Este texto es el capítulo elaborado por el sociólogo y periodista Decio Machado para el libro "La restauración conservadora del correísmo", el cual aparece al público a partir del mes de noviembre del presente año y ha sido elaborado por diversos autores.
Decio Machado
“Una educación que remueve la cultura política para que la sociedad no busque salvadores,
sino que genere socialidades para convivir, concertar, respetar las
reglas del juego ciudadano (…) la educación debe desarrollar sujetos autónomos
ya que frente a una sociedad que
masifica estructuralmente, una sociedad
que tiende a homogeneizar incluso cuando crea posibilidades de diferenciación,
la posibilidad de ser ciudadanos es directamente proporcional al
desarrollo de sujetos autónomos, es decir, de gente libre tanto interiormente
como en sus tomas de posición. Y libre significa gente capaz de saber
leer la publicidad y para qué sirve, y no dejarse masajear el cerebro, gente
que se capaz de tomar distancia del arte de moda, de los libros de moda, gente que
piense con su cabeza y no con las ideas que circulan a su alrededor.”
Jesús Martín Barbero, Oficio de
cartógrafo (2002)
Desde
la vuelta de las democracias a América Latina, tras el aciago período histórico
que se caracterizó por una concadenación de dictaduras militares en la región[1], la
actividad política se ha convertido en un asunto de importante interés público
para los ciudadanos de la región. Según los indicadores emanados de
Latinobarómetro[2],
la ciudadanía latinoamericana más allá de desear estar al día con respecto a
los asuntos que les afectan cotidianamente, demandan la participación directa
en la actividad política de su contexto social. Este es el origen de la enorme
importancia adquirida por la comunicación estratégica en nuestros días.
Las
acciones realizadas por los candidatos, líderes políticos, partidos e
instituciones gubernamentales por mantener y fortalecer el respaldo de la gente
hacia sus propuestas, programas y políticas públicas, se ha convertido en un
factor crítico tanto para alcanzar los puestos de elección popular a los que
aspiran, como para el mantenimiento del
orden, el control social y la gobernabilidad en sus respectivos ámbitos de
intervención.
La
imposición -dentro de un mundo globalizado y en plena evolución- de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, de técnicas y herramientas
innovadoras que permiten la expansión casi sin límites de la comunicación ha
hecho que a causa del marketing político, las ideas ya no basten para que los
políticos convenzan a la ciudadanía de que son los más apropiados para ejercer
los cargos a los que aspiran e incluso para perpetuarse durante años en el
poder.
Si
bien es cierto que la comunicación política existe desde los tiempos de la
Antigüedad, donde se aprovechaba la reputación de los guerreros para amedrentar
a potenciales enemigos internos y externos, así como para recaudar los
impuestos entre sus súbditos (Maarek, 2009), las nociones actuales en las que
se manifiestan este tipo de técnicas se remontan apenas a la segunda mitad del
siglo XX[3].
Paralelamente,
desde hace aproximadamente un par décadas, se vive un momento en el que las
relaciones entre las élites políticas y los medios de comunicación se han
complejizado a escala global. Mientras asistimos a una enorme concentración de medios
de comunicación a nivel planetario, en algunos países a los políticos se les
reprocha que ya sólo actúen o comuniquen en función de la visibilidad mediática
de sus operaciones a riesgo de una suerte de populismo modernizado (Tironi y
Cavallo, 2004), mientras que otros gobiernos, independientemente de su
sensibilidad política, intentan desarrollar el control sobre la información con
el objetivo de sufrir el menor desgaste posible en el ejercicio de su autoridad.
Campaña de 2006: punto de partida de la expertise
correísta en marketing y comunicación política
De
igual manera que otras tantas campañas latinoamericanas del momento, la campaña
presidencial del año 2006 en Ecuador fue una campaña fuertemente mediática
(Dávalos, 2012). La campaña de
comunicación política y estrategias de marketing electoral correísta se
sustentaron –al igual que otras tantas en la región- en el establecimiento de
alianzas entre “grupos de interés”, “poderes fácticos”, líderes de opinión y
medios masivos de comunicación (López, 2003). Todo ello, más allá de la
realización de múltiples eventos electorales en un recorrido que abarcó el
conjunto del país, llegando a lugares que sus adversarios desecharon, ganándoles
también en el pulso del contacto directo con el electorado.
En
base a esta estrategia el entonces candidato Rafael Correa, además de
incrementar sus indicadores de conocimiento, identificación y penetración entre
la ciudadanía, generó el escenario idóneo para lanzar sistemáticos ataques en
contra de sus rivales, lo que fue la base de su campaña electoral. Dichos
ataques se hicieron fundamentalmente en contra de los ya muy desgastados partidos
políticos tradicionales, los cuales se encontraban altamente deslegitimados
ante la ciudadanía y muy deteriorados en la realidad política nacional. Con
cada nuevo ataque dialéctico, el entonces presidenciable ganaba en popularidad,
logrando vehicular a su favor los resentimientos de las y los ecuatorianos en
contra de la llamada “partidocracia” e implementando con su modelo de
comunicación una imagen que ganaba enteros en consistencia y coherencia
política durante toda su campaña. En este sentido, la estrategia correísta
cumplió dos de los fundamentos existentes en los actuales manuales políticos
electorales modernos: a) si hay descontento social la estrategia debe ser de
ataque y descalificación de los adversarios; y b) cuando un candidato tiene una
estrategia clara y definida, el candidato debe mantener su postura de manera
coherente durante toda la campaña electoral (Durán y Nieto, 2010).
El
éxito electoral del correísmo se basó en saber segmentar de forma adecuada sus
mensajes hacia los diferentes públicos objetivos de su comunicación. Así, mientras
Noboa basaba su discurso en las clásicas estrategias clientelistas que han
caracterizado históricamente la política ecuatoriana, dirigidas –entre dádivas,
regalos y promesas de campaña- al sector más empobrecido de la población, y
autodefiniéndose como “enviado de Dios” (Recalde, 2007); el correísmo se articuló
con base en el desprestigio del Congreso Nacional y de los partidos políticos
entonces existentes (Dávalos, 2009); dotando a su campaña de una gran
creatividad publicitaria –videos que fueron virilizados en redes sociales[4]
desprestigiando a sus oponentes y spots publicitarios
con gran originalidad y acierto mediático[5]-.
En base a lo anterior, el correísmo consiguió conectar con sectores medios de la población y
de manera especial con el target más joven del electorado.
Fueron
los medios de comunicación de masas, hoy en conflicto con el oficialismo, los
que se encargaron de posicionar de forma sistemática que Rafael Correa era un
candidato nuevo, un outsider en la
política ecuatoriana, y sobre todo una persona joven que se enfrentaba a candidatos
de mayor experiencia. Aunque este posicionamiento fue intencionalmente provocado
por los mass media nacionales, más
que afectar a Correa lo que propició fue un positivo posicionamiento ante amplios
sectores del electorado ecuatoriano. Se afianzó la imagen de Correa como un político
nuevo, sin secuelas por su pasado y de fuerte personalidad contestaría. Esto lo
visibilizó de forma muy diferenciada frente a su rival, un candidato de mayor
edad, millonario, aburrido y reiterativo en las campañas políticas ecuatorianas.
Correa se convirtió así en el exponente del cambio, en la identificación
política del creciente malestar de perfil “antisistémico” existente entre la
ciudadanía y en la expresión del descontento generalizado ante las
tradicionales formas de hacer política y el actuar de los eternos grupos de
poder (partidos políticos, empresarios, banqueros y medios de comunicación)
existentes en el país.
Enmarcada
en esta cuidada estrategia electoral, se articuló el compromiso de un nuevo
proceso constituyente en el Ecuador. Esto permitió una nueva innovación
electoral más, Rafael Correa y Alianza PAIS prescindieron de presentar
candidatos a un muy desprestigiado Congreso Nacional, lo que como elemento
novedoso tuvo un afortunado impacto entre el electorado. En la práctica y de esta
manera, la campaña electoral correísta incorporaba en su estrategia
comunicacional una consigna ya anteriormente interiorizada por millones de
ecuatorianos durante el derrocamiento de Lucio Gutiérrez: el “Que se vayan
todos!” (Dávalos, 2012). Bajo esta lógica estratégica electoral, se
generalizaron las esperanzas ciudadanas en un cambio político de carácter
radical, más allá de la sensibilidad política del votante ecuatoriano del
momento, el cual estaba ya muy lejos de canalizar su descontento por vías revolucionarias.
En
materia de imagen, el candidato Correa también supo diferenciarse de sus
adversarios, pues realizó su campaña vestido de manera informal -camisetas color verde y pantalones jeans-, lo que generó una imagen de
cercanía con la población. Correa no aparecía como un político al uso, sino
como un ciudadano similar al electorado al que le pedía su voto. Esta estrategia
de imagen respondía a otra regla clásica de manual electoral, la cual hace
referencia a la resonancia que determinadas imágenes tienen sobre el electorado
en momentos determinados, buscando con acierto los estímulos provocados que evocan
significados cercanos al votante (Schwartz, 2001). El posicionamiento de Correa
como un ciudadano alejado de la política tradicional, un joven y aguerrido
ciudadano -no político- que buscaba la profunda transformación del país,
polarizó la elección y situó al hoy Presidente de la República en una posición
privilegiada electoralmente respecto a sus contendores.
Otro
elemento referenciable de la campaña correísta fue el acertado uso de la
identidad corporativa que se desarrolló y el empleo del color verde brillante
fosforescente. El color verde flex tuvo su origen en un anterior y agresivo
posicionamiento publicitario elaborado por la transnacional española Movistar
–líder en telefonía inalámbrica-, que quedó plasmado en el subconsciente de la
ciudadanía, lo cual fue utilizado adecuadamente por la campaña de Correa. Respecto
a eso que los expertos publicistas en la materia llaman eye tracking[6],
los afiches y bandeloras del correísmo tuvieron una más que destacada
visualización frente a los de sus adversarios, los cuales manejaron colores
apagados como fondos de su campaña electoral.
Solo
faltaba entonces para ganar, amortiguar el fuerte carácter y las puntuales
salidas de tono del entonces aspirante a presidente. Esto se hizo a través del
asesoramiento externo de una empresa de comunicación política mexicana que
llegó al Ecuador tras haber asesorado al partido conservador salvadoreño Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA), organización política fundada por el
paramilitar Roberto d´Aubuisson en 1989. La consultora mexicana Cuarto de
Guerra fue la encargada de transformar el perfil marcadamente irascible del hoy
mandatario ecuatoriano en una suerte de “Pasión por la Patria”[8].
Es a
través de esta campaña electoral del 2006 donde se sentarán las bases de la
futura comunicación político-estratégica del correísmo en el gobierno. El
correísmo, ya como doctrina oficialista en el poder, combinará innovadoras
técnicas de comunicación política en el país con un desarrollado y
estratégicamente calculado culto a la personalidad del líder, la agresividad y
descalificación dialéctica como norma de desacreditación sobre los adversarios
políticos del régimen, el factor sorpresa como herramienta de quiebre ante sus
rivales, las técnicas que reflejan proximidad ante la ciudadanía (gabinetes itinerantes,
enlaces ciudadanos desde los lugares más recónditos del país o permanentes apariciones
del mandatario rodeado de masas ciudadanas), los acordes de las viejas
canciones revolucionarias, así como una cuidada campaña publicitaria (tanto por
la destreza en la elaboración de piezas audivisuales como por la creatividad de
su cartelería, gigantografías y otras herramientas de imagen estática) basadas
en los logros obtenidos a través de determinadas políticas públicas auspiciadas
por el gobierno.
Siete años y medio de un modelo de
comunicación político-estratégica innovadora en Ecuador
Los
estudios elaborados por diferentes entidades ecuatorianas especializadas en
sondeos de opinión, desde finales de los años noventa hasta hoy, vienen a
indicar que los ecuatorianos se identifican desde lo místico mayoritariamente como
seguidores de la fe cristiana y sus valores; desde el ámbito del ocio como
acérrimos seguidores del deporte del futbol; mientras que en la esfera política
desean tener un líder fuerte que guíe al pueblo hacia un futuro próspero, que
fomente la seguridad, el afianzamiento de la dolarización y la justicia al
interior de un país que sea socialmente más o menos equilibrado. La honestidad
en la gestión pública, la vuelta de los emigrantes, la implementación de una
democracia real y el desarrollo económico nacional son los elementos más
deseados por la ciudadanía, transversalizándose también entre estos
sentimientos el orgullo de ser ecuatorianos.
En
este sentido, tanto el presidente Correa como sus asesores políticos, desde la
campaña del 2006 hasta la fecha, han sabido encauzar acertadamente el sentir
nacional y los aspectos cognitivos de la conducta del pueblo ecuatoriano. En
base a ello, se han manejando estrategias como la del famoso “correazo”
(símbolo de machismo y autoridad, dado que refleja la forma en que se castigaba
a los niños en el país) durante la campaña de 2006, hasta el “Rafael para el
pueblo, Correa para los corruptos” o el “Ya tenemos Presidente!!” de campañas
posteriores. De forma paralela, el mandatario hace gala permanente de ser un
férreo seguidor de uno de los equipos estrella del campeonato de fútbol
ecuatoriano, llegando incluso a dedicar amplios espacios de sus programas
destinados a la rendición de cuentas a la ciudadanía a opinar sobre la calidad
del juego de los diferentes equipos punteros del Ecuador y de su selección. De
igual manera, el líder oficialista ha manifestado de forma permanente su fuerte
identificación con la doctrina cristiana, llegando incluso a sancionar
disciplinariamente a diversas asambleístas de su partido por manifestarse en el
Legislativo favor del aborto en casos de violación.
Tampoco
se dejó atrás el drama de la emigración nacional, el cual ha tenido un fuerte
impacto sobre las familias ecuatorianas. La estafa de las políticas neoliberales
en Ecuador llegó a su “climax” con el
gobierno de Jamil Mahuad (1998-2000), cuyo gabinete estaba controlado por la
bancocracia, protagonizando el “salvataje bancario”[9] y
la dolarización[10]. Esta
crisis provocó una fuerte emigración hacia el exterior, principalmente hacía
España e Italia; y aunque los números son confusos, se estima que en el año
2000 más de medio millón de personas –un 4% de la población en ese momento
existente- salieron del Ecuador en busca de su supervivencia. Es por ello que en
marzo de 2007, apenas dos meses después de su investidura, el presidente Correa
ponía en marcha una de sus innovaciones políticas: la creación, con rango de
ministerio, de la Secretaría Nacional del Migrante (SENAMI), siendo su misión “la
definición y ejecución de políticas migratorias, encaminadas al desarrollo
humano de todos sus actores, que servirá de enlace en las acciones de atención,
protección y desarrollo de la persona migrante”[11].
Al año siguiente se pondría en marcha el Plan Bienvenidos a Casa, lo que en la
práctica significaba el inicio de la llamada “operación retorno”[12].
Según datos oficiales, la combinación de las políticas del Plan Bienvenidos a
Casa y del Plan Voluntario de Retorno[13],
este último impulsado por el gobierno español, significó que a finales de 2013
los migrantes retornados al país alcanzaran la cifra de 37.000 ecuatorianos. Lo
que desde las instituciones ecuatorianas se presenta como un triunfo de las
políticas nacionales enmarcadas en la vuelta de los exiliados económicos, no
oculta más que una visión muy parcializada de este “supuesto” éxito. Según los
datos del INE[14],
el número de ecuatorianos residente en el Estado español viene disminuyendo
paulatinamente desde el año 2009, habiendo abandonado dicho país unos 47.000
migrantes ecuatorianos tan solo en el transcurso del año 2012. En resumen, la
mayoría de los migrantes ecuatorianos que han salido de territorio español
desde la llegada de la crisis a este país lo han hecho con destino a otros
lugares de Europa (Machado, 2013); y en este sentido, cabe señalar que la Casa
Ecuatoriana en Londres recibió durante ese mismo año –mediante cita previa, con
tan solo tres operarios y carente de bolsa de trabajo- una media de 300
personas diarias, cuyo perfil común era ser ecuatorianos emigrados desde España
en busca de trabajo y con necesidad de solicitar prestaciones sociales. Un
informe elaborado en mayo del 2012 por la Universidad Queen Mary bajo el título
No Longer Invisible (No más
invisibles) concluía que 85% de los jóvenes sudamericanos residentes en
Londres sufre abuso laboral, recibiendo un 11% de estos una remuneración
inferior al salario mínimo reglamentado. En referencia a dicho informe,
organizaciones de trabajadores migrantes con sede en Londres como Latin American Workers Association
(Lawas), señalan que “los trabajadores latinoamericanos suelen trabajar hasta
16 horas al día, en algunos casos son racialmente abusados y pueden terminar
siendo víctimas de abusos físicos y sexuales”.
Por otro lado, desde la utilización del rostro del presidente
Correa con apariencia de negativo en su primera campaña electoral, han sido
múltiples las imágenes desarrolladas del
mandatario bajo leyendas patrióticas y manteniendo su mirada de forma elevada
hacia el horizonte o el infinito, plasmándose cierto mensaje mesiánico que no
le es para nada hostil a la población ecuatoriana. El aparato de propaganda
gubernamental ha ido conformando una lógica de culto a la personalidad de su
líder que convirtió al presidente Correa en una especie de gran demiurgo del
corazón ecuatoriano, con cierta iluminación por lo divino y un agudizado perfil
caudillesco, lo cual lejos de ser entendido de manera caricaturesca forma parte
de la tradición política latinoamericana. La estrategia permitió que en los
ámbitos más empobrecidos y con menor formación cultural de la sociedad, al
Presidente de la República se le haga alusión incluso como “Papi Correa”, en
referencia a la devoción de sus votantes y el reconocimiento a la “sabiduría” y
la “autoridad” del padre para determinar el futuro de sus hijos.
Encuadrados
en esta realidad social, se ha desarrollado una permanente campaña publicitaria
de gran creatividad, una propaganda de proximidad a la población en la cual se
crea la ficción de la participación social del conjunto de los ecuatorianos en
la toma de decisiones del Estado, así como la profundización de la ironía y la polémica
en los discursos presidenciales, lo cual ha sido la base de la comunicación
estratégica y del marketing político del correísmo durante estos casi ocho años
de gobierno.
Lo
anterior no quiere decir que todas las campañas de ataque y confrontación (Durán
y Nieto, 2010) en las cuales se sostiene la dialéctica presidencial estén
siempre destinadas a lograr penetración y recordación popular. Los equipos de
marketing político y asesoramiento comunicacional de los que dispone la
Presidencia de la República entienden bien que este tipo de estrategias deben
basarse en los temas que realmente cuentan con la fuerza necesaria entre el
electorado para movilizar simpatías y votantes. De igual manera, se busca bajo
la estrategia de la descalificación política e incluso personal de los
disidentes por la izquierda del oficialismo o de sus adversarios políticos
conservadores, continuar con el desgaste de las figuras opositoras asociándolas
a la vieja y deslegitimada partidocracia nacional. Como elemento de apoyo
estratégico, se explota un discurso de lógica soberanista y patriotera basado
en la convicción de que el país camina unilateralmente[15]
hacia el desarrollo para salir de lo que se ha venido a llamar comúnmente “Tercer
Mundo”, lo cual califica a los críticos de dichas políticas como antipatriotas
e incluso como malos ciudadanos. Se pretende a su vez, mantener la imagen del
presidente Correa como un político no convencional, estrategia para lo cual es
necesario posicionar su figura como un líder diferenciado y reconocido en el
ámbito internacional. Para ello se posiciona desde las campañas
político-publicitarias auspiciadas desde el aparato de propaganda estatal y
cuyo público cautivo es la ciudadanía residente en el Ecuador, el que un país
de quince millones y medio de habitantes y apenas 283.560 kilómetros cuadrados
de extensión –siendo más del 40% de su territorio selva húmeda tropical apenas
poblada- es un referente geopolítico de gran importancia en el concierto de la
gobernanza global. Todo ello se enmarca a su vez en la adulteración del término
“socialismo”, concepto que si bien es cada vez más olvidado en los discursos
del correísmo, tomó en el régimen un matiz “cristianismo humanista” que
pretende rebajar su carga ideológica y las resistencias que pudiera ocasionar
en determinados sectores de la población ecuatoriana.
Es
así, inmersos en la ciencia ficción auspiciada por el aparato de propaganda
gubernamental, donde por ejemplo organizaciones campesinas cercanas al régimen
y conformadas mayoritariamente por población rural de escasos recursos
económicos que demandan transparencia respecto al reciente acuerdo comercial
firmado entre el Ecuador y la Unión Europea, encabezan sus cartas al ministro
de Comercio Exterior bajo el subtítulo
“compañero Francisco Rivadeneira”, en alusión a un ex gerente del Citibank[16] y
de la CORPEI[17].
La estrategia de marca de Rafael Correa
La
mejor estrategia electoral del presidente Rafael Correa, desde el 2006 hasta
hoy, se ha basado en la construcción de un “branding”[18] asociado
a su nombre y figura. Dicho branding esta
conformado por cinco elementos: a) naming:
creación de un nombre, b) identidad corporativa, c) posicionamiento, d) lealtad
de marca, y e) desarrollo de marcas y arquitectura de una marca. Es por ello
que Rafael Correa construyó su proyecto político posicionado sobre las
iniciales de su propio nombre - Revolución Ciudadana (RC)- e imagen. Esta
estrategia acompañada de un sinfín de herramientas auxiliares sostenidas sobre
un estilo personal de gestión y la aplicación de sofisticadas técnicas
publicitarias, convierte en extremadamente difícil desmontar el espejismo
sociopolítico creado sin una contra campaña altamente inteligente que hasta hoy
ninguno de sus rivales ha sido capaz de articular. Los que enfrenten a futuro a
Rafael Correa en las urnas, deben pasar no solo el filtro del branding posicionado, sino también por
el de su empoderamiento social con tintes populistas (promesa democratizadora
de devolver el poder secuestrado por las élites a los ciudadanos) para poder
derrocarlo. El reto es complejo, dado que el populismo surge cuando los
sistemas representativos y de partidos son percibidos como excluyentes,
posicionándose como las alternativas políticas que pretenden terminar con el
dominio de las élites y convirtiendo a la imagen del líder en la encarnación del
pueblo[19].
El
correísmo no solo ha implantado una nueva forma de hacer política en el país,
sino que también continúa intentando vivir estratégicamente del odio y la
frustración acumulada por la ciudadanía ecuatoriana durante las dos décadas y
media de un neoliberalismo que tuvo consecuencias dramáticas. Es por ello que
una parte del discurso correísta se sostiene sobre el temor ciudadano a volver
a un pasado caótico donde los grupos de poder existentes en el país hicieron -sin
control del Estado- lo que les vino en gana. Así, la marca corporativa
auspiciada durante todo el actual gobierno de la revolución ciudadana, se
posiciona como única en la historia del país, unificando mensajes, el
desarrollo de una propaganda que enmarcada al conjunto de instituciones
públicas en una estrategia global, las cadenas gubernamentales en radio y
televisión, así como el sabatino Enlace Ciudadano. Respecto a lo último, cabe
señalar que los Enlaces Ciudadanos fueron concebidos inicialmente como una
herramienta de comunicación entre el mandatario y la ciudadanía para ser
utilizada como un espacio de rendición de cuentas, pero que ha sido
transformado en una especie de “púlpito” donde el presidente da rienda suelta a
su propio estilo personal de comunicación. Es a través de esta herramienta de conexión
entre el presidente Correa y la ciudadanía donde se visibiliza uno de los
mayores problemas que tiene Alianza País para desarrollarse como herramienta de
un proyecto de alcance nacional: en los países donde la relación política entre
el gobernante y la población es una relación de líder/masa, no son necesarios
los partidos políticos; es más, pudieran incluso ser contraproducentes, pues
podrían generar debates políticos internos respecto a ideología, programas y
liderazgos de futuro, circunstancia que se encuentra muy alejada de intención
de la dirección política actualmente existente en el partido de gobierno[20].
Comunicar
es persuadir y persuadir es buscar efectos en el receptor. De esta manera la
comunicación desarrollada desde el poder se convierte en una herramienta más de
la gestión gubernamental orientada a la consecución de los objetivos
estratégicos del oficialismo. Cabe señalar al respecto de todo lo anterior, que
a pesar de que ya sea notorio un mayor desgaste en la capacidad comunicativa
del régimen, la estrategia aún continúa
dando sus frutos. Sin embargo, tanto el presidente Correa como sus asesores
estratégicos son conscientes que aquello que nos cantara Héctor Lavoe[21]
décadas atrás: “todo tiene su final, nada dura para siempre…”. Es por ello, que
tras las elecciones seccionales de febrero del 2014 y tras unos resultados
electorales por primera vez poco alentadores para el oficialismo, el presidente
Correa rectificó sobre las directrices dadas a sus ministros en junio del 2012,
cuando ordenó la prohibición a los altos funcionarios del Estado de conceder
entrevistas a medios privados, a los que acusó de atacar al gobierno con
mentiras.
En
resumen, el presidente Correa ha sido convertido a través de elaboradas
estrategias de comunicación política y marketing electoral en un “lovemarks”[22].
Su rostro aparece por todas partes, su voz cierra los spots publicitarios del conjunto de la propaganda emitida por los
diferentes ministerios del gobierno nacional, y los medios pueden llegar
incluso a ser sancionados por no recoger como noticia destacada alguno de sus viajes
al extranjero o sus exposiciones académicas en el exterior[23].
Respecto a lo último, es curioso señalar el hecho de como los recién creados
órganos de control sobre los medios de comunicación consideran la estrategia de
posicionamiento internacional del presidente Correa como información “relevante”,
argumentación sobre la que basan la justificación de sus posibles futuras sanciones
sobre los medios de comunicación que no la destacan. Además, la figura del mandatario
ecuatoriano ha sido no solo trabajada desde la propaganda y publicidad masiva, sino también
a través de historias que lo interrelacionan: obras inauguradas –en algunas
ocasiones por tramos, lo que permite reiteradas inauguraciones en la misma obra-
que pretenden ser míticas, discursos posicionados como referenciales en los
foros internacionales, y una visión con cierto perfil mesiánico sobre el futuro
del Ecuador y del conjunto de la Humanidad. Todo ello cumple con las reglas básicas
del “Lovemarks”, las cuales buscan lograr
una conexión basada en el amor entre el consumidor y la marca, lo que se soporta sobre una plataforma estratégica
que explota los sentimientos y el respeto[24],
o lo que es lo mismo, se carga al producto publicitado de densidad y volumen.
En definitiva y gracias a los avances de la neurociencia y su aplicación al
marketing (neuromarketing), lo que se viene a demostrar es algo tan sencillo
como que la publicidad ya entendió que lo que mueve a los seres humanos es la
emoción por encima de la razón. En base a lo anterior, se desarrollan
estrategias que buscan la construcción de vínculos emocionales profundos y
duraderos con los clientes/electores, consiguiendo el máximo grado de fidelidad
y lealtad más allá de la razón; lo que combinado con el misterio -grandes
historias que hay detrás de las grandes marcas-, crean la fuente de inspiración
que suponen estas marcas/partidos para sus clientes/electores.
Desde
la perspectiva corporativa de las empresas o marcas políticas, puede parecer
una obviedad, pero cotidianamente se hace visible el escaso respeto que tienen
la mayoría de las marcas/partidos por sus clientes/electores. Sin embargo, en
el mundo del Marketing 3.0.[25],
los Lovemarks se ganan el respecto de
sus consumidores/electores a través de técnicas aplicadas basadas en la
estrategia, determinación y autodisciplina cotidiana.
Todo
lo anterior ha hecho del presidente Rafael Correa un candidato vencedor de
largo tiempo, que basa sus estrategias políticas en la comunicación negativa
sobre sus opositores y en el irrespeto por todo lo que pueda ser considerado
como disidencia política u oposición ideológica. A su vez, como estado moderno
en que se ha convertido, el gobierno ecuatoriano y por lo tanto también el
partido de gobierno, utiliza las herramientas más modernas en materia de
marketing político para posicionar a través de estudios cuantitativos y
cualitativos los elementos que están en el sentir más profundo del pueblo
ecuatoriano, con independencia que estos sentimientos puedan considerarse más o
menos afortunados (entre ellos la lógica política popular de un líder/padre que
implementa autoridad sobre sus subordinados/hijos). De igual manera, el
correísmo se especializó en implementar elementos sorpresa en sus campañas
políticas, electorales o no, basadas en claves de ataque –los cuales están
siendo incorporados dentro del imaginario de los y las ciudadanas ecuatorianos-
sobre el discurso de los opositores al régimen. Es por ello que gran parte de
las y los ecuatorianos utilizan en la actualidad frases hechas y calificativos
posicionados por el régimen a través de sus cadenas gubernamentales, su
propaganda política o los Enlaces Ciudadanos. Entre esa terminología destacan
calificativos como el de “ecologistas infantiles” para calificar a los
ambientalistas críticos con la política neodesarrollista emprendida por el
gobierno, el de “tirapiedras” o “izquierda caduca” al hacer referencia a los
opositores del régimen por la izquierda, el de “ponchos dorados” o “emplumados”
para significar a la dirigencia indígena no afín al régimen, el término de “opositores caretucos” para señalar a la
oposición política en general, o frases como “de donde va a salir la plata para
las escuelas del milenio y el desarrollo si no es del petróleo o de la minería”
para cuestionar las resistencias locales emprendidas por comunidades afectadas
a las políticas extractivistas implementadas por el actual gobierno, entre
tantas otras.
A
pesar de declaraciones tan ingenuas como las realizadas por el anterior
secretario ejecutivo de la agrupación política oficialista, Galo Mora, quien
diría en octubre del 2012 que "no necesitamos de una empresa, porque
Alianza PAIS es capaz de contar y socializar los nuevos sueños"[26], la
estrategia política del correísmo se ha ido perfeccionando con el paso del
tiempo y ha sido incluso reconocida de manera internacional no precisamente por sus
capacidades internas. No es tan solo que algunos movimientos y organizaciones
políticas europeas que están apareciendo hoy, fruto de la decadencia neoliberal
en Europa, estén copiando parte del discurso y la estrategia electoral de
Rafael Correa en Ecuador (casos como el del Frente de Izquierda en Francia o el
de Podemos en el Estado español), sino que incluso su última campaña electoral (2013)
fue galardonada en una reciente edición de los Victory Awards 2014[27].
Allí se reconocieron los trabajos del ministro Vinicio Alvarado y de los
consultores políticos mexicanos José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad –quienes
comandaron la campaña electoral presidencial oficialista de febrero del 2013-
como finalistas en la categoría “Campaña del Año”[28].
En
pocas palabras, el régimen tiene dinero y no escatima por lo tanto en gastos
para traer a los mejores consultores internacionales en comunicación, cuesten estos
lo que cuesten. La lista de consultores extranjeros implicados en las
estrategias de marketing y comunicación política del régimen es amplia y abarca
desde el prestigioso profesional norteamericano –hoy consejero presidencial- Ralf
Murphine quien con más de medio millar de campañas electorales por diferentes
partes del planeta ha acompañado al oficialismo desde 2006, hasta el
recientemente incorporado Antoni Gutiérrez, un reconocido profesional catalán
especializado en asesorías de comunicación estratégica.
El
correísmo ha hecho suya aquella lógica emanada del psicólogo social antimarxista
francés Gustave Le Bon[29],
por la cual se afirma que conocer el arte de impresionar la imaginación de las
masas equivale a conocer el arte de gobernarlas, y maneja por lo tanto a través
de la comunicación estratégica lo que este pensador escribiría en su obra La psychologie des foules (1898): "Son siempre los lados maravillosos y
legendarios de los sucesos los que más las impresionan. Así, los grandes
hombres de estado de todas las edades y países, comprendidos los más absolutos
déspotas han considerado la imaginación popular como el sostén de su poder".
Es
así que las apariciones públicas de Correa se dan entre una multitud que lo
abraza, hace high five, exponen a sus
hijos para que el líder les bese en la frente y se fotografíe con ellos, brindan
sus manos y cuerpos con el afán de ser saludados e incluso abrazados por el
mandatario, mientras entran en una especie de éxtasis, entre banderas verdes y
un nutrido cordón de seguridad presidencial. A pesar de lo anteriormente
descrito, cabe referenciar que esto no se da tan solo por determinación
popular, dotándose el régimen -a través de la Secretaria Nacional de Gestión de
la Política- de mecanismos para “incentivar” la asistencia de funcionarios públicos
y receptores de bonos y subsidios a los actos presidenciales.
El control sobre la información
Habría que empezar este apartado del texto
por indicar que no es posible sostener un branding
bajo una fuerte campaña de comunicación negativa en contra. En las estrategias
corporativas de las grandes compañías transnacionales de hoy, una de las
funciones más importantes de sus comunicadores es precisamente el control y la
desarticulación de la información negativa contra sus empresas. Tal es así, que
los Community Manager, los
responsables de Public Affairs, o los
técnicos especializados en comunicación y marketing que trabajan para este tipo
de corporaciones no solo tienen entre sus objetivos posicionar lo bueno y
competitivos que son sus productos en el mercado, sino también desarmar los
flujos de información negativa que afectan a su imagen y que emanan tanto de
consumidores insatisfechos como de estrategias auspiciadas por empresas
competidoras. En la actualidad y a pesar de la ilegitimidad del caso, gran
parte de los periodistas de medios financieros y económicos de todo el planeta
reciben sustanciales prebendas económicas ya no solo por posicionar artículos
en formato publirreportaje camuflados para alabar corporaciones y productos
comerciales, sino también para silenciar la información negativa que en un
momento determinado puedan manejar sobre dichas empresas.
Llevado esto al terreno de la política, es
de señalar que en ningún otro momento de la historia del Ecuador el periodismo
se ha convertido en un tema tan protagónico del debate político nacional. La
legitimidad de las empresas privadas-lucrativas por ejercer como medios de
información para la ciudadanía; el concepto de la información como bien de
interés público; el desarrollo del concepto “terrorismo mediático”; la honra o
reputación de las personas tratadas por los medios de comunicación; la
veracidad de la información; la censura previa y la autocensura; el concepto de
linchamiento mediático; los principios de democratización de la información; el
concepto de información relevante; el derecho de rectificación y el de réplica;
la información de circulación restringida; o, el derecho a la reserva de la
fuente; entre otros, no esconden más que el debate de fondo: el derecho a la libertad
de expresión y opinión; para quiénes, cómo y para qué se informa; el
cumplimiento ético de las normas deontológicas del periodismo; y el quién, cómo
y para qué se ejerce el control sobre la información.
El control de la información y la censura de la información han
acompañado históricamente al periodismo. A comienzos del siglo XVI, poco
después de la invención de la imprenta por Gutenberg, el cardenal Wolsey,
cerebro en la sobra del gobierno de Enrique VIII en Inglaterra diría: “Debemos
destruir a la prensa o la prensa nos destruirá a nosotros”[30].
El pasar de los años y el reconocimiento a la libertad de comunicación del
pensamiento y de las opiniones en la Declaración de los Derechos del Hombre
(1789) no se modificó por parte del poder su visión sobre el periodismo. Sería
Napoleón Bonaparte, desde su exilio en la isla de Santa Elena, quien señalaría
que “la libertad de prensa debe estar en manos del gobierno, la prensa debe ser
un poderoso auxiliar para hacer llegar a todos los rincones del Imperio las
sanas doctrinas y los buenos principios. Abandonarla a sí misma es dormirse
junto a un peligro”[31]. En
pocas palabras, lo que expresaba el derrotado emperador francés no es más que
una evidencia: la información es poder y en la medida en que los Estados
intentan controlar los escenarios en los que intervienen, los medios de
comunicación son espacios de contrapoder frente al poder político.
Más allá de la cercanía de los primeros editores europeos
con el Estado[32], fue
con la llegada de la Primera Gran Guerra cuando los Estados comenzaron a
desarrollar una serie de mecanismos ya bien coordinados y en aquel entonces
innovadores para el control de la prensa. La Primera Guerra Mundial convirtió a
los medios de comunicación en aparatos de propaganda estatal (Sohr, 1998),
silenciándose a cualquiera que fuesen las voces críticas. El mismo primer
ministro británico de la época, Lloyd George, diría sobre este estilo de
censura: “Si la gente realmente supiera lo que ocurre, la guerra se detendría
mañana. Pero por supuesto, no saben y no pueden saber. Los corresponsales no
escriben la verdad y la censura no la dejaría pasar”[33].
En
esa misma línea, el periodista y escritor británico George Orwell escribiría unos años
después sobre su participación como brigadista internacional en Guerra Civil
española: “Tempranamente en mi vida noté que ningún hecho es informado en forma
correcta en los diarios. Pero en España leí por primera vez reportajes que no
guardan relación alguna con los hechos, ni siquiera la relación que suele
existir en una mentira común y corriente. Vi reportajes sobre grandes batallas
donde no hubo combates y completo silencio donde murieron centenares de
hombres”[34].
El colofón de este tipo de tesis sobre el control y manipulación
de la información se daría en Alemania y sus frentes de guerra durante el III
Reich, definiendo este ámbito de manipulación mediática como “el cuarto frente”.
El ejercito alemán fue el primero en contar con unidades destinadas
específicamente a la propaganda y la manipulación informativa. El propio Adolf
Hitler escribiría años antes en su obra Mein
Kampf, que “la propaganda efectiva debe ceñirse a unos cuantos puntos y
machacar con estos eslóganes hasta que el último ciudadano de esa audiencia entienda
qué es lo que queremos que comprenda con ese lema que le proponemos”[35]. Pero
el control de la información en los países aliados tampoco fue mejor. Winston
Churchill diría por aquel entonces: “En tiempo de guerra, la verdad es algo tan
preciado que debe ser cuidada por un guardaespaldas de la mentira”[36]. Por
su parte, la Unión Soviética prohibiría la posesión particular de receptores de
radio durante el conflicto, difundiéndose la información a través de altoparlantes
situados en lugares públicos. Evidentemente Japón no fue una excepción, en ese
mismo período la posesión de un receptor de onda corta podía conllevar para un
ciudadano nipón la pena de muerte.
Ya incluso en los años ochenta, durante el conflicto de las
Malvinas entre Gran Bretaña y Argentina, el gobierno británico se encargó de
transportar por medio de la Royal Navy
un grupo de seleccionados periodistas –todos británicos- a la zona de
conflicto. Todos tuvieron que aceptar firmar un documento en el que se sometían
a la censura de sus despachos antes de enviarlos, siendo sus transmisiones
realizadas a través del sistema de comunicación de las Fuerzas Armadas[37]. Por
su parte, en Argentina, el comunicado de rendición de su ejército se presentó
como “un acta en la cual se establecen las condiciones de cese de fuego y
retiro de tropas”[38].
En
América Latina, la libertad de prensa ha tenido una existencia muy frágil, lo
que ha impedido la construcción de una cultura periodística independiente y de
investigación. Lo anterior, tiene que ver a su vez con que la sociedad
latinoamericana –el conjunto de instituciones no estatales, entre las cuales se
encuentra la prensa- posee escasa fortaleza a pesar de haber estado
históricamente al servicio de los grandes grupos de poder económico.
Lamentablemente
en América Latina nunca se cumplió aquello que John Delane, quien accediera en
1841 a director del The Times[39]
de Londres –cargo que mantendría hasta su muerte en 1877-, sentenciaría como
valor supremo de la independencia periodística: “El deber de la prensa es
hablar; el de los estadistas, guardar silencio. Los gobiernos deben tratar a
otros con respeto extremo, por oscuro que sea su origen y por infames que sean
sus actos; pero, afortunadamente, la prensa no se encuentra sujeta a tales
impedimentos (…) El deber del periodista es buscar la verdad sobre todas las
cosas, y presentar a sus lectores, no aquello que los estadistas desearan que
conociesen, sino la verdad, hasta donde le sea posible alcanzarla”[40].
La limitación
ideológica de sus oligarquías, así como la enorme concentración de la riqueza
en manos de estas selectas élites, han sido los elementos que históricamente han
obstaculizado el pluralismo periodístico y información objetiva en la región.
Los medios de comunicación han estado históricamente controlados por oligarcas
locales, los cuales han utilizado a estos medios como herramienta de
confrontación ideológica frente a los nuevos gobiernos autodefinidos como
“progresistas”[41] y
surgidos a lo largo de la pasada década. Esta realidad ha complicado
notablemente la labor informativa en el subcontinente, no habiendo sido Ecuador
una excepción al respecto.
Es
por ello, que con la llegada de Rafael Correa a la poltrona presidencial de
Carondelet, el gobierno puso en marcha un aparato estatal de comunicación a los
que referencia como medios de comunicación pública, pero que se conciben desde
la misma lógica que la establecida por Napoleón Bonaparte a finales del siglo
XVIII. Dicha situación poco o nada ayuda al establecimiento de una información
veraz para el conjunto de la ciudadanía, pues estos medios actúan como voceros
gubernamentales y aparatos de propaganda del régimen político en el poder,
sirviéndose del entreguismo de profesionales del sector para la ejecución de
sus funciones. Al fin y al cabo, citando al ilustre periodista argentino
Rodolfo Walsh[42],
“el periodismo es libre o es una farsa”.
Más de un año en vigor de una conflictiva
Ley de Comunicación
Un
análisis de la Ley Orgánica de Comunicación, aprobada el 14 de junio de 2013 por
la Asamblea Nacional, basado estrictamente en la lectura de su texto legal no debería
tener como conclusión más que su consideración como un triunfo de las
organizaciones sociales que desde hace años han reivindicado mejores
condiciones para ejercer el derecho humano a la comunicación, la información
fidedigna para el conjunto de la ciudadanía y el acceso universal a las
tecnologías y medios que la facilitan.
La
distribución equitativa de las frecuencias radioeléctricas, una de las
principales reivindicaciones desde la sociedad civil, fue reconocida en su Artículo
106, donde se establece que las frecuencias del espectro radioeléctrico
destinadas al funcionamiento de radio y televisión se distribuirán con un 33%
para medios públicos, otro 33% para medios privados, y un 34% para medios
comunitarios. En teoría esto debería significar un avance histórico para las
voces históricamente excluidas del país.
De
igual manera, otro aspecto muy positivo de la Ley es la prohibición de
concentración o acumulación de frecuencias o señales para estaciones de radio y
televisión (Art. 113); así como la obligación por parte de los medios a
difundir contenidos que expresen y reflejen la cosmovisión, cultura,
tradiciones, conocimientos y saberes de los pueblos y nacionalidades indígenas,
afroecuatorianas y montubias (Art. 36); y, la inclusión de las personas con
discapacidad a través de diversas medidas (Art. 37). Por su parte, el Estado, a
través del Articulo 35, se obliga a implementar políticas públicas para que
ninguna comunidad, por más alejada o pobre que sea, quede marginada del acceso
a Internet y otras tecnologías, o de la posibilidad de tener sus propios medios
de comunicación locales.
Como
aspectos oscuros, la Ley incorpora la responsabilidad ulterior de los medios de
comunicación (Art. 20), estableciendo responsabilidades subsidiarias hacia estos
por los comentarios que se formulen en sus páginas webs. Esta amenaza ha significado
en la práctica la anulación de la valoración y participación de los lectores
sobre la noticia, habiendo suspendido varios medios de información cualquier
posibilidad de comentar sus noticias publicadas digitalmente, lo que conlleva un
claro recorte sobre la libertad de expresión de la ciudadanía. La separación
entre la información generada por el medio y los comentarios de particulares
debería haber sido suficiente para deslindar las responsabilidades entre unos y
otros. Por otro lado, a través de una ambigua formulación del término
“linchamiento mediático” (Art. 26), en la práctica se ha coartado el rol del
periodismo de investigación en hechos de interés público, quedando múltiples
documentos sostén de importantes denuncias de corrupción y abusos por parte de
las autoridades guardados en los cajones de los denunciantes y de los
profesionales especializados en la investigación periodística.
Más
allá de estas observaciones, el problema fundamental de la Ley de Comunicación
no es otro que el que acompaña de forma habitual a la mayoría de las leyes
instauradas por el correísmo: el problema fundamental no radica en el análisis
de sus textos sino en la mecánica de aplicación de estas.
Los
organismos de control sobre los medios de comunicación creados a partir de la
entrada en vigor de esta ley, son como ya es habitual en otros casos, cooptados
por miembros afines al régimen, lo que predispone un actuar orientado a
sancionar la crítica y la disidencia política, mientras paralelamente los
medios “gubernamentales” gozan de impunidad para los “excesos” en sus labores
“informativas”.
Cabe
reconocer en este sentido, que todas las sociedades están sometidas al progreso
técnico y que en el campo mediático existe una presión constante por la masificación
de la entrega noticiosa; sin embargo, en un sentido histórico la ampliación de
audiencias es un fenómeno neutro, pudiendo tanto fortalecer la democracia, la
tolerancia y el pluralismo, como contribuir al autoritarismo, la intolerancia y
el ideologismo (Sohr, 1998). En pocas palabras, los medios de comunicación se
definen por su postura ante el poder, lo que viene determinado por capacidad de
solvencia económica –que es lo que tradicionalmente ha asegurado su autonomía
frente a los gobiernos-. El sencillo ejemplo expuesto con anterioridad, viene a
demostrar la capacidad de la que dispone el Estado para orientar el sentido de
la información, con su consiguiente carga ideológica, de los medios de
comunicación que teóricamente deberían ser autónomos tanto de los medios de
comunicación privados, como de los medios de comunicación públicos controlados
desde el Ejecutivo. De esta manera, se hace muy difícil de creer que la Ley de
Comunicación este dando voz a los que históricamente no han tenido voz en este
país.
La libertad de expresión en cuestión
La
libertad de expresión según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
“es un elemento sobre el cual se basa la existencia de una sociedad
democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública [...].
Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones
esté suficientemente informada”[43]. Por
su parte, la libertad de pensamiento se enmarca en la facultad que tiene toda
persona de desarrollar ideas, analizarlas, sintetizarlas, juzgarlas o en
general considerarlas en el sentido que consideren adecuadas (Morales, 2012).
Sin libertad de expresión no existirá la posibilidad de manifestar aquellas
ideas a quien considere pertinente hacerlo.
Ahora
bien, aunque la libertad de expresión sea un derecho de vital importancia para
el sistema democrático, no consta ni debe constar de una protección absoluta,
lo que tampoco quiere decir que deben imponerse filtros sumamente difíciles de
superar para sancionar al quien hiciere un uso abusivo de este derecho. Hay que
tipificar de forma que sea efectiva la tutela a quienes han sido lesionados en
su reputación por el abuso de la libertad de expresión, pero a la par de no
deteriorar las posibilidades de expresión e información (Ferrajoli, 2009), dado
que la libertad de expresión forma parte de derechos subjetivos que
corresponden universalmente a todos y todas.
Esta
realidad posiblemente se agudizará con la entrada en vigor del Código Orgánico
Integral Penal, dado que la discrecionalidad en la actuación de determinados
jueces del sistema judicial ecuatoriano puede verse aun más agravada a partir
de este momento –han sido varias las ocasiones en las que el jefe de Estado ha
“sentenciado” determinadas cuestiones con implicaciones legales los sábados en
sus enlaces sabatinos, y los jueces han procedido inmediatamente después acorde
a las directrices presidenciales-. En este sentido, ¿cómo entender que el
Presidente de la República utilice de forma habitual el término corrupto para
calificar a determinados adversarios políticos e incluso a la prensa privada en
general –lo cual es entendido por el oficialismo como una alusión a un categoría
vinculada a lo antiético cuando es pronunciada por el mandatario- y que un
periodista en un medio de comunicación pueda ser sancionado por mala practica
profesional o por injurias si utiliza el mismo término para calificar a un alto
funcionario el gobierno sin presentar las pruebas pertinentes?
La
aplicación de la justicia en esta materia está conllevando a que bajo el
arcaico principio del dura lex sed lex
(la ley es dura), se hallan dictaminando sentencias carentes del principio de
proporcionalidad[46]
en las cuales se pretendió castigar severamente a medios y periodistas de
investigación que habían sido denunciados, entre otros, por el mandatario
ecuatoriano en su calidad de ciudadano. Dicha estrategia ha conllevado, desde
el punto de vista de las limitaciones en el accionar periodístico, la
autocensura de medios y periodistas durante la fase de elaboración de la
noticia, crónica o artículo de opinión pertinente (Machado, 2013).
En
este sentido, vale señalar que la misma Corte Interamericana de Derechos
Humanos admite la posibilidad de sancionar penalmente a quien ha hecho uso
abusivo del derecho a la libertad de expresión, pero la norma penal debe
cumplir ciertos requisitos que fueron recogidos en la sentencia del caso Usón
Ramírez vs. Venezuela[47].
En esta se establece que para proceder a imponer una sanción penal, la norma
debe ser amplia –legalidad estricta-, idónea para lograr la finalidad
perseguida, necesaria para el buen funcionamiento del sistema democrático y su
sanción debe ser proporcional.
En
todo caso y más allá de las consideraciones legales instituidas en una lógica
de conflicto donde el ganador impone la ley y el perdedor se ve obligado a
cumplirla, meter en una cárcel a una persona por lo que ha dicho o lo que ha
escrito es propio de regímenes autoritarios, lo cual cuestiona en si mismo la
idoneidad del derecho penal como límite sancionador para quienes violen el
derecho al honor o la buena reputación de cualquier gobernante de turno. Las
penas deben ser evitadas, cuando está involucrado el ejercicio de la libertad
de expresión (Carbonell, 2008), con independencia de que tal ejercicio pudiera
vulnerar otros derechos fundamentales.
Estrategias para el control de Internet y
las Redes Sociales
Hablar
del Internet y del ciber-espacio, conlleva a su vez a repensarlos como espacios
no neutrales, ya que tanto en el plano de su arquitectura (Internet)
como en el espacio comunicacional (ciber-espacio), son espacios en disputa que
se encuentran atravesados por las relaciones de poder. Ambos ámbitos forman
parte de la articulación de un entramado ideológico articulada con bases en el
capitalismo, pero que también se conforma como un espacio de democratización
política, de emergencia de nuevas voces ejerciendo el poder de emitir la
palabra contra las instancias de dominación.
Internet
también establece una relación directa con la actividad política organizada,
tanto a nivel de partidos, como a nivel de gobiernos de muy diferentes tipos y
sensibilidades políticas. En las redes sociales se pueden encontrar toda clase
de proyectos, ideas y convocatorias, convirtiéndose Internet en un instrumento
de participación ciudadana extraordinario, donde podría aplicarse con mayor
rigor herramientas de información de la clase política, de los gobiernos y de
los partidos a los ciudadanos en su conjunto, en forma de relación interactiva.
Hacemos alusión entonces a una serie de herramientas que podrían propiciar un
ágora política, sobre lo que ya se trabaja en diversos espacios institucionales
y principalmente sociales, y sobre lo que llevan años escribiendo múltiples sociólogos
futuristas.
Sin
embargo, entendido el ciber-espacio como un espacio de confrontación y disputa,
cada vez son más los gobiernos que intentan limitarlo y hacerse con el control
de este ámbito de comunicación e información. Cómo no podía ser menos, el gobierno
del Ecuador es uno de los países punteros en este tipo de estrategias a nivel
regional. Ejemplos de esta cuestión hay muchos, pero vamos a significar tan
solo algunos ejemplos de este tipo de maniobras que utiliza el régimen para
limitar la información alternativa en las redes sociales y que cuyo origen de
la información fue destapado en una serie de artículos publicados en el diario
El Universo en diciembre del 2013.
En
el Enlace Ciudadano número 341 del 28 de septiembre de 2013, el presidente
Rafael Correa arremetió duramente contra las comunidades y vecinos de la zona
de Intag (provincia de Imbabura) por resistirse como pueden a la explotación minera
en su territorio, el cual se compone de una división de parroquias rurales con
gran diversidad ecológica dedicadas
fundamentalmente al comercio y que pretende desarrollar su entorno a través del
turismo comunitario. Su resistencia no es nueva y por eso difícilmente puede
ser entendida como anticorreísta. Se remonta a una década y media hace atrás, e
incluso el actual ministro del Interior José Serrano, quien mantiene detenido
de forma arbitraria -según denuncia Amnistía Internacional- desde hace meses a
uno de los dirigentes locales más emblemáticos, fue abogado de estas
comunidades antes de formar parte del establishment gubernamental correísta.
Con
base a esta estrategia, Ares Rights ha conseguido que también fueran retirados
de las redes otros productos audiovisuales, como son el corto “Cómo miente el
presidente de la República”, en referencia a los insultos que públicamente el
presidente Correa lanzó sobre el cantautor anarquista Jaime Guevara y las
protestas de activistas sociales por la explotación del Yasuní, o el documental
“Rafael Correa: retrato de un padre de la Patria”, del documentalista colombiano
Santiago Villa.
Los
métodos de Ares Rights carecen de cualquier tipo de ética y respeto por la
libertad de expresión, y tal y como han expresado diversos juristas
especializados en temas tecnológicos, varios de sus reclamos carecen de
legitimidad legal[48].
Sin embargo, los mecanismos de Ares Rights son sofisticados y consiguen lograr
sus objetivos aunque sea de manera muy cuestionable. Valga como ejemplo de este
tipo de episodios un tuit fechado en
junio del 2013, donde a través de un montaje fotográfico se visualizada en un
cartel de “Wanted” (Se busca) una
foto de Jorge Glas Viejó, padre del actual Vicepresidente de la República y
quien en aquel momento llevaba ya meses en situación de prófugo de la justicia
tras ser acusado de violación de una menor quien es ahora madre fruto de dicho
abuso sexual. Prácticamente de inmediato, un ciudadano con el nombre Jonathan
Palma Ruiz registró en Barcelona (ciudad donde tiene ubicada su sede social
Ares Rights) esas imágenes como suyas, procediendo Ares Rights a pedir a
Twitter la eliminación de ese montaje fotográfico, objetivo que alcanzó con
éxito.
Con
base a la información existente en la página web Chilling Effects[49]
(Efectos Intimidatorios) manejada por la Fundación Electronic Frontier[50],
la periodista de investigación Mónica Almeida detectó que Jonathan Palma Ruíz
y/o Ares Rights han presentado entre septiembre del 2010 y diciembre del 2013
cuarenta pedidos diferentes a Google y Twitter. Según indica esta periodista en
base al registro existente en dicha web, de esos cuarenta pedidos tan solo
diecinueve tiene relación con películas de cine pirateadas, estando otros doce
directamente relacionados con instituciones, funcionarios o proveedores del
gobierno del Ecuador y del partido Alianza País.
Otros
clientes de esta compañía catalana son Juan Manuel Abal Medina Jr., ex secretario
de Comunicación de la presidenta Cristina Fernández Kirchner, y los políticos
mexicanos Eruviel Ávila y Miguel Ángel Osorio Chong, ambos dirigentes del
Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Otra
empresa especializada en hacer inteligencia en las redes sociales es la
argentina Illuminati Lab. Siguiendo con los registros existentes en el portal Chilling Effects, aparecen anotaciones por la cual la empresa
Ares Rights solicita retirar a nombre de Illuminati Labs documentos que hacen
alusión a una propuesta de la propia Iluminati Lab para la generación de un
centro de monitoreo de redes sociales para el Ecuador; un informe sobre una de
las actividades ya realizadas por este centro durante la última campaña de
reelección de Rafael Correa; y otra propuesta destinada a manejar la campaña
del Gobierno ecuatoriano en contra de la petrolera estadounidense Chevron. A su
vez, aparecen también dos cartas de la Secretaría Nacional de Inteligencia del
Ecuador donde se autoriza a la firma Illuminati Lab a contactar como
representante e interlocutor exclusivo a la italiana Hacking Team[51],
empresa especializada en comercialización de equipos de espionaje electrónico.
En
resumen, si los expertos internacionales del mundo del ciber-espacio coinciden
en algo, es que consideran que los principales frenos a la expansión de la
tecnología social radican en el excesivo control gubernamental –el cual
pretende ser justificado bajo el objetivo de proteger la privacidad de los
usuarios–. En la práctica encontramos permanentes ejemplos de este incipiente
intento de control gubernamental soterrados a través diversas propuestas
normativas, las cuales se justifican desde la defensa del honor y la privacidad
personal de los usuarios, hasta la necesidad del control de la información y
las comunicaciones para un adecuado combate contra las redes ilícitas de
narcotráfico y crimen organizado.
De
igual manera, la hipocresía gubernamental roza los límites de lo irrisorio. Mientras
desde el régimen se posiciona mediáticamente su solidaridad con Julian Assange,
quien lleva más de dos años de reclusión obligada en la Embajada del Ecuador en
Londres, se aprueba un Código Orgánico Integral Penal en el cual se indica en
su artículo 229 que la revelación ilegal de “información registrada, contenida
en ficheros, archivos, base de datos o medios semejantes, a través o dirigidas
a un sistema electrónico, informático, telemático o de telecomunicaciones” será
sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años, pudiendo
agudizarse la pena entre tres y cinco años, si quien comete la infracción es un
servidor público, empleado bancario o contratista.
Además
la rápida transformación del periodismo, se calcula que el primer trimestre de
2043 será el momento en el que la prensa impresa desaparecerá en los EEUU
(Meyer, 2004), cuando el último lector, exhausto, tire a la papelera la última
y arrugada edición, convierte a los medios de noticias online[52]
en actores protagónicos en la lucha para intentar no perder relevancia.
Los
medios están cambiando porque el contexto en el que operan está cambiando. Los
productos informativos de los medios se invisibilizan en un flujo de producción
paraprofesional que sobrepasa a la organización periodística (Mancini, 2011).
La relatividad de su relevancia fluctúa en función de las prácticas y
organización de audiencia.
En
pocas palabras, mientras el régimen ecuatoriano sigue considerando a los hackers bajo la imagen estereotipada de
criminales informáticos, el nuevo periodismo que va tomando una forma sobre la
cual los medios de comunicación ecuatorianos –públicos y privados- poco o nada
saben, tiene claro que sin hackers ya
no hay periodismo, y que a través de estos se logra incrementar la
productividad del medio y adaptarlo a la forma actual en la que los usuarios
leen las noticias. En Ecuador, la crisis de la industria periodística esta
lejos de ser el equivalente al cambio, más bien al contrario, se tiende al
conservadurismo profesional y a esconder la cabeza, sin plantearse la necesidad
de mirar alrededor e reinventarse.
Sin
embargo, y a pesar de todo lo anteriormente expresado, esta claro que el
espacio cibernético es el ámbito de interacción de la nueva comunicación e
información en el presente siglo. Esto convierte al ciber-espacio en un espacio
en disputa, tal y como antes lo hemos señalado. En ese sentido, WikiLeaks[53]
ha sido la propuesta más disruptiva de los últimos años. Comenzando a operar en
2007, durante sus primeros cuatro años de existencia publicó más documentos
clasificados que todo el resto de la prensa mundial en el transcurso de su
historia. El modo de entender y usar la tecnología ha sido clave para este
proyecto (Mancini, 2011), el cual a través de la publicación de un video donde
se visualizaba el asesinato de dos periodistas de la agencia Reuters en Bagdad,
los diarios de la guerra de Afganistán, los registros de la guerra de Irak, y
los Cablegate del Departamento de
Estado de los EEUU, pusieron a esta organización mediática internacional en el
punto de mira no solo de los EEUU, sino del conjunto de gobiernos que conforman
el planeta.
WikiLeaks
es la demostración práctica de que el periodismo puede ser independiente, puede
ir mucho más allá de lo que hoy por hoy contemplamos de manera impresa y en las
páginas digitales de los medios de comunicación convencionales. WikiLeaks
demostró que el valor de la información no sólo se produce a través de experimentados
periodistas con buena pluma u olfato para la investigación.
Esta
experiencia es en la práctica la demostración de que la circulación de la
información es ahora incontrolable. Las consecuencias de la ruptura de los
moldes preestablecidos por el periodismo convencional e inadaptado al actual
ciclo de revolución tecnológica en la que vivimos, están a la vista de todos.
El encierro de Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Londres es la
condena que sufre el principal auspiciador de la nueva era de la información
periodística. Es un periodismo realizado por hackers –Obama y sus “halcones” del Pentágono diría por terroristas-
más que por profesionales de la comunicación. Las espadas están en alto, y
aunque el proyecto WikiLeaks aparece prácticamente anulado tras el encierro de
Assange en el recinto diplomático londinense, es una cuestión de tiempo que
surgen nuevas experiencias y episodios en este sentido.
Todo
esto preocupa a los gobiernos a escala mundial, quien piense que hay algún
Estado en el conjunto del planeta que no tenga cloacas que ocultar es un
ingenuo. Citando a escritor y poeta español Antonio Gala, “al poder le ocurre
como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra”, quizás es por ello que con
el nuevo Código Orgánico Integral Penal, Julian Assange en el Ecuador hubiera
sufrido una pena de tres años de cárcel y Edward Snowden de cinco.
Lo que
será la comunicación y la información del futuro no será concedido desde ningún
ámbito del poder –independientemente que este sea político o económico-, sino
que deberá serle arrebatado por la ciudadanía y sus organizaciones de la
sociedad civil.
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[1] Entre 1964 y 1984 casi todos los países de la Región
estaban dirigidos por regímenes militares -salvo México (controlado por la presencia
del PRI), Cuba (con el partido único de ideología comunista) y Costa Rica
(única “democracia” que sobrevivió tutelada por los EEUU)-, debilitándose al
movimiento obrero y reprimiéndose a población bajo la lógica de la doctrina de
seguridad nacional, la que respondía a una etapa anterior de alta agitación
política, movilización de masas y crisis económica. Estos regímenes se
instauraron con el apoyo logístico, de inteligencia y asesoramiento de los
EEUU, bajo la idea de refundación de la sociedad, la economía y la política,
con el apoyo de los grupos económicos dominantes en cada país.
[2] Latinobarómetro es un estudio de opinión pública que
aplica anualmente alrededor de 20.000 entrevistas en 18 países de América
Latina representando a más de 600 millones de habitantes, la cual es elaborado
por la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro con sede en
Santiago de Chile.
[3] La omnipotencia del moderno marketing político se
estableció inicialmente de forma muy rápida en EEUU. En menos de diez años
–entre las elecciones presidenciales de 1952 (Eisenhower vs Nixon) y las de
1960 (Kennedy vs Nixon)- el marketing político se convirtió en la herramienta
indispensable en las campañas electorales estadounidenses, extendiéndose desde
allí al resto del planeta.
[4] La inserción de estos videos en la página Youtube, segundo buscador más importante
del planeta detrás de Google, generó una avalancha de comentarios y niveles de
visitas nunca antes vistos en el Ecuador. Posicionar en el buscador Youtube el nombre de “Álvaro Noboa”
significa identificar más de cien videos de burla, en los cuales el empresario
bananero es mayoritariamente calificado como retrasado mental.
[5] Los spots
televisivos de la campaña de Rafael Correa combinaron las representaciones existentes
a lo interno del imaginario de los ecuatorianos de entonces, con humor e
ironía, y el ataque hacia los oponentes. Comerciales como el del “león”
haciendo alusión al ex presidente Febres Cordero, o el de “los payasos” en el
ascensor representando con un estilo chaplinesco una parodia sobre la
partidocracia entonces existente, son
claros ejemplos de esta técnica publicitaria.
[6] Seguimiento de ojos (traducido del inglés eye tracking) es el proceso de evaluar,
bien el punto donde se fija la mirada (donde estamos mirando) o el movimiento
del ojo en relación con la cabeza. Este proceso es utilizado en la
investigación en los sistemas visuales, en psicología, en lingüística cognitiva y en
diseño de productos.
[7] La famosa fotografía del Che Guevara en la que aparece con boina negra y mirando al
horizonte fue tomada por Alberto Díaz (Korda) el 5 de marzo de 1960 —cuando Guevara tenía 31 años— en el entierro
de las víctimas de la explosión de La Coubre,
pero no fue publicada sino hasta siete años después. El Instituto de Arte de Maryland (EEUU) la denominó Korda's
photo, es decir, “la foto de Korda”: "La más famosa fotografía e icono
gráfico del mundo en el siglo XX". A su vez esa
foto fue editada para generar una igualmente famosa imagen en dos colores,
generalmente en blanco y negro, en la que se contrastan los rasgos de su
rostro. Esta imagen fue creada por el
artista irlandés Jim Fitzpatrick. Finalmente Giangiacomo
Feltrinelli (editor y activista comunista fundador en 1970 de grupo armado
Grupo di Azione Partigiana –GAP- durante los llamados “años del plomo” en
Italia) se hizo con los derechos para publicar el Diario de Bolivia y habiendo conseguido de Korda las imágenes del
Che poco antes de su muerte, se imprimieron una gran cantidad de posters en
1967, imitando el estilo Pop Art del
también famoso cuadro de Marilyn Monroe (1964) de Andy Warhol.
[8] El mexicano Carlos Mandujano, miembro de la
consultora Cuarto de Guerra, que trabajó en comunicación estratégica en la
campaña del 2006 hacia la presidencia de Rafael Correa, reconocería unos años
después que fue el contacto del magnate y dueño de América Móvil, Carlos
Slim, para que el Gobierno ecuatoriano llegue a un acuerdo con la empresa
telefónica Porta, cuando las negociaciones del 2008 estaban bloqueadas y la
empresa a punto de salir del país cuando en abril del 2008 la Secretaría
Nacional de Telecomunicaciones había dado por terminado el proceso de
negociación con Porta. Mandujano reconocería este dato, ante la periodista
mexicana Silvia Coello, unos días después del 5 de mayo del 2008, cuando los
representantes de American Móvil llegaron a un acuerdo con el presidente Correa
para la permanencia de Porta: “Trabajé
para Creacional, la agencia de Vinicio Alvarado, y haciendo ese trabajo tuve
mucho contacto con el Presidente (Correa) y mantenemos una relación de amistad
muy buena, y ahora en el viaje que hizo a México tuvimos la oportunidad de
compartir un poco más de tiempo. Claro, también tenemos amistad con el
ingeniero Slim, y él nos solicitó que le pidiéramos al presidente Correa una
última cita para hacer esta última propuesta”.
[9] El 8 de marzo de 1999 se declaraba el “feriado
bancario”, quedando todas las operaciones financieras suspendidas -se congeló
por un año todos los depósitos bancarios por un valor estimado de unos 3.800
millones de dólares (en aquel momento todavía en vigor la moneda nacional
sucre)-. Aun así, los bancos que recibieron ayuda estatal quebraron (el 70% de
las instituciones financieras del país) y el Estado los incautó, asumiendo en
diversos casos sus operaciones deficitarias. Esto repercutió en el tipo de
cambio, generando una notable depreciación del sucre y la fuga de capitales al
exterior, lo que agravó la liquidez del sistema financiero. En 1999 el sucre
había perdido el 195% de su valor y las pérdidas económicas ascendían a 8.000
millones de dólares, más que duplicándose el desempleo.
[10] En enero de 2000 el gobierno decretó la dolarización a
una paridad de 25.000 sucres por dólar. Esto significó que quienes tenían
ahorros “congelados” en sucres, recuperaron tan sólo una quinta parte de sus
depósitos, desconsiderándose además cualquier pago por intereses y menos aún
por el lucro cesante.
[11] Extraído del Decreto Ejecutivo No 150, Registro
Oficial República del Ecuador No 39 de 12 de marzo del 2007..
[12] En América Latina se han implementado otras políticas
de incentivo para el retorno de sus migrantes, como es el caso de Perú en 2005,
Uruguay en 2008, Colombia en 2009; más allá del caso particular de México,
donde esta política está mas vinculada a la seguridad que al retorno de los
nacionales residentes en EEUU.
[13] La Directiva de Retorno fue aprobada en el Parlamento
Europeo en 18 de junio de 2008, el Estado español aprobó el Plan Retorno
Voluntario el 19 de septiembre de 2008, mediante el Real Decreto-Ley 4/2008
sobre abono acumulado y de forma anticipada de la prestación contributiva por
desempleo a trabajadores no comunitarios que retornen voluntariamente a sus
países de origen.
[14] El Instituto Nacional de Estadística (INE) es un organismo autónomo de España encargado de la coordinación general de los servicios estadísticos de la Administración General del Estado y la vigilancia, control y supervisión de los procedimientos técnicos de los
mismos.
[15] La propaganda del gobierno nacional desconsidera
intencionadamente los elementos y la coyuntura
internacional que ha significado precios records en el mercado global de commodities
y que ha significado un crecimiento generalizado en el conjunto de la región.
[16] El actual ministro de Comercio Exterior del Ecuador,
Francisco Rivadeneira, cabeza del equipo negociador del Ecuador del
recientemente firmado Acuerdo de Asociación con la UE –considerado por la
mayoría de economistas críticos del país como un Tratado de Libre Comercio-
ejerció con anterioridad como Gerente de área, operativa y de negocios
relacionados al comercio exterior del CITIBANK en Ecuador.
[17] Con anterioridad a su incorporación como alto
funcionario de Estado del aparato correísta, Francisco Rivadeneira, actual
ministro de Comercio Exterior del Ecuador, ejerció como Gerente de área de
inteligencia comercial, de estudios económicos y coordinación; de la Red
Externa de Oficinas Comerciales en la Corporación de Exportaciones e
Inversiones del Ecuador (CORPEI). Dicha institución agrupa a las empresas
nacionales más importantes del país, donde se destacan los grandes empresarios
del agrobusiness exportador,
propietarios de grandes latifundios agrícolas, y empresas dedicadas a la
importación de bienes y servicios que se han beneficiado históricamente la
economía rentista en la cual se encuentra subsumido el país desde hace décadas.
[18] Entendemos por “branding”,
anglicismo empleado en mercadotecnia que hace referencia al proceso de
construir una marca (en inglés, brand equity), a una estrategia de imagen basada
en una hábil administración del conjunto de activos vinculados en forma directa
o indirecta al nombre y símbolo/ícono que identifican a dicha marca influyendo
en su valor tanto para el cliente/elector/ciudadano gobernado como para la
empresa propietaria/partido de la marca.
[19] En su discurso de posesión el 3 de septiembre de 2009,
tras las elecciones presidenciales de ese mismo año donde Rafael Correa fue
reelegido Presidente de la República, el mandatario dijo: “El 26 de Abril pasado en esta tierra hermana no
triunfó el baratillo de ofertas, los tecnicismos, el listado de obras y
proyectos, más de lo mismo, más de lo peor. Lo que volvió a triunfar fue un
sueño, el sueño de una Patria Nueva. Fue la lucha de todo un pueblo, del pueblo
de la Costa, de la Sierra, de la Amazonía, de la región insular, y de esa
quinta región siempre postergada, la de los migrantes. El Ecuador votó por sí
mismo.”
[20] Alianza País fue lanzada formalmente en Quito el 19 de
febrero de 2006 con un "festival cívico" que sus organizadores
definieron como el "semillero de la nueva patria". Desde entonces
hasta hoy, el partido oficialista ha tenido tres convenciones nacionales: la
primera fue en noviembre de 2010, en la que se ratificó a Rafael Correa como
Presidente del movimiento y se designó como nuevo secretario general a Galo
Mora; en noviembre del 2012 se realizó la segunda en la ciudad de Guayaquil,
donde se presentaron a los candidatos a la Asamblea Nacional y se presentó un
nuevo Plan de Gobierno que incorporó nuevos ejes al programa teóricamente
“revolucionario”; por último, se realizó la III Convención Nacional de Alianza
País el primero de mayo del 2014 en Esmeraldas, donde tras los resultados
electorales poco favorables para el oficialismo en las elecciones de 23 de
febrero de ese mismo año, fue defenestrado Galo Mora y sustituido por quien
ejecutara responsabilidades en carteras ministeriales tanto en el gobierno de
Lucio Gutiérrez como en el de Rafael Correa, la cuencana Doris Soliz. En
ninguna de estas convenciones, más allá de luchas intestinas de poder, ha
habido documentos alternativos a las políticas oficiales, tendencias fruto de
un debate político interno, o candidaturas alternativas a las presentadas
oficialmente.
[21] Héctor Lavoe fue un cantante puertorriqueño cuya personalidad, estilo y cualidades de su voz lo
convirtieron en un referente de la música latina y salsera durante los años setenta y ochenta.
[22] En 2004, Kevin Roberts, una de las figuras más importantes de la publicidad
y el marketing –director de la prestigiosa agencia publicitaria Saatchi & Saatchi-, revolucionó el mundo del marketing al dar nombre a un concepto, “Lovemarks”, que combinaba elementos
aparentemente alejados uno del otro: amor y marca.
[23] El pasado 4 de junio de 2014, la
Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom), admitió a
trámite la denuncia presentada a cuatro medios impresos: El Comercio, Hoy, El
Universo y La Hora. Ésta fue presenta por parte del ciudadano Carlos Vera
Quintana, quien ejerce como coordinador del Observatorio de Comunicación y Derechos
y de la Fundación Pensar Crítico. Esta se
basó en la presunta violación a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC),
artículo 18, el cual establece que la “omisión deliberada y recurrente de la
difusión de temas de interés público constituye un acto de censura previa” y
por no haberse publicado información “suficiente” sobre la visita del
presidente Rafael Correa a Chile en el mes de mayo de ese mismo año.
[24] Los especialistas en marketing y publicidad sostienen
que si el amor hacia una marca es bajo y el respeto es bajo, hablamos
simplemente de un producto. Sin embargo, si el amor es alto pero el respeto
bajo, estamos hacienda referencia a una moda. Pero si el amor es bajo pero el
respeto alto, estaríamos ante una marca. Ahora bien, si el amor es alto y el
respeto es alto, eso es un lovemark.
[25] El Marketing 3.0 surgió como respuesta ante varios
factores: las nuevas tecnologías, los problemas potenciales de la globalización
y el interés de los individuos por expresar su creatividad, sus valores y su
espiritualidad. Cualquier organización que quiera surgir y prosperar en las
circunstancias actuales del mercado, debe aprender los tres conceptos
fundamentales del Marketing 3.0: creación de comunidades, cocreación e
integridad de marca.
[26] Declaración recogida en la página web de Alianza PAIS:
http://www.movimientoalianzapais.com.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=541:el-buro-nacional-del-oficialismo-y-una-comision-tripartita-prepararan-reeleccion-de-rafael-correa&catid=26&Itemid=128
[27] El Victory
Awards es considerado el más prestigioso premio de consultoría política
otorgado en los EEUU a los consultores políticos de habla hispana.
[28] La ganadora en esta categoría fue la campaña a
diputados y presidente municipales de Veracruz, liderado por el reconocido
publicitario argentino-español Carlos Suoto, fundador y CEO de la consultora
política La Ese Latam.
[29] Gustave Le Bon (1841.1931) fue un psicólogo social y
escritor francés, a quien se le considera el primero en describir el fenómeno
de las masas y de la colectividad amorfa; por ello algunos le consideran el
fundador de la psicología de masas.
[30] Más de cuatro siglos después esta frase sería repetida
por Tomás Borge, uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación
Nacional en Nicaragua.
[31] Extraído del libro de René De Livois, Histoire de la Presse Francaise. París: Spes-Laussanne, 1965; pag.176.
[32] La relación personal, política o económica de los
editores y periodistas con el poder político, fue el factor primordial para la
obtención del privilegio de edición en la etapa histórica definida como Antiguo
Régimen y basados ideológicamente en el Absolutismo Monárquico. Basta recordar
como ejemplo como el rey Luis XIV de Francia –exponente histórico del comienzo
del absolutismo pleno- retiró el primer privilegio de impresión a un editor de
una gaceta en París en 1631, para unas semanas después, permitir a Théophraste
Renaudot, nombrado médico del soberano por el cardenal Richelieu, la creación
de la célebre La Gazette, considerado
como el primer diario oficial de la historia del periodismo.
[33] Extraído de La
Trama de la Comunicación, Volumen 12. Universidad de Rosario: Anuario del
Dpto. de Ciencias de la Comunicación, 2007; pag. 221.
[34] Extraído del libro de Raúl Sohr, Historia y poder de la prensa. Santiago de Chile: Editorial Andres
Bello, 1998; pag. 39.
[35] Extraído del libro de Correa García, R.I.; Guzmán
Franco, M.D.; y Anguadad Gómez, J.I. La
mujer invisible: una lectura disidente de los mensajes publicitarios. Huelva:
Editorial Grupo Comunicar, 2000; pag. 55.
[36] En 1940 Churchill llegó a acusar a la BBC de ser “el
enemigo en el interior de la propia casa, que causa continuamente problemas,
haciendo más daño que bien”.
[37] Tan solo la BBC, quienes a pesar de recibir parte de
su financiamiento a través del Foreing
Office se mantuvo relativamente neutral, lo que derivó en que diversos diputados
“tories” la acusaran de
“quintacolumnista”.
[38] Extraído del libro de Verbitsky, Horacio. La última batalla de la Tercera Guerra
Mundial. Buenos Aires: Editorial Legasa, 1984; pag. 249.
[39] The Times fue fundado por John Walter en 1785 bajo el
nombre de The Daily Universal Register. Walter pasó seis meses en la
prisión Newgate por difamación a
través de The Times, pero sus
esfuerzos pioneros por obtener noticias a nivel europeo, especialmente de Francia, ayudaron a que el periódico se ganara una buena
reputación entre ideólogos, empresarios y corporaciones comerciales. The Times ha contado con contribuciones de importantes figuras
en los campos de la política, ciencias, literatura y arte para aumentar su reputación.
Durante sus primeros tiempos, los beneficios de The Times eran muy altos así como la competencia muy baja, lo que
le permitió pagar mucho más que sus rivales para conseguir información y
redactores. The Times fue el primer
periódico en enviar corresponsales al extranjero, así como corresponsales de
guerra para cubrir diversos conflictos.
[40] Extraído del libro Cobden-Delane controversy: Opinions of the Liberal pres son the
correspondence. Editado por Alexander Ireland and Co., y publicado en
Manchester en 1864.
[41] El papel desarrollado por los medios de comunicación
venezolanos durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 contra el
presidente Hugo Chávez es un fiel ejemplo de rol aplicado por estos en América
Latina. Signados por informaciones falsas, los medios privados de comunicación
se convirtieron en el eje más importante que articuló el derrocamiento por
menos de 48 horas del mandatario venezolano, una violenta represión social y
una salvaje persecución de los miembros del Gobierno Bolivariano, con un saldo
aproximado de 30 fallecidos y 70 heridos. Unión Radio, RCR, El Nacional, El
Universal, El Nuevo País, Venevisión, RCTV, Televén y Globovisión, estos
últimos denominados los “Cuatro jinetes del apocalipsis”, fueron los acicates de
un sector de la oposición bajo el objetivo de intoxicar informativamente a
amplios espectros de la población y crear el escenario ideal para la
paralización del país, concentraciones, y la sublevación contra un gobierno
legítimamente constituido, auspiciándose como sustitutos de los políticos
tradicionales en su papel de opositores.
[42] Rodolfo Walsh
fue un periodista, escritor,
dramaturgo y traductor argentino que militó en la
Alianza Libertadora Nacionalista, integrándose posteriormente a las filas de
organizaciones guerrilleras como las FAP y Montoneros, siendo asesinado por
comandos armados del ejército el 25 de marzo de 1977.
[43] Corte IDH, Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de
noviembre de 1985 sobre colegiación obligatoria de periodistas.
[44] Esta demanda fue interpuesta el 21 de marzo de 2011
por una columna de periodista ultraconservador Emilio Palacio, hoy exiliado en
Miami, en la que advirtió "al mandatario que podría ser juzgado por
crímenes de lesa humanidad al haber ordenado abrir fuego contra un hospital
durante una rebelión policial del 30 de septiembre de 2010".
[45] En su demanda, el presidente Correa pedía una indemnización
de 10 millones de dólares, pero la sentencia otorgó un millón de dólares de
parte de cada periodista, más los 100.000 dólares para sus abogados en concepto
de honorarios.
[46] El principio de proporcionalidad se divide en tres
subprincipios: a) el subprincipio de indoneidad o adecuación, según el cual
toda intervención legislativa o judicial sobre un derechos fundamental debe ser
adecuada para contribuir a la obtención de un fin constitucionalmente legítimo;
b) subprincipio de necesidad, según el cual toda medida de intervención sobre
un derecho fundamental debe ser la más benigna de entre todas aquellas que
revistan por lo menos la misma idoneidad para alcanzar el objetivo prevista; y,
c) subprincipio de proporcionalidad en sentido estricto, según el cual la
importancia de la intervención sobre un derecho fundamental se justifica
solamente en virtud de la importancia del fin que persigue la medida (las
ventajas de la medida deber ser suficientes como para compensar el sacrificio
del derecho, que nunca podrá llegar hasta la afectación de su contenido
esencial).
[47] Detalle de la sentencia Corte IDH, Caso Usón Ramirez
vs. Venezuela, Sentencia de Excepción preliminar, Fondo, Reparaciones y Costa,
Párr. 49: “Teniendo en cuenta lo anterior, para resolver el caso concreto, la
Corte 1) verificará si la tipificación del delito de injuria contra las Fuerzas
Armadas afectó la legalidad estricta que es preciso observar al restringir la
libertad de expresión por vía penal; 2) estudiará si la protección de la reputación
de las Fuerzas Armadas sirve a una finalidad legítima de acuerdo con la
Convención y determinará, en su caso, la idoneidad de la sanción penal para
lograr la finalidad perseguida; 3) evaluará la necesidad de tal medida, y 4)
analizará la estricta proporcionalidad de la medida, esto es, si la sanción
impuesta al señor Usón Ramírez garantizó en forma amplia el derecho a la
reputación de las Fuerzas Armadas, sin hacer nugatorio el derecho de éste a
manifestar su opinión.”
[48] Ver blog de Adam Steinbaugh respecto a los abusos del
Coyright y la censura en redes por parte del gobierno del Ecuador:
http://adamsteinbaugh.com/2013/06/28/spanish-firm-abusing-copyright-to-censor-spying-documents-has-ties-to-ecuadors-government/
[50] Su objetivo es dar a conocer y defender los derechos
de las personas en la Internet, motivo por el cual mantiene una base de datos
con los reclamos de derechos de autor digitales.
[51] Hacking Team ha sido denunciada por activistas
sociales y periodistas, entre ellos la organización WikiLeaks, por vender
software de espionaje a gobiernos que irrespetan los derechos humanos.
[52] Por todos los profesionales del sector es sabido que
la mayor parte de los diarios online
son deficitarios y sostenidos económicamente todavía por el papel impreso.
Tampoco es una novedad el hecho de que lo que mayor costo genera en una
redacción online son los periodistas,
no las máquinas ni los servidores informáticos. La publicidad online es aún una porción minoritaria de
la inversión total en medios, y aunque poco a poco crece, es improbable que
sufra un cambio radical si no se renueva el concepto –heredado del papel
impreso- de vender espacios.
[53] WikiLeaks (del inglés leak, “filtración”) se define como una organización mediática
internacional sin ánimo de lucro que publica en su sitio online informes
anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés
público.