En una reciente entrevista, el sociólogo español y cofundador de la conocida revista alternativa "Diagonal", Decio Machado declaraba, después de permanecer algún tiempo en Latinoamérica, que en la actualidad "no existe ningún proceso revolucionario en el subcontinente americano".
"En la actualidad - declaró Machado en una entrevista que le realizaron Lena Selander y Andrea Lundgrenen en la revista Tänkande Kritiska Frihetliga - no existe ningún proceso revolucionario en América Latina. Lo que yo visualizo, en el mejor de los casos, es un intento por parte de los gobiernos a los que ustedes llaman revolucionarios por restaurar algo que podría asemejarse al viejo Estado de seguridad fordista, aquel que se caracterizaba por su tendencia a la institucionalización de los conflictos de clases bajo el control del Estado".
Según Decio Machado, lo que en América Latina están buscando los gobiernos que protagonizan esos procesos políticos "es un modelo de Estado que asumiendo formas diferenciadas en función de cada una de sus realidades nacionales, logre la utopía de convertir en un modelo “amable” al sistema político-económico capitalista. Para ello, el Estado ha recuperado su rol como gran centro burocrático que se pretende eje regulador y organizador de la sociedad".
"Pero al final de ese viaje - agrega Machado en la entrevista- no hay otra cosa que lo de siempre, la necesidad del capitalismo de reinventarse como mecanismo de superación de sus propias crisis cíclicas. Esto se hace sin modificar el modelo de acumulación e infligiendo una dura derrota a las posiciones más antagónicas y antisistémicas en el seno de cada una de estas realidades nacionales".
Al ser cuestionado acerca de si, según su opinión, no se estaban entonces produciendo avances, Machado contestó: "No he dicho eso. Es evidente que existe un progreso en los indicadores sociales, un crecimiento económico y una mayor capacidad de consumo en la región. No necesito posicionar los datos, ya se encargan de hacerlo de forma sistemática los aparatos de propaganda de cada uno de los gobiernos en cuestión, al igual que lo hacen laCEPAL, el Banco Mundial e incluso el FMI. En todo caso, advertiría que hay que leer estos datos en clave de diferentes variables entrecruzadas, entre las cuales destacan por su peso las necesidades coyunturales del capitalismo global. Esta es la parte que menos se dice, pues además del boom de precios operado en el mercado internacional de commodities como un factor clave del crecimiento de ingresos por exportaciones en el subcontinente, se suele ignorar que las burguesías nacionales y el capitalismo internacional, en el marco de la deslocalización de empresas y la globalización, también tienen la necesidad de democratizar el acceso al sistema educativo y obtener mano de obra calificada en estos países".
"En estos procesos - precisó el sociólogo - se intenta nuevamente combinar el crecimiento de beneficio del capital con el bienestar social y la capacidad ciudadana de alto consumo enfocada a dinamizar los mercados internos. El debate es viejo y no incorpora casi nada nuevo para la emancipación social de la gente o para la construcción de modelos alternativos de sociedad en un mundo hoy por hoy insostenible. Digamos que estos procesos políticos se diferencian de la etapa anterior básicamente en el debate sobre el excedente".
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