miércoles, 25 de marzo de 2015

In Memoriam: Rodolfo Walsh a 38 años de su asesinato


Por Decio Machado / Sociólogo y periodista
Publicado en www.aldhea.org

Corría el 25 de marzo de 1977 cuando un equipo de tareas perteneciente a los comandos militares de la Marina embosca a Rodolfo Walsh en la esquina porteña de San Juan y Entre Ríos. La idea inicial era detenerlo vivo, aunque Walsh se resiste y es tiroteado, siendo el periodista y militante revolucionario argentino herido de muerte. Su cuerpo es secuestrado y llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde pasó a engrosar la lista de desaparecidos de la última dictadura militar argentina.

El día anterior había aparecido públicamente su Carta Abierta a la Junta Militar, donde Walsh consciente de que podía perder la vida, denunciaba los crímenes y el terrorismo de Estado implementado por el gobierno de facto de la Junta Militar en Argentina.

Con apenas cincuenta años, nos era arrancado del mundo del periodismo investigativo y la literatura comprometida quizás el más coherente ejemplo en las últimas cinco décadas de lo que debe ser un periodista y el rol que debe desarrollar en nuestras sociedades. Walsh entendía el periodismo como un acto de militancia social, y como tal, este debía ser llevado hasta las últimas consecuencias. Lejos del disfraz tras el que la mayoría de profesionales del sector pretenden esconderse mediante el simplista discurso de la imparcialidad “objetivista”.

Apartado del vedetismo -nunca entendió su profesión como una plataforma desde donde recibir homenajes ni premios del poder-, Walsh era un cuentista, dramaturgo y periodista excepcional, que nunca tuvo miedo de cuestionar y asumir posiciones críticas frente al poder.

Como periodista había dirigido el semanario de la Confederación General de Trabajadores de los Argentinos (CGTA), sindicato en el que militó, formando parte del equipo que redactó su programa, en clara confrontación con la dirección sindical de la oficialista CGT. Posteriormente fundaría y formaría parte del equipo de redacción del diario Noticias, un periódico de orientación montonera revolucionaria.

Atrás quedaban también sus novelas del “género de no ficción”, en las cuales a través de la investigación periodística, narró hechos reales mediante procedimientos ficcionales: Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo? o El caso Satanovsky entre otras. De igual manera sus obras teatrales de mediados de los sesenta, La batalla y La granada.

Entendiendo como imposible desvincular la literatura y el periodismo de la política, Walsh expone dicha condición en su último relato de ficción, Un oscuro día de justicia, publicado en enero de 1973. Manteniendo una vida de acuerdo con sus ideas, se incorporará a la militancia política clandestina, primero en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y posteriormente en la organización Montoneros, donde militó hasta el día de su asesinato.

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