LA COOPERANTE VASCA BEGOÑA GARCÍA FUE ASESINADA DE UN TIRO EN LA NUCA EN 1990
Diecisiete años después del asesinato de la cooperante vasca Begoña García Arandigoien en El Salvador, el principal implicado en el crimen visita el Estado español con la más absoluta impunidad.
“Fue el 10 de septiembre de 1990 en la falda del volcán de Santa Ana (zona del nordeste del país). Dos días antes, la guerrilla había realizado diversas reuniones y actos propagandísticos en el territorio, consecuencia de ello, una unidad de compañeros del ERP se hallaba aún en la zona”, así relata a DIAGONAL Domingo, alías usado en aquella época por este ex combatiente guerrillero que fue miembro del Ejército Revolucionario Popular (ERP), uno de los cinco grupos armados que conformaron en 1980 el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Domingo, militante activo del FMLN y trabajador de la cooperación internacional, prefiere no dar su nombre: “No entiendo la actuación de la Justicia española, pero mientras este asesino no esté sentado en un banquillo español o ante la Corte Internacional, mejor mantener mi anonimato, al fin y al cabo, nuestro país está gobernado por la extrema derecha”. Y prosigue: “Los compas supervivientes relataron a nuestra unidad, que estaba a pocos kilómetros, que a primera hora de la tarde la columna guerrillera en la que estaba Alba (nombre con el que se conocía popularmente a Begoña García Arandigoien) fue emboscada por el Ejército, la compañera fue herida y apresada por los militares. Fue un duro golpe porque todos los que tuvimos la suerte de conocerla, la queríamos mucho”.
Dos días después, el 12 de septiembre, la radio Venceremos, emisora rebelde de la guerrilla del FMLN informaba: “Begoña García, compañera internacionalista de origen vasco, fue asesinada salvajemente por el Ejército en un hospital de campaña en el cantón La Montañita, del departamento de Santa Ana, horas después de su captura el pasado 10 de septiembre”.
El asesinato de una cooperante
Begoña García Arandigoien era una joven médica nacida en Navarra y militante de la organización internacionalista Askapena. Había llegado a Nicaragua en 1988 y apenas un año después marchaba a El Salvador como personal sanitario para la guerrilla del FMLN.
La versión oficial dada por el Gobierno salvadoreño y la Comandancia del Ejército fue que la brigadista internacional murió “en combate” a consecuencia del fuego cruzado entre guerrilla y Ejército. No hubo ningún reconocimiento judicial y el Ejército procedió de inmediato al entierro de su cadáver. Esta joven cooperante de apenas 24 años pasó a formar parte de la larga lista de mártires que generó el Ejército durante el conflicto armado en El Salvador. “Incluso el nombre de Begoña fue utilizado como un alías por otros internacionalistas vascos en honor a su memoria”, relata a DIAGONAL Alfredo Pombo, otro ex combatiente del ERP.
Tras las gestiones de la embajada española, se consiguió que cuatro días después del asesinato fuera exhumado su cadáver. Ya en el Hospital de Navarra, lugar donde Begoña trabajó antes de viajar a Centroamérica, la autopsia no dejaba lugar a dudas: la joven había sido asesinada de un balazo con “cañón tocante en la nuca”, además de haber recibido otros cinco balazos en diferentes partes del cuerpo y sufrir roturas del fémur y de los dos brazos. Todo indica que antes de su asesinato con un disparo a quemarropa, había sido torturada por el Ejército salvadoreño.
Ante las explicaciones requeridas por las autoridades del Ministerio de Asuntos Exteriores español, por esta “vergonzante” ejecución extrajudicial, las autoridades del Gobierno salvadoreño nunca dieron respuesta.
Ejecución extrajudicial
La Comisión de la Verdad que se formó en 1993, con la participación de las Naciones Unidas y con el fin de investigar las violaciones de derechos humanos y los crímenes contra la humanidad que tuvieron lugar durante el conflicto que azotó El Salvador entre 1980 a 1991, estudiaron entre otros, el caso de la joven cooperante internacional. Según la Comisión de la Verdad, Begoña García “fue ejecutada extrajudicialmente por efectivos de la cuarta compañía BIC PIPIL de la Segunda Brigada de Infantería bajo el mando inmediato del teniente Roberto Salvador Hernández y el mando superior del teniente coronel del Ejército, José Antonio Almendáriz Rivas, Ejecutivo de la Segunda Brigada”. La investigación de la Comisión indica que ambos oficiales “encubrieron los hechos” con la colaboración de la tercera comandancia de la Policía Nacional, así como peritos y las autoridades judiciales que reconocieron el cadáver en el patio del hospital de campaña donde fue asesinada.
El decreto de amnistía general de 1993, por el que se “perdonaron” miles de delitos de lesa humanidad cometidos en El Salvador, permitió a Almendáriz verse exculpado de los crímenes cometidos durante la guerra, entre los cuales destacaba el de Begoña por su condición de cooperante extranjera.
Según informó a DIAGONAL Vicente Neto, líder comunal y antiguo combatiente de la Fuerzas Populares de Liberación (FLP), otra de las organizaciones armadas que conformaron el FMLN: “José Antonio Almendáriz Rivas es diputado del Partido de Conciliación Nacional (PCN) por el departamento de Sonsonete, hace diez años que ejerce cargos en la Asamblea Legislativa de El Salvador, y en la actualidad postula por ser el cabeza de lista de su partido para las elecciones presidenciales que tendrán lugar en el primer trimestre del 2009”. Y prosigue: “Almendáriz fue depurado del Ejército en 1992 junto a otro centenar de militares. Además, reconoció públicamente hace dos años su responsabilidad por el asesinato de la compañera Alba, llegando a decir que dicho crimen lo cometió en su momento por odio”.
Almendariz: “Ya pedí perdón por ello”
A finales del pasado mes de octubre, Almendáriz formó parte de una delegación de diputados salvadoreños que viajaron al Estado español con el fin de analizar la Transición española como un posible modelo aplicable a la situación política de El Salvador. Allá, Guillermo García, padre de la víctima, contactó con escasa fortuna con los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores con el fin de que el diputado salvadoreño fuera detenido y evitar así que pudiera salir del territorio español. En la actualidad y preguntado por el crimen de Begoña García por el diario salvadoreño La Prensa Gráfica, Almendáriz se limitó a declarar: “ya pedí perdón por ello”.
Este artículo ha sido publicado en el periódico Diagonal y en el Colatino de El Salvador, el 29 de noviembre de 2007
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