primera instancia a las grandes bancos e instituciones financieras, en segunda instancia a las corporaciones comerciales de diversa índole; y en último lugar, se reconoce que las acciones de política económica han sido beneficiosas para los pequeños negocios, a la clase media y a la gente más pobre.

Ante estas percepciones y conscientes de sus impactos negativos en el potencial electorado que constituye la clase media, el equipo económico de Obama ha planteado un reajuste a la reforma financiera teniendo en cuenta varios factores encaminados a potenciar la dinámica económica doméstica. En esa línea, el presidente Obama anunció recientemente recortes impositivos a la clase media y a las pequeñas y medianas empresas, en el marco de un plan para promover el crecimiento económico que se está diseñando. Tras reconocer que la economía estadounidense tiene ralentizado su ritmo de recuperación, Obama señaló que estas bonificaciones podrían extenderse a la inversión, a la reconstrucción de infraestructuras y al desarrollo de proyectos de energía renovable.

Obama ha asegurado que gran parte de las medidas irán destinadas a las pequeñas y medianas empresas, puesto que ha sido en este sector donde se ha producido el 60% de las pérdidas de empleo desde el inicio de la crisis. El plan busca generar facilidades para que los pequeños negocios contraten empleados mediante el recorte de ciertos impuestos y entrega de más créditos.

- El manejo financiero y las elecciones de noviembre:

Obama recibió las calificaciones más bajas por su manejo de la economía en una nueva encuesta realizada el pasado mes de agosto por la Associated Press-GfK. Según la encuesta, la gran mayoría de los estadounidenses considera malas las perspectivas económicas de EEUU.

Los electores descargarán su frustración contra el Partido Demócrata en las elecciones legislativas de noviembre. Cuando falta menos de una semana para los comicios del 2 de noviembre, el 54% de las personas entrevistadas desaprobó el desempeño del presidente en materia economía, y el 61% dijo que la economía ha empeorado.

Sin embargo, tres cuartas partes de los encuestados consideran irrealista esperar una mejoría económica notable en los primeros 18 meses del mandato del presidente. El nivel de aprobación general sobre Obama permaneció sin cambio, en 49%. Estas encuestas, ponen nerviosos a los demócratas que intentan conservar sus mayorías cómodas en la Cámara de Representantes y en el Senado. "La verdad es que va a tomar algunos años para que salgamos totalmente de esta recesión. Va a tomar tiempo recuperar ocho millones de empleos", admitió el presidente Obama recientemente mientras hacía campaña por los candidatos demócratas en Seattle. "Quien les diga otra cosa sólo está buscando su voto".

Políticas Migratorias

Asistimos en la actualidad a importantes desencuentros públicos entre demócratas y republicanos, con respecto a las políticas migratorias a implantar en los EEUU. Sin embargo, analizadas con seriedad, las posiciones sobre el tema migratorio entre republicanos y demócratas, estas no se muestran tan distantes. Hasta ahora, la administración Obama no ha mostrado ninguna diferencia con respecto a las políticas migratorias de las administraciones anteriores.

Entre uno de los objetivos de la estrategia de seguridad nacional se contempla el consolidar la reforma integral de la inmigración, lo que viene a indicar que las políticas migratorias siguen en el contexto de la “securitización” diseñada en administraciones anteriores y agudizada en la gestión de George W. Bush.

El punto crítico de este proceso de reforma legislativa se encuentra en la imposibilidad de conciliar un régimen que concibe la seguridad nacional como un tema integral de prevención mediante acciones penitenciarias y persecutorias severas, frente a un gobierno que sin tomar partido en el tema con solvencia, admite al mismo tiempo que la reforma migratoria es un riesgo pero también una alternativa de futuro. La explicación de esta ambigüedad política, vuelve a situar el tablero de juego en el ámbito electoral (que te da y que te puede quitar votos), lo que va conformando una lógica, que hasta ahora tiene mucho que ver, con el perfil que está caracterizando a la administración Obama.

- El efecto administrativo de la Ley Arizona SB 1070:

El estado de Arizona aprobó una ley que criminaliza a quienes se encuentren en este territorio en condición de indocumentados. La gobernadora de Arizona, Jean Brewer, firmó y por tanto promulgó esta ley que ya entró en vigencia. El nuevo ordenamiento legal SB 1070, cuya denominación formal es “Apoya a nuestras fuerzas del orden público y los vecindarios seguros” tiene varios efectos internos que deben ser tomados en cuenta.

Cuando los demócratas y Obama hablan de inconstitucionalidad de la ley SB 1070, de lo que se esta hablando no es de la violación de los derechos a las personas migrantes. El asunto de la inconstitucionalidad radica en la violación de la precedencia de las leyes federales sobre las estaduales, dado que se legisla sobre materia que concierne al Congreso Federal y se obstaculiza a través de esta ley, la actividad de varias instituciones federales, especialmente: la Secretaria de Justicia, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Interna. Por otra parte, ni el estado de Arizona ni ningún otro, tiene la potestad de regular la actividad del Servicio de Guardacostas y el Departamento de Emigración de los EEUU, a cargo de tales asuntos. Por todo esto, el contenido de la ley migratoria no es el problema de fondo, lo que se discute es realmente quién adquiere las competencias sobre el diseño, aprobación y aplicación de la ley.

Desde esta perspectiva, se presenta una crisis estructural del Estado inédita en el país más poderoso del mundo moderno. Desde la Casa Blanca preocupa más el riesgo que este desfase administrativo supone entre las políticas estaduales y las federales, así como la extensión que esto tenga hacia otros estados, generando graves consecuencias sociopolíticas en la estructura del Estado federal, situación mucho más preocupante para ellos que los aspectos graves aspectos nocivos para los y las inmigrantes. Lo que está en cuestión es la arquitectura institucional de los EEUU, nada más.

Una de las consecuencias inmediatas de la aprobación de la ley SB 1070 de Arizona es que otros estados han replicado el procedimiento. Legisladores mayoritariamente republicanos, en otros 10 estados -Utah, Oklahoma, Colorado, Ohio, Missouri, Georgia, South Carolina, Mississippi, Texas y Maryland- han marcado un camino común para crear leyes similares a la ley SB 1070. Estas nuevas disposiciones legales dan autorización a detener, interrogar y exigir documentos a las personas que los policías sospechen que podrían ser migrantes sin documentos. Siendo los indicadores de sospecha, el color de la piel, las vestimentas o por la lengua hablada por el o la sospechosa.

La ley de Arizona ha dejado ya sentir sus efectos sobre varias cuestiones. Tendrá efecto sobre las condiciones laborales de los inmigrantes, las cuales serán condicionadas, aún más, por los empleadores. La importancia económica que reviste para EEUU la mano de obra migrante es objetivamente visible. El sueldo que reciben estos trabajadores es visiblemente menor al que obtienen los trabajadores estadounidenses, y resultan relegadas sus demandas laborales, siendo mermada claramente su capacidad de reclamo. La ley generará condiciones para que se vulnere aún más los derechos de los y las trabajadoras inmigrantes, los cuales se verán obligados a mal abaratar su trabajo a fin de obtener un empleo y no ser denunciados ante la fuerza pública; de hecho, ya se está empleando una suerte de compra de condiciones a cambio de trabajo.

Por otra parte, el costo social de la persecución y criminalización de los inmigrantes tiene su rostro en materia educativa, sanitaria y de desajuste social debido a la movilización que se está dando desde Arizona hacia otros estados norteamericanos. Como consecuencia de esta realidad, otros estados están poniendo en marcha iniciativas que establecen leyes similares a la de Arizona con el fin de detener ese flujo. De generarse un flujo aun mayor de migración desde Arizona hacia otros estados, estaremos presenciando una especie de “efecto colador” dentro de EEUU; donde por un lado los migrantes deberán repensar no solamente sus nuevas rutas de ingreso al país, sino encontrar nuevos destinos a partir de este estado fronterizo.

Las políticas punitivas frente a fenómenos sociales propios de una estructura socioeconómica mundial desigual no implican para nada una solución efectiva del problema de movilidad humana.

El costo fiscal que tendrán que asumir los departamentos de policías y alguaciles para llevar a cabo actividades que hoy en día no les competen, como son detener, procesar y deportar a inmigrantes indocumentados, no solamente será muy alto, sino que por obvias razones serán recursos que se tomarán de otras partidas presupuestarias, lo que impactará en la calidad de los servicios públicos en Arizona y demás estados que están poniendo en marcha estas medidas coercitivas de forma unilateral.

Adicionalmente el tema migratorio tendrá una afectación directa al turismo a nivel local, de hecho ya se promueven diversos mensajes que perjudicarán directamente el nombre de Arizona como destino turístico afectando severamente a su economía. La Asociación de Turismo de Arizona dio a conocer recientemente, que el sector comenzó a experimentar pérdidas inmediatas a consecuencia de la ley SB 1070, y afirman que esta ley está “pasando de un asunto de migración a uno de turismo”.

Tomando en cuenta estos costos tan altos que tendrá la ley anti-migrante ¿cómo podemos explicar su promulgación? Resulta evidente que los motivos de la promulgación de la ley SB 1070 son eminentemente político-electorales. Arizona hoy es un estado republicano, pero que tenía pocas posibilidades de mantenerse así tras el próximo proceso electoral; ello llevó a los republicana a desarrollar esta estrategia descabellada con el fin de recuperar a los grupos más radicales a través de leyes como esta.

- ¿Qué hay en el trasfondo político del asunto migratorio?

El tema de la política migratoria en los EEUU esta transversalizado definitivamente por la cuestión electoral, contraponiéndose el planteamiento republicano clásico frente a una oferta demócrata ambigua.

Para entender esta cuestión, es relevante analizar las actuaciones de Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos (Department of Homeland Security), además de las declaraciones y actuaciones del presidente Obama.

Napolitano ha criticado varias veces la ley anti-inmigrante de Arizona, por considerar que desviará recursos federales del combate a crímenes serios como el pandillerismo hacia tareas migratorias. Sin embargo no ha dejado de hablar de la reforma migratoria integral, sosteniendo que la legalización de indocumentados no significa una amnistía migratoria sino que implica una serie de sanciones que tendrán que cumplir los inmigrantes. En este sentido, las políticas migratorias que apoya Napolitano no son diferentes en el fondo, a las que se definen desde las filas republicanas.

Napolitano apoyó la prohibición en Arizona de matrimonios del mismo sexo, se opuso a las restricciones sobre la propiedad de armas y apoyó la pena de muerte. El Partido Republicano recibió gratamente su nominación a Secretaria de Seguridad Interna cuando el presidente Obama posicionó su nombre. Napolitano fue quien desplegó la Guardia Nacional de Arizona a lo largo de la frontera con México, ganándose los elogios de los fanáticos en contra de la inmigración. De hecho, Napolitano estableció su fama política en Arizona cuando se opuso a la inmigración y firmó como ley, la legislación reaccionaria que facilita el enjuiciamiento de inmigrantes irregulares como delincuentes culpables de delitos mayores.

Como consecuencia de esta coyuntura personal y del lobby político directo de la funcionaria Napolitano sobre el presidente Obama, este firmó una ley que militariza aún más la frontera entre Estados Unidos y México. Esto incluye el despliegue de aviones Drone sin piloto como los utilizados en Afganistán y Pakistán, para llevar a cabo la vigilancia contra los migrantes que cruzan la frontera.

Obama como explicación a la firma de la ley de militarización frente a las anteriores críticas a la ley SB 1070 dijo: “He sido muy claro. Creo que la ley de Arizona fue un error. Y mi Departamento de Justicia está analizando muy detalladamente la naturaleza de dicha ley. Pero comprendo las frustraciones de esa gente de Arizona. El hecho es que durante décadas pasamos hablando sobre la solución de problemas en la frontera y no los solucionamos. La verdad es que tenemos centenares de miles de trabajadores indocumentados que vienen del otro lado de la frontera y eso tensiona a la gente".

El presidente Obama ha demostrado un permanente ostracismo frente a la ejecución de una ley integral que flexibilice las acciones contra los inmigrantes y que plantee una reforma que garantice derechos laborales y derechos de legalización a los indocumentados. Su silencio respecto a cualquier vía de regularización no hace sino poner de relieve que la legislación de la frontera forma parte de un giro a la derecha del gobierno, en el periodo previo a las elecciones de noviembre de 2010. El Partido Demócrata se prepara para competir con los Republicanos en convertir a los emigrantes en chivos expiatorios vanagloriándose de su récord de persecución policial e incremento de las deportaciones.

En ese mismo contexto la secretaria de Seguridad Nacional de Obama, Janet Napolitano, compareció recientemente en la Casa Blanca para elogiar la nueva legislación sobre la frontera por proporcionar “recursos permanentes” para hacer cumplir la ley y calificó esta campaña de “cuestión de seguridad nacional”. Mientras que Napolitano hacía una breve referencia a la “reforma de la inmigración” no indicaba un calendario para la promulgación de dicha legislación y afirmaba que la cuestión estaba “en manos del Congreso”.

En otras palabras, habiendo incumplido su promesa electoral de presionar por una reforma legal en materia de migración durante su primer año de gobierno, la Casa Blanca de Obama está dejando claro que no hará nada para llevar adelante la normalización del estatuto de los indocumentados. En lugar de ello, cada vez se aproxima más a las posiciones de la derecha republicana en materia migratoria, la cual desarrolla notables campañas de opinión pública en las cuales responsabiliza a los inmigrantes del aumento de la criminalidad, de la desaparición de empleos y de las amenazas a la seguridad nacional.

Los miedos de Obama en aplicar sus compromisos electorales en esta materia, son la consecuencia sin duda de que según las encuestas desarrolladas por los medios de comunicación estadounidenses, en términos generales la sociedad norteamericana es favorable a las lógicas implementadas en la nueva ley de Arizona. El 73% de los encuestados dice que se debe exigir a las personas portar documentos para verificar su situación legal. De igual manera, 67% aprueba que se permita a la policía que detengan a cualquier persona que no pueda comprobar su situación jurídica, mientras que el 62% aprueba el permitir que la policía indague a las personas que piensan que pueden ser indocumentadas.

La Reforma de Salud. ¿Éxito o fracaso político?

Ya en los noventa, el ex presidente Bill Clinton intentó llevar adelante una reforma del régimen de salud, con la implementación de la cobertura sanitaria universal. Se trataba de una reforma de las mismas características que ahora propuso Obama y que generó la resistencia de grupos económicos y del Partido Republicano, que siempre han obstaculizado cualquier intento de intervención del Estado en esta materia.

Obama se jugó su mayor carta política con la reforma sanitaria frente a un descenso significativo de su popularidad, aún hoy transcurridos ya algunos meses de la aprobación de esta ley, el tema sigue siendo de gran importancia en la agenda electoral para las próximas elecciones de noviembre de 2010.

Aunque el proyecto inicial del presidente Obama pretendía crear un sistema de salud público que competiría con el privado, la polarización que generó la reforma entre la propia población estadounidense, sumado a la presión de las compañías aseguradoras que veían como podrían ser perjudicados sus negocios, y las movilizaciones que llevaron adelante movimientos ultra conservadores como Tea Party, lograron que se adoptaran importantes cambios en la ley que han sido interpretados de muy diferentes maneras por los analistas políticos y los expertos en la materia. El sistema se mantuvo finalmente en manos de empresas privadas, aunque con mayor injerencia y control del Estado.

La reforma sanitaria impulsada por Obama incluye las siguientes líneas de acción:

- Nuevas y más estrictas reglas para las aseguradoras: La propuesta prohíbe a las empresas de seguros negar cobertura a personas con enfermedades, dejar fuera a personas cuando enferman o limitar la cobertura de por vida, al igual que restringe la aplicación de límites anuales.

- No habrá "opción pública": Tras una disputa política que duró todo un año, los aliados demócratas de Obama optaron por no incluir un programa apoyado por el gobierno que competiría con las aseguradoras privadas, que los analistas y sus defensores de la propuesta inicial de Obama pensaban que era la mejor manera de reducir los costos.

- Nuevos mercados de seguros: En lugar de la "opción pública" la propuesta crea nuevos mercados estatales donde los ciudadanos estadounidenses sin cobertura de salud pagada por el empleador pueden adquirir una.

- Requerimientos, subsidios: Por primera vez en la historia de EEUU la mayoría de sus ciudadanos deberán comprar un seguro de salud o enfrentar multas, y las empresas más grandes están expuestas a sanciones si no ofrecen cobertura.

- Beneficios en medicamentos para los ancianos: El proyecto ofrece una devolución para los ancianos que quedan fuera del pago de medicamentos previsto en el programa Medicare.

Según datos de los medios de comunicación estadounidenses, el 58% de la población cree que la reforma de salud les favorece mientras que un 36% piensa lo contrario. De manera paradójica, estas encuestas reflejan a su vez que el 51% de la población cree que la ley será perjudicial para el Estado, mientras que un 38% cree que la ley es favorable para el país.

Un dato importante es que la clase política se opone al impulso de la ley; lo que permite visualizar que gran parte del establishment político "gringo" está ligado al manejo de corporaciones que administran sistemas de salud privados. Adicionalmente se debe tener en cuenta que una porción significativa del bloque parlamentario demócrata responden a tendencias sumamente conservadoras, y además han quedado hipotecados por el financiamiento de privados en sus campañas electorales; el tema de la “opción pública” fue condicionado directamente por un sector muy importante de los demócratas, lo que impidió que se aprobase esta condición.

- Estado de los escaños de cara a las elecciones de noviembre:

El Senado actual está compuesto por 59 demócratas y 41 republicanos. De esos, 44 escaños parecen estar asegurados para los demócratas y 35 lo estarían de igual manera para los republicanos. De los 21 que se estiman en disputa, hay 4 en los que el electorado se inclina a favor de los candidatos del Partido Demócrata y 9 en los que se inclina hacia los candidatos del Partido Republicano. Esta situación definiría que habría 48 senadores demócratas y 44 senadores republicanos. Los 8 restantes aparecen con empate técnico en las encuestas de sus respectivos estados. Si los demócratas pierden 7 de ellos, los republicanos quedarían con una mayoría de 51-49.

Por otro lado, el Congreso está conformado en la actualidad por 255 demócratas, 178 republicanos y 2 vacantes. En las elecciones de noviembre los demócratas tendrían 144 representantes asegurados y los republicanos 163. Ahora bien, el electorado se inclina hacia los demócratas en el caso de 51 representantes adicionales y hacia los republicanos en el caso de otros 43 representantes, con lo que quedarían 194 demócratas y 206 republicanos. Los 35 restantes se encuentran empatados en las encuestas. Si los demócratas pierden 12 o más escaños de esos 35, los republicanos se quedarían con la mayoría en el Congreso.

En el caso de las gobernaciones, actualmente hay 26 gobernadores demócratas y 24 republicanos. Siguiendo con el análisis de encuestas desarrollado anteriormente, 8 parecerían seguros en manos de los demócratas, mientras que 15 lo estarían para los republicanos. Hay 7 gobernaciones en las que el electorado se inclina hacia los demócratas y 11 por los que inclinan hacia los republicanos, con lo que quedarían 15 gobernaciones demócratas y 26 republicanas. Las 9 gobernaciones restantes están con empate técnico según las encuestas.

A menos de una semana de las elecciones del 2 de noviembre, el panorama luce oscuro para el Partido Demócrata.

El desencanto de los ciudadanos estadounidenses

El desencanto con el gobierno y los políticos ha crecido a niveles sin precedente en los EEUU; crecen la incertidumbre y el pesimismo, así como la desconfianza hacia la Casa Blanca. El fruto de esta frustración social lo recogen sectores conservadores de perfil antisistémico.

El sentimiento antigubernamental se ha incrementado entre la sociedad, según encuestas realizadas en el mes de abril, sólo el 22% dice confiar plenamente en el gobierno (sondeos del Pew Research Center).

Una vez más y siguiendo datos de la prensa estadounidense, se han duplicado numéricamente los segmentos de la sociedad que dicen estar muy enojados con el gobierno federal: de 10 por ciento en 2000 a 21 por ciento hoy. El 30 por ciento de los estadounidenses dicen sentir que el gobierno es una amenaza para su libertad personal.

Esta situación ha dado pie a construcción del llamado movimiento Tea Party, expresión ultraconservadora que surgió hace algo más de un año en protesta por el proyecto de estímulo económico y que creció en visibilidad en la campaña contra la reforma de salud impulsada por el gobierno de Barack Obama. Son considerados como el sector más activo del conservadurismo estadounidense, y tienen como finalidad no sólo obstaculizar las propuestas de Obama, sino también de atacar a políticos republicanos considerados no suficientemente conservadores.

Encuestas recientes del New York Times/CBS News, revelaron que 18 por ciento de los estadounidenses se identifican como simpatizantes del Tea Party; este movimiento político podría arrebatarle a los demócratas los estados de Illinois, Carolina del Norte y Virginia Occidental en las próximas elecciones.

Para analistas como Noam Chomsky, la situación “es muy similar a la Alemania Weimar, los paralelismos son notables (…) de igual manera existe un desilusión tremenda con el sistema parlamentario…”. Según Chomsky, “Estados Unidos tiene mucha suerte en que no ha surgido una figura honesta y carismática, ya que si eso sucediera, este país estaría en verdaderos apuros por la frustración, desilusión y la ira justificada y la ausencia de una respuesta coherente”.

Ecuador en camino de una mexicanización de su Policía Nacional


Decio Machado (desde Quito, Ecuador)

Al cierre de esta edición son ya 104 los uniformados con procesos disciplinarios en marcha para determinar su grado de responsabilidad en la sublevación e intento de golpe de Estado del pasado 30 de septiembre en Ecuador.

El ministerio del Interior informó a su vez, de que se han producido deserciones de miembros de la policía, personal que no se ha presentado a entregar su dotación de armas y uniformes tras la intentona golpista.

La Fiscalía señaló también estar a la espera por parte del ministerio de Defensa del listado de los miembros del Ejército involucrados en el levantamiento; al igual que están siendo investigados los correos electrónicos y pasquines distribuidos en los cuarteles de la Policía Nacional llamando a la revuelta y firmados por un grupo paramilitar autodenominado Grupo Armado Policial (GAP), a fin de dar con pistas que permitan la identificación de sus cabecillas.

El pasado 20 de octubre en una operación realizada de madrugada, ocho miembros del ex grupo de élite policial Grupo de Apoyo Operacional (GAO) fueron trasladados al pabellón A de máxima seguridad de la cárcel de Quito, bajo la sospecha de haber participado en el intento de magnicidio del presidente Correa el 30-S.

De igual manera, los informes que se están realizando desde expertos independientes demuestran conexiones de determinados mandos policiales con sectores de la oposición política al gobierno, al igual que una importante penetración de la CIA en los aparatos información de la Policía, de manera especial en las unidades implicadas en la lucha antinarcóticos.

La red parainstitucional conformada en la policía ecuatoriana es un hecho que se remonta a la época de 1984, durante la presidencia de León Febres Cordero, dirigente ultraconservador que encabezó el gobierno más represivo que ha conocido el Ecuador desde la segunda mitad del siglo pasado. De igual manera florecen las conexiones de sectores de la cúpula policial y militar con una ciudadana libanesa que estuvo afincada en Ecuador llamada Leila Hadad Pérez, quien fue nombrada durante el gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005) Cónsul Ad-Honorem del Ecuador en Egipto, y que según un informe confidencial del Ministerio de Defensa y hecho público en diciembre del 2008, es referenciada como la “Agente SWAT” con vinculaciones con la CIA.

En la actualidad se está haciendo público que múltiples policías que han sido señalados por pertenecer a grupos de sicariato –muchos de ellos con conexiones con el GAO-, han recibido amparo constitucional por parte de fiscales y jueces “corruptos” tras haber sido separados por medidas disciplinarias del cuerpo. Muchos de ellos tienen enlaces políticos con la oposición más allá de vinculación con grupos criminales, actos delictivos y redes de narcotráfico.

En la Policía Nacional constan 517 bajas realizadas por tribunal de disciplina interno entre el año 2006 y julio del 2010. Sin embargo y según datos oficiales del cuerpo policial, 308 uniformados fueron reincorporados al servicio entre 1996 y julio de 2010 por jueces considerados “corruptos” dentro del sistema judicial ecuatoriano.

De forma extraoficial, miembros del gobierno ecuatoriano manifiestan su preocupación ante una situación que evidencia como “la Policía perdió el rumbo institucional”, a la par que no se atisba capacidad de emprender reformas claras en una institución que demuestra estar penetrada por prácticas corruptas, por el crimen organizado, por sectores políticos de oposición y foco de múltiples denuncias de violación de derechos humanos.

Un dirigente del partido oficialista Alianza PAIS manifiesta su preocupación su preocupación a este periódico indicando que “en el gobierno de la Revolución Ciudadana tanto el Ejército como la Policía Nacional han sido privilegiados en salarios, dotación armamentística y tecnología, sin embargo estas instituciones no han sido depuradas internamente, inocentemente pensamos que de esta manera posicionaríamos su lealtad. Los hechos actuales demuestran nuestro error, o procedemos de inmediato con la reforma de estas instituciones o estamos perdidos. Llevamos ya cuatro años de retraso”.

Publicado en el periódico Diagonal de la primera semana de noviembre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

“Sin él no hay proceso”

Entrevista realizada a Decio Machado por la revista Vistazo, publicada en el número 1036, de 21 de octubre de 2010.

María Belén Arroyo/ Vistazo

Decio Machado, académico y analista político de origen español, creó la Unidad de Análisis Político en la Presidencia de la República, al inicio del actual Gobierno. Es uno de los expertos españoles que llegó con la fundación CE PS, dirigida por Roberto Viciano. Posteriormente trabajó en la Cancillería, bajo la dirección de Fander Falconí.
Como consultor político independiente y corresponsal de medios alternativos, acudió al sitio donde el Presidente decía estar secuestrado.

¿Tiene cuerpo la tesis del golpe de Estado?
Me parece un intento de golpe de Estado, poco organizado. Las tesis oficiales dicen que se buscaba generar un estado de caos. Nadie se toma un Legislativo y pretende asesinar a un Presidente si no es para cambiar al gobierno.

¿En la Unidad de Análisis Político de la Presidencia se advertía inconformidad?
Hace año y medio pensaba –sigo pensando– que el proceso tiene fuertes resistencias. En los países de la región se han implementado lógicas oligárquicas muy poderosas, los dueños de los países han sido pocas familias.

¿Eso explica que haya un permanente riesgo de golpe de Estado?
Hay no solo eso, sino riesgo sobre la seguridad del Presidente. Lamentablemente, y creo que es un déficit del proceso, el cambio en el Ecuador está encarnado por el Presidente, y no hay otra figura que lo abandere. Quizás por su carisma, por su capacidad de liderazgo, la encarna él. Sin él, no hay proceso.

¿La revolución empieza y termina en Rafael Correa?
El proceso de Ecuador no puede llamarse revolución, es fruto del acumulado en la historia reciente. No es revolución, el Gobierno no ha roto las estructuras económicas, siguen los grupos económicos y las lógicas de acumulación; es una transformación en una lógica de justicia, un mejor reparto de riqueza.

¿Cuando se habla de Revolución, para este gobierno es una estrategia de marketing?
Lo de la revolución es una leyenda que acompaña este proceso. La convención de PAIS que está en curso, supuestamente busca identificar cuadros. Más allá de esa lógica,la figura es Correa, como en Venezuela es Chávez.

¿Qué responsabilidad le confiere a la nulidad del Legislativo, a la preponderancia del Ejecutivo en la elaboración de las leyes?
Las bancadas que responden a los partidos de gobierno responden a las lógicas del Presidente de la República. Aquí se lo presenta como un problema de formas, pero no es ni más ni menos que lo mismo que hacen todos los gobiernos.

¿Desgastan al Presidente las cenizas del 30 de septiembre?
Hay cosas que han quedado en el aire. Habría que afinar en el diálogo con sectores sociales: yo viví esa jornada, no había movimientos sociales organizados defendiendo al Presidente.

¿El Presidente está solo?
Con el porcentaje de aceptación que tiene, no está solo. Pero podría estar acompañado por el tejido social del país, y no lo está.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Los años previos y la llegada de la globalización

Por Decio Machado

Introducción

Tras la Segunda Guerra Mundial asistimos de forma generalizada a una expansión de la economía capitalista a nivel planetario, consecuencia fundamentalmente de cuatro cuestiones:

- Por un lado, el proceso de reconstrucción europea y nipona tras haber sido ambos escenarios devastados violentamente durante la segunda gran guerra. En esta fase de reconstrucción, los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) fueron el principal exportador de mercancías y capitales a los territorios devastados, con excepción de las áreas de influencia soviética. En Europa por ejemplo, a través del Plan Marshall (1) los EEUU canalizaron alrededor de 13 billones de dólares hacía Europa, pero a su vez, la economía estadounidense se vio ampliamente beneficiada por este flujo de ayuda, pues gracias a la apertura de los mercados y la demanda europea, la economía estadounidense obtuvo un superávit en la balanza comercial por valor de aproximadamente 12,5 billones de dólares. De forma paralela, se propagó a escala mundial los procesos de producción en cadena (fordismo (2)), propagándose a su vez las corporaciones transnacionales por todo el planeta (3). Todo ello se logró gracias a la contención de las luchas obreras desde mediados de los años 30 y posteriormente, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la bajada de salarios reales que sufrió la clase trabajadora, lo que permitió a los fabricantes obtener grandes superávits en relación a sus stocks de capital. La economía estadounidense fue el primer y principal beneficiario de esta realidad.

- Por otro lado, la fase expansiva del ciclo de larga duración del capitalismo llegó a su punto máximo en la segunda mitad de la década de los sesenta del pasado siglo. “Durante el largo boom de posguerra (…) la mayoría de las economías capitalistas avanzadas experimentó índices históricamente inéditos de crecimiento de la inversión, producción, productividad y salarios, junto con un bajo índice de desempleo y apenas breves y moderadas recesiones” (4). Esta onda larga de crecimiento que se inicia a finales de los años cuarenta se caracterizó, en primer término, por una permanente revolución tecnológica, asociada a un desarrollo cada vez mayor de avance científico, lo que permite hablar de revolución científico-técnica o tercera revolución industrial.

- También es importante reseñar, que uno de los elementos definitorios del período fue el incremento del intervencionismo estatal, nacionalizaciones, planificación indicativa y políticas de generación de servicios sociales. El incremento del gasto público fue uno de los pilares del crecimiento económico sostenido, y a través de inversiones se generó empleo y se estimuló la demanda. Las políticas keynesianas fue la tónica dominante en Europa Occidental hasta la llegada de los 80, dando origen al denominado «Estado del bienestar». La lógica del sistema era clara, citando al economista John Kenneth Galbraith, “a ninguna persona hambrienta que esté también sobria se la podrá convencer de que se gaste su último dólar en algo que no sea comida. Pero un individuo bien alimentado, bien vestido, con una buena vivienda y en general bien cuidado se le puede convencer de que escoja entre una maquinilla de afeitar eléctrica y un cepillo dental eléctrico. Junto con los precios y los costes, la demanda pasa a estar sujeta a la planificación” (5).

- Por último, significar que este ciclo expansivo se basó en el nuevo sistema monetario diseñado por EEUU (los ganadores del conflicto bélico) en la Conferencia de Bretton Woods (1944). Básicamente, el sistema se basó en la convertibilidad del dólar en oro y en el mantenimiento de unas paridades fijas de las monedas nacionales respecto al dólar. El sistema se completó con la creación del Fondo Monetario Internacional, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y el Acuerdo General sobre Aranceles de Aduanas y Comercio (GATT). El bajo costo de la energía durante esta época, también fue decisivo en la dinamización de la producción y para la generación de altas tasas de actividad económica durante el período (6).

El capitalismo de postguerra fue, en expresión tomada de la cita de Crosland (7), un sistema “reformado hasta quedar irreconocible” o, en palabras del primer ministro británico Harold Macmillan, una versión “nueva” del viejo sistema. En lo esencial, asistimos a una especie de matrimonio entre liberalismo económico y la socialdemocracia (o, en su versión estadounidense, la política rooseveltiana del New Deal).

Con respecto a la izquierda europea, y citando al historiador Eric J. Hobsbawm, “en cuanto a los partidos socialistas y a los movimientos obreros que tan importantes habían sido en Europa después de la guerra, encajaban perfectamente con el nuevo capitalismo reformado, porque a efectos prácticos no disponían de una política económica propia, a excepción de los comunistas, cuya política consistía en alcanzar el poder y luego seguir el modelo de la URSS (…). En la práctica, la izquierda dirigió su atención hacia la mejora de las condiciones de vida de su electorado de clase obrera y hacia la introducción de reformas a tal efecto (…). A la hora de la verdad, un capitalismo reformado que reconociera la importancia de la mano de obra y de las aspiraciones socialdemócratas ya les parecía bien” (8).

Hasta 1968 no aparecerían posiciones alternativas con visibilidad en la izquierda de los países desarrollados. El proceso denominado “mayo del 68” significó la aparición de sensibilidades políticas de naturaleza revolucionaria, que cuestionaban también la naturaleza del sistema soviético, y por lo tanto planteaban modelos alternativos y democráticos de desarrollo socialista.

La crisis se comienza a manifestar

Sin embargo, la economía de estadounidense comenzó a perder fuelle a principio de la década de 1950, coincidente con el boom alemán y posteriormente el japonés. Las corporaciones transnacionales norteamericanas procedieron con incrementar sus inversiones en el exterior, especialmente en Europa (donde comenzaron a tener los mayores beneficios), mientras las reducían en los EEUU.


El bajón del ritmo de crecimiento de la economía norteamericana fue compensaba por un importante ascenso en los niveles de producción de Alemania (9), otros países de Europa y Japón, economías de desarrollo más tardío, por lo cual no hubo parón en la economía mundial y las transnacionales de los EEUU que como indicamos anteriormente, habían extendido sus inversiones por el extranjero se vieron muy beneficiadas.


Estas economías emergentes de Europa y Asía, se encontraron con cierto nivel de ventaja frente a la economía del gigante norteamericano. Esto se fundamentó sobre un importante ejército de reserva (sectores desempleados), salarios notablemente más bajos que los norteamericanos, fusiones bancarias, mayor cooperación y coordinación entre empresas (en muchos casos auspiciadas por el Estado), y líneas políticas gubernamentales que promovían el crecimiento del mercado.

La crisis que se avecinaba se anunció al manifestarse el descenso de la producción en Francia, en 1963-1964; poco después y hasta 1967 en Alemania, donde la producción cayó un -0.2%, produciéndose la devaluación de la libra esterlina. De igual manera, decreció la producción en el Reino Unido (2,6%) y EEUU (3,6%).

Sin embargo, la economía capitalista mundial tuvo un auge económico que se plasmó en 1967, lo que produjo la creación de numerosos excedentes que inmediatamente se destinaron hacia las actividades especulativas, las cuales comenzaron a cobrar impulso desde 1968.

Las economías emergentes de Europa y Japón "comenzaron a suplir fracciones cada vez mayores del mercado mundial. Anteriormente habían estado produciendo para sus mercados internos bienes bastante similares a los que ya eran producidos por Estados Unidos. Así, esos bienes que ahora ellos acababan exportando, tendían a duplicar en vez de complementar los productos de los fabricantes norteamericanos en los mercados existentes, estimulando la redundancia, el exceso de capacidad y de producción"(10).

Entre 1950 y 1969 la tasa de crecimiento anual del PIB para Alemania fue del 6,2%, para Italia del 5,4%, para Francia del 5%, y mirando hacia el otro lado del planeta, para Japón del 9,7%.

Análisis posteriores de este momento histórico indican que “resulta ahora evidente que la edad de oro correspondió básicamente a los países capitalistas desarrollados, que, a lo largo de esas décadas, representaban alrededor de tres cuartas partes de la producción mundial y más del 80 % de las exportaciones de productos elaborados (OECD Impact, pp. 18-19). Otra razón por la que se tardó tanto en reconocer lo limitado de su alcance fue que en los años cincuenta el crecimiento económico parecía ser de ámbito mundial con independencia de los regímenes económicos. De hecho, en un principio pareció como si la parte socialista recién expandida del mundo llevara la delantera. El índice de crecimiento de la URSS en los años cincuenta era más alto que el de cualquier país occidental, y las economías de la Europa oriental crecieron casi con la misma rapidez, más deprisa en países hasta entonces atrasados, más despacio en los ya total o parcialmente industrializados. La Alemania Oriental comunista, sin embargo, quedó muy por detrás de la Alemania Federal no comunista. Aunque el bloque de la Europa del Este perdió velocidad en los años sesenta, su PIB per cápita en el conjunto de la edad de oro creció un poco más deprisa (o, en el caso de la URSS, justo por debajo) que el de los principales países capitalistas industrializados (FMI, 1990, p. 65). De todos modos, en los años sesenta se hizo evidente que era el capitalismo, más que el socialismo, el que estaba abriendo camino” (11).

El J. K. Galbraith escribía en 1968: “Con el ascenso de la sociedad anónima moderna, la aparición de la organización requerida por la tecnología moderna y la planificación y el divorcio entre el poseedor del capital y el control de la empresa, el empresario ya no existe como una persona individual en la empresa moderna industrial madura”. Se fraguó en aquellos momentos la expansión de la gran empresa, donde el elemento romántico del capitalismo, el ideal del empresario heroico y emprendedor, era sustituido por burócratas de perfil tecnocrático.

Múltiples empresas comienzan a desplazar su producción a México o al este asiático, aprovechando los bajos salarios que se pagaba en los países en vías de desarrollo, una ventaja suficiente para introducirse competitivamente en los mercados mundiales.

Según el Premio Nobel de Economía (2008) Paul Krugman, “los beneficios del crecimiento económico promovido por las exportaciones para el grueso de la población de las economías de reciente industrialización no era algo coyuntural. Un país como Indonesia sigue siendo en la actualidad tan pobre que el progreso se mide a partir de cuánto como de media una persona: entre 1968 y 1990, la ingesta per cápita pasó de 2.000 a 2.700 calorías por día , y la esperanza de vida, de cuarenta y seis a sesenta y tres años. Mejoras como estas se dieron en toda la costa del Pacífico, e incluso en lugares como Bangladesh. (…) Estas mejoras fueron el resultado indirecto y fortuito de la actuación de unas multinacionales desalmadas y de unos empresarios locales rapaces, sin más interés que aprovechar las oportunidades de beneficio que ofrecía el trabajo barato” (12).

Siendo cuantitativamente real lo que plantea Krugman, también es cierto que hace referencia a países que hasta unos años antes, habían sido principalmente exportadores de materias primas e importadores de productos manufacturados. Estos sectores manufactureros pequeños e ineficientes, que vendían su producción en los mercados internos, protegidos hasta entonces por cuotas de importación, pero generaban muy poca demanda de trabajo. De forma paralela, las presiones por el crecimiento de población generaba una presión importante sobre los campesinos pobres que conllevó el cultivo de tierras todavía más marginales o a la búsqueda de la sobrevivencia, en las periferias marginales –villas miseria (13)- de las grandes urbes asiáticas entre ratas y montañas de basura.

Dada esta falta de oportunidades, fue posible contratar trabajadores en Yakarta, Manila, Taiwán, Singapur o Seúl, por salarios de miseria y condiciones laborales infrahumanas. Cuestionando en parte la afirmación de Krugman y recordando a Karl Marx, “acelerar la acumulación mediante un desarrollo superior de la capacidad productiva del trabajo y acelerarla a través de una mayor explotación del trabajador, son dos procedimientos totalmente distintos” (14).

En el tramo final de la década de 1960, ya es manifiesto el “exceso de capacidad instalada” (15) y su consiguiente crisis de rentabilidad en el sector industrial.

El resultado fue la caída de la tasa de ganancia del sector manufacturero, primero en los EEUU, y con qué con posterioridad se expandió internacionalmente, evidenciando el exceso de capacidad y de producción de todo el sistema. En 1970 la economía estadounidense sufrió una contracción cayendo a índices de -0.05%. Para ese momento la tasa de ganancia ya había comenzado a desplomarse en las principales economías occidentales.

Abandono de la paridad dólar

Si bien, desde 1960 ya era patente la desconfianza en el sistema internacional Patrón-Oro por el crecimiento del peso del dólar dentro del Patrón de cambios-oro (16), es en 1967 cuando los franceses abandonan el Pool del Oro (17), certificando su acta de defunción la cual se dio un año después. En 1969 entraba en vigor los Derechos Especiales de Giro (DEG) (18), los cuales también se mostraron como una herramienta incapaz para afrontar las necesidades de liquidez monetaria mundial.

La situación empeoró por el aumento del déficit de la balanza de pagos de los Estados Unidos (19), que con cerca de 40 mil millones de dólares circulando fuera del país –capital ampliado desde 1973 con el reciclado de petrodólares acumulados por los países de la OPEP- daría origen al mercado de eurodólares (20).

Esta situación acaba con una ficción existente desde comienzos de los 60, dado que la presión especulativa sobre el dólar era ya una realidad insostenible. Los abusos de EEUU con respecto a los pactos de Bretton Woods eran evidentes y no solucionables con simples ajustes (21). En 1973, el precio del oro llegó a 134 dólares, lo que significó una amenaza para el mercado del oro, ello implicó que el 14 de noviembre de 1973 se decidiese suprimirlo, permitiendo a los bancos centrales liquidar sus reservas metálicas a precio libre, lo que se tradujo en un notable avance en la desmonetarización del oro, en su abandono como patrón monetario.

Desde noviembre del 73, del patrón fiduciario Dólar se pasó al Patrón Dirigido Dólar, lo que significó la expansión del dólar por todo el mundo sin limitaciones, pasando a ser esta moneda de curso forzoso para las transacciones internacionales.

La crisis de los setenta y la derrota de EEUU en Vietnam

Los setenta fueron años en los que se produjo un aparente desequilibrio entre las superpotencias mundiales. EEUU se vio derrotado militarmente por el Frente Nacional de Liberación del Vietnam (22) en la guerra que tuvo lugar en este país del sureste asiático (1956-1975). Vietnam desmoralizó y dividió a la nación, entre escenas televisadas de disturbios y de manifestaciones antibélicas; destruyó a un presidente norteamericano (23); condujo a un derrota y una retirada anunciadas por todo el mundo al cabo de diez años (1965-1975); y, lo que es más importante en este contexto, demostró el aislamiento de los Estados Unidos. Y es que ni un solo aliado europeo de los norteamericanos envió siquiera un contingente de tropas simbólico a luchar junto a las fuerzas estadounidenses” (24). Los EEUU vivieron una fase de shock durante la posguerra vietnamita, y a la sociedad estadounidense le fue muy complejo digerir esta derrota militar sin precedentes en la historia moderna norteamericana.

Volviendo al plano económico, el abandono de la paridad del dólar generó un período de revaluación de algunas monedas europeas y del yen japonés, las cuales entran a un régimen cambiario de flotación.

El sistema monetario había entrado en crisis con la caída del dólar entre 1970 y 1971, registrando la economía estadounidense un déficit aproximado de 10 mil millones de dólares. Vietnam no fue el elemento causante de esta realidad, a pesar de que muchos autores contextualizan la crisis estadounidense en el marco de la guerra y un gasto militar creciente.

A pesar de un ligero repunte de la producción mundial en 1973, durante 1974 y 1975 se produce una caída mayor y un estancamiento más pronunciado, que lleva a la tasa de ganancia mundial al mayor de sus colapsos desde la crisis del 1929 (25).

Este período llamado la “crisis del Petróleo” (1973-1975), se desarrolla en los peores momentos de la invasión a Vietnam por parte de los EEUU y se caracterizó por que los precios del petróleo se cuadruplicaron en ese período, combinándose con un importante gasto en recursos en materia de seguridad nacional por parte de los EEUU.

1973 febrero se produce la denominada crisis del dólar. El dólar se devalúa otra vez y se precipita una Crisis Monetaria Internacional. Se muestra la iliquidez de la economía mundial, se debilita el sistema financiero internacional, se producen sorpresivas bajas en las cotizaciones de los valores bursátiles. Para 1973 agosto, se produjo el embargo petrolero de los países Árabes a las economías industrializadas, se desencadenó la Guerra del Petróleo que quiebra empresas de la Petroquímica Europea, pero favorece a los oligopolios petroleros estadounidenses” (26).

Por vez primera en la historia del capitalismo las crisis productivas de las economías imperialistas fueron coincidentes en el tiempo, transformándose en una crisis de carácter general de la reproducción del capital. Paralelamente se producen también una fuerte crisis de materias primas, derivada de los altos precios del petróleo (27) y la caída de la producción agrícola y minera.

Aunque el incremento del gasto militar (Guerra Fría y Vietnam) afectó a la economía estadounidense, así como el desorden monetario que se genera a raíz de que Nixon decidiera unilateralmente la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro, a lo que hay que sumar, la subida del petróleo decretada por parte de los países de la OPEP tras la cuarta guerra árabe-israelí (el incremento del precio del crudo aceleró el descenso de la tasa de ganancia al incrementar el capital constante en los procesos de producción), el origen de la “crisis del Petróleo” debe buscarse como es habitual, en las contradicciones internas del modo de producción capitalista.

Según la teoría marxista, “una de las leyes fundamentales del desarrollo del capitalismo es la que definió Marx como baja tendencial de la cuota de ganancia. Esta cuota (g´) representa la relación existente entre la masa de plusvalía (P) y el conjunto del capital: capital constante (C) más capital variable (V), expresada en la fórmula g´ = P / C + V” (28).

En el desarrollo del capitalismo la relación entre capital constante (maquinaria y materias primas) y capital variable (fuerza de trabajo) es permanente. Si el capital constante aumenta, permaneciendo constante las otras dos magnitudes, la tasa de ganancia tiende a disminuir (29), y cuando esta desciende hasta un nivel determinado, ya no es posible seguir manteniendo el proceso de acumulación de capital.

A pesar de la gravedad de esta crisis, en la década de los setenta muy pocos analistas económicos eran conscientes de la importancia de la recesión. Una de estas excepciones fue Milton Friedman quien en su discurso a finales de 1967 ante la Asociación de Economistas de los Estados Unidos, y desde una óptica neoliberal, predijo que la continuidad de la política monetaria como herramienta para promover el pleno empleo devengaría consecuencias en un incremento de la inflación, a la par de incrementar aún más las tasas de desempleo.

La paralización de la producción mundial, significó un fuerte proceso inflacionario, lo que empobreció los niveles de vida de la clase trabajadora, mermando de forma significativa la capacidad adquisitiva (estagflación (30)) de la población mundial. A todo esto hay que sumar el impacto en las tasas de desempleo, cuya progresión fue de 3,5% en 1969, al 6% en 1971, lo que significó entorno a 15 millones de trabajadores en situación de desempleo a partir de 1974.

La estagflación en EEUU se mantuvo fuertemente arraigada durante el periodo 1970-81, con independencia de que los gobiernos fueran demócratas o republicanos. La producción promedio anual en ese periodo fue de 2,9%, inferior al 4,4% de 1960-69; la tasa de desempleo anual pasó del 4,8% a 6,4%, mientras la tasa de inflación se elevó al 8% siendo muy superior al 2,5% de la década de 1970.

Según el filósofo y pensador marxista italiano, Antonio Negri, “en las economías centrales, desde los años 70, la crisis del fordismo presentó como primeros síntomas la crisis fiscal del Estado y la presión inflacionaria (siempre controlada a través de las modificaciones de la forma-Estado (31)). En América Latina, por el contrario, la super y la hiperinflación anuncian la crisis del proyecto de construcción del Estado (siempre en la imposibilidad de control y de reestructuración de la forma-Estado)” (32).

Y llegó la globalización

En 1979, consecuencia del alza de las tasas de inflación, la Reserva Federal estadounidense utilizó políticas monetaristas de mano dura para detenerla, y aunque en ese sentido tuvo éxito, en 1982 dio comienzo otro período de estanflación, a la par que se incrementan también las tasas de interés, pasando del 6% nominal al 16% para el año 1982.

Según la crisis se profundizaba, se fue redefiniendo un modelo económico que paso a ser conocido como neoliberalismo. Diseñado por el anteriormente citado economista Milton Friedman y su “Escuela de Chicago” (33), y puesto en marcha durante el mandato del presidente Ronald Reagan en los Estados Unidos y de Margaret Teacher en el Reino Unido. Esta teoría que azotó brutalmente todo el planeta, propugnó como su máxima teorización para la superación de la crisis de hegemonía del mercado, la supresión del intervencionismo del Estado en la vida económica, la absoluta desregulación del mercado laboral, la privatización de los servicios públicos y la libertad completa para la circulación de capitales, lo que en resumen significa la supremacía del mercado por encima de todos los órdenes de la vida. Estamos ante la construcción del nuevo dios: el “dios-mercado”.

Citando al actual Presidente de la República del Ecuador, el economista Rafael Correa: “En su parte ideológica, el proyecto neoliberal se fundamenta en que el individuo busca su propio interés y satisfacción personal, y que tal su comportamiento, en un sistema institucionalizado llamado ´mercado libre´, da como resultado el mayor bienestar social. La realización del ser humano no pasa entonces por la relación con otro individuo, razón por la cual dicha realización se puede conseguir ´solitariamente´. La supuesta ´mano invisible´ del mercado haría el resto. Como por arte de magia, entonces, un execrable defecto humano, el egoísmo, fue elevado de la noche a la mañana a máxima virtud individual y social. El evangelio del neoliberalismo sencillamente nos decía: ´buscad el fin de lucro y el resto se os dará por añadidura´” (34).

En el plano de la política exterior estadounidense, “la política de Ronald Reagan, elegido presidente en 1980, sólo puede entenderse como el afán de lavar la afrenta (derrota en Vietnam) de lo que se vivía como una humillación, demostrando la supremacía y la invulnerabilidad incontestables de los Estados Unidos con gestos de fuerza militar contra blancos fáciles, como la invasión de la islita caribeña de Granada (1986) y la todavía más contundente ataque naval y aéreo a Libia (1986) y la todavía más contundente y absurda invasión de Panamá (1989)” (35).

En el marco de esta crisis económica estructural se consolidan las corporaciones transnacionales como la nueva forma de reproducción del sistema capitalista a nivel mundial (36), se consolida la tesis de la integración planetaria en los principales sectores de la economía internacional, ante el agotamiento de las fórmulas tayloristas y fordistas se produce una nueva revolución del proceso de trabajo, y se instala una creciente automatización del trabajo mental (white collar workers) y de manera particular, en las áreas de control de la producción (basada sobre el desarrollo de nuevas tecnologías).

La afectación de estas tesis fueron globales y significaron cambios estructurales con realidades difíciles de pensar años antes. En 1977, “Respect Knowledge, Respect Trained Personnel” recogía la siguiente declaración de Deng Xiaoping (37): “La clave para alcanzar la modernidad es el desarrollo de la ciencia y la tecnología… Las discusiones vacías no llevarán nuestro programa de modernización a ninguna parte; debemos tener los conocimientos y el personal especializado necesarios… Ahora parece que China lleva veinte años de retraso con respecto a los países desarrollados en ciencia, tecnología y educación… Ya desde la restauración Meiji los japoneses realizaron grandes inversiones en ciencia, tecnología y educación. La restauración Meiji fue una especie de impulso modernizador llevado a cabo por la burguesía japonesa. Como proletarios debemos, y podemos, hacerlo mejor”.

Veinte años después Krugman haría la siguiente reflexión: “(…) Es increíble constatar que Deng Xiaoping lanzó a su nación a lo que resultó ser la vía al capitalismo en 1978, sólo tres años después de la victoria comunista en Vietnam y sólo dos años después de la derrota interna de los maoístas radicales que querían reanudar la revolución cultural” (38). Aunque en aquel momento ni Deng Xiaoping ni el conjunto del planeta era consciente a donde iba a desembocar todo esto, lo cierto es que fue el punto de partida por el cual mil millones de personas del planeta han abandonado el socialismo real de corte asiático.

Por otro lado, “en los años ochenta la producción de alimentos per cápita en los países subdesarrollados no aumentó en absoluto fuera del Asia meridional y oriental, y aun ahí algunos países produjeron menos alimentos por habitante que en los años setenta: Bangladesh, Sri Lanka, las Filipinas. Ciertas regiones se quedaron muy por debajo de sus niveles de los setenta e incluso siguieron cayendo, sobre todo en África, Centroamérica y Oriente Medio (Van der Wee, 1987, p. 106; FAO, The State of Food, 1989, Apéndice, cuadro 2, pp. 113-115)” (39), según señala Hobsbawm, y continúa indicando que, “mientras tanto, el problema de los países desarrollados era que producían unos excedentes de productos alimentarios tales, que ya no sabían qué hacer con ellos, y, en los ochenta, decidieron producir bastante menos, o bien (como la Comunidad Europea) inundar el mercado con sus ´montañas de mantequilla´ y sus ´lagos de leche´ por debajo del precio de coste, compitiendo así con el precio de los productores de países pobres” (40). Por poner un ejemplo de la estrategia de dumping desarrollada por la Comunidad Europea, acabó siendo más barato comprar queso holandés en las Antillas que en Amsterdam, al mismo tiempo que se sucedían grandes hambrunas en diversos puntos del planeta.

En lo referente al sistema monetario, la crisis conlleva la reconstrucción de un nuevo sistema basado en la libre flotación de las monedas, que se convertirá a la postre en una poderosa herramienta para la extracción de plusvalía de regiones periféricas hacia los países del Norte, en especial hacia EEUU. A partir de entonces, las variaciones del tipo de cambio, pasaran a ser instrumentos habitualmente utilizados para beneficio de las grandes potencias económicas mundiales.

En 1982, México declara que no puede pagar su deuda externa, y aunque la crisis no afecta masivamente al resto del planeta, afecta a otros países importantes, especialmente en América Latina, donde destacan Brasil y Argentina.

El 19 de octubre de 1987, cae el índice guía, el Dow Jones, que bajó 22,6% en un solo día. Este crack financiero si afectó a las finanzas globales y cundió el pánico en todas las bolsas del planeta, aunque no se llegó a una fase de depresión posiblemente por su corta duración.

Las recesiones en el núcleo del sistema económico mundial, se replican con características a veces más fuerte en los países de la periferia, un ejemplo de esto fue la crisis de la década de 1980 en el Ecuador (41).

A raíz de esta crisis económica de los años 70, el capital financiero crece de tal manera que rebasa ampliamente al capital productivo.

Notas:

(1) El Plan Marshall es el nombre por el que se conoce el Programa de Reconstrucción Europeo anunciado por el entonces secretario de estado norteamericano George Marshall en un discurso en la universidad de Harvard el 5 de junio de 1947. Ante la penuria europea y la imposibilidad financiera de comprar productos norteamericanos los EEUU diseñaron este plan de ayuda demandaba con coordinación previa de los países europeos para su aplicación. Para ello se reunió en junio-julio de 1947 una conferencia en París a la que, tras muchas dudas, acudió la URSS. Moscú pronto declinó el ofrecimiento, haciendo que sus países satélites hiciesen lo mismo bajo el criterio de que el plan era un instrumento para la hegemonía americana.

(2) El término fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford; fabricante de automóviles de EEUU. Este sistema comenzó con la producción del Ford Modelo T (1908) con una combinación y organización general del trabajo altamente especializada y articulada en base a cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la década de los 70 del siglo XX (cuando fue reemplazada por el Toyotismo). El fordismo como modelo de producción resulta rentable cuando los productos fabricados se venden a un precio relativamente bajo en relación a los salarios promedio de las y los trabajadores.

(3) Robert Brenner, O Boom e a Bolha, Editora Record, Río de Janeiro, 2003."[...] Las corporaciones de EEUU al final de la década del 30 y las japonesas, alemanas y otras corporaciones de Europa occidental al final de los años 40 conquistaron altas tasas de ganancia, que constituyeron la precondición fundamental para sus duraderas expansiones de posguerra".

(4) Robert Brenner, O Boom e a Bolha, Editora Record, Río de Janeiro, 2003. pag. 45.

(5) Galbraith, John Kenneth. The New Industrial State. Hamish Hamilton, NY, 1967.

(6) Para más información, ver E. Palazuelos, E.: Las economías capitalistas durante el período de expansión, 1945-1970 (estructura y funcionamiento del modelo de acumulación de posguerra). Madrid, Akal, 1986.

(7) Charles Anthony Raven Crosland (29 de agosto 1918 - 19 de febrero 1977) era un miembro del Partido laborista y un importante socialista teórico. Él sirvió como Miembro del parlamento para Gloucestershire del sur y más adelante para Gran Grimsby. A través de su carrera larga él ocupó las posiciones del gabinete de Secretaria del estado para la educación y la ciencia, Presidente del tablero del comercio, Secretaria del estado para el gobierno local y el planeamiento regional y Ministro de Asuntos Exteriores.

(8) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 275. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(9) Las alusiones a Alemania, hacen referencia en este período a la antigua República Federal Alemana (RFA), parte occidental del país que formó parte de la influencia estadounidense tras la Conferencia de Yalta.

(10) Brenner, The Economy After the Boom: a diagnosis, International Viewpoint, Julio de 2002.

(11) Hosbsbawm, Eric J. Biblioteca E. J. Hosbsbawm de Historia Contemporánea. Tomo IV Historia del Siglo XX. Pag. 262. Crítica. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998.

(12) Krugman, Paul. The Return of Depression Economics. W.W. Norton & Co., Nueva York - London. 1999.

(13) Entendemos por villas miseria, el inserto clandestino de las grandes ciudades, síntoma brutal de la marginación y la pobreza. Formalmente ilegal porque se asienta en terrenos ajenos, pero siempre tolerado ante la incapacidad de dar soluciones básicas.

(14) Marx, Karl. El Capital, Tomo I, El Proceso de Acumulación Capitalista. Editorial Siglo XXI. Argentina, 1995.

(15) Término que se usa para hacer referencia al volumen de producción que puede obtenerse en un período determinado en una cierta rama de actividad.

(16) Ese año las reservas de Fort Knox se hicieron menores y en la Bolsa de Londres el oro rebasó la paridad de 35 dólares la onza. Se creó el Pool del Oro con los bancos centrales más importantes de Europa para mantener el precio vendiendo oro en el mercado libre a más de 35 dólares.

(17) El Pool del Oro fue poco efectivo y se suprimió en 1968.

(18) El DEG fue creado en 1969 por el FMI para apoyar el sistema de paridades fijas de Bretton Woods.

(19) Entre 1949 y 1968 los dólares-billete en el exterior de EE.UU. pasaron de 6.400 a 35.700 millones mientras que las reservas de oro en poder de EEUU pasaron de 24.600 a 10.400 millones de dólares.

(20) Créditos concedidos por la banca comercial de ámbito internacional.

(21) La inconvertibilidad del dólar (Nixon suspendió la convertibilidad en 1971) por sí sola no resolvió nada, más bien al contrario, dado que generó mayores dificultades en la cooperación de los bancos centrales europeos y de Japón, que ahora en ningún caso podrían convertir sus ingentes stocks de dólares.

(22) El Frente Nacional de Liberación de Vietnam o FNL, también conocido como Front National de Liberté (FNL), fue una organización guerrillera formada en 1960 consecuencia de la unión de la oposición (mayoritariamente comunista) a la dictadura de Ngô Đình Diệm. El gobierno de Vietnam del Sur se refería a este movimiento como el "Viet Cong". Las fuerzas estadounidenses se referían a él como "Victor Charlie", que es como se pronuncian las siglas "VC" en el Alfabeto fonético de la OTAN o, de forma más abreviada, simplemente "Charlie".

(23) Los historiadores del siglo XXI tendrán que valorar la hondura de los traumas subjetivos de derrota, impotencia y pública ignominia que afligieron a la clase política estadounidense en los años setenta, doblemente penosos por el desprestigio en que cayó la presidencia de los EEUU en los años en que Richard Nixon (1968-1974) tuvo que dimitir por un sórdido escándalo denominado “Watergate”.

(24) Hosbsbawm, Eric J. Biblioteca E. J. Hosbsbawm de Historia Contemporánea. Tomo IV Historia del Siglo XX. Pag. 248. Crítica. Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998.

(25) A continuación del crack del “jueves negro” del 24 de octubre de 1929 en Wall Street, en 1930 se inicia la Gran Depresión. Aunque muchos historiadores y economistas mantienen la tesis de que la crisis duró hasta 1933, con la elección de Roosevelt como presidente de los EEUU, la Depresión realmente duró diez años, dado que existió una segunda recesión dentro de la depresión, ocurrida entre 1937 y 1939.

(26) Estevez Estrella, Justo Raúl. Crisis de la economía ecuatoriana, década de 1980, pag. 1.

(27) La "crisis del Petróleo de 1973" tuvo su antecedente en el desorden del sistema monetario internacional, precipitado por la caída del dólar. Las dificultades que la guerra de Vietnam estaba provocando en la economía norteamericana llevaron al presidente Nixon a, de manera unilateral, desligar el dólar del patrón-oro. El sistema acuñado en Bretton Woods en 1944 que había garantizado la estabilidad monetaria vino a su fin. Las principales monedas del mundo occidental flotaron en un contexto de gran inestabilidad. En ese contexto, la reacción de la OPEP al apoyo occidental a Israel en la guerra de Yom Kippur precipitó un brusco ascenso del precio del petróleo que agudizó la desestabilización de la economía internacional. El precio del crudo se cuadruplicó de octubre a diciembre de 1973, los países árabes establecieron un embargo de petróleo contra los países que más claramente habían apoyado a Israel, como EEUU y Holanda, entre otros.

(28) Carlos Hermida Revillas, Crisis y estructuración del Capitalismo: 1973-2000. Historia y Comunicación Social, UCM, 2000, pág. 2.

(29) Mandel, Ernest: Tratado de economía marxista. México, Era, 1977. 6.a edición en español, tomo I, p. 229.Si, por ejemplo, de un decenio a otro el valor de la producción anual pasa de 300 mil millones C+100 millones V+100 mil millones P=500 mil millones a 400 mil millones C+100 mil millones V+100 mil millones P=600 mil millones, el aumento de la composición orgánica del capital de 3 a 4 lleva consigo una disminución de la tasa de ganancia de 100/400 = 25% a 100/500 =20%.

(30) Estagflación o estanflación = estancamiento + inflación.

(31) Negri define forma-Estado, como “la forma en la cual el capital ha dominado las relaciones de clase sufriendo, en el interior de esta relación, las resistencias y las presiones que las clases subalternas determinaban…

(32) Negri, Antonio y Cocco, Guiseppe. Global. Paidós, Buenos Aires, 2006.

(33) Chicago Boys es un término aparecido en la década de 1970 para denominar a los economistas educados en la Universidad de Chicago, bajo la dirección de los estadounidenses Milton Friedman y de Arnold Harberger.

(34) Correa, Rafael. Ecuador: de Banana Republic a la No República. Editorial Debate. Quito, 2009. Pag. 155

(35) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 251. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(36) Jonathan Schell de la transnacional NCR declara al NY Newsday en 1993: “El otro día me preguntaron acerca de la competitividad de los Estados Unidos, y yo respondí que no pienso en absoluto en ella. En la NCR nos consideramos una empresa competitiva mundial, que prevé tener su sede central en los Estados Unidos”.

(37) Bajo su liderazgo, presidió el país entre 1978 y 1997 (año de su muerte), la República Popular China emprendió las reformas económicas de liberalización de la economía comunista[] que le permitieron alcanzar impresionantes cotas de crecimiento económico. Frente a estos éxitos en la economía, Deng ejerció un poder de perfil autoritario, y su papel fue decisivo en la represión violenta de las protestas de la Plaza de Tian'anmen en 1989.

(38) Krugman, Paul. The Return of Depressión Economics and the Crisis of 2008. W.W. Norton & Co., NY-Londres. 1999.

(39) Hobsbawm, Eric J. “Biblioteca E. J. Hobsbawm de Historia Contemporánea, Tomo 4, Historia del siglo XX”, pag. 263. Crítica, Grijalbo Mondadori, Buenos Aíres, 1998.

(40) Ibid, pag. 263

(41) Para 1982 casi todos los países latinoamericanos y caribeños habían sido afectados por la más profunda y prolongada recesión económica de los últimos 50 años. Aunque fuerzas externas fueron determinantes en el agravamiento de la crisis, otros factores no menos importantes actuaron, como por ejemplo la inconsistencia en el manejo de políticas económicas, especialmente en cuanto a la adopción de medidas que favorecieron, sin previsión, altos niveles de endeudamiento externo; la desorbitada expansión del gasto doméstico en varios casos, y las políticas de estabilización de precios basadas en el manejo casi único de las tasas de cambio. A esos aspectos deben agregarse los correspondientes a los métodos de liberalización financiera, los cuales mantuvieron las tasas de interés muy altas durante prolongados períodos de tiempo, afectando de esta manera la formación de capital de inversión directa en los países.