viernes, 14 de septiembre de 2012

Holding empresarial español Grupo San José implicados en acusaciones de etnocidio en Paraguay

Por Decio Machado


Autoridades paraguayas confirmaron el pasado 23 de agosto la existencia de acusaciones contra la empresa ganadera Carlos Casado SA, la cual habría arrasado ilegalmente un bosque habitado por indígenas aislados.

La compañía forma parte del holding empresarial español Grupo San José, cuyo dueño, Jacinto Rey González, es considerado por la revista Forbes como la 34 fortuna española más importante, valorando su patrimonio en unos 800 millones de dólares.

La empresa ha sido denunciada por deforestar sin autorización un lugar donde los ayoreos, último pueblo indígena no amazónico aislado voluntariamente en América, viven por voluntad propia.
El relato de los hechos

A primeros de agosto, una inspección de la Fiscalía Ambiental pudo verificar como en el Lote 260, propiedad de la firma Carlos Casado SA, se realizaban actividades de talado de bosque sin los permisos ambientales correspondientes, la construcción de edificaciones y diques, así como la instalación de una alambrada en el entorno de la parcela.

Días antes, la Ong Survival Internacional había presentado ante la prensa local una serie de fotografías satelitales que mostraban la construcción de un pequeño dique de agua en la zona. Para William Zapata, poblador de la zona, “este es el patrón clásico de intervención de los terratenientes locales. Primero crean enormes contenedores de agua para después clarear extensiones de bosque para el ganado”. Dicha denuncia motivó que la Organización Payipie Ichadie Totobiegosode (OPIT) alertara a las autoridades ambientales con el fin de evitar la deforestación ilegal. Para la OPIT, “estos hechos demuestran la necesidad de administrar nuestros bosques, los cuales estamos intentando proteger y recuperar desde 1993”.

Según declaran voceros del grupo “Gente, Ambiente y Territorio” -Ong local que promueve el respeto a la diversidad cultural y la conservación ambiental-, “este crimen es una tragedia humana, y una vergüenza para Paraguay frente a los ojos del mundo, y solo parará si los responsables son detenidos y castigados".
En ese mismo sentido se pronunció el director de Survival International, Stephen Corry, indicando que “se ha establecido con claridad que los ayoreos no contactados se encuentran escondidos en esta zona, puesto que la mayor parte del resto de su bosque ya ha sido talado. La zona debe ser protegida adecuadamente de inmediato y entregada a los propios ayoreos".

Ya el pasado mes de junio, Survival International denunció que los terratenientes ganaderos pretendían engañar a los ayoreos con el fin de construir una carretera cuyo objetivo era que la familia Casado pudiera introducir en la zona miles de cabeza de ganado, importándoles poco dividir el territorio indígena en dos.

Según fuentes cercanas al Departamento de Paraguay para Asuntos Indígenas (INDI), durante los últimos meses de la gestión del ex presidente Lugo, se habría estado negociando la compra de tierras por parte del Estado a la filial española, con el fin de devolvérsela a la población ayorea. Tal operación habría quedado frustrada tras el reciente golpe de Estado legislativo que derrocó a Lugo, lo cual habría dejando nuevamente relegados los derechos de los indígenas ayoreos.

La familia Casado: una historia negra en el Chaco paraguayo

La empresa argentina Carlos Casado SA tiene sus orígenes a inicios de 1883, cuando su propietario  Carlos Casado del Alisal, un inmigrante español tan glorificado como empresario como denostado por sus empleados, adquiere seis millones de hectáreas de tierra -una cuarta parte del Chaco- en Paraguay. Su objetivo, explotar el árbol quebracho, un recurso natural de creciente importancia en la industria mundial que generaría un importante ciclo económico en la región.

Las leyes agrarias de la época prohibían tal acumulación de tierras por parte de una sola persona, por lo que Casado generó una red de testaferros a través de la cual realizó 28 escrituras públicas, consiguiendo titularizar todas las tierras a su nombre en 1886, tras la compra de voluntades de diversos funcionarios públicos.

Como propietario supremo, Casado entendió que no sólo la tierra era suya, sino también las poblaciones indígenas que quedaban dentro de su territorio, por lo cual forzó a los indígenas a tumbar los árboles existentes en sus territorios ancestrales. Los salarios se pagaron con bonos canjeables por alimentos en los almacenes de la misma empresa, combinado con ingentes litros  de caña (la bebida alcohólica nacional).

En el año 1925, Casado vende parte de sus posesiones a la emigración rusa menonita que se instalaba en Paraguay huyendo de la revolución bolchevique. Ya en la década de los 70 la comunidad indígena de Maskoy, en una situación de precariedad laboral absoluta y en emergencia alimentaria y sanitaria, consigue ganarle un pleito por el cual recuperan una parcela de 30.000 has de tierra que comprendían parte de sus territorios históricos.

Durante la década de los 90 la compañía cambió su estrategia comercial, vendiendo poco a poco parte de sus tierras a latifundistas privados ante el temor de que cundiese el ejemplo de Maskoy en sus posesiones ilegales.

En el 2000, con el desembarco de la secta Moon en Paraguay -de la que se ha comprobado la vinculación con negocios de producción de armas y lavado de dinero-, la familia Casado les vende 500.000 has, lo que generó en 2005, una gran marcha hasta Asunción por parte de la población local para reclamar sus derechos sobre la tierra que habitan, generándose un proceso legal aun sin resolver a la falta de voluntad en el parlamento paraguayo.

En el 2007 el grupo español San José adquiere la compañía Carlos Casado SA, desarrollando nuevos proyectos a través del cual se ha puesto en marcha la explotación de monocultivo dedicados a la producción de biodiesel en parte de las 320.000 has que de su propiedad quedan en el Chaco paraguayo.
A pesar de estos antecedentes, el gerente de la empresa Diego E. León, no tuvo reparos en declarar que “en los 110 años de trayectoria en el Chaco, Carlos Casado SA ha trabajado tradicionalmente en forma respetuosa con las autoridades de la Republica del Paraguay y con las comunidades que habitan en la zona, con quienes siempre ha mantenido armoniosas relaciones”, mientras negaba cualquier vinculación con hechos ilícitos.

Jacinto Rey, monarca del ladrillo

Jacinto Rey González, nacido en Pontevedra, es uno de esos personajes que en el mundo empresarial español son denominados como “empresarios hechos a sí mismos”.

A los 22 años comienzan sus actividades profesionales en el mundo del ladrillo, trabajando para una pequeña constructora local.

Se incorporándose al plantel de Constructora San José en 1970, en calidad de responsable técnico. A mediados de esa década, la empresa se sube al carro de la construcción de infraestructuras escolares y universidades, puesta en marcha por el Ministerio de Educación durante el gobierno de la UCD. Debido a sus buenas relaciones con la estructura burocrática del gobierno de Adolfo Suárez, Rey comienza a verse debidamente tanto al interior como hacia fuera de la joven empresa.

En esa época comienza la expansión de dicha constructora. En 1975 se crea la filial San José Constructora SL y a finales de los 80, conforman San José Portugal y compran la empresa CIMSA. A primeros de los 90 el grupo se introduce en el mercado inmobiliario, realizando importantes obras en la Cartuja-Expo de Sevilla y para las Olimpiadas de Barcelona. Son también los años en los que comienzan su expansión por Europa, América Latina y EEUU.

Los años de gobierno de Aznar son fructuosos para el grupo empresarial. Entre 1998 y 2000, el holding se diversifica creando diversas filiales nacionales y extranjeras. Adquirieren también las firmas Burgo Fundiarios, Tecnocontrol y Grupo Sefri, e importantes cuotas accionariales de empresas como Copaga, Renfapex, Corsabe y Bodegas Altanza.

En 2004, consolidan su sección de contratas para la gestión de zonas verdes y la limpieza de inmuebles, hospitales y aeropuertos. Y en 2007 crean San José, Energía y Medio Ambiente, entrando en el sector de la energía, haciendo su debut bursátil dos años más tarde.

No menos significativa es su actividad en América Latina, donde desarrollan construcción de viviendas en Perú y en Brasil, construcción de un túnel para el ferrocarril entre Santiago de Chile y Mendoza (Chile), y compran la empresa argentina Carlos Casado SA, la cual cotiza en la bolsa de Wall Street y es tristemente conocida por su historia de abuso y explotación en el Chaco.

Artículo realizado para el Periódico Diagonal, 13 de septiembre de 2012

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