Decio Machado (Quito) /Fotos: Edu León
La ocupación pacífica de la embajada china en protesta por la firma de un contrato entre Ecuador y una multinacional minera fue reprimida violentamente por la policía nacional ecuatoriana.
En el día de ayer, ocho mujeres vinculadas a diversas organizaciones sociales ocuparon pacíficamente, a primera hora de la mañana, la embajada de China en Quito para mostrar su repulsa ante la entrada de la mega minería en el país. En esa misma tarde, se firmó el contrato entre el gobierno ecuatoriano y la transnacional ECSA para la explotación del proyecto Mirador, situado en una zona de alta sensibilidad ambiental.
El proyecto Mirador consiste en la explotación de cobre, oro y plata en la cordillera del Cóndor, situado en la provincia ecuatoriana de Zamora Chinchipe, en la frontera con Perú. Dicha cordillera registra 2.030 especies de plantas diferentes, 142 de mamíferos, 613 aves, 9 de reptiles y 56 especies de sapos y ranas. El proyecto minero de la empresa ECSA afectará de forma irremediable este paraíso que los pueblos indígenas han cuidado durante siglos y que muchos ecuatorianos han defendido incluso con sus vidas.
Los grupos ambientalistas y comunidades locales que se oponen al proyecto indican que en el proyecto Mirador se prevé la extracción de 54.000 toneladas de roca por día. De estas rocas un tercio será acumulado al costado en dos montañas artificiales de desechos (escombreras) y el resto será procesado para extraer los minerales a través de tratamientos químicos que generan residuos contaminantes.
Las estimaciones de los ambientalistas y técnicos que cuestionan el proyecto indican que por cada 100 toneladas de roca extraída, solo se podrá extraer en torno a una tonelada de “concentrado de cobre”. Se calcula un acumulado de desechos tras la vida productiva de la mina a cielo abierto de 325.000.000 toneladas.
A media mañana un desproporcionado dispositivo policial, en el que se incluían cuerpos de élite de la Policía Nacional ecuatoriana, rodeaban los accesos a la embajada China. Mientras, medios de comunicación y ciudadanos autoconvocados se aglutinaban en torno al edificio para manifestar su repulsa al contrato minero propugnado por el gobierno de Rafael Correa y demostrar sus simpatías con las activistas que se encontraban en el interior de la embajada.
A las 12,30 horas las activistas sociales eran sacadas violentamente de la embajada China a pesar de la mediación de asambleístas y embajadores ecuatorianas en busca de una resolución pacífica del desalojo. Según las autoridades asiáticas, la orden provenía del Gobierno ecuatoriano y manifestaban ante los interlocutores de los movilizados que por parte de ellos no había voluntad de proceder judicialmente contra las mujeres que habían ocupado sus instalaciones.
Los activistas que se encontraban a las afueras de la embajada se sentaron frente al bus policial con el fin de evitar que las detenidas fueran enviadas a los calabozos policiales. La Policía Nacional emprendió una acción represiva contra los manifestantes que dejó atónitos a los periodistas allí presentes.
La situación se tensionó aun más cuando dentro del bus policial los agentes comenzaron a emprender forcejeos con las mujeres detenidas a la vista de los manifestantes en el exterior.
El terror se hizo presa de todos los presentes, mientras transeúntes y vehículos que pasaban por una avenida adyacente manifestaban con estupor su solidaridad con los detenidos y manifestantes que estaban siendo agredidos.
Diversos manifestantes eran brutalmente arrastrados por la Policía Nacional para liberar el paso de los vehículos policiales.
La acción de violencia perpetrada por las fuerzas del orden ecuatorianas a tres días de que comience la marcha por el agua y la vida en el Ecuador, movilización que comenzará en la zona de explotación de ECSA el próximo día 8 y terminará en Quito en 22 de marzo, indica hasta donde en los próximos días puede incrementarse el nivel de represión en este pequeño país andino.
El presidente Correa manifestaba el pasado 10 de diciembre en la ciudad de Macas, una de las capitales amazónicas: “Hemos perdido demasiado tiempo para el desarrollo, no tenemos más ni un segundo que perder, (…), los que nos hacen perder el tiempo son esos demagogos, no a la minería, no al petróleo, nos pasamos discutiendo tonterías. Oigan en Estados Unidos, que vayan con esa tontería, en Japón, los meten al manicomio.”
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