domingo, 14 de septiembre de 2008

Los altos vuelos de los Fernández Espina

La familia asturiana que controló el 20% de Air Madrid ha sido investigada por presuntas relaciones con los narcos Jorge Luis Ochoa y Juan Ramón Matta . La empresa familiar Celuisma se constituyó con seis millones de pesetas y en dos años hizo inversiones hoteleras por 1.600 millones . Los Fernández Espina son ahora propietarios de Air Asturias, compañía que cubrirá las mismas rutas y que cuenta con el mismo director general y un consejero delegado de Air Madrid.

Un mes antes de que Air Madrid suspendiera sus actividades, abriendo paso al escándalo político- financiero de las navidades, comenzaba a operar Air Asturias. La aerolínea de bajo coste y touroperadora comparte con Air Madrid idéntico mercado e idénticos apellidos entre sus socios fundadores de referencia. Los Fernández Espina vendieron sus inversiones en Air Madrid dos años antes del escándalo, pero diversos periódicos latinoamericanos y españoles ya habían publicado varios reportajes sobre las presuntas conexiones de estos hermanos asturianos con el narcotráfico.

Según publicó en su día el diario El País en una serie de reportajes firmados por Peru Egurbide, Celso Luis y Manuel Celestino Fernández Espina han sido investigados por brigadas de estupefacientes a raíz de que la policía española interceptara una serie de cartas dirigidas a Luis Fernández Espina por Jorge Luis Ochoa, destacado miembro del Cártel del Medellín, cuando éste fue detenido en el Estado español, en noviembre de 1984. Estas cartas fueron remitidas desde Panamá hasta el hotel Florida Norte, también propiedad de la familia.

Las relaciones con los Matta

Los Fernández Espina también estuvieron implicados en la década de los ‘80 en diversas operaciones mercantiles con la familia del narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, extraditado en abril de 1988 y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por tráfico de drogas y el asesinato de un agente de la Drug Enforcement Agency (DEA) en México.

Matta Ballesteros residió en el territorio español entre 1979 y 1985, donde movió, según la Fiscalía española Anticorrupción y la DEA, millones de dólares y realizó múltiples inversiones empresariales. Desde aquí dirigió durante años una importante organización para llevar cocaína desde Colombia a EE UU, a través de México.

La vivienda en que Juan Ramón Matta Ballesteros residió en la urbanización Las Lomas, entre Majadahonda y Boadilla del Monte, adquirida en 1979 por su esposa Naney Marlén Vázquez Martínez, pasó en 1982 a manos de la empresa Celuisma SA, de los Fernández Espina.

Esta relación continuaría en mayo de 1983 cuando los Fernández Espina, la esposa de Matta y un hermano por parte de madre de éste, José Nelson Ballesteros Matta, se asociaron en la empresa Briocar, entonces concesionaria de BMW en A Coruña. Desde octubre de dicho año, Briocar, cuya presidenta era la mujer de Matta, contaba con Manuel Celestino como vicepresidente y Celso Luis como uno de los vocales.

Por otro lado, el diario centroamericano El Siglo denunciaba en agosto de 1990 las relaciones del banquero panameño Guillermo Ronderos Durán con los Fernández Espina, ampliando sus informaciones hacia la adquisición del hotel Panamá, donde según este diario ambos se asociaron para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico.

En octubre de 1990, el periódico The Sun, de Baltimore, EE UU, aseveró que la DEA había informado a las autoridades panameñas de que Ronderos, entonces director general del Banco Interoceánico de Panamá, participaba en el lavado de dinero del narcotráfico. La DEA informaba el 12 de enero de 1990 a la justicia panameña del depósito de 12 millones de dólares en el Banco Interoceánico a nombre del narcotraficante colombiano Gonzalo Rodríguez Gacha, muerto en combate con el Ejército colombiano en diciembre de 1989.

También indicaban que desde 1984 la DEA conocía las relaciones del Interoceánico con los cárteles colombianos, y la revista La Prensa de Panamá denunciaba a su vez que Ronderos, propietario del 98% de las acciones de dicho banco, mantenía importantes relaciones económicas con Celso Luis Fernández Espina; de hecho su hermano César se llegó a afincar en Panamá.

Hechos a sí mismos

La historia de los Fernández Espina va unida al grupo empresarial Celuisma, el mayor accionista fundacional de Air Madrid junto al grupo Hotusa, con un capital accionarial del 20%. Los hermanos fundaron Celuisma -acrónimo de sus nombres de pila- en Gijón en febrero de 1981, con un capital social de sólo 6 millones de pesetas. Hijos de un fogonero de Mieres, emigraron a Latinoamérica, para volver al país a finales de los años ‘70. En junio de 1981 constituyeron en Medellín (Colombia) la sociedad Asesorías e Inversiones César Fernández Espina- otro hermano del clan-, y dos días más tarde fundaron en esa misma ciudad Asesoría e Inversiones Manuel Fernández Espina.

Sólo entre 1981 y 1983, los Fernández Espina compraron hoteles en el Estado español por un valor escriturado próximo a los 800 millones de pesetas. La cifra se dobla si se le suma el valor de los hoteles que compraron en América Latina en la misma época. Y se triplica al añadirle otras inversiones no hoteleras.

En 1984 fundaron en Madrid la inmobiliaria Meca 2, que presidió Celso Luis. Así comenzaba la andadura de un grupo que en la actualidad posee múltiples hoteles en Madrid, Galicia, Asturias y Cantabria, pero que también goza de importantes inversiones en Latinoamérica, donde el pequeño imperio de los Fernández Espina ha levantado hoteles y otros negocios en numerosos centros turísticos de Colombia, México, Panamá, Venezuela y República Dominicana.

De Air Madrid a Air Asturias

En diciembre de 2004, Celuisma vendió su 20% de Air Madrid al grupo inmobiliario Optursa Management, pero los hermanos Fernández Espina nunca abandonaron su aspiración de dotarse de una línea aérea propia. A finales de 2005 vuelven al sector como socios mayoritarios de la compañía Air Asturias, otra compañía de bajo coste y touroperadora, donde Celuisma posee el 78% del accionariado. La compañía opera desde el 16 de noviembre de 2006, y entre sus planes de desarrollo, más allá de las rutas que actualmente está realizando, se encuentra cubrir las rutas intercontinentales a Venezuela, Colombia, México y Panamá, con lo cual ocuparía claramente el espacio dejado por Air Madrid. Javier Taibo, ex director general de Air Madrid, asumió la dirección general de Air Asturias, de la que es consejero delegado José Antonio Fernández, que también ocupa esa misma responsabilidad en Celuisma. La pesadilla amenaza con repetirse.

El empresario monárquico

A finales de 1997 varios empresarios de las Islas Baleares se confabulan con la intención de regalar al rey Juan Carlos I un yate, el nuevo Fortuna. Éstos constituyeron para tal fin una fundación destinada globalmente a la promoción turística de las islas: la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares. El yate costó 3.000 millones de pesetas y le fue entregado en el año 2000. Entre la veintena de iniciales promotoras de la fundación, destacan José Luis Carrillo, en nombre de Hoteles Globales, y su esposa Susana Carrillo Szymanska, en nombre propio. El nuevo Fortuna dobló las dimensiones del antiguo yate del monarca: con 70 metros de eslora, y realizado totalmente en aluminio, tiene cinco camarotes dobles, además de los destinados a la tripulación, y alcanza una velocidad punta de 70 nudos.

La mejor iniciativa económica

En junio del pasado año, cuando ya eran patentes las voces de protesta contra Air Madrid, un jurado en el que participaban numerosos e importantes periodistas tuvo el honor de otorgar a la compañía aérea de José Luis Carrillo Benítez el premio Madridiario. es a la Iniciativa Económica de 2006. Este tribunal estaba formado por Fernando Jáuregui (Diariocrítico. com), Nieves Herrero, María López y Víctor Arribas (Telemadrid), Susana Rodríguez (Localia), Maria Luisa Roselló (diario Metro), Pilar Cernuda (Fax Press), José Luis Semprún (La Razón), Arturo Larena (EFE), Sara Medialdea (ABC), Rafael Martínez Simancas y Pedro Blasco (El Mundo), Antonio Naranjo (Diario de Alcalá), Nino Olmeda (Servimedia) Ángel del Río (Cope), Jesús Frías (Europa Press), José Cañaveras (Radio Intercontinental), Martín García Vega (RTVE), y Curro Castillo (Onda Madrid). En el momento de fallarse el premio las pérdidas de la aerolínea ya superaban los cuatro millones y medio de euros que formaban parte de su capital fundacional.

¿Y las normas de seguridad?

Técnicos de la Subdirección General de Control del Transporte Aéreo certificaron en los informes del 11 y 12 de diciembre que los aparatos de Air Madrid arrastraban un sinfín de deficiencias con las que nunca debieron haber operado. Fomento consintió a Air Madrid volar con motores “no aptos para servicio”, toboganes de emergencia cuyos sistemas de despliegue estaban caducados, extintores donde “no consta el intervalo de caducidad”, botellas de oxígeno “no listas para el servicio” y botiquines donde se encontraron “elementos caducados”, chalecos salvavidas sin pasar las revisiones periódicas, y estabilizadores de la cola en estado defectuoso. Fomento tiene como norma reducir la duración de los vuelos de las compañías que han sufrido paradas en sus motores. En el caso de Air Madrid nunca se han producido los citados recortes. La decisión de recortar la duración de los vuelos no es obligatoria, permite la discrecionalidad de Fomento a la hora de aplicar tal medida. En el caso de Air Madrid, ésta ha sido palpable.

Este artículo fue publicado en el periódico Diagonal nº 45, en enero del 2007

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