lunes, 23 de agosto de 2010

Glauber Rocha: 29 años de la desaparición de la voz de los hambrientos

Por Decio Machado

Glauber Rocha nació el 14 de marzo de 1939 en Vitoria da Conquista, un pequeño municipio del estado nordestino de Bahía. Acompañando desde muy pequeño a su padre, Adamastor Bráulio Silva Rocha, un técnico autodidacta que dirigió una pequeña empresa de ingeniería civil dedicada a la construcción de vías de hierro, Glauber conoció desde muy pronto el sertão (región interior del nordeste) brasileño.

En estas tierras áridas donde posteriormente Rocha situaría varias de sus películas, desarrollaron sus andanzas los protagonistas de varias novelas del literato brasileño más conocido internacionalmente, Jorge Amado, autor de obras donde mezclaba el realismo social con acertadas dosis de humor, erotismo y sensualidad, con el heroísmo de la tradición romántica del siglo XIX, y con las pasiones, los amores y los odios propios del melodrama.

Quizás porque en aquella época, su padre tuvo que luchar contra el monopolio de la construcción ferroviaria del Brasil, el cual estaba en manos de los ingleses; o quizás porque su instinto rebelde, le permitió tomar consciencia prematura del subdesarrollo de aquel Brasil. Glauber adquirió consciencia de la realidad de la pobreza en su país desde muy pronta edad.

Proveniente de una familia de la pequeña burguesía rural, Glauber se forma académicamente en Salvador de Bahía, ciudad en la que se instala su familia a partir de haber cumplido 9 años. Matriculado en un colegio prebisteriano, junto a una de sus dos hermanas, Glauber recordará años más tarde en sus escritos como los pastores norteamericanos que impartían la disciplina de este centro escolar les sometían a “terribles castigos” y le “hablaban en inglés”.

Desde pequeño demuestra talento para el teatro y gusto por el cine, participando desde los catorce años en un programa de radio sobre cinematografía. Es a partir de 1955 cuando empieza a frecuentar el Clube de Cinema da Bahia, dirigido por el crítico de cine Walter Da Silveira, quien genera una influencia muy positiva sobre los jóvenes cinéfilos de Salvador. Allí, Glauber conoce el cine soviético (Eisenstein, Poudvkin, Vertov), así como la vanguardia francesa (L´Herbier, Dulac), y a los clásicos norteamericanos y muchas el neorrealismo italiano.

Es a partir de entonces, que el joven Glauber Rocha comienza a participar en campañas contra la censura desarrollada contra la película “Rio, 40 graus” de 1955 de Nelson Pereira dos Santos; y empieza a involucrarse activamente en lo que podríamos denominar, la efervescencia política y cultural que se vivía Brasil en aquellos momentos.

Aunque Glauber se matricula en la carrera de Derecho en la Universidad de Salvador de Bahía, su interés por la materia es escaso, lo que significa el abandono de la misma antes de su graduación. Paralelamente escribe sobre literatura y cine en “O momento”, un diario de izquierdas, al igual que en revistas culturales como “Mapa”, “Ángulos” o “Sete dias”, posicionándose como periodista profesional para “Jornal de Bahía” y el “Diario de noticias” posteriormente.

Trabaja también como asistente de producción con Nelson Pereira dos Santos, a quien anteriormente había defendido por todo el país, en su largometraje “Rio zona norte”, y es en esa época, donde conoce a la mayoría de los compañeros con los que luego coincidirá en el movimiento referenciado como “Cinema Novo” brasileño.

Entendiendo la necesidad de construir un proyecto colectivo entorno al nuevo cine brasileño, Glauber Rocha desarrolla afinidades con otros jóvenes cineastas que intentan de una manera o de otra, construir una lógica alternativa de distribución y una industria cinematográfica propia, en el mercado cinematográfico del Brasil de finales de los 50.

Marcado desde la perspectiva política por el proceso revolucionario cubano, Glauber se convierte en un marxista latinoamericano que fundamenta sus teorías desde posiciones anti-imperialistas y en un ambiente intelectual marcado por las luchas sociales de aquel momento.

En 1958 aparece su primer cortometraje, “O patio”, sin embargo, es a partir de su primer largometraje, “Barravento”, realizado en 1960, cuando el joven director brasileño muestra claramente su marcado perfil político.

Glauber decide viajar a Italia, y allí profundiza su formación en dirección cinematográfica estudiando en el Centro Sperimentale de Roma. A partir de entonces, sus obras comienzan a posicionarse en festivales de cine internacionales, donde comienza a recibir premios y reconocimiento entre sus compañeros de la época, involucrándose en el pensamiento tercer mundista y conociendo al vanguardismo crítico-teórico de los intelectuales estructuralistas del momento.

Su manifiesto “La estética del hambre”, es presentado en Génova, y pasa a ser muy reconocido internacionalmente. Durante los sesenta, el director brasileño se convierte en la cara pública del “Cinema Novo” a nivel mundial, convirtiéndose a su vez, en una voz de denuncia y consciencia contra el golpe de estado de 1964, perpetrado con apoyo estadounidense por los militares brasileños en la noche del 31 de marzo de 1964, y por el cual derrocaron al presidente legítimo João Goulart.

Por aquella época, Glauber continúa su producción cinematográfica e incluso llega a conocer brevemente la cárcel, al ser detenido en 1965 por participar en una movilización anti-imperialista en Río de Janeiro. Ese mismo año, forma parte del movimiento de cinéfilos brasileños que crean las sociedades independientes de producción y distribución de cine brasileño “Mapas Filmes” y “Difilm”.

Con su largometraje “O Dragão da maldade contra o santo guerreiro”, Rocha gana el premio de dirección en el festival de Cannes, pasando a colaborar con Jean-Luc Godard en su película “Vent d´est”, realizada en Italia.

Obligado por la dictadura militar, Rocha comienza a producir fuera del Brasil, y en 1969 realiza “O leão das sete cabeças” en la República Popular del Congo, donde aborda los orígenes afros de la cultura brasileña y una severa crítica al modelo colonial existente en su país. Esta situación le lleva a vivir la censura en las salas de cine brasileñas, donde sus producciones no serán ya más expuestas, con su consiguiente pérdida de popularidad internacional.

Su película “Cabeças cortadas” es realizada en España en 1970, donde profundiza aun más su crítica política, pero deja de ser bien recibida por la crítica europea, dando comienzo al fin de la popularidad del cineasta brasileño.

En 1971 viaja a Marruecos, donde filma “Leticia e Mossa no Marrocos” en super 8. El mismo año va algunas veces a Chile por un proyecto para un film sobre refugiados brasileros, aunque no es finalizado por la negativa de Glauber de encaminar el guión a un clásico documental de carácter militante.

A finales del 71 se refugia en Cuba, y empieza a desarrollar lo que será su visión de la “História do Brasil”, la cual concluirá en Francia dos años más tarde. Aparece después su producción “Claro”, donde Glauber Rocha descarga sus críticas contra la burguesía europea, no sin antes haber desarrollado un incomprensible acercamiento político a la dictadura militar brasileña que le valió las críticas de la izquierda, en aquel momento clandestina, de su país.

Vuelve a Brasil en 1976, aun durante el período de gobierno de los militares, reincorporándose al movimiento “Cinema Novo”, pero no sus pocas producciones no durante ese período no forman parte de lo mejor de su cinematografía.

La muerte de su hermana en 1977 le sume en un profundo dolor, que le lleva a enfrentarse con su entorno político y cinematográfico brasileño. Entre 1976 y 1980 escribe “Revolução do Cinema Novo”, obra aparecerá publicada poco antes de su muerte en 1981.

Durante su etapa última en Brasil, Rocha protagonizó varios altercados públicos con algunas personalidades de la cultura, también en Europa rompe sus relaciones con Godard y Pasolini, y comienza a ser considerado como una personalidad conflictiva y a ser excluido de los medios especializados en cine y política tanto a un lado como al otro del Atlántico, lo cual sumado a las críticas provenientes desde la izquierda, donde es considerado un “traidor” por su acercamiento al gobierno del general Ernesto Geisel, le sumen en un profundo aislamiento social y personal.

Tras serle diagnosticado un cáncer de pulmón en Lisboa, el 22 de agosto de 1981, ya en la Clínica Bambina de Botafogo, en Río de Janeiro, Glauber Rocha muere por un paro cardíaco.

Filmografía

  • 1959 - Pátio, cortometraje, blanco y negro
  • 1959 - Cruz na Praça, cortometraje, blanco y negro
  • 1961 - Barravento, largometraje, blanco y negro
  • 1964 - Deus e o Diabo na Terra do Sol (Dios y el diablo en la tierra del Sol), largometraje, blanco y negro
  • 1965 - Amazonas, Amazonas, cortometraje, color
  • 1966 - Maranhão 66, cortometraje, blanco y negro
  • 1967 - Terra em transe (Tierra en trance), largometraje, blanco y negro
  • 1968 - 1968, cortometraje, blanco y negro
  • 1969 - O Dragão da Maldade Contra o Santo Guerreiro (Antonio das Mortes), largometraje, color
  • 1970 - Cabeças Cortadas (Cabezas cortadas), largometraje, color
  • 1970 - O Leão de Sete Cabeças, largometraje, color
  • 1972 - Câncer, largometraje, blanco y negro
  • 1974 - Historia do Brasil, largometraje, blanco y negro
  • 1975 - As Armas e o Povo, largometraje, blanco y negro
  • 1975 - Claro, largometraje, color
  • 1977 - Di (o Di-Glauber y Di Cavalcanti), cortometraje, color
  • 1977 - Jorjamado no Cinema, largometraje, color
  • 1980 - A idade da terra, largometraje, color
  • 1985 - História do Brasil (post mortem)